Queridos
hombres y mujeres,
Soy la
voz de la Tierra. Os saludo a todos; Os doy la bienvenida a los que estáis
en este pequeño círculo.de la gente. Siente tu cuerpo relajarse, eres
llevado por mí. Yo soy el alma de la Tierra, la consciencia que impregna
la naturaleza y por ende también a vosotros, porque como ser humano sois parte
de la naturaleza.
Todas
las células de tu cuerpo, todos los músculos, órganos, sangre, respiran el
ritmo de mi alma. Estás conectado conmigo, aunque la mayoría de la gente
apenas se da cuenta de ello. Siente esa conexión ahora; Siente mi
ritmo, mi respiración. Además, si eres mujer, estás profundamente unida a
mi corazón, el corazón de la Tierra. Soy una conciencia
femenina; Conecto todas las cosas. A través de las piedras, las
plantas, los animales, los humanos, fluye la corriente de mi
conciencia. Me vinculo y soporto; Lo nutro y lo aprecio.
Pero no
me subestimes; También tengo una gran fuerza en mí. Puedo provocar
terremotos y maremotos y hacer que los volcanes entren en erupción. Estas
son mis fuerzas elementales, nunca agresivas y enfocadas en la destrucción,
sino más bien en restaurar el equilibrio de manera deliberada. Lo que está
provocando que viváis en el mayor desequilibrio de este mundo es la generación
de tanta energía mental por parte de la humanidad, y esa energía está afectando
a toda la Tierra. La energía de la cabeza puede ser dura y a menudo hostil
hacia los movimientos fundamentales de la vida misma.
Todos
habéis internalizado esa energía mental. Pero por favor no me
malinterpreten: pensar como facultad del ser humano es una habilidad buena y
valiosa, y cuando se une al corazón y al alma, el pensamiento da muchas
posibilidades y poderes creativos. Pero si el pensamiento está separado de
la vida misma y ya no reconoce ni valora la conciencia en todos los seres
vivos, entonces te desvía del camino. Entonces el pensamiento se separa
del todo y se vuelve violento, sea o no consciente de esta violencia.
Cuando
eres mujer, tienes energía femenina en ti, pero también tienes energía
masculina en ti, así como los hombres tienen energía femenina en ellos. Y
como alma, eres universal, lo que significa que tienes ambas energías en
ti. Sin embargo, como mujer, tienes cierto acceso a la energía femenina
que no se le da a un hombre. Como yo, ustedes tienen el poder dentro de
ustedes para unirse con todo lo que se manifiesta en la Tierra y alimentar la
unidad.
De la
misma manera que yo, tienes el poder dentro de ti para crear unidad, y este es
el poder de tu corazón. Vosotros, aquellos a quienes hablo, tenéis el
corazón abierto y queréis aliviar el sufrimiento en el mundo. Estáis
unidos a la unidad de todo y sentís en vuestra alma el deseo de contribuir a la
restauración del equilibrio en la Tierra y de la humanidad. Esta es tu
vocación.
Pero al
mismo tiempo, también sois un ser humano que está encarnado aquí y ha quedado
sumergido en esta realidad terrenal. Os habéis perdido y descarrilado
aquí, y el poder vinculante que lleváis dentro puede tener un lado muy
doloroso. Hay en ti un intenso anhelo de conexión, un deseo de ser una
presencia sanadora en cada relación. Eres como un ángel aquí en la Tierra
que está llamado a difundir la luz, pero también eres humano, un
humano-niño. Estás dañado emocionalmente y veo que el poder de vinculación
y conexión que hay en ti es el que más dolor te ha causado. Esto le ha
decepcionado tristemente.
No todo
el mundo puede recibir lo que tienes para ofrecer. No todos pueden aceptar
tu profundidad, tu visión penetrante y tu luz, y eso te duele. Este tema
se manifiesta tanto en sus relaciones personales como en su trabajo y esfuerzos
creativos. Quieres manifestarte desde tu alma y este es un impulso
profundo que proviene de tu interior. Sin embargo, al mismo tiempo, tienes
que lidiar con la resistencia de las personas y del mundo que te rodea, que te
devuelve a ti mismo. Y luego te preguntas: “¿Por qué no funciona? ¿Estoy
en el lugar correcto aquí? ¿Qué estoy haciendo aquí?"
Este es
un dilema triste y muy difícil para ustedes porque a menudo niegan su propia
luz y dudan de su verdadera naturaleza. Quiero extenderles mi mano porque
es sumamente importante que sigan creyendo en su luz y en su destino. Tu
luz contribuye al todo; No se trata sólo de usted como individuo.
Fuiste
llamado a estar aquí en la Tierra y respondiste ese llamado desde el nivel del
alma. Sin embargo, es difícil recordar, después de convertirte en un ser
humano, por qué estás aquí. Necesitas recordarte a ti mismo que tu luz es
pura y verdadera; que surge de una fuente de amor y de un deseo de verdad
y apertura.
Si eres
alguien que siente este impulso de unión, de amor y de verdad, es importante
ante todo que te des cuenta de que eres diferente y que estás aportando algo
nuevo. Mientras un niño hace todo lo posible por adaptarse para encajar,
pertenecer y ser protegido, hay algo en su alma que va en contra de ese deseo y
no quiere adaptarse a viejas estructuras, a energías que reprimen y
ocultan. Quieres quitarte el velo de lo viejo y atravesarlo. Este es
un impulso en ti que va muy profundo y nunca podrás negarlo.
Puedes
ver cómo sucede esto. El niño que hay en ti busca protección y seguridad,
pero no puede encontrarlas en un entorno basado en viejas energías, por lo que
siempre se siente solo y extremadamente vulnerable. Sin embargo, es
precisamente en esos momentos cuando eres llamado – como alma, el Ángel en ti –
a proteger a este niño y a nutrirlo, dejando al mismo tiempo que tu luz
interior brille como un precursor: alguien que trae algo nuevo.
Requiere
un poderoso despertar interior para que puedas abrazar a tu niño interior y
liberarlo de la necesidad de reconocimiento y aprecio del mundo exterior. El
reconocimiento y el aprecio de los demás pueden ser empoderadores, pero sólo si
primero ves tu propio valor. Entonces tu valor interior se combina con lo
que recibes de los demás. Sin embargo, si no te valoras a ti mismo y
buscas demasiado la confirmación externa, entonces presionas al niño interior
para que se ajuste al antiguo papel de alguien que se adapta, que realmente no
se muestra.
Debe
llegar un momento en el que dejes de lado la necesidad de la aprobación de los
demás y te quedes solo y te defiendas a ti mismo. Y esto debe suceder
eventualmente, porque esta es la única manera en que realmente puedes ser tú
mismo en esta realidad y el llamado de tu alma se manifiesta. Cuando haces
esto retirando tu energía del mundo exterior y te concentras completamente en
proteger y nutrir a tu niño interior, te vuelves más grande. Y cuando haces
esto, la energía de tu alma se vuelve más tangible y se manifiesta en este
mundo.
También
es importante saber que no todo el mundo está preparado para su
luz. Necesitas estar en sintonía, a través de tu conexión con tu niño
interior, para saber dónde te sientes bien dejar fluir tu luz y dónde puedes
recibirla.
Para
terminar, les pido que consideren esta imagen por un momento. Imagina que
una luz arde en tu corazón –un sol interior– y desciende a esta luz con tu
conciencia. Imagina que en tu abdomen vive un niño que sabe y se siente
bendecido y protegido por tu luz solar. El anhelo más profundo de tu niño
interior es que seas consciente de que eres grande y precioso. Siente la
conexión entre tu corazón y tu abdomen.
Ahora
tome una situación cotidiana de su vida sobre la cual tenga preguntas, algo que
le cause confusión. Imagina que estás en medio de esta situación con tu
conciencia centrada en tu corazón. Tu corazón está abierto y listo para
conectarse con el exterior, pero también sientes que tu niño interior estará en
una situación que no podrá recibirlo por completo. Mire de cerca la
situación y sienta si su luz puede fluir hacia esa situación, si puede ser bien
recibida allí y si su niño interior se siente cómodo y seguro allí. Si
sientes que tu luz no puede ser recibida suficientemente por una situación
particular o por ciertas personas, entonces debes saber que no te corresponde
hacerlo. Es cuestión de estar en sintonía con la situación y puedes
retirarte de ella si no es adecuada para ti.
Da tu
luz a las personas, a las situaciones, que puedan apreciarla y absorberla. Entonces tu luz
fluye fácilmente y la recibes de muchas maneras. Y esa es la intención: el
equilibrio es la intención. No es que seas simplemente un dador; se
trata de alimentación que cierra el círculo. Lo que das, lo recibirás de
vuelta si lo das con respeto hacia ti mismo y tus propias limitaciones.
Esta es
una lección muy importante para las personas sensibles que fácilmente
sintonizan con los demás y que tienden a dar demasiado. Toma conciencia de
quién eres, de tu grandeza y de que no todos pueden recibirte; que llevas
dentro un niño interior que ha sido herido y que necesita cariño y
protección. Una vez que te das cuenta de esto, todo cambia; estás más
firme en ti mismo e irradias luz.
Muchas
gracias por su atencion.
©
Pamela Kribbe
Traducción de Maria Baes y Frank Tehan
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