La Era Lemuriana tuvo lugar aproximadamente, entre 4,5 millones
de años a.C. y cerca de unos 12.000 años. Hasta el hundimiento de los
Continentes de la Lemuria, y más tarde, de la Atlántida, existieron 7 grandes
continentes sobre este Planeta.
Los territorios pertenecientes al continente gigantesco de la
Lemuria incluían extensiones geográficas que ahora se encuentran bajo el Océano
Pacífico, así como también Hawai, las Islas Orientales, las Islas Fiji,
Australia y Nueva Zelanda.
También abarcaba territorios en el Océano Índigo y Madagascar.
La costa oriental de la Lemuria también se extendía hasta el Estado de
California, en los Estados Unidos, y parte de British Columbia, en Canadá.
Por mucho tiempo, antes de la caída en su nivel conciencial, los
Lemurianos vivían en una frecuencia correspondiente a la Quinta Dimensión (5D),
y eran capaces de cambiar/trasladarse hacia delante o hacia atrás, de la Quinta
a la Tercera Dimensión, y viceversa, a voluntad y sin mayor problema. Esto podían
hacerlo cuando lo desearan, solamente con la intención y las energías del
corazón.
La raza Lemuriana era una mezcla de seres que inicialmente
vinieron principalmente, de Sirio, Alfa Centauro, aunque, un número más pequeño
de ellos provenían de otros planetas. Finalmente, estas razas se mezclaron en
conjunto sobre la faz de la Tierra, y terminaron formando la Civilización
Lemuriana. Para decir lo menos, ésta fue una mezcla alucinante de razas.
Realmente, la Lemuria fue la cuna de la civilización sobre este
Planeta, fue la “Tierra Natal” que ayudó al eventual nacimiento de muchas otras
civilizaciones. De forma posterior, la Atlántida se constituyó como otro
Continente.
El Continente de la Lemuria prosperó grandemente hasta alcanzar
-por algunos millones de años- un estado paradisíaco y mágico. Finalmente, como
resultado de guerras entre los Continentes más grandes del Planeta, se
produjeron grandes devastaciones en estos dos Continentes de la Lemuria y la
Atlántida. Hace unos 25.000 años, la Atlántida y la Lemuria constituían las dos
más altas y grandes civilizaciones de ese tiempo, pese a lo cual, estuvieron
batallando entre ellas, sobre la predominancia y validez de cada una de sus
propias ideologías.
Ellos tenían dos diferentes ideas acerca de cómo debían
conducirse las demás civilizaciones existentes sobre la faz de la Tierra. A ese
nivel, los Lemurianos creían que aquellas otras civilizaciones con un nivel
cultural menos evolucionado, debían proseguir su proceso evolutivo por sí
mismas, a su propio ritmo, de acuerdo a su grado de comprensión y prosiguiendo
el sendero elegido por ellos mismos.
Por su parte, los Atlantes creían que todas aquellas culturas
menos evolucionadas, debían pasar a dominio y control de las dos civilizaciones
más evolucionadas. Esto causó una serie de guerras termonucleares entre la
Atlántida y la Lemuria. Más tarde, cuando las guerras habían terminado y todo
el polvo de estas conflagraciones se había asentado, no hubo ganadores.
Durante estas guerras devastadoras, la gente que era altamente
civilizada rebajó este su avance a niveles muy bajos, hasta que finalmente,
ellos se dieron cuenta de la futilidad de sus comportamientos bélicos.
Al final, la Atlántida y la Lemuria se convirtieron en las
víctimas de su propia y mutua agresión, y de esa manera, la Tierra Natal de
ambos continentes llegó a debilitarse grandemente a causa de esas guerras.
La gente, a través del Clero Sacerdotal, fue luego informada que
dentro de menos de 15.000 años, ambos continentes (Lemuria y la Atlántida) se
irían a hundir completamente dentro del mar.
Los Lemurianos y Atlantes de aquellos días, en razón a que el
tiempo de vida de la gente de esos tiempos, era por lo general, de 20.000 a
30.000 años, entendieron que muchas de las gentes que habían sido responsables
de los grandes estragos resultantes de las conflagraciones bélicas, vivirían en
esos años del anunciado hundimiento, precisamente, para experimentar la
destrucción de estos continentes.
En los tiempos de la Lemuria, el actual Estado de California en
los Estados Unidos, era parte de los territorios Lemurianos. Cuando los
Lemurianos se dieron cuenta que su tierra estaba destinada a perecer, pidieron
a Shamballa -la cabeza (ciudad Capital) de la Red Intraterrena de Agartha- el
permiso para construir una ciudad debajo del Monte Shasta, en función de
preservar su cultura y sus registros.
En función de que a ellos se les conceda el permiso para
construir una ciudad y así formar parte de la Red de Ciudades Subterráneas de
Agartha, ellos -los Lemurianos- tenían que demostrar que habían aprendido sus
lecciones referidas a desechar las guerras y la agresión.
También ellos tenían que probar ello ante otras instancias como
la Confederación Galáctica de Planetas. De esa manera, debían demostrar este su
aprendizaje de tales lecciones para así poder ser admitidos nuevamente como
miembros de la Confederación Galáctica.
Cuando les fue concedido el permiso para construir su ciudad, se
entendió que esta área sobreviviría los cataclismos que ocurrirían sobre la faz
de la Tierra. Para ello se contaba con una caverna en forma de domo muy grande
que existía dentro del Monte Shasta. Los Lemurianos construyeron su ciudad a la
cual la llamaron Telos, nombre que en ese tiempo también representaba el nombre
de toda esa área, incluyendo California, y la mayor parte de los Estados Unidos
que ahora se la conoce como el Sud-Oeste estadounidense.
Así, Telos también incluía todos los territorios ubicados al
Norte del Monte Shasta, y toda aquella región a lo largo de la costa occidental
hasta una parte de British Columbia, hoy formando parte de Canadá. El nombre
Telos significa “Comunicación con el Espíritu”, “Unidad con el Espíritu”,
“Entendimiento con el Espíritu”.
Cuando Telos fue construida, fue diseñada para albergar a una
población de 200.000 gentes como máximo. Sin embargo, cuando comenzaron los
cataclismos en la Lemuria, solamente 25.000 personas pudieron llegar a la
montaña y salvarse. Este es un número aproximado de lo que quedó de la cultura
Lemuriana en la Tercera Dimensión (3D).
Con la debida anticipación, se habían trasladado los registros y
archivos, desde la Lemuria a la ciudad subterránea de Telos donde se habían
construido los correspondientes Templos. La manifestación de la explosión que
destruyó este Continente, vino un poco más temprano de lo que se esperaba, y
ésa es la razón por la que mucha gente no pudo llegar a tiempo al Monte Shasta.
Se conoce que la Lemuria, la Amada Tierra Natal, se hundió de la noche a la
mañana, de un día para otro.
El Continente se hundió de una forma tan tranquila que casi
todos los Lemurianos estaban totalmente ajenos a lo que estaba ocurriendo.
Prácticamente, todos estaban durmiendo cuando ocurrió este hundimiento.
En esas horas no existían condiciones climatológicas inusuales,
y, de acuerdo a una transmisión de Lord Himalaya dada a través de Geraldine
Innocenti, el año 1959 (la Llama Gemela del Maestro El Morya), una gran parte
de los Sacerdotes que habían permanecido fieles a la Luz y a sus sagrados
llamados, se mantuvieron en sus puestos y sin mayores muestras de miedo, hasta
el final, cual si fueran capitanes de un barco que se hundía. Estos Sacerdotes
permanecieron cantando y orando mientras se hundían debajo de las olas del mar.
Según él, “tiempo antes de que el Continente Lemuriano se
hundiera, los Sacerdotes y las Sacerdotisas de los Templos, fueron advertidos
acerca de los cambios cataclísmicos venideros, y, de esa manera, varios Focos o
Antorchas del Fuego Sagrado fueron trasladados a Telos, mientras que otros
fueron transportados a otros territorios que no irían a ser afectadas.
Muchas de estas Llamas fueron llevados al Continente de la
Atlántida, a una específica ubicación, y fueron mantenidos y sustentados allí,
por un considerable período de tiempo, mediante aplicaciones espirituales diarias.”
Justo antes de que la Lemuria se hundiera, algunos de estos
Sacerdotes y Sacerdotisas que inicialmente habían sido trasladados a la
Atlántida, decidieron retornar a sus hogares en la Lemuria, y voluntariamente,
decidieron irse abajo a las profundidades del mar, conjuntamente el territorio
y su gente, dando así, la asistencia necesaria con su radiación energética, y
extendiendo el suficiente confort y la pérdida del miedo a toda la gente que se
hundía conjuntamente la Lemuria. Ellos ofrecieron esta su ayuda para
contrarrestar el miedo, el cual generalmente, aflora simultáneamente a la
acción cataclísmica.
Estos benefactores amorosos, por la radiación energética
recibida de su Dios, lograron controlar las energías y su sacrificio, logrando,
literalmente, envolver las auras de la gente que se hundía. Así, en un manto de
paz, asistieron a la creación de una liberación del miedo, y, de esa manera,
los cuerpos etéricos de esas corrientes de vida no fueron severamente afectados
por el temor. Esa fue la forma en la que los cuerpos etéricos de estas gentes
se preservaron para futuras reencarnaciones, eximiéndose de tener que
experimentar consecuencias trágicas más grandes.”
En el Libro de Lord Himalaya titulado: “Un Puente hacia la
Libertad”, difundido en 1959, se dice lo siguiente: “Muchos miembros del
Sacerdocio, ubicados estratégicamente en pequeños grupos a nivel de varias
áreas, una vez que se inició el hundimiento, comenzaron a cantar y a orar, a
medida que se sumergían bajo las aguas.
La melodía que ellos cantaron fue la misma que hoy es conocida
como “Auld Lang Syne” (N del T.: No conozco la traducción del título de esta
canción, tampoco es posible traducirlo, ya que estas palabras no existen en el
Diccionario).
La idea por detrás de esta acción era liberar a esta gente del
impacto que cada una de estas experiencias horrorosas podía haber dejado una
cicatriz muy profunda y un trauma en el cuerpo etérico y la memoria celular de
la gente, cuya curación les hubiera tomado muchas reencarnaciones.
A través de la acción y el sacrificio de aquellos Sacerdotes que
habían elegido permanecer juntos en grupos, cantando en las horas finales de la
Lemuria, pudo mitigarse mucho del miedo emergente en esos momentos, y así se
pudo mantener cierto nivel de armonía entre la gente. De esta manera, el daño y
los traumas a las almas de aquellos que perecieron en el hundimiento fueron
grandemente disminuidos.
Se dice que aquellos Sacerdotes, conjuntamente los músicos,
cantaron y oraron hasta que las olas y el agua habían alcanzado el nivel de sus
bocas. Entonces, fue cuando ellos perecieron.
Durante la noche, mientras las masas de los Lemurianos dormían
bajo un estrellado cielo azul, todo terminó; la Amada Tierra Natal se sumergió
bajo las olas y las aguas del Océano Pacífico. Ninguno de los Sacerdotes había
abandonado su puesto, y menos alguno de ellos había puesto en evidencia miedo
alguno. ¡La Lemuria se hundió con dignidad!
“Auld Lang Syne” fue la última canción que se había escuchado
sobre el territorio de la Lemuria, en esos momentos del hundimiento.
La canción que ellos cantaron fue nuevamente puesta de
manifiesto por parte de alguna gente de la Tierra, específicamente, a través de
la gente irlandesa, y, en esta canción, se introdujeron palabras muy
proféticas. “Deben los viejos conocidos ser olvidados”.
De verdad, nosotros somos estos viejos conocidos, reuniéndonos
nuevamente, vale decir, aquellos de nosotros pertenecientes a este reino físico
con esos otros seres amados de una dimensión superior, nuestros antiguos amigos
y miembros de nuestras familias de Telos, “todavía invisibles” para nuestro
actual sentido de la vista, aunque, con un poco de suerte, por poco tiempo más.
Mis amigos, escuchen estas dos próximas dos frases muy bien en
sus corazones. Antes de que nuestra Amada Lemuria se hundiera completamente, se
había profetizado que un día, en algún futuro distante, muchos de nosotros nos
iríamos a juntar nuevamente como grupo, y que cantaríamos esta canción otra
vez, con el absoluto conocimiento de que la Victoria de la Tierra se la había
ganado.
El tiempo que ahora estamos viviendo no significa otra cosa que
la celebración de este día largamente esperado, y el consiguiente cumplimiento
de esta increíble profecía. Nosotros estamos ahora iniciando esa “reunión” largamente
esperada.
Casi con lágrimas en mis ojos, quiero hacerles conocer de parte
del Maestro Adama que, muchos de ustedes que están leyendo estas palabras,
estuvieron entre esas almas valerosas que sacrificaron sus vidas por el gran
beneficio del colectivo de aquella humanidad Lemuriana.
Entonces, aplaudamos vuestro valor de ese entonces, y
regocijémonos porque -una vez más- estamos afrontando juntos este retorno, para
continuar nuestra gran Misión Lemuriana de ayudar al Planeta Tierra y a su
humanidad, en este proceso de su gloriosa ascensión.
Un aspecto de la misión de los Lemurianos en Telos, ha sido la
de mantener el equilibrio y las energías de la conciencia de ascensión para el
Planeta Tierra, hasta un determinado momento en el que sus habitantes puedan
hacer esto por sí mismos. Ahora ha llegado el tiempo para nuestras dos
civilizaciones, la Lemuriana Intraterrena y la humanidad de la superficie,
puedan hacerlo juntas como “Un Solo Corazón”.
LA TIERRA DESPUÉS DEL HUNDIMIENTO DE LOS DOS CONTINENTES
Al mismo tiempo que la Lemuria se estaba hundiendo en las
profundas aguas del Océano Pacífico, la Atlántida comenzó a temblar y a perder
partes de su territorio, lo cual continuó por unos 200 años, hasta una etapa
final donde el resto del continente se hundió completamente. A su vez, por un
tiempo de 2000 años después de acaecidas las catástrofes Lemuriana y Atlante,
el Planeta continuó todavía temblando.
En una situación en la que la Tierra había perdido dos grandes
masas/territorios dentro de un período de 200 años, y el hecho de que el
Planeta todavía estaba presenciando las consecuencias de la utilización de
armas termonucleares, se mostraba al Planeta Tierra como un escenario que había
sufrido un gran retroceso y trauma, lo que tuvo que demandar de ella, muchos
miles de años para lograr un nuevo equilibrio y así volver a ser hospitalaria.
Por cientos de años después de la destrucción de ambos
continentes, continuaron arrojándose hacia la atmósfera de la Tierra, una gran
cantidad de escombros y desechos, razón por la cual, el Planeta nunca más
volvió a brillar intensamente con la luz del día.
Así también, la atmósfera se volvió muy fría en razón a que la
luz del Sol no era capaz de penetrar apropiadamente, a través de los gruesos y
densos escombros atmosféricos, y, consiguientemente, sólo se podría sembrar muy
poco alimento. De esta forma perecieron un gran porcentaje de animales y
plantas.
¿POR QUÉ HOY EXISTE TAN POCA EVIDENCIA DE LOS RESTOS DE ESTAS
DOS GRANDES CIVILIZACIONES?
La razón es que las ciudades sobre el Planeta que no se
hundieron, fueron sacudidas hasta convertirse en escombros. En su defecto,
éstas fueron barridas por los terremotos o por maremotos gigantescos que, en
algunos casos, pudieron ingresar -tierra adentro- unos 1500 kilómetros, destruyendo
en su recorrido, la mayoría de las ciudades y otros lugares habitables.
Las condiciones humanas en las que se desenvolvieron las
civilizaciones que sobrevivieron dichos cataclismos, fueron muy duras y
dificultosas, debido a esta constante actividad de la Tierra.
En esas condiciones, la gente llegó a estar muy asustada, lo que
contribuyó a que la calidad de vida de estas civilizaciones se deteriore muy
rápidamente. Sin embargo, aquellas personas que sobrevivieron tales
calamidades, tuvieron como su principal legado, al hambre, la pobreza y las
enfermedades.
El tamaño original de la humanidad en este Planeta era de
aproximadamente 12 pies de altura (unos 3,50 metros). Así, por ejemplo, los
Hiperbóreos fueron y todavía son de unos 12 pies de altura, aunque, en este
tiempo, ninguno de ellos vive sobre la superficie del Planeta.
En aquellos años en que se hundió la Lemuria, a los Lemurianos
se les redujo su tamaño a tan solo 7 pies de altura (unos 2,10 metros de
altura), y, al presente, aún mantienen la altura de unos 7 a 8 pies (2,30 a
2,40 metros). Adicionalmente, hubo una mayor disminución del tamaño de la
humanidad del Planeta, y, por ello, la mayoría de nosotros que vivimos sobre la
superficie de la Tierra somos de unos 6 pies de altura (1,80 metros) o menos.
Sin embargo, en la medida en que nuestra civilización
evolucione, será restaurada la altura original de la humanidad. Incluso ahora,
la gente sobre la superficie de este Planeta está aumentando gradual y
significativamente su altura, mayormente, con relación a la altura que tuvo la
gente -por ejemplo- hace unos 100 años.
EL GOBIERNO DE TELOS
En Telos existen dos formas de gobierno. El Rey y la Reina de
Telos, Ra y Rana Mu, son Maestros Ascendidos, quienes también son llamas
gemelas, quienes forman un aspecto del gobierno de Telos. Ellos son los
gobernantes que asumen las decisiones finales en Telos.
La segunda forma de gobierno es el Consejo Local llamado: El
Consejo Lemuriano de Luz de Telos, que consiste de 12 Maestros Ascendidos, 6 de
los cuales son hombres y 6 mujeres, quienes sirven desde el Consejo,
equilibrando la divinidad masculina con la divinidad femenina. El décimo tercer
miembro (13º miembro), es el Maestro Adama, en este momento, el Alto Sacerdote
de Telos, quien oficia como Líder del Consejo y asume la decisión final cuando
existe una suerte de -voto parejo o empate- en las resoluciones asumidas por
este Consejo.
Los Miembros del Consejo son seleccionados de acuerdo al nivel
de los logros espirituales alcanzados, sus cualidades internas, su grado de
madurez y el área de su especialidad. Cuando un Miembro del Consejo decide
asumir otro nivel de servicio, la vacancia es conocida por nuestra gente y
aquellos que desean cubrir ese puesto en el Consejo, pueden postular.
Todas las aplicaciones son cuidadosamente estudiadas por el
Consejo, por los miembros del Sacerdocio, así como por el Rey y la Reina de
Telos. Precisamente, los Reyes de Telos son los que tienen la última palabra
acerca de quién debe ser la persona escogida entre todos los postulantes para
ser incorporado al Consejo.
LA CIUDAD DE TELOS
Telos es una ciudad bastante grande, donde vivimos
aproximadamente entre un millón y un millón y medio de nosotros. También
vivimos en varias otras áreas aunque no estamos divididos en diferentes
poblaciones. Sin embargo, entre todos compartimos el mismo gobierno local. La
ciudad de Telos está dividida en 5 niveles los que abarcan varias millas
cuadradas de área, todas ellas ubicadas debajo del Monte Shasta.
1. EL PRIMER NIVEL:
Un gran porcentaje de nuestra gente vive debajo del domo del
Monte Shasta, en el llamado Primer Nivel. En este nivel también se encuentran
los edificios administrativos y públicos de la ciudad, así como varios templos.
En el centro de este nivel está erigido nuestro Templo Principal, llamado el
Templo de MaRa, caracterizado por una estructura de forma piramidal. En su interior
puede albergar al mismo tiempo, a unas 10.000 personas. Este templo está
dedicado al Sacerdocio de Melquisedek.
La pirámide es de color blanco, con un “coronamiento” (N del T:
Elemento arquitectónico decorativo colocado a modo de “corona” que se pone en
la parte superior del Templo) llamado la “Piedra Viviente” que nos fuera donada
desde Venus.
2. EL SEGUNDO NIVEL:
Este nivel es el lugar donde se realiza toda la producción y la
manufactura de todos los elementos necesarios para la gente y la ciudad. Éste
es también un área donde están ubicadas varias escuelas para la asistencia a
clases de los niños y las personas adultas. Mucha de nuestra gente también vive
aquí, en este nivel.
3. EL TERCER NIVEL:
Este nivel está consagrado íntegramente a la ubicación de
nuestros jardines hidropónicos donde se cultiva toda la provisión de alimentos,
en una extensión aproximada de 7 acres de terrenos, área que cubre
perfectamente nuestras necesidades más que suficiente, para que crezcan
abundantemente, una gran cantidad de alimentos que nos permiten proveer la
cantidad de comida necesaria para un millón y medio de personas que vivimos en
Telos. Este tipo de alimentos permite el crecimiento de una población fuerte,
con cuerpos saludables que no envejecen.
Los jardines hidropónicos son capaces de producir cosechas
permanentemente. Nosotros podemos cultivar alimentos mucho más rápido,
utilizando tecnología hidropónica avanzada, con base en un suelo muy pequeño y
mucha agua, para lo cual no precisamos utilizar compuestos químicos, tal como
ustedes lo hacen en superficie. Nuestro alimento es totalmente orgánico, el
cual posee la más alta vibración. Nosotros incorporamos minerales orgánicos
dentro del agua, para así alimentar a las plantas.
Nuestras cosechas son también incrementadas y aceleradas por la
gran cantidad de luz, energía y vibración de amor existente en Telos. Ésta es
la magia resultante de vivir en una Quinto Nivel de Conciencia Dimensional, la
cual ustedes pronto la descubrirán, más probablemente, en la presente década o
a principios de la próxima.
4. EL CUARTO NIVEL:
Este nivel contiene alguna jardinería hidropónica, algunas
instalaciones manufactureras y un área muy grande para la naturaleza, los
parques, así como pequeños lagos y fuentes.
5. EL QUINTO NIVEL:
Este nivel está totalmente consagrado a la Naturaleza. En él
existen árboles muy grandes y altos, lagos, diferentes tipos de parques
atmosféricos y éste es el lugar donde nosotros mantenemos a todos nuestros
animales.
En este nivel de la Naturaleza, muchas plantas y animales han
sido preservados, muchos de los cuales ustedes ya no los pueden ver en la
superficie. Nuestros animales son todos vegetarianos y no se comen entre ellos.
Ellos viven, de un lado a otro, en total armonía, sin mayores miedos ni
agresiones a la gente, y menos, entre ellos. Realmente, Telos es el lugar donde
el león y el cordero yacen lado a lado, durmiendo juntos en total confianza.
LA NUEVA LEMURIA
Para todos quienes están leyendo estas palabras, déjennos
decirles que la Lemuria nunca fue totalmente destruida, tal como ha sido
percibida en vuestros tiempos presentes. En este tiempo, este Continente
todavía existe en una frecuencia vibracional correspondiente a la Cuarta y
Quinta Dimensiones, las cuales no son todavía visibles para su visión y
percepción tridimensionales.
En la medida en que el velo que separa aquellas dimensiones
continúa convirtiéndose en una cubierta cada vez, más y más delgada, nosotros
queremos asegurarles que en un futuro no muy distante, vuestra amada Lemuria,
en su Nuevo Esplendor y Gloria, se revelará a sí misma, de una manera muy
física y tangible.
En la medida en que ustedes se abran a sí mismos hacia una forma
de vida consciente superior, y se purifiquen con relación a todos los sistemas
de creencias erróneas y distorsionadas adoptadas en el último milenio, ustedes
serán capaces de percibir a su amada Tierra Natal, una vez más, y,
eventualmente, les será permitido ingresar en ella y ser recibidos por la Amada
Lemuria, con todo el Amor y el Esplendor que Ella ahora puede ofrecerles.
Una vez más, ustedes serán invitados para unirse con nosotros en
este lugar paradisíaco, de una manera muy tangible. En el tiempo del
hundimiento, la Lemuria y todo lo que representó para este Planeta, fueron
elevados a una frecuencia vibracional de Cuarta Dimensión. De esa manera, ella
continuó floreciendo y evolucionando hacia un nivel de perfección y belleza que
ahora lo ha alcanzado, conjuntamente, toda aquella humanidad que sobrevivió a
esta catástrofe en ese tiempo.
Si esta información hace que broten lágrimas de vuestros ojos y
abre vuestros corazones para curar aquellos dolores que fueron enterrados
dentro de ustedes por mucho tiempo, déjenlos fluir, déjenlos fluir. Permitan
que fluyan vuestras lágrimas para que puedan curar cada parte de su ser.
Permítanse a sí mismos sentir este flujo energético de sanación,
y envuélvanlo en sus corazones mediante una respiración profunda de inhalación.
Permitan que todos sus recuerdos y dolores puedan ser sentidos plenamente, sin
suprimir o anular ninguno de ellos.
Ésta es la manera en la que -de una forma gradual e
incrementada- ustedes lograrán su sanación. En la medida en que ustedes inhalen
este aire pleno de este flujo energético de sanación, vuestro Yo Superior
disolverá y sanará para siempre, estas secuelas que les quedaron registradas
desde esos tiempos. Pidan a su Yo Superior que les asista en descubrir todos
esos registros que los están reteniendo y frenando para avanzar a vuestra nueva
y gloriosa realidad.
Les pedimos a ustedes que en vuestra meditación diaria hagan
este trabajo fielmente, hasta que sientan su finalización. Conéctense con
nosotros y con nuestro Amor, de corazón a corazón. Pueden pedir nuestra ayuda y
estaremos ahí con ustedes, en la medida en que hagan el trabajo interior más
importante.
Todos nosotros en Telos estamos muy ansiosos por ayudar a todos
aquellos que en su corazón, intenten comunicarse con nosotros. Somos una
civilización que ha logrado grandes aperturas de corazón, y nuestra vibración
late a la misma frecuencia que el Corazón de la Madre Divina.
Gradualmente, los dolores profundamente asentados en su ser,
serán diluidos, y, con seguridad, ustedes se sentirán más ligeros. La limpieza
de este dolor también les ayudará a percibir en mejor forma, quiénes son
ustedes realmente. Ello les ayudará a dar saltos gigantescos dentro de vuestra
resurrección espiritual, emocional y física.
El Nuevo Día, el Nuevo Mundo están muy próximos a nacer. Muchos
de nosotros hemos aprendido nuestras lecciones de Amor en la Nueva Lemuria, el
Paraíso Perdido, el cual está pronto a emerger nuevamente. Aquella parte de la
Lemuria que permaneció fiel a la Luz y a su Llamado Sagrado, fue elevada a la
Cuarta Dimensión al momento del cataclismo.
A decir verdad, nunca fue totalmente destruida, y solamente se
destruyó todo aquel aspecto perteneciente a la Tercera Dimensión. La Lemuria
continuó siendo privilegiada y así, hasta hoy, pudo continuar su evolución
hacia un nivel conciencial de Quinta Dimensión, donde existe en la actualidad,
en una dimensión más alta.
Y Telos, nuestra Amada Telos y toda su gente maravillosa que
vive ahí, son nuestra “Puerta de Ingreso” a este lugar maravilloso.
Por: Aurelia Louise Jones
Channel for
Adama of Telos.http://www.lemurianconnection.com
Re-Publicado por “Isis Alada”
Para Compartir…Respetar e incluir todos los enlaces, canal y traductor si lo hubiere
1 comentario:
WAOOOOOOOOOOOOO, GRACIAS INFINITAS POR ESTA SANACION. SHALOM
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