El Maestro Saint
Germain es el Avatar de la Nueva Era de Acuario y Anterior Director del Rayo Violeta Transmutador del Perdón y el
Amor Compasivo. El recibe los títulos de ¨El Dios Libertad¨, ¨Avatar Acuarius¨,
¨El Rey de la Edad Dorada¨.
El 16 de agosto de
1930, El Maestro Saint Germain dio inicio a la Enseñanza de la Nueva Era al
contactar a Guy Ballard -Godfre Ray King- en Mount Shasta, para dar por primera
vez a la humanidad el conocimiento del ¨Yo Soy¨ y la Llama Violeta.
El primero de mayo de
1954, el Maestro Saint Germain fue coronado como El Rey de la Edad Dorada. Este
hecho marcó el comienzo oficial de la Nueva Era.
De las obras del
Maestro Saint Germain que se tiene plena seguridad de su autoría son:
- The I'am Discursses (El Libro De Oro O Pláticas Del ¨Yo Soy¨)
- Ascended Master Instruction(Instrucción De Un Maestro Ascendido)
- Beloved Saint Germain´S Talk (El Maestro Saint Germain
Habla)
- I´Am Discursses To The Minute
Men (Discursos Del ¨Yo Soy¨
Para Los Hombres Dispuestos)
Su Llave tonal se
encuentra en el segundo movimiento del Concierto de Aranjuez de Joaquín
Rodrigo.
Su templo etérico está en El Monte Avila, Caracas, Venezuela.
Su templo etérico está en El Monte Avila, Caracas, Venezuela.
Algo más..
Muchísimo se ha escrito sobre el fabuloso, enigmático, misterioso, Conde Saint Germain, el “Hombre Maravilla” que llenó el escenario Europeo en los Siglos XVII y XVIII.
Los archivos oficiales, papeles de Estado y Asuntos Extranjeros de toda Europa, contienen copiosas menciones del “Conde”, y después de su desaparición surgieron numerosas novelas y “memorias”; las primeras inspiradas por el prodigioso personaje, entre las cuales se destacan como más famosas, “Zanoni” de Bulwer Lytton, “El Conde de Montecristo” de Dumas padre y “La Pimpinela Escarlata” de la Baronesa Orczy.
Al Conde lo rodeaban dos corrientes. Una de celos y envidia porque gozaba de la confianza y la admiración de reyes, sabios y estadistas más destacados de Europa. La otra corriente, de profundo respeto y afecto en la cual participaban las órdenes esotéricas, las sociedades secretas y las sectas ocultistas de todas partes.
La primera corriente procuraba hundirlo, encarcelarlo y desterrarlo a donde fuera llegando, Tildándolo de traidor cuando más, de charlatán cuando menos, sin embargo jamás fue sorprendido en la más leve traición a la confianza que era depositada en él, ni sus “grandes riquezas” fueron jamás extraídas de aquellos con quien establecía contacto.
Todo esfuerzo para investigar la fuente de sus recursos, resultó infructuoso. No utilizaba ni bancos ni banqueros. Sin embargo, se movía en una esfera de crédito ilimitado, que jamás fue puesto en dudas por otros, ni abusado por él mismo.
Los intentos de apresarlo fracasaron siempre. El Conde se deslizaba y desaparecía misteriosamente, para reaparecer de inmediato en un país diferente.
Los escritos que surgieron más tarde, y que aún existen, no logran explicar una sola palabra de los enigmas y misterios tocantes al Conde ya que todo está basado en conjeturas, suposiciones, opiniones de la conciencia humana, sin un ápice de conocimientos esotéricos o espirituales.
La verdad sencilla respecto al Conde Saint Germain es que era un Iluminado, un Adepto, un Enviado Especial de la Jerarquía Blanca para cumplir múltiples misiones con numerosísimas obligaciones.
La historia repite a ciegas que nació el 26 de mayo de 1696, hijo del último soberano de Transilvania, Ferenez II Rakoczi y la Princesa Carlota Amadea de Hesse Rheinfels, en el castillo Rakoczi en los Montes Cárpatos.
Perseguido por Carlos VI, quien lo destronó, Ferenez II quiso proteger a su hijo el Príncipe Rakoczi, y después de haber hecho circular la falsa noticia de la muerte del pequeño, lo envió a sus dependencias de Florencia, al cuidado de Gian Gastone, el último de los Médicis.
El Príncipe era un mozo muy inteligente y adelantado espiritualmente. A los catorce años se destacó en el movimiento franc-masónico italiano, durante el tiempo en que seguía estudios en la Universidad de Siena.
Su padre era un patriota muy querido por su pueblo. Fue desterrado en Rodostó, Turquía, donde fue rodeado por una pequeña Corte hasta que murió en 1735. El Príncipe acudió al lecho de muerte de su padre, y luego fue enviado por el Sultán en misión diplomática a Transilvania.
Poco se sabe sobre el Príncipe durante esos años. La historia húngara no la trata con simpatía cuando lo llama “hijo de una alemana, que nunca vivió en Hungría, que creció alejado de la tradición Rakoczi, como un extraño en el pueblo de su padre”, y en ese mismo año acusa (por segunda vez) su “muerte temprana”.
Es importante que el estudiante se percate bien de todas las aparentes contradicciones, para que vaya absorbiendo lo que la evidencia sugiere.
A pesar de que se manifestaba un muchacho adelantado espiritualmente, el Príncipe jamás dio ninguna prueba de las facultades que más tarde desplegó. Sin embargo, en el año 35, a la muerte de su padre, cuando lo iba a reclamar el pueblo y la Corte de Hungría, comienzan ciertos manejos extraños, que pronto iban a dar que hablar, y sin explicación posible para los testigos, por ejemplo: En los mismos momentos en que muere Ferencz II, su hijo, el Príncipe Rakoczi es visto en Holanda, estableciendo contacto con Sir Loane, Rosacruz prominente y Presidente de la Royal Society de Londres. Cuando el Sultán lo está utilizando en Turquía, el Príncipe es huésped del Shah de Persia. El Príncipe “muere” históricamente, públicamente, un año después de su padre, cuando los acontecimientos lo iban tal vez a atar a una vida oficial en Hungría, y apenas “muere” en Turquía, o en Transilvania, aparece en Escocia donde vive misteriosamente hasta el año 1745. De allí se traslada a Alemania y Austria con misiones industriales, de donde sale a estudiar alquimia en la India. No vuelve a aparecer hasta el año 58, donde establece contacto con el mariscal Belle Isle del ejército francés, pero en todos estos años ha actuado bajo los nombres de: Marqués de Montferrat, Conde Bellamare, Caballero Schoenig, Caballero Weldon, Monsieur de Surmont y Conde Soltikoff. Ha llegado el momento de comenzar su misión en París y se da a conocer por el Mariscal Belle Isle con el nombre de CONDE DE SAINT GERMAIN.
El mariscal Belle Isle lo lleva a París, lo presenta a madame de Pompadour, quien a su vez lo presenta al Rey de Francia, y comienza a desplegarse la magia desconcertante del Conde Saint Germain; desaparece para siempre el Príncipe Rakoczi, aunque la historia dice que para justificar su noble alcurnia ante el Rey, le dijo en secreto su nacimiento y procedencia, lo cual fue de inmediato aceptado por Su Majestad.
Habiendo nacido el Príncipe Rakoczi en el año 1696, cuando en 1758 llegó a París contaba sesenta y dos años. Sin embargo, representaba sólo treinta años de edad.
El mundo veía en él un joven y noble señor de modales exquisitos, de gran dignidad, de impecable cortesía. Su porte era militar, delgado y de mediana estatura. Su cuerpo era asombrosamente bien formado. Sus manos delicadas, sus pies pequeños, sus movimientos elegantes, su cabello era oscuro y fino, sus ojos pardos. Una de sus biógrafas, la condesa d´Adhemar, no se cansaba de ponderar “¡Qué ojos! ¡Jamás los he visto iguales!
Todo en él lo revelaba perteneciente a una muy antigua y noble familia. Vestía sobriamente, de corte impecable y de las mejores telas. Siempre llevaba medias de finísima seda.
Por la magnificencia de sus joyas, se le juzgaba inmensamente rico, se rumoraba el crédito ilimitado de que gozaba en todos los bancos del mundo, y se cuchicheaba el lujo fastuoso en que vivía. Se aseguraba que ostentaba dos valets de pie y cuatro lacayos uniformados en color tabaco con galones de oro. Se comentaba su gran colección de casacas que cambiaba a menudo, y hacían eco sus botones, yuntas, relojes, sortijas, cadenas; se citaba un ópalo monstruoso y un extraordinario zafiro blanco del tamaño de un huevo, lo mismo que la variedad de sus diamantes, el tamaño, color y perfección de cada uno. Sin embargo, cosa extraña, nadie podía jamás jactarse de haber sido recibido en la casa del Conde. Frecuentaba las fiestas pero jamás lo vio nadie comer ni beber.
El Conde Saint Germain presentaba la invariable compostura, la conducta, el refinamiento y la cultura que caracteriza a los nobles de rango y educación. Todo esto unido a una fascinante conversación, una versatilidad para cambiar de tono y tema, que lo hacían siempre refrescante, inesperado e inagotable. Daba la impresión de haber viajado por el mundo entero y, sobre todo, de haber asistido personalmente a todo cuanto ha existido en nuestro planeta.
El Conde era, sin duda, un acabado diplomático, un genio artístico, un excelente músico y compositor, que ejecutaba al piano con maestría, que en el violín rivalizaba con Paganini, que cantaba con una lindísima voz de barítono, que pintaba y esculpía como los muy grandes, y que, al parecer, vivía eternamente, ya que por admisión propia su descubrimiento de un líquido especial lo había mantenido vivo durante dos mil años.
En Londres, en la casa Walsh de Catherine Street, en el año 1740, el conde publicó varias composiciones. Conocemos sólo una, un aria de su pequeña Ópera “L´Inconstanza Delusa” (La Pérfida Inconstancia), compuesta en el estilo rococó del Siglo XVIII, muy bonito, muy florido. Al final damos la dirección donde se puede encargar el disco de esta pieza, que tiene además el atractivo – y la corroboración – de comenzar con las notas tonales del Adepto, Maestro Ascendido Saint Germain, DO-FA, de la Quinta octava del teclado.
Vamos a aclarar de una vez la razón del nombre que escogió este Adepto, para figurar en aquella Misión. Por supuesto, no cabe duda alguna de que para que un hombre inteligente pudiera introducirse en la Corte más brillante de Europa, le era indispensable un bonito nombre y título nobiliario, francés con preferencia, y auténtico. Esto último tenía que ser a prueba de investigaciones. Corre el dato de que los dominios de Ferencz Rakoczi en Italia se llamaban “de San German”. No podemos asegurarlo, ni tampoco comprobarlo, pero algo de eso hay sin duda, ya que los Maestros, teniendo el privilegio de mirar desde el pasado más remoto hasta personalmente, lo hacen ya equipados con toda la preparación necesaria. Su tarjeta de visita tenía que abrirle desde las puertas soberanas de las Cortes, hasta las más herméticas de las organizaciones espirituales, que tienen “Ojos para ver y Oídos para Escuchar”.
Ya hemos visto cómo entraba y salía...
COMES SANCTUS GERMANITAS
Habla en el idioma esotérico de todas las sectas. O sea que, COMES COMITO, o COMITOR es un alto grado franc-masónico. SANCTUS le habla a las religiones cristianas, y GERMANITAS, o fraternidad, es la consigna de todos los ocultistas.
Al introducirse en la masonería francesa, donde inició a Diderot, anunció que era “el más antiguo de todos los masones”. Por no decir que había sido el propio fundador de la Orden.
El Maestro Saint Germain no tuvo necesidad de elegir otro nombre para continuar en sus misiones para los humanos, ya que paulatinamente ese nombre se iba transformando de acuerdo con el cambio de las conciencias espirituales, de “MIEMBRO DE LA FRATERNIDAD BLANCA”, a “HERMANO MAYOR”.
No estamos suponiendo o inventando cuando dejamos sentado que el Príncipe Rakoczi y el Conde Saint Germain eran una misma persona. La comprobación la dieron los Maestros cuando, al través de la Sociedad Teosófica, fundada por los Maestros Morya y Kuthumí, vino la siguiente comunicación por boca de EL TIBETANO, Adepto de la HERMANDAD BLANCA, casi un siglo después de la “muerte” del Conde Saint Germain:
“El Maestro que se ocupa especialmente del futuro desarrollo de Europa, y despliegue mental de América, es el Maestro Rakoczi. Es húngaro y tiene su morada en los montes Cárpatos, habiendo sido en un momento dado una figura muy conocida en la corte húngara... También se ocuparon mucho de él cuando fue el Conde de Saint Germain. En la Logia de la Fraternidad Blanca se le llama usualmente “El Conde”, y en América actúa como Administrador General en los planes de los Hermanos Mayores, puede decirse que actúa como encargado de llevar a la práctica, en el plano físico, los planes del Cristo”.
Para todo el que sepa leer entre líneas, esta comunicación habla claro; pero como estamos para aclarar enigmas haremos notar: “el despliegue mental de América” se refiere al Principio de Mentalismo, que aunque fue dado por Hermes Trismegisto, no se le dio la importancia capital que encierra, hasta que Mary Baker Eddy, fundadora de Chistian Science comenzó a divulgarlo. Ella fue el anuncio de la Era venidera, Era de la mujer, a fines del Siglo XIX, exponente del Principio Mental que rige en esta Era.
La comunicación habla del Maestro Rakozci en tiempo presente; y presente en el planeta, a pesar de que históricamente había “muerto”. Dice textualmente: “El Maestro que se ocupa... es”. También dice “es húngaro y tiene su morada en los Cárpatos”. Que “habiendo sido, en un momento dado, figura muy conocida en la corte húngara”, de hecho admite que al mismo tiempo fue “el Conde de Saint Germain”, y agrega: “de quien se ocuparon mucho”.
La esencia de la comunicación afirma que al Príncipe Rakoczi se le llamaba en la Fraternidad Blanca “el Conde”, fundiendo sin disimulos a las dos entidades. Luego admite que “El Conde” es el instrumento de la Hueste Ascendida en el continente americano, y finalmente deja entrever lo que para la fecha de la comunicación no se había divulgado aún, que el Maestro Saint Germain iba a ser el Avatar de esta Era de Acuario, trayendo “a la práctica en el plano físico”, o sea manifestándose el Cristo de la Era, como se manifestó en la Era inmediata anterior, el Maestro Jesús.
Los Adeptos no tienen necesidad alguna de reencarnar para poder circular en la Tierra y entre los hombres. Si es que tienen que entrar en nuestra atmósfera por un tiempo corto, hacen denso el cuerpo etérico y por consiguiente visible a nuestros ojos físicos, o si es que tienen que cumplir una misión de larga duración, digamos de unos meses o unos años, ocupan un “cuerpo prestado”, lo cual requiere el gasto de mucho menos energía que el sistema anterior.
Es totalmente impráctico renacer de un vientre de mujer, volviendo con la conciencia envuelta y sin memoria, además de tener que esperar tantos años para alcanzar la edad adulta y poder cumplir una misión de altura. La Transfiguración, o sea la ocupación de un cuerpo prestado, es el transplante de un espíritu, o ego, en el cuerpo de un Iniciado que esté dispuesto a ceder su cuerpo, en vida, o en el momento de morir.
Este cuerpo ha de ser absolutamente sano y el ego que lo habita tiene que ser adelantado, ya que las altas vibraciones del Espíritu que lo ocupará son muy fuertes. El transplante se hace gradualmente. Es de suponer que el Maestro ocupó el cuerpo del Príncipe Rakoczi en aquellos momentos en que se le declaró “muerto”. Es posible que así le haya aparentado a los que lo rodeaban. Nada de extraño tendría que el Maestro hubiera fingido morir, ya que sabemos de otras dos ocasiones en que así lo hizo.
El Adepto que ocupa un “cuerpo prestado” tiene todo el poder para reformar la estructura atómica de ese cuerpo, de manera de adaptarlo a sus propias necesidades. Por esa razón el Conde Saint Germain no tenía necesidad alguna de comer, ni beber, ya que disponía de la Sustancia Universal, que obedece instantánea e incondicionalmente las órdenes de un Maestro.
El propio Maestro Saint Germain ha admitido haber ocupado unos cuarenta cuerpos prestados en diferentes ocasiones y por diferentes propósitos o misiones en la Tierra. Sabemos que uno de éstos fue el cuerpo de San José, esposo de María Virgen. Misión más delicada y misteriosa no ha habido nunca que sepamos ¡Después de dos mil y pico de años, aún se ignora la completa verdad!
Otra ocupación de cuerpo prestado fue la del Almirante Cristóbal Colón, destinado a encontrar, sin perderse ni naufragar, el “Nuevo Mundo” anunciado por el Maestro Jesús, donde debían desarrollarse tantas nuevas dimensiones y conciencias. Sabemos por un antepasado de esta autora, íntimo amigo y compañero de viajes de Colón, que eran ocultistas los dos, lo cual da margen para deducir que poseían los dos un grado avanzado de conocimientos y que Colón podía muy bien haber prestado su cuerpo al Adepto que lo llevó al éxito en sus viajes, al mismo tiempo que cumplía los planes de la Jerarquía Blanca, como atestiguan los archivos planetarios del Royal Tetón de Norteamérica y Machu Pichu en Sudamérica.
Una tercera ocupación parece haber sido la del Libertador Simón Bolívar, ya que las actuaciones del Maestro Saint Germain siempre han sido en pro de la liberación de humanos, de naciones, de ideas, y de almas. Esta hazaña de Bolívar, con toda la gloria y la importancia que se le da y que merece, no ha sido aceptada en toda su magnitud. Escalar los picos nevados de la Cordillera de Los Andes, sin caminos, libertar sin armas ni soldados de escuela, fueron una serie de milagros característicos del “Conde” Saint Germain, y del Maestro Saint Germain.
Muchísimo se ha escrito sobre el fabuloso, enigmático, misterioso, Conde Saint Germain, el “Hombre Maravilla” que llenó el escenario Europeo en los Siglos XVII y XVIII.
Los archivos oficiales, papeles de Estado y Asuntos Extranjeros de toda Europa, contienen copiosas menciones del “Conde”, y después de su desaparición surgieron numerosas novelas y “memorias”; las primeras inspiradas por el prodigioso personaje, entre las cuales se destacan como más famosas, “Zanoni” de Bulwer Lytton, “El Conde de Montecristo” de Dumas padre y “La Pimpinela Escarlata” de la Baronesa Orczy.
Al Conde lo rodeaban dos corrientes. Una de celos y envidia porque gozaba de la confianza y la admiración de reyes, sabios y estadistas más destacados de Europa. La otra corriente, de profundo respeto y afecto en la cual participaban las órdenes esotéricas, las sociedades secretas y las sectas ocultistas de todas partes.
La primera corriente procuraba hundirlo, encarcelarlo y desterrarlo a donde fuera llegando, Tildándolo de traidor cuando más, de charlatán cuando menos, sin embargo jamás fue sorprendido en la más leve traición a la confianza que era depositada en él, ni sus “grandes riquezas” fueron jamás extraídas de aquellos con quien establecía contacto.
Todo esfuerzo para investigar la fuente de sus recursos, resultó infructuoso. No utilizaba ni bancos ni banqueros. Sin embargo, se movía en una esfera de crédito ilimitado, que jamás fue puesto en dudas por otros, ni abusado por él mismo.
Los intentos de apresarlo fracasaron siempre. El Conde se deslizaba y desaparecía misteriosamente, para reaparecer de inmediato en un país diferente.
Los escritos que surgieron más tarde, y que aún existen, no logran explicar una sola palabra de los enigmas y misterios tocantes al Conde ya que todo está basado en conjeturas, suposiciones, opiniones de la conciencia humana, sin un ápice de conocimientos esotéricos o espirituales.
La verdad sencilla respecto al Conde Saint Germain es que era un Iluminado, un Adepto, un Enviado Especial de la Jerarquía Blanca para cumplir múltiples misiones con numerosísimas obligaciones.
La historia repite a ciegas que nació el 26 de mayo de 1696, hijo del último soberano de Transilvania, Ferenez II Rakoczi y la Princesa Carlota Amadea de Hesse Rheinfels, en el castillo Rakoczi en los Montes Cárpatos.
Perseguido por Carlos VI, quien lo destronó, Ferenez II quiso proteger a su hijo el Príncipe Rakoczi, y después de haber hecho circular la falsa noticia de la muerte del pequeño, lo envió a sus dependencias de Florencia, al cuidado de Gian Gastone, el último de los Médicis.
El Príncipe era un mozo muy inteligente y adelantado espiritualmente. A los catorce años se destacó en el movimiento franc-masónico italiano, durante el tiempo en que seguía estudios en la Universidad de Siena.
Su padre era un patriota muy querido por su pueblo. Fue desterrado en Rodostó, Turquía, donde fue rodeado por una pequeña Corte hasta que murió en 1735. El Príncipe acudió al lecho de muerte de su padre, y luego fue enviado por el Sultán en misión diplomática a Transilvania.
Poco se sabe sobre el Príncipe durante esos años. La historia húngara no la trata con simpatía cuando lo llama “hijo de una alemana, que nunca vivió en Hungría, que creció alejado de la tradición Rakoczi, como un extraño en el pueblo de su padre”, y en ese mismo año acusa (por segunda vez) su “muerte temprana”.
Es importante que el estudiante se percate bien de todas las aparentes contradicciones, para que vaya absorbiendo lo que la evidencia sugiere.
A pesar de que se manifestaba un muchacho adelantado espiritualmente, el Príncipe jamás dio ninguna prueba de las facultades que más tarde desplegó. Sin embargo, en el año 35, a la muerte de su padre, cuando lo iba a reclamar el pueblo y la Corte de Hungría, comienzan ciertos manejos extraños, que pronto iban a dar que hablar, y sin explicación posible para los testigos, por ejemplo: En los mismos momentos en que muere Ferencz II, su hijo, el Príncipe Rakoczi es visto en Holanda, estableciendo contacto con Sir Loane, Rosacruz prominente y Presidente de la Royal Society de Londres. Cuando el Sultán lo está utilizando en Turquía, el Príncipe es huésped del Shah de Persia. El Príncipe “muere” históricamente, públicamente, un año después de su padre, cuando los acontecimientos lo iban tal vez a atar a una vida oficial en Hungría, y apenas “muere” en Turquía, o en Transilvania, aparece en Escocia donde vive misteriosamente hasta el año 1745. De allí se traslada a Alemania y Austria con misiones industriales, de donde sale a estudiar alquimia en la India. No vuelve a aparecer hasta el año 58, donde establece contacto con el mariscal Belle Isle del ejército francés, pero en todos estos años ha actuado bajo los nombres de: Marqués de Montferrat, Conde Bellamare, Caballero Schoenig, Caballero Weldon, Monsieur de Surmont y Conde Soltikoff. Ha llegado el momento de comenzar su misión en París y se da a conocer por el Mariscal Belle Isle con el nombre de CONDE DE SAINT GERMAIN.
El mariscal Belle Isle lo lleva a París, lo presenta a madame de Pompadour, quien a su vez lo presenta al Rey de Francia, y comienza a desplegarse la magia desconcertante del Conde Saint Germain; desaparece para siempre el Príncipe Rakoczi, aunque la historia dice que para justificar su noble alcurnia ante el Rey, le dijo en secreto su nacimiento y procedencia, lo cual fue de inmediato aceptado por Su Majestad.
Habiendo nacido el Príncipe Rakoczi en el año 1696, cuando en 1758 llegó a París contaba sesenta y dos años. Sin embargo, representaba sólo treinta años de edad.
El mundo veía en él un joven y noble señor de modales exquisitos, de gran dignidad, de impecable cortesía. Su porte era militar, delgado y de mediana estatura. Su cuerpo era asombrosamente bien formado. Sus manos delicadas, sus pies pequeños, sus movimientos elegantes, su cabello era oscuro y fino, sus ojos pardos. Una de sus biógrafas, la condesa d´Adhemar, no se cansaba de ponderar “¡Qué ojos! ¡Jamás los he visto iguales!
Todo en él lo revelaba perteneciente a una muy antigua y noble familia. Vestía sobriamente, de corte impecable y de las mejores telas. Siempre llevaba medias de finísima seda.
Por la magnificencia de sus joyas, se le juzgaba inmensamente rico, se rumoraba el crédito ilimitado de que gozaba en todos los bancos del mundo, y se cuchicheaba el lujo fastuoso en que vivía. Se aseguraba que ostentaba dos valets de pie y cuatro lacayos uniformados en color tabaco con galones de oro. Se comentaba su gran colección de casacas que cambiaba a menudo, y hacían eco sus botones, yuntas, relojes, sortijas, cadenas; se citaba un ópalo monstruoso y un extraordinario zafiro blanco del tamaño de un huevo, lo mismo que la variedad de sus diamantes, el tamaño, color y perfección de cada uno. Sin embargo, cosa extraña, nadie podía jamás jactarse de haber sido recibido en la casa del Conde. Frecuentaba las fiestas pero jamás lo vio nadie comer ni beber.
El Conde Saint Germain presentaba la invariable compostura, la conducta, el refinamiento y la cultura que caracteriza a los nobles de rango y educación. Todo esto unido a una fascinante conversación, una versatilidad para cambiar de tono y tema, que lo hacían siempre refrescante, inesperado e inagotable. Daba la impresión de haber viajado por el mundo entero y, sobre todo, de haber asistido personalmente a todo cuanto ha existido en nuestro planeta.
El Conde era, sin duda, un acabado diplomático, un genio artístico, un excelente músico y compositor, que ejecutaba al piano con maestría, que en el violín rivalizaba con Paganini, que cantaba con una lindísima voz de barítono, que pintaba y esculpía como los muy grandes, y que, al parecer, vivía eternamente, ya que por admisión propia su descubrimiento de un líquido especial lo había mantenido vivo durante dos mil años.
En Londres, en la casa Walsh de Catherine Street, en el año 1740, el conde publicó varias composiciones. Conocemos sólo una, un aria de su pequeña Ópera “L´Inconstanza Delusa” (La Pérfida Inconstancia), compuesta en el estilo rococó del Siglo XVIII, muy bonito, muy florido. Al final damos la dirección donde se puede encargar el disco de esta pieza, que tiene además el atractivo – y la corroboración – de comenzar con las notas tonales del Adepto, Maestro Ascendido Saint Germain, DO-FA, de la Quinta octava del teclado.
Vamos a aclarar de una vez la razón del nombre que escogió este Adepto, para figurar en aquella Misión. Por supuesto, no cabe duda alguna de que para que un hombre inteligente pudiera introducirse en la Corte más brillante de Europa, le era indispensable un bonito nombre y título nobiliario, francés con preferencia, y auténtico. Esto último tenía que ser a prueba de investigaciones. Corre el dato de que los dominios de Ferencz Rakoczi en Italia se llamaban “de San German”. No podemos asegurarlo, ni tampoco comprobarlo, pero algo de eso hay sin duda, ya que los Maestros, teniendo el privilegio de mirar desde el pasado más remoto hasta personalmente, lo hacen ya equipados con toda la preparación necesaria. Su tarjeta de visita tenía que abrirle desde las puertas soberanas de las Cortes, hasta las más herméticas de las organizaciones espirituales, que tienen “Ojos para ver y Oídos para Escuchar”.
Ya hemos visto cómo entraba y salía...
COMES SANCTUS GERMANITAS
Habla en el idioma esotérico de todas las sectas. O sea que, COMES COMITO, o COMITOR es un alto grado franc-masónico. SANCTUS le habla a las religiones cristianas, y GERMANITAS, o fraternidad, es la consigna de todos los ocultistas.
Al introducirse en la masonería francesa, donde inició a Diderot, anunció que era “el más antiguo de todos los masones”. Por no decir que había sido el propio fundador de la Orden.
El Maestro Saint Germain no tuvo necesidad de elegir otro nombre para continuar en sus misiones para los humanos, ya que paulatinamente ese nombre se iba transformando de acuerdo con el cambio de las conciencias espirituales, de “MIEMBRO DE LA FRATERNIDAD BLANCA”, a “HERMANO MAYOR”.
No estamos suponiendo o inventando cuando dejamos sentado que el Príncipe Rakoczi y el Conde Saint Germain eran una misma persona. La comprobación la dieron los Maestros cuando, al través de la Sociedad Teosófica, fundada por los Maestros Morya y Kuthumí, vino la siguiente comunicación por boca de EL TIBETANO, Adepto de la HERMANDAD BLANCA, casi un siglo después de la “muerte” del Conde Saint Germain:
“El Maestro que se ocupa especialmente del futuro desarrollo de Europa, y despliegue mental de América, es el Maestro Rakoczi. Es húngaro y tiene su morada en los montes Cárpatos, habiendo sido en un momento dado una figura muy conocida en la corte húngara... También se ocuparon mucho de él cuando fue el Conde de Saint Germain. En la Logia de la Fraternidad Blanca se le llama usualmente “El Conde”, y en América actúa como Administrador General en los planes de los Hermanos Mayores, puede decirse que actúa como encargado de llevar a la práctica, en el plano físico, los planes del Cristo”.
Para todo el que sepa leer entre líneas, esta comunicación habla claro; pero como estamos para aclarar enigmas haremos notar: “el despliegue mental de América” se refiere al Principio de Mentalismo, que aunque fue dado por Hermes Trismegisto, no se le dio la importancia capital que encierra, hasta que Mary Baker Eddy, fundadora de Chistian Science comenzó a divulgarlo. Ella fue el anuncio de la Era venidera, Era de la mujer, a fines del Siglo XIX, exponente del Principio Mental que rige en esta Era.
La comunicación habla del Maestro Rakozci en tiempo presente; y presente en el planeta, a pesar de que históricamente había “muerto”. Dice textualmente: “El Maestro que se ocupa... es”. También dice “es húngaro y tiene su morada en los Cárpatos”. Que “habiendo sido, en un momento dado, figura muy conocida en la corte húngara”, de hecho admite que al mismo tiempo fue “el Conde de Saint Germain”, y agrega: “de quien se ocuparon mucho”.
La esencia de la comunicación afirma que al Príncipe Rakoczi se le llamaba en la Fraternidad Blanca “el Conde”, fundiendo sin disimulos a las dos entidades. Luego admite que “El Conde” es el instrumento de la Hueste Ascendida en el continente americano, y finalmente deja entrever lo que para la fecha de la comunicación no se había divulgado aún, que el Maestro Saint Germain iba a ser el Avatar de esta Era de Acuario, trayendo “a la práctica en el plano físico”, o sea manifestándose el Cristo de la Era, como se manifestó en la Era inmediata anterior, el Maestro Jesús.
Los Adeptos no tienen necesidad alguna de reencarnar para poder circular en la Tierra y entre los hombres. Si es que tienen que entrar en nuestra atmósfera por un tiempo corto, hacen denso el cuerpo etérico y por consiguiente visible a nuestros ojos físicos, o si es que tienen que cumplir una misión de larga duración, digamos de unos meses o unos años, ocupan un “cuerpo prestado”, lo cual requiere el gasto de mucho menos energía que el sistema anterior.
Es totalmente impráctico renacer de un vientre de mujer, volviendo con la conciencia envuelta y sin memoria, además de tener que esperar tantos años para alcanzar la edad adulta y poder cumplir una misión de altura. La Transfiguración, o sea la ocupación de un cuerpo prestado, es el transplante de un espíritu, o ego, en el cuerpo de un Iniciado que esté dispuesto a ceder su cuerpo, en vida, o en el momento de morir.
Este cuerpo ha de ser absolutamente sano y el ego que lo habita tiene que ser adelantado, ya que las altas vibraciones del Espíritu que lo ocupará son muy fuertes. El transplante se hace gradualmente. Es de suponer que el Maestro ocupó el cuerpo del Príncipe Rakoczi en aquellos momentos en que se le declaró “muerto”. Es posible que así le haya aparentado a los que lo rodeaban. Nada de extraño tendría que el Maestro hubiera fingido morir, ya que sabemos de otras dos ocasiones en que así lo hizo.
El Adepto que ocupa un “cuerpo prestado” tiene todo el poder para reformar la estructura atómica de ese cuerpo, de manera de adaptarlo a sus propias necesidades. Por esa razón el Conde Saint Germain no tenía necesidad alguna de comer, ni beber, ya que disponía de la Sustancia Universal, que obedece instantánea e incondicionalmente las órdenes de un Maestro.
El propio Maestro Saint Germain ha admitido haber ocupado unos cuarenta cuerpos prestados en diferentes ocasiones y por diferentes propósitos o misiones en la Tierra. Sabemos que uno de éstos fue el cuerpo de San José, esposo de María Virgen. Misión más delicada y misteriosa no ha habido nunca que sepamos ¡Después de dos mil y pico de años, aún se ignora la completa verdad!
Otra ocupación de cuerpo prestado fue la del Almirante Cristóbal Colón, destinado a encontrar, sin perderse ni naufragar, el “Nuevo Mundo” anunciado por el Maestro Jesús, donde debían desarrollarse tantas nuevas dimensiones y conciencias. Sabemos por un antepasado de esta autora, íntimo amigo y compañero de viajes de Colón, que eran ocultistas los dos, lo cual da margen para deducir que poseían los dos un grado avanzado de conocimientos y que Colón podía muy bien haber prestado su cuerpo al Adepto que lo llevó al éxito en sus viajes, al mismo tiempo que cumplía los planes de la Jerarquía Blanca, como atestiguan los archivos planetarios del Royal Tetón de Norteamérica y Machu Pichu en Sudamérica.
Una tercera ocupación parece haber sido la del Libertador Simón Bolívar, ya que las actuaciones del Maestro Saint Germain siempre han sido en pro de la liberación de humanos, de naciones, de ideas, y de almas. Esta hazaña de Bolívar, con toda la gloria y la importancia que se le da y que merece, no ha sido aceptada en toda su magnitud. Escalar los picos nevados de la Cordillera de Los Andes, sin caminos, libertar sin armas ni soldados de escuela, fueron una serie de milagros característicos del “Conde” Saint Germain, y del Maestro Saint Germain.
Asombraba a todo el mundo la memoria extraordinaria del Conde Saint Germain. Repetía páginas enteras después de una sola Ojeada. Hablaba sin acento alguno el alemán, el inglés, el italiano, el portugués, el español, el francés, el griego, el latín, el árabe, el chino, el hebreo, el caldeo, el sirio, el sánscrito, muchos dialectos orientales, y leía el cuneiforme babilónico y los jeroglíficos egipcios, todos con absoluta maestría.
El Conde era ambidextro. Podía escribir con ambas manos a la vez. Las dos mitades de su cerebro eran independientes, ya que con una mano podía escribir un soneto, y con la otra una carta de amor.
Aunque jamás hizo alarde de sus poderes ocultos, el Conde actuaba expontáneamente como un Mago Blanco, un Cabalista, un Hermetista, un alquimista, un Iluminista, un Templario, un Gnóstico, un Francmason y un Rosacruz. Era clarividente, claroaudiente, viajaba astralmente, etéricamente, cósmicamente. A veces no se le veía en tres días. Entraba en un trance profundo sin despertar. Esto podía ocurrirle en casa ajena o en la suya propia. El historiador vienés, Franz Graeffer relata que un día, en medio de una conversación con el Conde, de pronto lo vio ponerse serio, rígido como una estatua, sus ojos usualmente tan expresivos, se hicieron incoloros y sin vida. Al rato se reanimó, su puso de pie y haciendo un gesto de despedida con la mano exclamó en alemán “Ich cheide” (me voy), “me verán una vez más, mañana. Se me necesita en Constantinopla, luego en Inglaterra. Por ahora tengo que ir a preparar dos inventos que verán en el próximo siglo. Un barco y un tren”.
Tenía el hábito desconcertante de entrar en la cámara del Rey sin recurrir a las puertas. Simplemente aparecía y desaparecía sin disimular su facultad.
En las reuniones amenizaba relatando detalles de sus conexiones con Cleopatra, con Jesucristo, con la Reina de Saba, con Santa Isabel, con las Cortes de los Valois, con Santa Ana, con la antigua Roma, con Rusia, Turquía, Austria, China, Japón, La India. Tan pronto imitaba a Francisco I como revelaba altos secretos de Luis XIV, y de todo hablaba con mayor aplomo del que desplegaría el propio Encargado de Negocios de cada personaje.
En una ocasión en que relataba un episodio muy remoto, se detuvo con un pequeño aire de confusión y le dijo a su valet de pie: “Fue así el asunto, ¿no, Roger?” y Roger respondió: “El Señor Conde olvida que yo sólo tengo cuatrocientos años con Él. Eso ha debido ocurrir en tiempos de mi predecesor”. Por lo cual preguntamos aquí: ¿en dónde coloca, a Roger, con respecto a la teoría del nacimiento en el Castillo de Rakoczi?
Por supuesto que todos estos prodigios son catalogados por la humanidad corriente en términos de “Magia”, Blanca o Negra, según sea buena o mala. Pero como todo tiene una explicación perfectamente natural, y los seres humanos heredamos el mismo derecho legado por el Padre, Divino Creador nuestro, será bueno que se aclare el misterio de cada uno de los anteriores enigmas.
Cuando el ser humano alcanza su última encarnación en la Tierra, se dice que es Candidato para la Ascensión. La Ascensión ocurre porque la persona se ha desprendido de todas las ataduras con el planeta Tierra y con sus familiares; y al lograr limpiarse de toda la energía negativa, va llenando sus células de luz. Llega el momento en que la Magna Presencia YO SOY lo atrae hacia Ella y lo extrae de la Tierra: se ha vencido la gravedad de la Tierra. En ese momento el individuo tiene la oportunidad de escoger la Gloria o continuar ayudando a sus hermanos humanos. Es el momento en que el subconsciente vacía su contenido y el ego recuerda todas sus encarnaciones pasadas, sin sufrir molestia alguna. Además recupera todas sus habilidades adquiridas y todos los idiomas que habló a todo lo largo de su corriente de vida. Puede disponer de sus “Tesoros en el Cielo”, o sea de todo lo que contiene su Cuerpo Causal. Pero si el ego prefiere ascender a Gloria, debe entregar todo lo acumulado para bien de la humanidad.
La “Memoria Extraordinaria” no es, pues, sino la facultad natural de mirar hacia atrás y leer como en un libro, o ver como una película, lo que venga en gana en el pasado, sin el velo de Maya.
El ser ambidextro no es otra cosa que el haber sido “zurdo” en otras vidas. Es una habilidad adquirida y por lo tanto el individuo puede escribir con ambas manos.
La facultad de aparecer y desaparecer sin recurrir a las puertas, es condición de los cuerpos astral y etérico. El saber proyectarlos fuera del cuerpo físico se puede lograr con estudio y práctica. En vida del cuerpo físico éste se deja dormido en un lecho mientras se “viaja”. Ayuda mucho el saber primeramente, que al sólo pensar en un lugar o en una persona, se está allí o con ella.
En cuanto a Roger, es tal vez la prueba más consistente de que ambos estaban ocupando cuerpos prestados en aquel siglo. Roger manifestaba ser pupilo, iniciado y servidor inseparable del Maestro.
El Landgrave Carlos de Hesse-Cassel, Duque de Schleswig, emparentado con el Príncipe Rakoczi por la madre de éste, la Princesa de Hesse Rheinfels, era un ocultista muy adelantado, íntimo amigo del Conde y tal vez el único que conocía toda la verdad respecto a Él.
La muerte del Conde Saint Germain en el Castillo del Duque Carlos, en Eckernfoerde, en Suecia, el 27 de Febrero de 1784, es tan falsa como su nacimiento en Transilvania; pero no era la primera vez que el Maestro desaparecía de la circulación sin dejar tumba ni lápida, como veremos más adelante.
Por algo dijo Voltaire en una carta a Federico El Grande: “El Conde Saint Germain es el hombre que nunca muere y que todo lo sabe”.
El Duque Carlos quemó todos los papeles del Conde después que éste desapareció, quedando únicamente el manuscrito de la MUY SANTA TRINOSOFÍA, único libro que dejó escrito el Conde Saint Germain.
Intrigada, Mme. Blavatzki, dos siglos después, hizo un comentario en la Sociedad Teosófica:
“¿No es absurdo que un hombre de la notoriedad de Saint Germain haya sido enterrado sin pompa ni ceremonia, sin supervisión oficial, sin el registro policial que siempre interviene en los funerales de los hombres de rango? ¿Dónde están estos datos? ¡No existe ni un papel que los contenga!”
Añádase a esta negativa, que el Conde ha sido visto muchas veces después del año 1784: En una conferencia privada muy importante con la Reina Catalina de Rusia, en el año 1785; se le apareció a la Princesa Lamballe momentos antes de ser decapitada; se le apareció a Jeanne Dubarry, la amante del Rey, también en los momentos que esperaba en el patíbulo, en los días del Terror de 1793; que el Conde de Chalons dijo haber conversado con Saint Germain en 1788, en la plaza San Marcos en Venecia, la noche antes que él partiera a Francia.
En el siglo presente, por los años 1920, el obispo Leadbeater de la Iglesia Católica Liberal, paseando en Roma se encontró con el Maestro Saint Germain, vestido como cualquier caballero italiano y conversaron por más de una hora en el Pincio.
En los libros de la SAINT GERMAIN FOUNDATION, titulados “Misterios Develados” y “La Mágica Presencia”, hay múltiples ocasiones en que el Maestro apareció, desapareció, convivió, conversó y enseñó a los altos personajes de la mencionada fundación.
Hasta hace poco, muchas videntes aseguran haber visto al Maestro Saint Germain en sus visiones psíquicas; pero hace algún tiempo que nadie lo ha vuelto a ver. Esto es porque le fue ofrecida una nueva Ascensión a un plano Mayor, donde goza de mucho más libertad para sus funciones de Avatar de la Era. Sin embargo, el Señor Maha Chohán dijo en una comunicación muy reciente, que al Maestro le hace falta el contacto con la parte física que antes tenía.
La Llama Violeta, que antiguamente era desconocida, ahora forma parte de nuestra enseñanza porque el Maestro la ha traído como regalo suyo al Planeta Tierra. Esta llama era exclusivamente aplicada a los Egos que estaban a punto de ascender, o sea en los Retiros Espirituales.
RE-ENCARNACIONES DE SAINT GERMAIN ENTRE LOS AÑOS 303 Y 1561
- Saint Albans, Primer Mártir
Inglés. Se ignora el nacimiento. Murió en 303.
- Proclus, Neo-Platonista, nació
en 410, murió en 485.
- Robertus el Monje, indeciso,
entre los años 1156... 1211.
- Roger Bacon, el Monje Médico,
nació en 1214, murió en 1294.
- Christian Rosenkreutz, Fundador
de la Orden Rosa Cruz, nació en 1378, murió en 1484.
- Francis Bacon, Político,
Filósofo, Escritor Inglés, nació en 1561, última encarnación antes de
aparecer como el Príncipe Racokzi; al parecer no murió. Se dice que su
tumba está vacía.
Articulo extraído del libro: 4 en 1 de Conny
Mendez
No hay comentarios:
Publicar un comentario