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martes, 19 de enero de 2016

EL BIEN Y EL MAL



EL BIEN Y EL MAL

La dualidad bipolar de espíritu y materia que existe en el Universo y en el ser humano genera una serie de situaciones, en las que es preciso decidirse entre los dos impulsos de sus naturalezas, ya sea la superior o la inferior que, antes o después, aportarán una experiencia en la que la Naturaleza se manifestará claramente sobre la sintonía con sus leyes o la ruptura con sus procesos naturales.

El bien y el mal son justo eso, los productos finales de las acciones inspiradas por las naturalezas del ser humano, la superior o la inferior. Y es eso lo que puede inspirar al ser humano a reconocer que el sendero del altruismo es mejor que el del egoísmo.

Los niveles de bondad y maldad no son conceptos absolutos, sino que varían de acuerdo al desarrollo de las entidades en evolución, de forma que lo que es bueno para un determinado grado de desarrollo, puede ser malo para un grado mayor, y lo que es malo para un grado inferior, pudiera ser bondad para uno todavía menos desarrollado, en otras palabras, son conceptos relativos como la luz y la oscuridad, de forma que para cada grado de desarrollo existe un nivel de bondad y maldad determinado.

Las personas que actúan, o tratan de actuar de acuerdo a su conciencia, con lo mejor de su conocimiento y creencia, están haciendo lo que es correcto o bueno; mientras otras, que actúan de forma contraria al devenir de la Naturaleza, están haciendo un mal. Del mismo modo, los que centran su conciencia en el lado material de su naturaleza, tienen todavía un pequeño control sobre sus apetitos; mientras que tal vez otros, a lo mejor más evolucionados, centran su conciencia en el lado espiritual de su naturaleza, y mantienen sus apetitos bajo control.

En la Naturaleza siempre se hace presente una doble polaridad, no podría haber sombra si no existiera luz que la produjera, pues si el sol brillara día y noche, año tras año, no se le consideraría como luz, al no poder compararlo con nada; su valor se aprecia cuando la oscuridad de la noche reemplaza su luz del sol.

El Bien y el Mal son condiciones a través de las cuales las entidades transitan desde la imperfección hacia la perfección, por ello cuando hayáis aprendido la lección de la dualidad del bien y del mal, habréis alcanzado un grado superior en la escuela de la experiencia de la Naturaleza, una dualidad de espíritu y materia con sus contrastes consecuentes. Por ello, la presencia de lo que se conoce como maldad en el mundo se debe a las acciones de los seres humanos imperfectos y no evolucionados, que rompen las leyes de la armonía de la Naturaleza, y no a ninguna fuerza externa del ser humano.

Angel Luis Fernández.

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