COMO
RECONOCER LA CONCIENCIA
Reconocer la Conciencia
La conciencia es siempre consciente, siempre
simplemente presente.
Cuando le menciono a la gente por primera vez que
trate de obtener un “sabor” de esta presencia natural que podemos llamar
conciencia, a menudo les digo: Sólo deja de pensar por un segundo y ve lo que
permanece…
De hecho, ¿por qué no lo haces en este mismo
momento? Durante 5 segundos deja de pensar en cualquier cosa obsesivamente, y
simplemente relájate. Sólo ve lo que permanece… observa que hay una presencia
natural, que está ahí ya sea que surjan pensamientos o no. Un conocimiento
natural, se podría decir.
Es entonces cuando te das cuenta de que hay algo que
permanece cuando no estás pensando. Como un trasfondo que sólo está presente.
El objetivo de hacer esto no tiene la intención de
motivarte para que detengas todo pensamiento o trates de mantener un estado de
no-pensamiento de la mente. En cambio, ese momento inicial es sólo para
ayudarte a reconocer la conciencia. Es sólo una introducción para hacerte
consciente del hecho de que hay una presencia constante, natural, que no se ve
afectada por los pensamientos, ideas y experiencias que son experimentadas
dentro de esta presencia natural.
No creas tampoco que la conciencia, o tu
reconocimiento de la conciencia, depende de estar sin pensamientos. Simplemente
no es verdad.
Si en realidad crees que necesitas deshacerte de los
pensamientos y las emociones para ser libre, entonces permite que este preciso
momento sea el momento perfecto para terminar completamente con esa creencia
:).
De hecho, es muy importante en este mundo de prisas
y de caos, ser capaz de reconocer la conciencia incluso mientras se está
pensando y sintiendo muchas cosas a la vez. Es crucial que todos lleguemos a
conocernos a nosotros mismos como esa apertura que puede mantener su apertura
enfrente de un gran caos.
La conciencia es siempre consciente, siempre
simplemente presente.
Una analogía simple
¿Por qué les digo entonces que primero dejen de
pensar? Es porque nos hemos acostumbrado tanto a estar interesados sólo en
nuestras formas de pensamiento, que pasamos por alto la verdadera base de toda
nuestra experiencia.
Así que cuando dejamos de pensar por un momento, no
tenemos nada delante de nuestra vista para distraernos, y así nos damos cuenta
de forma natural de esa presencia sutil que subyace a todos los pensamientos.
¡Naturalmente, nos damos cuenta de que somos en realidad esa conciencia que
permanece! Sorpresa: ¡no somos nuestros pensamientos!
Es como esto:
¿Alguna vez estabas viendo la televisión, y de
repente la imagen se torna en negro? ¿O aparece el parpadeo de la pantalla, o
la llamada nieve? No hay ningún contenido en la pantalla y de repente recuerdas
que estabas realmente mirando un aparato de televisión…
Cuando la pantalla estaba llena de historias que te
interesaban, te mantenían distraído, ni siquiera te dabas cuenta de que estabas
mirando una pantalla de televisión. Todo lo que reconocías eran las cambiantes
formas que se desplegaban y las historias que te estaban contando. Pasaba
desapercibido el hecho evidente de que el aparato de televisión es la base de
todas las imágenes que se mostraban.
Y lo mismo ocurre cuando algo que atrae tu interés
se refleja en un espejo que estás viendo, por ejemplo tu cara, todo lo que ves
es la cara y la historia que parece evocar, observas tal vez todas sus
imperfecciones faciales, o sus características hermosas. Porque eso es lo que
te interesa.
Pero cuando un espejo no refleja nada que atraiga tu
interés, como por ejemplo un espacio vacío de tu habitación, te das cuenta
naturalmente que hay un espejo en la habitación en lugar de distraerte con su
reflejo. Por primera vez ves el espejo mismo, por lo que realmente es, en lugar
de distraerte con la historia de lo que refleja.
Del mismo modo, la conciencia es la base de todas
tus percepciones cambiantes y es más fácil darte cuenta estando presente,
cuando dejamos de pensar en todo por un momento. Puede haber o venir
pensamientos, pero simplemente deja de pensar tan excesivamente por un momento
y date cuenta de que hay un conocimiento natural, que está ahí “además de” los
pensamientos que puedan surgir.
Pero como ya he dicho, es importante no detenerse en
esta instrucción inicial.
Ahora que te has dado cuenta de que todas las
imágenes eran en realidad sólo la pura pantalla de televisión, cuando las
imágenes y las historias que te cuentan empiecen a llenar tu pantalla de nuevo,
puedes empezar a recordar el hecho de que cada imagen no es más que la pura
pantalla. ¡Ahora puedes ver realmente la pantalla del televisor como una
pantalla!
No importa lo elaborada, individual o autoritaria
que la historia de estas imágenes pueda parecer, no tiene ninguna base o poder
individual y nunca ha sido otra cosa que la pura pantalla. Todas las imágenes
son ahora realizadas por igual, ¡incluso si sus rótulos e historias te dicen lo
contrario!
Entonces, donde podrías haber necesitado ese momento
inicial de espacio en blanco o vacío para reconocer lo que era realmente verdad
en las historias, ahora que conoces este sustrato básico de las percepciones en
tu experiencia directa, puedes comenzar a reconocer la conciencia en cada
percepción, en cada pensamiento.
Porque ese estado de alerta que está viendo de forma
natural el momento de no-pensamiento, sigue siendo exactamente el mismo estado
de alerta que presencia la vorágine de pensamientos y emociones.
Así que en lugar de reconocer sólo las imágenes de
la vida, comprométete de ahora en adelante, a reconocer el hecho de que eres
consciente de todas estas imágenes, no como una entidad separada, o un
observador separado, sino sólo como una visión natural en la que se perciben
todas las experiencias.
TÚ eres siempre esa misma espaciosa y pacífica
conciencia abierta y TÚ no puedes nunca no estar presente. Los pensamientos van
y vienen como el viento, pero TÚ eres el espacio para que ellos estén o no
estén. ¡Completamente inafectado, completamente ya libre!
Bentinho Massaro
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