Nota: Esta Canalización es un requisito previo a los Cuadernos
de notas de Febrero que serán difundidos al final de este mes.
Y aquí que yo vengo, amados del Uno e hijos del Amor.
Vendré como un ladrón en la noche, en vuestro Templo. El anuncio de mi llegada en vuestro Templo, y mi instalación para vuestra Eternidad, en lo que son ha sido preparada por muchos elementos, por muchas cosas.
Ámense como los he amado y como los amo, amar sin rodeos, sin límite, sin razón es la más bella de las luces posibles en este mundo que no es vuestro mundo y sin embargo que ustedes hallan de vuestros pasos. Y vengo a pedirle a cada uno de vosotros vuestra amistad y nuestro Amor. Todo está listo, todo está cumplido y finalmente todo comienza. Vendré en el momento oportuno, no solamente en vosotros, mis amigos, sino también delante de cada hermano y cada hermana, cualesquiera que sean sus andanzas, cualesquiera que sean sus negativas, a proponer la misma amistad, aquella de la Verdad, la de la Abundancia, la de la Transparencia. No les pido nada, vengo simplemente a esperar, como ustedes mismos esperaban en este día.
El tiempo de espera no es tiempo en vano, es el tiempo que les ha sido concedido para llevar a cabo nuestra amistad y amor. También por la Gracia de los Arcángeles, por la Gracia de los Ancianos, por la Gracia de las Estrellas y de mi Madre, por la Gracia del conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, el camino está abierto. Los velos están disueltos, poniendo en relieve la Esencia del Amor que ustedes son.
Entonces sí, vendré en cada uno, presentándome, nombrándome, y si lo aceptan, ya nada podrá delante de nuestra presencia unida, en la verdad del Amor Uno. Ninguna sombra, ninguna culpa puede, si ustedes lo quieren, resistir nuestra amistad. No hay nada más que preparar de ahora en adelante que mi venida, no hay nada más que esperar porque ya todo está ahí, en estos tiempos donde todo se transforma, como se lo revelé a mi vez a mi amado Juan, el primero que pudo percibir la totalidad de mi Regreso, la totalidad de la Verdad y la acción del Supramental, de la Inteligencia de la Luz en este mundo, restituyéndoles el hilo conductor de vuestra Eternidad.
Y es así que vengo, con la espada afilada, a fin de restituirlos a lo que desean, a fin de restituirlos a lo que vibran, de acuerdo con el Espíritu o en acuerdo con el alma, según la intensidad de nuestra amistad y de nuestro Amor. Vengo a sellar y a desatar la Promesa y el Juramento al mismo tiempo, y también a liberar la carne, vuestra carne, a fin de que la Acción de la Gracia sea vuestro cotidiano en el seno de la Eternidad donde ninguna noche puede ocurrir, donde ningún obstáculo puede sostenerse.
Tú, quienquiera que seas, lo que sea que manifiestes, lo que sea que esperes o que dudes, mi amistad y mi Amor es el mismo. Una Madre ama a cada uno de sus hijos y su Hijo ama a todos sus hermanos y hermanos de la misma manera, con la misma intensidad, sin noción de retribución, sin noción de recompensa y aún menos de castigo ya que eres tú mismo quien considerarás a la luz de nuestra amistad, el peso de tu densidad de la Eternidad en el momento en que me instale. En vosotros, en cada uno de ustedes se jugará nuestro Reencuentro, haciendo de ustedes los Hijos Ardientes del Sol, los Hijos de la Luz, estandartes de la Luz, bañando e irradiando de la Vida Una, del Amor Uno. Nosotros danzaremos juntos la Danza de la Eternidad.
Y ahora que vengo ya en cada uno de ustedes, personalmente, antes de venir al conjunto de ustedes, en vuestra totalidad, en vuestra humanidad Una, en vuestra humanidad que ya escogió otros caminos que mi amistad y para la cual la misma Gracia será acordada. Cada uno elegirá, diría, en su conciencia o en su alma y conciencia, o en su negación incluso, cada uno va a sentir la resonancia del Amor que ha dado, del Amor que se es dado y del Amor que ha recibido, testimoniando así de ustedes mismos y de mí en nuestra Eternidad Una.
Hijos Ardientes del Sol, abrasen en vosotros la Eternidad. Yo vengo a amplificar el Corazón Ascensional y comenzar vuestra Resurrección con ustedes, en plegaria y en Gracia. Mi Madre viene a decirles, a anunciarles claramente, a susurrarles en vuestra alma o en vuestra consciencia, imprimiendo en esta carne el Fuego del Amor, el Fuego del Espíritu y el Fuego de la Verdad. Piensen en mi como yo pienso en ustedes, muy lejos del marco histórico, aún más lejos de todo marco religioso. Vengo a cantar en vosotros el Canto de la Libertad, el Canto de los talleres de la Creación, vengo a asistir a vuestra Resurrección, en la Alegría perpetua.
No les pido otra cosa que estar presentes, que encarar y finalmente darme el lugar que es el de vuestra Eternidad. No les pido otra cosa que responder a lo que es o a lo que no es aún. Vengo a decirles en este día, no tener miedo, colocar el Amor en el centro, colocar el Amor adelante, colocar el Amor atrás, colocar el Amor a la izquierda, el Amor a la derecha ya que esto es lo que sois. Solo los velos les han ocultado esta verdad esencial sin la cual incluso no podrían posar vuestros pies sobre este mundo. A pesar de las ilusiones, a pesar de las mentiras, estáis aquí, en vida y en Verdad. Vengo a mostrarles vuestro Camino, vuestra Verdad y vuestra Vida. No les pido nada más que compartir vuestra amistad conmigo y con todos aquellos de entre vosotros que se reconocerán, por el corazón y por el Espíritu, iluminando con vuestras Lámparas despiertas lo que debe serlo, lo que debe disolverse en la Ley de la Gracia.
Vengo a darles la bendición del Padre. Vengo a restituirlos a vosotros mismos. Ningún conocimiento, ninguna solicitud necesita ser formulada ya que lo que veo y verán es simplemente la manera en que han amado. Ninguna historia en este mundo tiene valor ante la Eternidad, ningún rol, ninguna función es más alta que otra. Aquellos que querrán elevarse sin pasar por nuestra amistad serán rebajados, aquellos que encontraré en la Transparencia, en la esperanza la más noble y en la Transparencia y la sinceridad, no tendrán ningún temor porque el Amor los colmará. Así es mi amistad, así es nuestra fraternidad que sobrepasa todas las condiciones y todas las circunstancias en vuestro mundo.
Vengo a pedirles: “Quieres ser mi amigo, quieres ser el hijo digno del Sol y del Padre, quieren ser los dignos hijos de nuestra Madre común, liberando todas las zonas de sombra y todos los miedos que puedan manifestarse en vosotros?” Colgándose a la roca eterna de nuestra filiación común, la que no tiene ningún rol ni ningún lugar en la división porque vuestro único lugar es el de vuestra Libertad y de vuestra Verdad, cualquiera que ella sea. Hay solo que aceptar y nadie podrá sustraerse a su propio pesaje por sí mismo. De la manera en que han amado, no solamente en este instante o en esta vida, sino en el resultante del conjunto de vuestros pasos señalados en este mundo desde hace mucho tiempo, se devela a vosotros en su desnudez, en su simplicidad y en su belleza.
Vengo a danzar con vosotros en el Silencio de la Eternidad. La esperanza, la fe e incluso la creencia que han construido en mi Retorno en vosotros, se revelará Verdad absoluta. Incluso aquellos entre ustedes que no han podido o querido amar como los he amado, por los sufrimientos, por los velos o por las circunstancias particulares, no tienen nada que temer a nuestro encuentro porque en ese momento allí también podremos, cualquiera que sea su estado, y si lo aceptan, construir juntos instantáneamente el puente de la Gracia hacia vuestra Eternidad ya que yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Vendré también a pedirles, si no está ya hecho, dejar morir lo que no es amor, en vosotros como en cada uno, respetando la libertad y la elección del trayecto del alma o de la desnudez de la conciencia. Hijos del Uno, hijos nacidos del Amor y para el Amor, vengo a nombrarlos llamarlos a ser inscritos en el Libro de la Vida Eterna que no conoce ni principio ni fin, allí donde toda la vida les es ofrecida en la más grande de las compasiones y en la más grande de las libertades posibles e imaginables.
En vuestro Templo, como en cada faceta de vuestra conciencia, encontrarán mi Presencia y mi resplandor. Yo soy el Consolador, yo soy aquel que corta lo que debe ser cortado, en libertad y de acuerdo con vuestra elección y la resonancia más o menos grande de vuestra verdad con la Verdad del Amor. Los signos de mi Regreso, de manera visible y en el mundo y no solo en su Templo, serán evidentes para cada uno de vosotros, ante la realización de los innumerables signos y visiones transmitidas al bien amado Juan. En estos tiempos tan intensos, no les queda más que deponer todas las armas del miedo, deponer todas vuestras penas a mis pies a fin de que mi Corazón las absorba.
Yo soy el consuelo, yo soy la esperanza y soy sobre todo lo que ustedes son en Eternidad, el hijo Ardiente del Sol, cuya paz y alegría no conocen ninguna tregua ni sedación. Yo soy el Templo de la Libertad, el Templo de la Justicia, el Templo de la Verdad, el Templo de la Igualdad, y mi Templo es vuestro Templo y mi Corazón es vuestro corazón.
¿Qué pueden temer, ustedes de los cuales incluso los miedos solo representan, en definitiva, el sentimiento de carencia de amor hacia ustedes mismos, o hacia la Fuente, hacia vuestros hermanos y hermanas y hacia las heridas de la vida? Vengo a quitar todo sufrimiento a condición de que acepten confiármelos, a fin de que los libere. Solo tengo necesidad de una señal de vuestro corazón, solo tengo necesidad de vuestra atención y vengo a responder al conjunto de vuestras necesidades.
La Luz de la Verdad, la Luz que devela, toca no solamente a la puerta de vuestro Templo, sino que ya, desde hace algunos días, abrió lo que quedaba por abrir para vivir la última Pascua, la de vuestra Resurrección al mismo tiempo que mi Resurrección. No me esperen en la carne ya que serán engañados, pero vuestro corazón no puede engañarlos, solo el intelecto puede engañarlos. Nos reconocemos y nos reconoceremos en el Amor que brilla ante nosotros, en nuestro corazón y sobre nuestra frente ya que ustedes también, si lo desean, son el bálsamo del señor, aquel cuya unción puso el bálsamo para la curación, el bálsamo de la Alegría.
Cuando les pregunto si quieren ser mi amigo, no les pido otra cosa que dejar las ilusiones, las creencias, lo que es falso, sin compromiso y en la humildad. El tiempo se ha cumplido, ustedes lo saben, y lo que ahora se realiza solo es Justicia y Libertad. De nuestro encuentro resultará vuestro lugar. Ningún lugar es mejor que otro, ninguno es más alto que otro, hay solo Amor o no amor y el no-amor no es nada, es justo, yo diría una forma de enmascarar cuya traducción es el miedo pero que no tiene ningún sentido en la Eternidad. Les recuerdo que no podrán traer, de una manera general ni vuestros miedos, ni vuestros bienes, ni ninguna adquisición en el seno de este mundo ya que los quiero desnudos, ya que los quiero tal como son en verdad y no tal como manifiestan en este mundo lo que se espera de ustedes.
Yo soy vuestra verdadera Familia, aquella donde no hay ni chantaje ni sufrimiento, ni condicionamiento, ni violencia, porque vengo a zanjar y vengo en paz, ¿cómo podría ser de otra forma? Los tiempos del miedo se han ido, la Gracia los llena de manera natural de todos los atributos del Amor, de toda la Verdad del Amor. No tienen nada que proteger, no tienen nada más que esperar ya que esto es ahora. Todo lo que será observado en la superficie de este mundo, como en toda conciencia, solo es la revelación del Amor. Solo vuestra forma ilusoria puede ver otra cosa, solo la adhesión a sí mismos, de manera incongruente, puede privarlos de nuestra amistad. Es necesario para esto que se despojen de todas sus cargas, es necesario para esto que cada uno de ustedes acoja, con brazos abiertos, la Verdad de nuestro Padre y nuestra Madre, lugar donde se sitúa el ardor del Espíritu, la ardiente sed de vuestros reencuentros consigo mismos.
Mi presencia se hará cada vez más sensible, al mismo título de aquellos que los han acompañado y cuya ronda se establece ahora íntegramente en vuestro corazón, y en ninguna otra parte, dándoles incluso para disolver todo lo que no es la expresión y la manifestación directa del Amor puro, del Amor incondicional y del Amor-verdad. Es imposible, en este nivel, de ser engañado o de engañarse porque vuestra esperanza en mi Presencia a puesto fin a las veleidades de dualidad impuestas por este mundo y por vuestro efímero.
En estos momentos particulares, y durante los momentos del Llamado, comprenderán y vivirán por ustedes mismos la Verdad del Amor y la Verdad de lo que no es amor, en nuestra reunión y en nuestra amistad. Recuerden que la principal manifestación del Amor es la Alegría, el Amor se basta a sí mismo, nuestra amistad se basta a sí misma, ella es la totalidad, ella es también cada particularidad en este mundo, y yo diría también a pesar de todo Vuestro estado actual, vuestro estado en curso de instalación, solo les muestra la distancia o la proximidad que existe entre ustedes y yo. En esta ausencia de distancia habrá concordancia, habrá éxtasis y habrá arrobamiento en las Moradas del Eterno, en las Moradas de vuestros orígenes, en los múltiples espacios donde no puede existir ninguna sombra, sufrimiento ni resistencia.
No vengo a pedirles que me sigan, vengo a pedirles ser lo que son, transcendiendo y olvidando todo lo que hace sufrimiento, todo lo que hace temor, todo lo que puede obstruir o interferir en nuestra amistad. Nuestra amistad es una garantía sobre la Verdad. No vengo por lo tanto a pedirles que me sigan sino ser lo que son y recorrer las esferas de la Eternidad, si tal es vuestro estado, si tal es vuestra conciencia. Cada lugar, cada conciencia es respetable, no importando que ella responda favorablemente o desfavorablemente a nuestra amistad. La Alegría de una tal intensidad vendrá a poner fin inmediatamente a todo sufrimiento, a todo miedo, en el caso donde sellemos nuestra amistad y los colmará de la Gracia eterna del Amor y de la Alegría, sin justificación, sin razón, sin explicaciones, transcendiendo las manifestaciones y obstáculos de lo efímero, haciendo quemar y disolver todo lo que no tiene razón de ser en el seno de nuestra amistad y nuestra Libertad.
Entonces, amados del Uno, los quiero devotos y enteros, con tanta intensidad que pueda existir en el corazón de nuestra amistad. Cualquiera que sea vuestro estado de este cuerpo, cualquiera que sea vuestro estado de sufrimiento residual o de temor, yo seré la curación y la desaparición de todo lo que pueda dificultar o retrasar nuestra Verdad Una.
En cada uno de vosotros está la misma flama y la misma intensidad y la misma sed. Vengo a pedirles si quieren vivir en el seno de la Eternidad, allí donde el agua de vida no puede faltar, allí donde están saciados a cada instante de vuestra conciencia, donde la Plenitud no puede dejar ninguna deficiencia en la perfección de la conciencia Una y liberada. Vengo a darles a ustedes mismos, porque yo soy Don, a la altura de lo que ustedes han dado y distribuido, no por el interés pero por espontaneidad y por verdad sin otra implicación que el Don de ustedes mismos a vuestra propia Eternidad. Yo estaré en la encrucijada de vuestras opciones, iluminándolas con la misma intensidad y la misma comprensión que nada tiene que hacer de vuestra historia personal, que nada tiene que ver de lo que puede quedar, resistiendo en ustedes mismos. Lo que yo soy y lo que ustedes son resuena en la Gracia, resuena en la Libertad. Lo que no es Amor no tiene lugar en el Amor, lo que es Amor será restituido al Amor.
Amados del Amor permítanme, en el espacio de nuestro silencio, acercarme a nuestra amistad y para algunos de ustedes, leyendo mis palabras o escuchándolas, entonces la completud se presentará en el instante o en los instantes por venir. Esto está abierto a ustedes desde hoy.
Así, hago silencio de mis palabras a fin de disolver vuestras palabras también.
...silencio...
Así puedo decir como mi Padre y nuestro Padre lo ha dicho, la Fuente: “Mi Amigo, mi Amado, ¿quieres tu serlo? Mi Amigo, mi Amado, ¿quieres tu vivirlo o prefieres silenciar la elección de tu persona y de tu efímero?” Porque tienes que elegir, tienes que decidir, allí está la última Gracia del Llamado de mi Madre y de mi Llamado, que no es otro que el Llamado de tu corazón para tu reunión y tu unión a tu Eternidad. No tengo necesidad de ninguna palabra ni de ninguna actitud ya que veo lo que cada uno de ustedes es, ha sido y será, ya que veo en cada uno de ustedes mi imitación o no, vuestra desaparición, o no, y nada ni nadie podrá engañarse y ser engañado, ya que la Gracia de la Verdad tomará todo el espacio y todo el tiempo, viniendo a despertarles el interior, viniendo a mostrarles, en esta reconexión, la Verdad que no tiene principio ni fin.
Hijos del uno, dancemos de nuevo la Danza del Silencio en el espacio de la belleza, ahora.
...Silencio...
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida y tú eres la Vida, la Verdad y el Camino ya que somos Uno. El sentido de toda separación debe desaparecer, ser quemado en la indiferencia y el Fuego del Amor a fin de que mi petición de amistad se engalane con todos los atavíos del Amor.
En estos instantes que viven, donde sea que estén en la superficie de este mundo, van a mostrar no la persona sino buscar primero en cada circunstancia, en cada mirada, en cada interacción entre ustedes la mirada del Amor, la mirada del corazón, hacer caer las palabras y los pensamientos que nos alejan el uno del otro, aquellas donde hay juicio, aquellas donde hay desconfianza, aquellas donde hay temor. No den peso a lo que es ya pesado, den la debida importancia a la Eternidad.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y les ofrezco mis bendiciones, les ofrezco lo que ustedes son, más allá de todo el resto. Les digo: en el Amor, les digo: en nuestro Amor. Amémonos. Les agradezco de haberme acogido, les agradezco de haberme escuchado, le agradezco de haberme leído y cuento con cada uno de vosotros, porque cada uno de ustedes es el Único y el Amado del Uno.
Yo soy el Cristo y los bendigo en vuestro nombre, en mi nombre y en el nombre de mi amistad como de vuestra amistad, si lo quieren bien, y unidos les digo que no recen pero permanezcan en la brillante Luz de la Verdad, ahora y para siempre. El tiempo es ahora, de retirarme, pero retirarme en vosotros, allí donde se encuentra vuestra belleza, respondiendo a cada solicitud, a cada pensamiento; cada vez que el Amor esté puesto cara a cara, yo estaré allí y verán por mis ojos, y sentirán por mi carne, y vivirán en mi Espiritu que es el vuestro. Una vez más, los amo y son dignos y mucho más que esto. En el Amor del Amor y en nuestra amistad, me retiro en vosotros ahora.
Esta es mi palabra, inscrita al final de los cuadernos de notas de Febrero y responderá, en mi nombre a las preguntas que puedan hacer al final de este cuaderno.
Y aquí vengo.
Por : Joseph.
Traducción Odilia Rivera
Y aquí que yo vengo, amados del Uno e hijos del Amor.
Vendré como un ladrón en la noche, en vuestro Templo. El anuncio de mi llegada en vuestro Templo, y mi instalación para vuestra Eternidad, en lo que son ha sido preparada por muchos elementos, por muchas cosas.
Ámense como los he amado y como los amo, amar sin rodeos, sin límite, sin razón es la más bella de las luces posibles en este mundo que no es vuestro mundo y sin embargo que ustedes hallan de vuestros pasos. Y vengo a pedirle a cada uno de vosotros vuestra amistad y nuestro Amor. Todo está listo, todo está cumplido y finalmente todo comienza. Vendré en el momento oportuno, no solamente en vosotros, mis amigos, sino también delante de cada hermano y cada hermana, cualesquiera que sean sus andanzas, cualesquiera que sean sus negativas, a proponer la misma amistad, aquella de la Verdad, la de la Abundancia, la de la Transparencia. No les pido nada, vengo simplemente a esperar, como ustedes mismos esperaban en este día.
El tiempo de espera no es tiempo en vano, es el tiempo que les ha sido concedido para llevar a cabo nuestra amistad y amor. También por la Gracia de los Arcángeles, por la Gracia de los Ancianos, por la Gracia de las Estrellas y de mi Madre, por la Gracia del conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, el camino está abierto. Los velos están disueltos, poniendo en relieve la Esencia del Amor que ustedes son.
Entonces sí, vendré en cada uno, presentándome, nombrándome, y si lo aceptan, ya nada podrá delante de nuestra presencia unida, en la verdad del Amor Uno. Ninguna sombra, ninguna culpa puede, si ustedes lo quieren, resistir nuestra amistad. No hay nada más que preparar de ahora en adelante que mi venida, no hay nada más que esperar porque ya todo está ahí, en estos tiempos donde todo se transforma, como se lo revelé a mi vez a mi amado Juan, el primero que pudo percibir la totalidad de mi Regreso, la totalidad de la Verdad y la acción del Supramental, de la Inteligencia de la Luz en este mundo, restituyéndoles el hilo conductor de vuestra Eternidad.
Y es así que vengo, con la espada afilada, a fin de restituirlos a lo que desean, a fin de restituirlos a lo que vibran, de acuerdo con el Espíritu o en acuerdo con el alma, según la intensidad de nuestra amistad y de nuestro Amor. Vengo a sellar y a desatar la Promesa y el Juramento al mismo tiempo, y también a liberar la carne, vuestra carne, a fin de que la Acción de la Gracia sea vuestro cotidiano en el seno de la Eternidad donde ninguna noche puede ocurrir, donde ningún obstáculo puede sostenerse.
Tú, quienquiera que seas, lo que sea que manifiestes, lo que sea que esperes o que dudes, mi amistad y mi Amor es el mismo. Una Madre ama a cada uno de sus hijos y su Hijo ama a todos sus hermanos y hermanos de la misma manera, con la misma intensidad, sin noción de retribución, sin noción de recompensa y aún menos de castigo ya que eres tú mismo quien considerarás a la luz de nuestra amistad, el peso de tu densidad de la Eternidad en el momento en que me instale. En vosotros, en cada uno de ustedes se jugará nuestro Reencuentro, haciendo de ustedes los Hijos Ardientes del Sol, los Hijos de la Luz, estandartes de la Luz, bañando e irradiando de la Vida Una, del Amor Uno. Nosotros danzaremos juntos la Danza de la Eternidad.
Y ahora que vengo ya en cada uno de ustedes, personalmente, antes de venir al conjunto de ustedes, en vuestra totalidad, en vuestra humanidad Una, en vuestra humanidad que ya escogió otros caminos que mi amistad y para la cual la misma Gracia será acordada. Cada uno elegirá, diría, en su conciencia o en su alma y conciencia, o en su negación incluso, cada uno va a sentir la resonancia del Amor que ha dado, del Amor que se es dado y del Amor que ha recibido, testimoniando así de ustedes mismos y de mí en nuestra Eternidad Una.
Hijos Ardientes del Sol, abrasen en vosotros la Eternidad. Yo vengo a amplificar el Corazón Ascensional y comenzar vuestra Resurrección con ustedes, en plegaria y en Gracia. Mi Madre viene a decirles, a anunciarles claramente, a susurrarles en vuestra alma o en vuestra consciencia, imprimiendo en esta carne el Fuego del Amor, el Fuego del Espíritu y el Fuego de la Verdad. Piensen en mi como yo pienso en ustedes, muy lejos del marco histórico, aún más lejos de todo marco religioso. Vengo a cantar en vosotros el Canto de la Libertad, el Canto de los talleres de la Creación, vengo a asistir a vuestra Resurrección, en la Alegría perpetua.
No les pido otra cosa que estar presentes, que encarar y finalmente darme el lugar que es el de vuestra Eternidad. No les pido otra cosa que responder a lo que es o a lo que no es aún. Vengo a decirles en este día, no tener miedo, colocar el Amor en el centro, colocar el Amor adelante, colocar el Amor atrás, colocar el Amor a la izquierda, el Amor a la derecha ya que esto es lo que sois. Solo los velos les han ocultado esta verdad esencial sin la cual incluso no podrían posar vuestros pies sobre este mundo. A pesar de las ilusiones, a pesar de las mentiras, estáis aquí, en vida y en Verdad. Vengo a mostrarles vuestro Camino, vuestra Verdad y vuestra Vida. No les pido nada más que compartir vuestra amistad conmigo y con todos aquellos de entre vosotros que se reconocerán, por el corazón y por el Espíritu, iluminando con vuestras Lámparas despiertas lo que debe serlo, lo que debe disolverse en la Ley de la Gracia.
Vengo a darles la bendición del Padre. Vengo a restituirlos a vosotros mismos. Ningún conocimiento, ninguna solicitud necesita ser formulada ya que lo que veo y verán es simplemente la manera en que han amado. Ninguna historia en este mundo tiene valor ante la Eternidad, ningún rol, ninguna función es más alta que otra. Aquellos que querrán elevarse sin pasar por nuestra amistad serán rebajados, aquellos que encontraré en la Transparencia, en la esperanza la más noble y en la Transparencia y la sinceridad, no tendrán ningún temor porque el Amor los colmará. Así es mi amistad, así es nuestra fraternidad que sobrepasa todas las condiciones y todas las circunstancias en vuestro mundo.
Vengo a pedirles: “Quieres ser mi amigo, quieres ser el hijo digno del Sol y del Padre, quieren ser los dignos hijos de nuestra Madre común, liberando todas las zonas de sombra y todos los miedos que puedan manifestarse en vosotros?” Colgándose a la roca eterna de nuestra filiación común, la que no tiene ningún rol ni ningún lugar en la división porque vuestro único lugar es el de vuestra Libertad y de vuestra Verdad, cualquiera que ella sea. Hay solo que aceptar y nadie podrá sustraerse a su propio pesaje por sí mismo. De la manera en que han amado, no solamente en este instante o en esta vida, sino en el resultante del conjunto de vuestros pasos señalados en este mundo desde hace mucho tiempo, se devela a vosotros en su desnudez, en su simplicidad y en su belleza.
Vengo a danzar con vosotros en el Silencio de la Eternidad. La esperanza, la fe e incluso la creencia que han construido en mi Retorno en vosotros, se revelará Verdad absoluta. Incluso aquellos entre ustedes que no han podido o querido amar como los he amado, por los sufrimientos, por los velos o por las circunstancias particulares, no tienen nada que temer a nuestro encuentro porque en ese momento allí también podremos, cualquiera que sea su estado, y si lo aceptan, construir juntos instantáneamente el puente de la Gracia hacia vuestra Eternidad ya que yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Vendré también a pedirles, si no está ya hecho, dejar morir lo que no es amor, en vosotros como en cada uno, respetando la libertad y la elección del trayecto del alma o de la desnudez de la conciencia. Hijos del Uno, hijos nacidos del Amor y para el Amor, vengo a nombrarlos llamarlos a ser inscritos en el Libro de la Vida Eterna que no conoce ni principio ni fin, allí donde toda la vida les es ofrecida en la más grande de las compasiones y en la más grande de las libertades posibles e imaginables.
En vuestro Templo, como en cada faceta de vuestra conciencia, encontrarán mi Presencia y mi resplandor. Yo soy el Consolador, yo soy aquel que corta lo que debe ser cortado, en libertad y de acuerdo con vuestra elección y la resonancia más o menos grande de vuestra verdad con la Verdad del Amor. Los signos de mi Regreso, de manera visible y en el mundo y no solo en su Templo, serán evidentes para cada uno de vosotros, ante la realización de los innumerables signos y visiones transmitidas al bien amado Juan. En estos tiempos tan intensos, no les queda más que deponer todas las armas del miedo, deponer todas vuestras penas a mis pies a fin de que mi Corazón las absorba.
Yo soy el consuelo, yo soy la esperanza y soy sobre todo lo que ustedes son en Eternidad, el hijo Ardiente del Sol, cuya paz y alegría no conocen ninguna tregua ni sedación. Yo soy el Templo de la Libertad, el Templo de la Justicia, el Templo de la Verdad, el Templo de la Igualdad, y mi Templo es vuestro Templo y mi Corazón es vuestro corazón.
¿Qué pueden temer, ustedes de los cuales incluso los miedos solo representan, en definitiva, el sentimiento de carencia de amor hacia ustedes mismos, o hacia la Fuente, hacia vuestros hermanos y hermanas y hacia las heridas de la vida? Vengo a quitar todo sufrimiento a condición de que acepten confiármelos, a fin de que los libere. Solo tengo necesidad de una señal de vuestro corazón, solo tengo necesidad de vuestra atención y vengo a responder al conjunto de vuestras necesidades.
La Luz de la Verdad, la Luz que devela, toca no solamente a la puerta de vuestro Templo, sino que ya, desde hace algunos días, abrió lo que quedaba por abrir para vivir la última Pascua, la de vuestra Resurrección al mismo tiempo que mi Resurrección. No me esperen en la carne ya que serán engañados, pero vuestro corazón no puede engañarlos, solo el intelecto puede engañarlos. Nos reconocemos y nos reconoceremos en el Amor que brilla ante nosotros, en nuestro corazón y sobre nuestra frente ya que ustedes también, si lo desean, son el bálsamo del señor, aquel cuya unción puso el bálsamo para la curación, el bálsamo de la Alegría.
Cuando les pregunto si quieren ser mi amigo, no les pido otra cosa que dejar las ilusiones, las creencias, lo que es falso, sin compromiso y en la humildad. El tiempo se ha cumplido, ustedes lo saben, y lo que ahora se realiza solo es Justicia y Libertad. De nuestro encuentro resultará vuestro lugar. Ningún lugar es mejor que otro, ninguno es más alto que otro, hay solo Amor o no amor y el no-amor no es nada, es justo, yo diría una forma de enmascarar cuya traducción es el miedo pero que no tiene ningún sentido en la Eternidad. Les recuerdo que no podrán traer, de una manera general ni vuestros miedos, ni vuestros bienes, ni ninguna adquisición en el seno de este mundo ya que los quiero desnudos, ya que los quiero tal como son en verdad y no tal como manifiestan en este mundo lo que se espera de ustedes.
Yo soy vuestra verdadera Familia, aquella donde no hay ni chantaje ni sufrimiento, ni condicionamiento, ni violencia, porque vengo a zanjar y vengo en paz, ¿cómo podría ser de otra forma? Los tiempos del miedo se han ido, la Gracia los llena de manera natural de todos los atributos del Amor, de toda la Verdad del Amor. No tienen nada que proteger, no tienen nada más que esperar ya que esto es ahora. Todo lo que será observado en la superficie de este mundo, como en toda conciencia, solo es la revelación del Amor. Solo vuestra forma ilusoria puede ver otra cosa, solo la adhesión a sí mismos, de manera incongruente, puede privarlos de nuestra amistad. Es necesario para esto que se despojen de todas sus cargas, es necesario para esto que cada uno de ustedes acoja, con brazos abiertos, la Verdad de nuestro Padre y nuestra Madre, lugar donde se sitúa el ardor del Espíritu, la ardiente sed de vuestros reencuentros consigo mismos.
Mi presencia se hará cada vez más sensible, al mismo título de aquellos que los han acompañado y cuya ronda se establece ahora íntegramente en vuestro corazón, y en ninguna otra parte, dándoles incluso para disolver todo lo que no es la expresión y la manifestación directa del Amor puro, del Amor incondicional y del Amor-verdad. Es imposible, en este nivel, de ser engañado o de engañarse porque vuestra esperanza en mi Presencia a puesto fin a las veleidades de dualidad impuestas por este mundo y por vuestro efímero.
En estos momentos particulares, y durante los momentos del Llamado, comprenderán y vivirán por ustedes mismos la Verdad del Amor y la Verdad de lo que no es amor, en nuestra reunión y en nuestra amistad. Recuerden que la principal manifestación del Amor es la Alegría, el Amor se basta a sí mismo, nuestra amistad se basta a sí misma, ella es la totalidad, ella es también cada particularidad en este mundo, y yo diría también a pesar de todo Vuestro estado actual, vuestro estado en curso de instalación, solo les muestra la distancia o la proximidad que existe entre ustedes y yo. En esta ausencia de distancia habrá concordancia, habrá éxtasis y habrá arrobamiento en las Moradas del Eterno, en las Moradas de vuestros orígenes, en los múltiples espacios donde no puede existir ninguna sombra, sufrimiento ni resistencia.
No vengo a pedirles que me sigan, vengo a pedirles ser lo que son, transcendiendo y olvidando todo lo que hace sufrimiento, todo lo que hace temor, todo lo que puede obstruir o interferir en nuestra amistad. Nuestra amistad es una garantía sobre la Verdad. No vengo por lo tanto a pedirles que me sigan sino ser lo que son y recorrer las esferas de la Eternidad, si tal es vuestro estado, si tal es vuestra conciencia. Cada lugar, cada conciencia es respetable, no importando que ella responda favorablemente o desfavorablemente a nuestra amistad. La Alegría de una tal intensidad vendrá a poner fin inmediatamente a todo sufrimiento, a todo miedo, en el caso donde sellemos nuestra amistad y los colmará de la Gracia eterna del Amor y de la Alegría, sin justificación, sin razón, sin explicaciones, transcendiendo las manifestaciones y obstáculos de lo efímero, haciendo quemar y disolver todo lo que no tiene razón de ser en el seno de nuestra amistad y nuestra Libertad.
Entonces, amados del Uno, los quiero devotos y enteros, con tanta intensidad que pueda existir en el corazón de nuestra amistad. Cualquiera que sea vuestro estado de este cuerpo, cualquiera que sea vuestro estado de sufrimiento residual o de temor, yo seré la curación y la desaparición de todo lo que pueda dificultar o retrasar nuestra Verdad Una.
En cada uno de vosotros está la misma flama y la misma intensidad y la misma sed. Vengo a pedirles si quieren vivir en el seno de la Eternidad, allí donde el agua de vida no puede faltar, allí donde están saciados a cada instante de vuestra conciencia, donde la Plenitud no puede dejar ninguna deficiencia en la perfección de la conciencia Una y liberada. Vengo a darles a ustedes mismos, porque yo soy Don, a la altura de lo que ustedes han dado y distribuido, no por el interés pero por espontaneidad y por verdad sin otra implicación que el Don de ustedes mismos a vuestra propia Eternidad. Yo estaré en la encrucijada de vuestras opciones, iluminándolas con la misma intensidad y la misma comprensión que nada tiene que hacer de vuestra historia personal, que nada tiene que ver de lo que puede quedar, resistiendo en ustedes mismos. Lo que yo soy y lo que ustedes son resuena en la Gracia, resuena en la Libertad. Lo que no es Amor no tiene lugar en el Amor, lo que es Amor será restituido al Amor.
Amados del Amor permítanme, en el espacio de nuestro silencio, acercarme a nuestra amistad y para algunos de ustedes, leyendo mis palabras o escuchándolas, entonces la completud se presentará en el instante o en los instantes por venir. Esto está abierto a ustedes desde hoy.
Así, hago silencio de mis palabras a fin de disolver vuestras palabras también.
...silencio...
Así puedo decir como mi Padre y nuestro Padre lo ha dicho, la Fuente: “Mi Amigo, mi Amado, ¿quieres tu serlo? Mi Amigo, mi Amado, ¿quieres tu vivirlo o prefieres silenciar la elección de tu persona y de tu efímero?” Porque tienes que elegir, tienes que decidir, allí está la última Gracia del Llamado de mi Madre y de mi Llamado, que no es otro que el Llamado de tu corazón para tu reunión y tu unión a tu Eternidad. No tengo necesidad de ninguna palabra ni de ninguna actitud ya que veo lo que cada uno de ustedes es, ha sido y será, ya que veo en cada uno de ustedes mi imitación o no, vuestra desaparición, o no, y nada ni nadie podrá engañarse y ser engañado, ya que la Gracia de la Verdad tomará todo el espacio y todo el tiempo, viniendo a despertarles el interior, viniendo a mostrarles, en esta reconexión, la Verdad que no tiene principio ni fin.
Hijos del uno, dancemos de nuevo la Danza del Silencio en el espacio de la belleza, ahora.
...Silencio...
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida y tú eres la Vida, la Verdad y el Camino ya que somos Uno. El sentido de toda separación debe desaparecer, ser quemado en la indiferencia y el Fuego del Amor a fin de que mi petición de amistad se engalane con todos los atavíos del Amor.
En estos instantes que viven, donde sea que estén en la superficie de este mundo, van a mostrar no la persona sino buscar primero en cada circunstancia, en cada mirada, en cada interacción entre ustedes la mirada del Amor, la mirada del corazón, hacer caer las palabras y los pensamientos que nos alejan el uno del otro, aquellas donde hay juicio, aquellas donde hay desconfianza, aquellas donde hay temor. No den peso a lo que es ya pesado, den la debida importancia a la Eternidad.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y les ofrezco mis bendiciones, les ofrezco lo que ustedes son, más allá de todo el resto. Les digo: en el Amor, les digo: en nuestro Amor. Amémonos. Les agradezco de haberme acogido, les agradezco de haberme escuchado, le agradezco de haberme leído y cuento con cada uno de vosotros, porque cada uno de ustedes es el Único y el Amado del Uno.
Yo soy el Cristo y los bendigo en vuestro nombre, en mi nombre y en el nombre de mi amistad como de vuestra amistad, si lo quieren bien, y unidos les digo que no recen pero permanezcan en la brillante Luz de la Verdad, ahora y para siempre. El tiempo es ahora, de retirarme, pero retirarme en vosotros, allí donde se encuentra vuestra belleza, respondiendo a cada solicitud, a cada pensamiento; cada vez que el Amor esté puesto cara a cara, yo estaré allí y verán por mis ojos, y sentirán por mi carne, y vivirán en mi Espiritu que es el vuestro. Una vez más, los amo y son dignos y mucho más que esto. En el Amor del Amor y en nuestra amistad, me retiro en vosotros ahora.
Esta es mi palabra, inscrita al final de los cuadernos de notas de Febrero y responderá, en mi nombre a las preguntas que puedan hacer al final de este cuaderno.
Y aquí vengo.
Por : Joseph.
Traducción Odilia Rivera
Re-Publicado por “Isis Alada”
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