“Siembra, aun sin detener tu marcha, será a veces penosa, será otra
auspiciosa, caminarás por desiertos, caminarás por praderas, pisarás piedras y
sangrarán tus pasos, pisarás rosas y perfumarás tus huellas, recogerás pan y
otras recogerás hiel.
Mas ¡Qué jamás se escancie lo que a manos llenas fecunda!
¡El verbo del Servicio permanecerá inmaculadamente radiante, como la
estrella más grande del firmamento!
Recuerda:
¡Eres fulgor que a veces enceguece, eres resplandor que remueve la
oscuridad!
¡Sólo tú sigue!
¡Siembra!”.
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