Madre Divina:
Recordar y Servir a través de Sélen
Desde el cristal
regente de la Tierra, unido a vuestro corazón cristalino, mi Espíritu se
expande, mi voz despierta los espíritus adormecidos, rayos de mi presencia.
Bien-amados hijos e
hijas, en este día me manifiesto a través de ondas vibrantes para transmitirles
el reconocimiento de la resurrección, para transmitirles el reconocimiento de
su majestad, y comunicarles – no porque algo les falte, sino porque lo que
vibra en mi esencia, vibra en su esencia – la sabiduría de su soberanía. Al
mismo tiempo la brisa dulce y suave de mi Espíritu moviéndose les recuerda la
sencillez y la humildad.
Yo deseo a través de
estas ondas vibrantes de abordar con ustedes algunos conceptos y si es posible
desanublar su mente de algunas preguntas o cuestionamientos. Ante todo, la paz
sea con nosotros! Vibremos en un instante eterno la paz que somos más allá de
la voz, más allá de las cuerdas vibrantes del cuerpo universal, en el interior
de cada partícula, en el espacio que todo impregna, aquí y ahora!
… Comunión…
La paz sea con
nosotros! Hermosos hijos míos, es muy comprensible que de sus corazones se
eleve el deseo de testimoniar la transformación de este, nuestro paraíso; es
justificado y natural que su corazón aspire con fuerza inquebrantable a la
transformación de nuestra realidad planetaria, después de todo ese deseo y esta
aspiración parten de mi vientre.
Yo Soy el alma de este
planeta! Yo soy la luz que baña sus almas, espíritus libres que son! El deseo y
la aspiración de su corazón es una respuesta espontánea a mi canto, de moverme
en su espíritu! Pero no olviden, hijos míos, que su presencia en este mundo se
da por otra razón, Recuerden por qué se manifestaron aquí, ahora.
Ustedes son mis
mensajeros, son mis enviados, son los rayos de luz intrépidos y osados que
consiguiendo penetrar y perforar la capa de olvido, la camada de separación e
ignorancia que envuelve la superficie de este planeta, encarnaron para
canalizar e irradiar mi suavidad, el bálsamo de mi curación, el fuego de su
verdad una, mi presencia en ustedes.
Recuerden pequeñitos,
acuérdense de la grandeza de su espíritu, pero no desprecien la pequeñez del
humilde y del simple, no desprecien al mundo que los rodea. Este mundo es una
porción de mi cuerpo que su espíritu anhela alcanzar y redimir. Miren a su
espalda, no abandonen a mis hijas e hijos. Miren a su alrededor y por favor, en
mi nombre, no desprecien mi humanidad. Para estar un poco más conscientes de su
papel, y un poco más conscientes de su verdad interior, no desprecien a los que
todavía caminan con los ojos cerrados, a veces, en la más profunda oscuridad.
Fue por estos y aquellos, que ustedes me pidieron permiso para descender hasta
aquí. Es por estos y en la dirección de estos que los rayos de su corazón deben
irradiar.
Flores de mi jardín,
no guarden su fragancia por sí mismos o para los que le son semejantes. Rayos
de mi luz insuperable, no oculten bajo sus techos la potencia de su luz, antes
reflejen la gloria de mi esencia a través de sus ojos, de sus bocas y de sus
manos, impulsado por la llama inextinguible del corazón.
La transformación que
se opera, es por demás delicada, la sabiduría que Yo Soy y que es, además de la
suma de todas las almas, la potenciación del Espíritu Secreto coordinan esta
operación de la manera más amorosa, respetuosa y misericordiosa. ¿Después de
todo, no es la misericordia lo que estamos cultivando aquí en este jardín?
Hijos, hijas, ¿cuántas
veces sus ojos se pierden en la proyección de un futuro mejor? No digo que
deban callar la aspiración o reprimir el deseo, no, este fuego es también es
santo. Pero es necesario jamás olvidarse del suelo que sus pies pisan ahora,
nunca deben olvidar que quienes necesitan de su presencia están aquí y no en
otro lugar. Este es el campo más fructífero del servicio y mientras su
sabiduría interior se mantenga expresándose aquí, éste es el lugar más
apropiado para su servicio.
Y cuando su pequeñez
se asoma y disminuye la percepción de la soberanía, de su integridad, sepan
hijos míos, grandes son los anfitriones, extensos son los equipos que acompañan
a cada alma en este planeta. Su historia a lo largo de las dimensiones de mi
realidad universal, es mucho más larga de lo que su pequeña mente pueda contar
o abarcar. A través de los diversos reinos, desde los elementos hasta el reino
humano, su chispa divina creó conexiones amplias, extensas e incontables. Todas
estas conexiones sagradas están unidas en su corazón. Miríadas y miríadas de
ángeles, elementales y hermanos humanos de otras densidades, sostienen su
servicio y acompañan su progreso en la sabiduría y el amor.
Hijos míos, el
trayecto a través de esta danza ilusoria es un reconocimiento y empoderamiento
cada vez más amplio de amor y sabiduría sostenido en el eje de la vida, poder y
voluntad. Cada uno de ustedes se descubre más amoroso y más sabio equilibrando
y la fusionando estos aspectos eternos de nuestro ser. De este modo el alma
progresa de espiral en espiral, de espiral a espiral, hasta ser reabsorbida una
vez más en el soplo ígneo Yo Soy!
El Padre yace oculto
en el corazón. El solsticio que se aproxima representa este misterio. El Padre,
mi sagrado consorte, desaparece en la manifestación y se reflejas y se
multiplica en un infinito número de chispas. Mi consorte se transforma en la
semilla de mi vientre. Ustedes son, mis hijos y mi co-creador. Este es un gran
misterio, la conciencia universal femenina, la Diosa Cósmica sostiene y conduce
la danza universal, porque la conciencia logoica, el Padre secreto y misterioso
yace dormido en su seno y debe despertar.
Yo invoco a mi hijo y
mi consorte. Yo los convoco como mis hijos y cómo aquellos iguales a mí. Al
final de este trayecto, nos reencontramos de nuevo como UNO. Entonces, toda
distinción, por más tenue que sea, se disipará y claramente ustedes percibirán
que son yo. Ustedes son Yo!
No hay por qué temer,
no hay por qué dudar. Los reflejos de mi sabiduría los acompañan, sus hermanas
y hermanos de densidades cada vez más elevadas, y aquellas inteligencias que me
auxilian en el sostenimiento de esta danza son todos filamentos de mi corazón
que allanan para ustedes el camino tanto como es posible.
Tengan fe, no en mí,
sino en ustedes. Confíen, no en mis palabras, sino en el fluir del poder
cósmico en su interior. Amen, distribuyan su luz y prosigan firmes, resueltos,
incluso ante una falla, ante el miedo, o ante la flaqueza, prosigan! Pues el
aliento de mi presencia los impulsa, porque yo soy la vida en su movimiento.
Ustedes son hijos de la luz más pura, prístina, de la Luz original. En ustedes
yace adormecido en proceso de despertar o totalmente despierto, mi amado, a
quien yo aguardo.
Transcripción hecha
por colaboradores de la ELV.
Mensaje canalizado por Selén escolaluzviva.com.br
Traducción: H. N.
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Traducción: H. N.
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