Sólo cuando la conciencia despierta al poder místico de la
Kundalini, restablecemos la comunión original con nosotros mismos y con el
universo, entonces, el espíritu es libre, porque ya no teme al vivir ni al
morir, tan sólo permanece en el instante, sin pasado ni futuro.
Síntomas Kundalini
El desconocimiento de este fenómeno espiritual-trascendental y
físico es de una gran envergadura. Los síntomas que produce la Kundalini pueden
llegar a asustar hasta al más recio de los hombres. El cuerpo debe estar
preparado y fuerte, al igual que la mente, ya que las sensaciones son
perturbadoras.
En muchos casos el Despertar Místico, puede ser muy duro, en los
primeros síntomas. El más relevante es la lucha entre la materia y el espíritu.
Ahí es donde debe haber la guía de alguien que haya tenido una entrada directa
de la energía. La Kundalini tiene efectos consecuentes y puede dejar una
huella positiva o negativa en la mente, la conciencia y el espíritu,
dependiendo de cómo se viva. Por eso, si se hace caso omiso a lo que está
sucediendo en esos momentos, el peligro será total e inmediato.
Todos los que estéis viviendo esta mutación debéis tener muy en cuenta que vuestras vidas dejaran de ser lo que eran, por eso, la resistencia que ejerzáis os provocará solo dolor, desazón, angustia y apatía, entre otros síntomas.
La Kundalini común produce sensaciones y síntomas muy diversos y variables, dependiendo del momento del proceso en el cual nos encontremos. Hay un periodo anterior al derrame del Fuego Energético, que puede oscilar entre tres o cuatro meses y que en algunos casos puede llegar hasta un año. Durante este periodo iniciático se pueden manifestar los siguientes síntomas:
Todos los que estéis viviendo esta mutación debéis tener muy en cuenta que vuestras vidas dejaran de ser lo que eran, por eso, la resistencia que ejerzáis os provocará solo dolor, desazón, angustia y apatía, entre otros síntomas.
La Kundalini común produce sensaciones y síntomas muy diversos y variables, dependiendo del momento del proceso en el cual nos encontremos. Hay un periodo anterior al derrame del Fuego Energético, que puede oscilar entre tres o cuatro meses y que en algunos casos puede llegar hasta un año. Durante este periodo iniciático se pueden manifestar los siguientes síntomas:
Sensación de hastío, todo es extraño, incluso llegando a sentir
que da igual si uno está no está: no importa que uno se funda como el plomo en
el fuego.
Todo lo que nos rodea pierde sentido, pero, claro, ¿cuál es ese
sentido de todo? Con este síntoma aparece, también, un profundo sentimiento de
sentirnos incomprendidos por los otros seres humanos, pero, a la vez y de
pronto, si no nos dejamos arrastrar por la confusión, empieza a haber una
precepción de la creación a gran dimensión.
Los patrones del sueño se ven alterados, se duerme poco, el
sueño no es profundo y el cuerpo se mueve mucho. Durante la fase del sueño se
empiezan a manifestar lapsus de pérdida de consciencia, sin embargo, después,
al despertar, no se sabe lo que ocurrió antes de caer en esa inconsciencia.
Sueños abundantes; uno puede soñar toda su vida pasada.
Los movimientos del cuerpo cambian: pueden pasar de la lentitud
a la rapidez desbordante.
El Fuego Energético está preparándose para el momento preciso de
derramarse, como una gran ola. Es imposible parar lo que va a suceder, todo
empieza a confabularse: las personas, las circunstancias, los sucesos.
Cualquier ser humano que entra en contacto con la persona que está apunto de
vivir el proceso, no puede escapar del influjo de la energía que se está
recibiendo. El Fuego Energético provocará una muerte del pasado, una muerte de
la persona que fue.
El ‘ego’ empieza a detectar que algo se acerca y que no es nada beneficioso para él. Pero la elección está tomada por la Energía, sin embargo, sólo podrá salir bien para aquél que se va a entregar en cuerpo y alma al poder del Fuego Energético, sin miedo, sin resistencias internas, aun así desconozca lo que va a suceder. Si se mantiene íntegro en esa entrega hacia el proceso de despertar, la sensación de confusión que aparece perderá relevancia, porque esta confusión será compensada a través del verse dentro de esa inmensidad y del saber que todavía tiene que ocurrir lo inexplicable.
El ‘ego’ empieza a detectar que algo se acerca y que no es nada beneficioso para él. Pero la elección está tomada por la Energía, sin embargo, sólo podrá salir bien para aquél que se va a entregar en cuerpo y alma al poder del Fuego Energético, sin miedo, sin resistencias internas, aun así desconozca lo que va a suceder. Si se mantiene íntegro en esa entrega hacia el proceso de despertar, la sensación de confusión que aparece perderá relevancia, porque esta confusión será compensada a través del verse dentro de esa inmensidad y del saber que todavía tiene que ocurrir lo inexplicable.
El momento está cerca. La evidencia es clara con respecto al
entorno; cada vez todo se percibe más y más extraño. Los sentidos físicos y
mentales se agudizan en extremo, todo está flor de piel. El llanto se
pronuncia, las lágrimas brotan de los ojos sin más, sin ningún motivo aparente.
La sensación de confusión ha aumentado, sin embargo, cuando hay la entrega,
también hay paz, mucha paz y no hay temor.
La sincronía con lo que está a punto de entrar debe ser precisa.
La oclusión, que tiene que producirse en el interior del cuerpo, debe encajar a
la primera, para que los resultados sean
óptimos. Cuando en la mente aparecen pensamientos negativos, de
duda y escepticismo, debemos eliminarlos al instante, pues la compresión de lo
que va a suceder debe ser total, para que, así, posteriormente, puedan
asimilarse todos los retos que la energía tenga previstos, y éstos puedan ser
cuidadosamente elaborados por la mente. En estos momentos el trabajo empieza
por la mente, continuando hacia la conciencia y, por último, el espíritu. El
proceso del Fuego Energético seguirá sucediendo periódicamente, para que la
conciencia, la mente y el espíritu puedan ser saneadas de todas la impurezas
acumuladas.
Cuando los movimientos del Fuego Energético concluyen su
circulación, a través del conducto vertebral, es porque ya ha habido la
purificación, incluido el cerebro. Pero, hasta que no llega a esa fase, se
producen una gran variedad de nuevos síntomas en el organismo físico y mental.
Desprendimiento energético: La Energía se manifiesta de
infinitas maneras, por esta razón no hay posibilidad de preverla ni
identificarla físicamente. Sólo podemos reconocer los síntomas cuando están
sucediendo o ya han sucedido. Estos síntomas nunca se rigen por ningún patrón
conocido. Aun así haya esta gran variedad, cuando éstos se manifiestan, nos
pueden parecer los mismos, pero la realidad es que adoptan distinta naturaleza,
pues las circunstancias, las vivencias y los lugares son siempre son
diferentes.
El desprendimiento de la energía, sobre los cuerpos físicos,
produce:
Estado depresivo (no hay que confundirlo con los estados
depresivos comunes o las depresiones).
Trastornos del aparato digestivo y urinario. Trastornos
intestinales, con diarreas alternadas con estreñimiento.
Pérdida del apetito, adelgazamiento, a veces ganas de vomitar.
Dolor de cabeza.
El propio proceso provoca que todas o casi todas las células del
cuerpo sean removidas, conllevando alteraciones del sistema nervioso y por
ende el sistema circulatorio y el inmunológico se ven afectados, en la mayoría
de los casos. Esta alteración puede presentarse con síntomas de inquietud, ansiedad, sofocos,
variación en las pupilas, aceleración cardíaca, subidas y bajadas de la
presión arterial, con opresión en el pecho, escalofríos y temblores.
El sistema nervioso central queda afectado por las corrientes de
la propia Energía. En algunos casos puede haber inflamación de los nervios, en
especial los ubicados en la parte baja de la espalda: nervio ciático, zona
lumbar. También puede afectar brazos, piernas e incluso otras partes del
cuerpo.
Sensaciones en el sacro hasta la cola: este es el indicativo de
que, esta vez, el Fuego Energético, ha entrado con un fuerte voltaje. Por lo
tanto, con toda seguridad, el cuerpo quedará en un estado de cansancio extremo,
con mucha necesidad de dormir, es decir, todo lo contrario de cuando estaba
empezando el proceso de entrada.
Cambios bruscos de estado de ánimo, acompañados de sensaciones
diversas: euforia y una repentina apatía, deseos o necesidad de llorar con
frecuencia. Estos cambios de ánimo producen cansancio, poco interés por
las cosas, desánimo y una sensación de que todo lo que se ha hecho hasta ahora
no ha servido de nada, lo que nos conduce a un cuestionamiento hacia la vida.
Crisis nerviosas, emocionales o mentales, con cambios
energéticos extremos, pensamientos de índole obsesiva y agitada, gran variedad
de rarezas y trastornos del sueño.
Muchos movimientos de Kundalini o Fuego Energético, producen un
estado natural de éxtasis.
El cuerpo a través del canal energético está siendo depurado, la
mente y la conciencia, también. El cuerpo y la mente reaccionan a la Energía.
Desconocen la magnitud del fuego energético; no es fácil sobrellevar su
potencia.
Crisis Kundalini
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