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lunes, 7 de noviembre de 2016

Maestra Atenea: “Encontrad la paz dentro de vosotros. Allí reside la verdad”. Mensaje canalizado

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Maestra Atenea: “Encontrad la paz dentro de vosotros. Allí reside la verdad”.


(Se me muestra una figura femenina de luz dorada. Lleva un casco antiguo y una lanza o bara ya que su punta de flecha parece más una luz alargada)





Yo soy Atenea.
Mi presencia ha estado en varias épocas de la civilización en la tierra. En una de ellas fui conocida como la diosa de la guerra aunque esta fue una interpretación no correcta. En esa manifestación en  la Tierra vine con la misión de mostrar la energía del equilibrio de lo masculino y lo femenino, así como la verdad y justicia divina que hay en ello. Mi imagen de mujer fuerte y sabia era atípica y eso dio paso a que mi energía se considerase más masculina que femenina, sobretodo en esa época en que lo masculino era sinónimo de conocimiento, filosofía, política y fuerza militar. Me convirtieron en la musa de la guerra, aunque la intención de mi llegada era otra. Mi voluntad no era inspirar confrontaciones bélicas ni disputas, sino acompañar al equilibrio recordando a la mujer su fortaleza y al hombre que se centrara en sus luchas internas y no en la batalla externa. Fueron tiempos en que las mujeres pasaron a ser meras piezas de adorno y se convertían en posesiones. Su palabra no era escuchada y su sabiduría intuitiva tampoco. Y cuando así era, no era respetada pasando a ser instrumentos del patriarcado. Un patriarcado que olvidaba sus orígenes.
El patriarcado necesitaba recordar que las armas más poderosas no estaban hechas de metal sino de carne y huesos, ya que el Ser Superior de toda persona se encontraba allí mismo, morando en su corazón. La belleza siempre fue admirada y las formas de la mujer eran veneradas y ensalzadas en forma de musas y diosas. La fuerza masculina había de desprenderse de sus cascos, escudos y lanzas para verlos en el cuerpo de una mujer y rendirse a ella. Una rendición no de entregar su voluntad a designios de las féminas sino rendirse a la lucha por poder y posesión. No recordaban la paz de espíritu, solo lo conseguían cuando yacían en brazos de una mujer.
El libre albedrío de la humanidad es sagrado. Aquellos seres de luz que venimos desde tiempos inmemoriales  a acompañarlos en el proceso de ascensión respetamos esta ley, pues les respetamos a ustedes, moradores de la tierra. Respetamos su libertad de elección, tanto si las consecuencias eran amor o dolor. La diferencia entre una polaridad y otra era tan solo más o menos tiempo de aprendizaje. Nuestra visión es neutra, no nos centramos en bien o mal, sino en el camino que toman sus elecciones. El objetivo no es juzgar sino ser candiles que guían sus elecciones y sus pasos hacia su propio bienestar cuando así su alma lo demanda, aunque este bien  sea después de miles de auto maltratos y desviaciones del amor, después de desorientaciones caminando hacia el miedo en vez de hacia el amor o espíritu.
La desconexión de uno mismo fue tan perfecta  que todos parecían dirigirse a precipicios sin vuelta atrás. Épocas de guerras, odio y no respeto hacia el prójimo parecían que conducían a la humanidad hasta un barranco de inconsciencia infinita.
La entrada de la tierra en el cinturón de fotones y el movimiento de avance hacia la luz del amanecer del día galáctico permitió el la dirección hacia la consciencia y paulatinamente el conocimiento de uno mismo abrió caminos de vuelta a casa, hacia el ser divino que en realidad es el ser humano.
¡Sois valerosos guerreros! ¡Pero de vuestra humanidad! ¡Vuestra lucha es por querer retener y forzar el no regreso al amor!
Vengo a recordaros el Ser divino que sois. Vengo a mostraros que la lanza se mantiene erguida apuntando hacia arriba, hacia vuestra propia superioridad divina. Vuestro hogar. Una lanza que no amenaza a ningún hermano.
Miles de seres de luz se manifiestan de mil maneras distintas solo para inspiraros luz, consciencia y sabiduría del amor.
Vuestra batalla se encuentra en querer ir contracorriente. Vuestra lucha se encuentra en querer seguir al ego inferior en vez de al amoroso ser interno. Es vuestro afán por conseguir, y no por sentir ya todo en vuestro interior, en vuestro corazón.
Vivís ahora el tiempo de la desaparición del velo de la densidad. Ese velo que cegaba vuestra consciencia se está apartando debido a la alta frecuencia vibratoria en las que miles de almas ya están vibrando. Las altas frecuencias son vibraciones de sabiduría, la unión del conocimiento y el amor. Aunque por respeto a  la evolución de cada individualidad, hay quienes decidirán vivir aun en ese velo y así será, continuando con su evolución de consciencia en otras frecuencias.
Me retiro con este mensaje de paz y no de guerra. Encontrad la paz dentro de vosotros. Allí reside la Verdad. Dejad la guerra atrás. Luchas inconscientes que os llevaron al dolor y a alejaros de quienes sois. Reconoced vuestra sabiduría interna y abrazad las palabras de vuestro corazón. Es vuestro tiempo de reconocimiento de la luz del sol y del día. El periodo de la noche acabó.
Son tiempos de reconocimiento del amor. Que vuestra armadura sea vuestra consciencia dorada. Otra tierra está vibrando ya en octavas superiores. El amor os lleva hacia allí.
Me despido amorosamente y abrazando a cada uno de ustedes reconociendo vuestra pureza de luz, brillando más que millones de escudos al sol.
Con amor, fuerza y sabiduría, en la Verdad vibro,
Atenea
Un abrazo en luz,
Sonia

Mensaje canalizado por Sonia Coll 6 de noviembre de 2016
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