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jueves, 2 de noviembre de 2017

La Vida y La Muerte...Un Acuerdo Individual y Colectivo por Mónica Puenzo



La Vida y La Muerte...Un Acuerdo Individual y Colectivo 


Hola queridos Hermanos...Hoy les hablaré de la llegada a la materia y la partida de la misma.

Muchos saben de esta información, sin embargo lo expuesto aquí, podría sumarles más información.

Teniendo en cuenta que la información es Luz, y crea aperturas mentales y hasta de conciencia, cuando se incorpora o internaliza.

Cada llegada al plano material, como la elección de los padres, la geografía y el sistema social del lugar, son elecciones individuales y a su vez colectivas. Los futuros padres y en especial, la futura madre, sabe un año antes que un Ser (hijo) está por llegar, lo siente, lo sueña, lo sabe. Ese Ser (hijo) que llega ha elegido a esa mamá y papá porque sus patrones mentales son iguales y a través de la convivencia más íntima, irá resolviendo lo que llamamos el Karma Familiar. Es importante resaltar, que el hijo que llega, posee más evolución que los padres y es por esto que los “hijos, son una bendición”, pues jalan con su conciencia y actitud más elevada, la cadena ancestral de conflicto para resolverla. Esté presente o no durante toda su vida, pues las ausencias también son enseñanzas. Sin importar quién haya dado el primer paso.

Cada encarnación posee un propósito y una fecha de llegada, la cantidad y calidad de las experiencias a transitar y el modo de partir de la misma. En caso que hubiese rechazo y no se quiera recibir a ese Ser (hijo), es kármico y ese Ser (hijo) que llega cancela el rechazo que en otra vida generó a los actuales padres. Todo tiene un balance y un orden en el infinito Universo comandado por el UNO, la Mente Universal y Todopoderosa.

Si todo llega a término y finalmente el Ser (hijo) nace, comenzará un camino de reconocimiento a través de sus padres en un principio. Esto llevaría aproximadamente 21 años, que son 3 ciclos de 7 años. Algunos podrían madurar y ver estos aspectos mucho antes, y así transcender los aspectos negativos e incorporar o potenciar los aspectos positivos de tal vínculo.

Cada ciclo corresponde al desarrollo de un cuerpo. Desde el nacimiento hasta los 7 años, se desarrolla el potencial físico y etérico, se tiene memoria de la vida anterior y se comunican con su ángel o amigo imaginario, que es lo mismo. El desarrollo físico-etérico, permite conocer la capacidad que el físico posee a través del movimiento. Y vaya que se mueven en esa etapa. Son imparables. Están reconociendo la conciencia física-etética y todo el potencial que poseen, como fuerza física, destreza, habilidades de velocidad, maleabilidad, junto a un sistema inmunológico que aporta todo su poder para el desarrollo futuro de ese cuerpo en salud óptima, incorporando anticuerpos por las mal llamadas enfermedades virales, que son la vacuna natural para las etapas que siguen. Descontemos los virus creados por la oscuridad que no son naturales en la vida orgánica del Ser. En ese caso se debe atender el patrón o mecanismo que lo ha generado, más allá de lo concreto.

Desde los 7 años a los 14 años, toca el turno del desarrollo emocional...aquí llegan los super héroes o las heroínas...los que todo lo pueden. Como es el desarrollo de un cuerpo sutil, los estados de ánimo juegan un papel relevante y están a la orden del día...llegamos a la adolescencia, el pasillo entre la niñez y la adultez. Esta etapa es más comprometida que la anterior, pues en la anterior eran visibles las anomalías que podían presentarse y en ésta sólo se manifiestan por comportamiento y actitud, que tiene mucho que ver con los padres, según hayan pasado esta etapa con éxito o no, ó la hayan superado o no a posterior.

Llega la última etapa, la incorporación del mental y aquí es cuando muchos padres, que han formado una familia disfuncional, fallan por falta de madurez. No poseen poder y autoridad como padres y el niño, que no ha crecido, no lo hará con éstos padres.

Qué marca la madurez de una persona? El respeto

Cuando una persona no se respeta a sí misma, no lo hará con el otro, pues respetarse posee todas las virtudes divinas del Amor, la Comprensión, la Compasión, la Voluntad, la libre elección (no manejar la vida por un manual ancestral o social), etc.

La falta de la capacidad de respetarse crea seres duales, que dicen una cosa y hacen otra, mala combinación para educar a un Ser (hijo), el cual pierde todo el “respeto” por sus progenitores y la confianza...Cómo será ese Ser? ....Adivinaron.

A partir de los 21 años es Ser posee todas las herramientas, sanas e insanas que pudo aprender hasta el presente y es hora de buscar al futuro Ser que quiere Ser.

Todas las experiencias acordadas antes de la encarnación están más o menos cumplidas y dependerá de su Ser individual, cómo seguirá con las restantes. Si toma el camino del crecimiento o la repetición de patrones ancestrales.

Más allá de cómo hayan planteado su vida, el Ser, tiene una fecha de vencimiento en la materia, pautado por sí mismo y el modo en que se irá. Nada sale del orden Universal y me refiero a estás últimas encarnaciones que la humanidad transita. Para algunos es la última y para otros la penúltima. Esto lo aclaro pues son encarnaciones donde es más dificil crear karma, pues la conciencia expandida busca soluciones y no conflictos.

En el único caso en que no se avance en el presente, es cuando no se ha incorporado o desarrollado todo el mental y el Ser viva solo a expensas de pertenecer a cualquier grupo que le aporte contención, pues no ha podido desarrollarla por sí mismo.

Es así como vemos multitudes en las sectas, religiones, clubes, instituciones de todo tipo (incluso la familiar). Al ser agrupaciones de aprendizaje para la liberación del karma, el seguir perteneciendo a cualquiera de ellas da muestras claras de estancamiento y solo una intervención del acuerdo en lo Divino, puede catapultar al Ser, pero no sin sufrimiento.

Mencioné que la voluntad es un aspecto del respeto y si no se actúa voluntariamente, el Universo interviene, haciendo cumplir el acuerdo original, el que eligió el Ser, antes de encarnar.

Cuando se va del plano, lo hará también lo acordado, sin importar el cómo, donde y bajo qué circunstancias.
La partida es el momento más luminoso del Ser, sin embargo la desconexión grupal de la sociedad o civilización presente, ha creado una maraña de conflictos cuando en realidad es tan simple como la llegada y tan feliz o armoniosa como el cumplimiento de una tarea realizada que ha llegado a su fin...con todos los honores. La muerte es el regalo que nos permite darnos cuenta que la tarea está cumplida...completa o no, se verá más adelante. Menciono esto de completa o no, pues a veces quedan remanentes o restos que se cancelan o aprenden en la siguiente encarnación, pero al tener una fecha de partida, se debe cumplir, lo hace el Alma, es resguardo del Orden Universal. Lo que a Dios se le ha prometido, se cumple. De hecho, se realiza de modo automático sin dilaciones ni cuestionamientos, pues sabe que tendrá muchas oportunidades más para realizar experiencias materiales, emocionales y creativas.

No existe la mala praxis, no existe el accidente, no existe nada de aquello que la humanidad en lo global quiere determinar o a través de sus verdades, empobrecer el significado de la “muerte”, que sabemos que verdaderamente...NO EXISTE.

Volvemos a encontrarnos con el respeto o la falta del mismo, según asumamos la vida en su totalidad o parcialidad.

Nuestro tránsito por la materia, es un viaje, y un viaje para jugar a experimentar aquello que el Alma y el Espíritu requieren para avanzar a otros niveles...nada es lo que parece. Cuando en lo bajo en comprensión se juzga una muerte de horrible, el Alma está gozosa de haber cumplido lo prometió y ha elegido esa partida para saber y reconocer su fuerza, capacidad y elevación que posee en el cumplimiento.

Se ha dicho muchas veces que las almas más avanzadas se van durmiendo o despacito, sin embargo tenemos muchos casos de seres muy elevados que han dejado una marca imborrable debido a su partida, pues esa era la impresión que querían dejar...

Es como si dijera: Soy tan grande en la vida como en la muerte...Yo puedo y así lo elegí. Me lo he confirmado para mi propio reconocimiento.

En el caso que la partida tenga reminiscencias kármicas, se irá feliz por haber cancelado su “deuda” con el Universo y sabe que no tendrá que repetir ninguno de los aprendizajes que haya superado.

El suicidio tiene otras connotaciones, pues muchas veces se repiten de vida en vida por falta de aprendizaje, valor y respeto por la vida misma. No despeja al Ser para su reconocimiento pues la falta de valor, coraje y respeto, obnubila el propósito. Es cuando el Ser, está perdido. Vuelve a repetir la encarnación y a veces vuelve a crear o elegir, el mismo final o partida, hasta que despeja la mente y se permite recordar el conocimiento de quién es, desde lo inferior, en la materia.

Recuerden que nosotros y nuestros más cercanos seres, tenemos un acuerdo previo, y vale adentrarse en el propio para cumplirlo de manera impecable. Someterse al conocimiento de otros, a menos que tenga esa misión, no aporta respeto ni avance a nuestra existencia.

En Amor y Fe...Mónica Puenzo

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