En el principio de los tiempos hubo una gran batalla en el cielo
(en la cabeza del hombre, Chakra o Centro de conciencia Coronario).
(en la cabeza del hombre, Chakra o Centro de conciencia Coronario).
Miguel (EL YO superior) y sus ángeles lidiaban con el dragón (Yo
Inferior) (Chakra o Centro de conciencia Generador o Sacro base) y fue lanzado
en tierra aquel gran dragón, aquella antigua serpiente, que se llama diablo o
Satanás, que engaña a todo el mundo, y sus ángeles fueron lanzados con él. “Apoc. XII, 7, 9”
No hay bien ni mal, tal cono los comprende la humanidad, solamente hay diferencia
de vibraciones.
Las vibraciones se tornan rápidas o lentas según el impulso y la índole
del pensamiento.
Las vibraciones del ángel o átomo caído son el impulso que limita
nuestros pensamientos y aprisionan nuestra mente en la atmósfera del mundo
externo.
No hay cielo ni infierno, como no hay mal ni bien, más, sí existen
vibraciones rápidas y vibraciones lentas. El conjunto de las vibraciones
rápidas forman una entidad que es llamada YO SUPERIOR y el conjunto de las
vibraciones lentas, se llama Yo Inferior o naturaleza inferior.
Cuando un hombre transforma sus vibraciones densas y lentas en sutiles y
rápidas se dice que se ha vuelto Salvador del mundo, o un Cristo; y, cuando
transforma sus vibraciones rápidas en lentas se convierte enAnticristo.
Los Maestros de Sabiduría en el mundo interno manejan y ocupan los 7
Centros de conciencia o Chakras del Hombre.
Un pensamiento de sacrificio salvador puede abrir la puerta del corazón
(Chakra o Centro de conciencia Cardíaco) para descender, como Cristo al
Infierno (Chakra o Centro de conciencia Generador o Sacro base) salvar a los
átomos de luz encadenados allí y subir con Dios nuevamente al cielo de la
cabeza (Chakra o Centro de conciencia Coronario).
El hombre tiene enemigos secretos que lo perturban durante la concentración y la aspiración. Para vencerlos hay que dirigir el pensamiento al Chakra o Centro de conciencia del plexo Solar en la región del estómago.
En el plexo residen las fuerzas lumínicas.
Estas fuerzas abren el camino al pensamiento Luz y lo elevan, por la médula espinal, hasta llegar a la conciencia real interna, en donde mora todo saber y toda felicidad.
En la médula espinal y sus ramificaciones se encuentran desde el
principio de los tiempos todas las ciencias del mundo.
Cada inteligencia angelical que reside en estas regiones es un archivo
del saber.
Todos los inventores, poetas, artistas, genios, etc., si se encuentran centrados en la verdad espiritual reciben inspiración de la parte superior, y si están centrados solo en las ambiciones materiales las reciben de la parte inferior.
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