Los documentos reales de la vida de Jesucristo los tiene guardados el
vaticano y no los mostrará nunca porque cuentan la verdad de algunos de sus
días en la tierra, he aquí algunos pasajes descritos por Judas Iscariote el
escriba de Jmmanuel/Jesus de una verdad.
Jesucristo había pasado la prueba en el monte Hermon con la única ayuda y
respaldo de su Ajustador residente (un ser guardián) antes de su bautizo.
Los seres súper humanos que se le enfrentaron en la montaña, contra
quienes luchó en espíritu, a quienes derrotó en poder, eran verdaderos; eran
sus enemigos acérrimos en el sistema de Satan; no eran fantasmas de la
imaginación producidos por los desvaríos mentales de un mortal debilitado y
hambriento que ya no podía distinguir la realidad de las visiones de una mente
desordenada.
Entonces después de que Jesucristo ( Esu-Jmmanuel) fue bautizado, tan
pronto salió del agua del río Jordán y mientras subía una loma, una gran
agitación se formó en la multitud ahí reunida, ya que estaban presenciando una
luz sin forma, una luz metálica que bajó del cielo y cayó sobre el río Jordán.
Toda la gente inclinó su cara y ahí permaneció con la cara en la arena
del río, algunos saltaron hacia el río mismo porque estaban aterrorizados y
congelados de miedo.
Pero una voz se escuchó de la luz metálica, “Este es mi amado hijo de
quien yo estoy muy complacido. Él será el Rey de la Verdad y maestro de la
sabiduría, y quien elevará esta raza humana al conocimiento.”
Después que la voz se silenció, Jmmanuel se dirigió a la multitud y les
dijo estén en paz y no teman, Él envío sus bendiciones a los reunidos y el
pánico y miedo disminuyó, después él giró y entró en la luz metálica la cual
parecía rodeada de fuego y humo pero no proporcionaba calor ni quemaba la piel;
sin embargo, todos se mantuvieron a distancia de la luz, excepto Jmmanuel quien
caminó hacia ella y entró en ella.
Después de que entró en la Luz por medio de una abertura, la
abertura se cerró y la luz ascendió al cielo, deslizándose en el aire a lo
largo del mar muerto y el zumbido de la luz metálica pronto se silenció,
después de eso, Emmanuel no fue visto ni oído más sobre la tierra por cuarenta
días y treinta y nueve noches.
Durante el resultante periodo de tiempo, Emmanuel ya no vivió entre la
gente de raza humana, de la Tierra, de hecho, él nunca nuevamente vivió en
plenitud de la densidad humana desde ese día en adelante porque él de alguna
manera se había hecho diferente de la creación humana con quienes él iba a
experimentar.
La siguiente parte fue puesta en palabras por el mismo Jesucristo, y de
hecho así quedó registrada en los documentos que se hicieron y que oculta el
vaticano, ustedes de archivos inexplicables leerán lo que se compartirá de su
relato que se ha mantenido en secreto y se relatara exactamente como fue
traducido de los pergaminos.
Después que Jesucristo fue levantado de la Tierra y cuando eso
sucedió, nadie supo donde él había ido, Él fue llevado en un objeto metálico luminoso
entre los vientos del Norte y del Oeste donde los Ángeles Guardianes habían
recibido cordones (?) con los que se mide el lugar para los escogidos.
De esta forma, él vivió (yo vivi) cuarenta días y treinta y nueve noches
entre los vientos del Norte y del Oeste donde él recibió (recibí) la Sabiduría
Secreta, mientras tanto, él pasó sus días con los Santos sabios y Dios y los
Ángeles Guardianes, los Hijos Celestiales, que le enseñaron los conocimientos
de la sabiduría, el Señorío de Dios sobre esta raza humana y sobre sus Hijos
Celestiales, la omnipotencia de la Creación de los universos, y la inmortalidad
del espíritu a través de la reencarnación.
Entonces él vio a los progenitores, los santos de los tiempos antiguos,
quienes fueron los padres de la raza humana, los Hijos Celestiales.
De ahí Él fue (yo fui) al norte por donde termina la tierra, donde las
luces metálicas y los vehículos de fuego bajan del cielo, o pasan como rayos a
través del cielo con zumbidos, cubiertas con humo y fuego, vuelan hacia los
espacios y después algunas veces se posan silenciosamente sobre las tierras en
formas de calladas e inmóviles nubes; cuando están cerca de las masas de
tierra.
Ahí en el final de toda la tierra, él vio (yo vi) una gran y portentosa
maravilla, en ese lugar, vio abiertas las puertas del cielo (portales), había
tres puertas abiertas para que él pudiera ver el interior, las puertas del
cielo emitían luz en un área tan grande como el mar muerto cerca del río
Jordán, en su Zohar más brillante.
Brillando desde ahí adentro, la tierra entera estaba viva y en posición
correcta, hombres y animales, y todo lo que estaba ahí, dentro de esa primera
puerta celestial no había secreto escondido, porque zohar entró a los más
pequeños espacios de las chozas y reveló el último secreto por conocer.
Ahí en el interior de la segunda entrada se levantaban poderosas
montañas, cuyas cimas alcanzaban el cielo y desaparecían en las nubes. Grandes
masas de profunda nieve descansaban sobre los pies de las montañas, y de ahí
otra raza humana con piel morena construye sus lugares de residencia. (Telos)
El tercer portal celestial reveló una tierra de enormes dimensiones, una
tierra montañosa con ríos, lagos y océanos –nuevamente ahí adentro vivía otra
raza humana. (Intratierra)
No muy lejos de esos tres portales celestiales estaba el palacio del Dios
(Cristo Miguel), el gobernante de estas razas humanas y de aquellos que venían
de lejos, los Hijos Celestiales y los Ángeles Guardianes.
En su palacio Dios Gobernaba sobre las tres razas humanas creadas por Él,
y sus seguidores, los Hijos Celestiales. Él (Dios) es inmortal y antiguo y su
talla de gran tamaño, semejante a los Hijos Celestiales.
Dentro de ese palacio de Dios, ahí aparecieron a Emmanuel, dos muy altos
hombres sin semejanza a ningún hombre que había visto en la Tierra, sus caras
brillaban como el sol; sus ojos parecían antorchas ardientes, el fuego parece
venir de sus bocas, sus vestimentas parecen una capa de espuma, y sus manos
eran como alas doradas, ellos vivían en su propio mundo porque el mundo de los
humanos los había matado a ellos.
Estos dos hombres, de la constelación de las siete hermanas (Pléyades),
eran maestros divinos, y estaban junto a otros dos hombres de menor talla
quienes dijeron que eran hombres de Baawl, ellos dijeron, “La gente ha venido
del cielo a la Tierra y otra gente ha sido elevada desde la Tierra al cielo, la
gente que había venido del cielo permaneció en la Tierra por un largo tiempo, y
crearon la raza humana inteligente.- Miren, los hombres creados por los Hijos
Celestiales eran muy diferentes en su manera propia a la gente de la
Tierra. Ellos no eran similares al hombre de la Tierra actual, sino similares a
los hijos de los Ángeles del cielo, una clase diferente.
Sus cuerpos eran blancos y pálidos semejantes a la nieve y rojos en el
interior como un capullo de rosa, su pelo era blanco como la lana, y sus ojos
eran sumamente hermosos.
Las razas humanas mantendrían su belleza heredada, seguirían creándola,
pero en el curso de los siglos y milenios, ellos se mezclarían con otras razas
humanas de la Tierra y el cielo en orden (con intención) de crear con la gente
de la Tierra una nueva raza humana, y razas especiales, como los Hijos
Celestiales.
Entonces el profeta fue devuelto a la tierra para continuar con su labor
haciendo a partir de ahí los milagros con las enseñanzas que había recibido en
dónde estaban los tres portales.
Este es uno de los secretos de la vida real de Jesucristo y no estuvo en
el desierto como lo indica los escritos oficiales.
Más adelante presentaremos otro de los documentos vaticanos donde se
relata la historia de DIOS.
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