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lunes, 11 de mayo de 2015

*MIGUEL *URIEL *TERESA DE LISIEUX *NO OJOS *MARIA *EL ESPIRITU DEL SOL...CANALIZACIONES MAGISTRALES Abril 2015






*MIGUEL
*URIEL
*TERESA DE LISIEUX
*NO OJOS
*MARIA
*EL ESPIRITU DEL SOL

***MIGUEL***
Abril 2015
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales.
Bien amados hijos de la Ley del Uno, reunidos, en el Uno, instalémonos en la Presencia Una de KI-RIS-TI por la Gracia del Espíritu del Sol, antes de que me exprese.
…Silencio…
Bien amadas Semillas de Estrella, en este tiempo y en este período de la tierra viven la nueva Eucaristía, la que los pone frente a lo que es, frente a lo que es de toda eternidad y que no depende de nada más que de esta eternidad. 
En este Cara-a-Cara, lo que viven y que vive este Sol, se sitúa la Verdad, la del ser, de los acontecimientos a vivir y que viven ahora, dándoles a percibir de diversas maneras y en diversas formas la Verdad del ser y la Verdad del no ser.  En cada uno de ustedes, asumiendo y asegurando la función de su ser, se encuentra la realidad de la nueva Eucaristía, la que les da a vivir el Fuego y el Bautismo del Espíritu, el de la Verdad eterna no conociendo ni persona ni límite ni restricción en ninguna manera del impulso de vida, de la fuerza de vida, del Amor, de la Luz en su vibración.
En el tiempo de este año que es vivido  y que se desarrolla en vuestra conciencia y sobre los días de la tierra, sucede en este momento lo que es para incluso revelar finalmente el Gran Todo dentro de cada uno, dándoles a colocarse definitivamente y a estabilizarse allí donde está vuestra Morada. Hay muchas Moradas en las Moradas del Padre.  Hay muchos mundos, muchas dimensiones, estando conectadas al Uno, el-mismo, fuente del Absoluto.  En esto el Absoluto es Fuente, la Fuente es Absoluto, en esto ustedes son eternos y son efímeros al mismo tiempo, en el mismo espacio y en la misma conciencia.  En esto,  y hasta la Llamada de María, les es dada la fortaleza y la estabilidad de vuestro ser profundo en sus manifestaciones, en sus expresiones como en el desarrollo de su plan de conciencia el-mismo.
Todos ustedes están, a vuestra manera, en la misma fase  de este enfrentamiento.  Solo el grado de apertura o de cierre al Gran todo hace una diferencia, pero en definitiva esto no hace ninguna diferencia.  Así pues, como Arcángel, vengo a sellar en ustedes la verdad de la obra realizada por el arcángel Uriel, ángel y Arcángel de la Reversión, ángel de la Presencia, mostrándoles vuestra Presencia de donde deriva posiblemente, vuestra Ausencia y vuestra Eternidad.
En este tiempo allí, en el Aquí y Ahora de vuestra tierra, en el centro del centro de vuestro ser se encuentra la Verdad, la del Cristo, la del Espíritu, la del Espíritu del Sol, manifestándose y trabajando en cada respiración y en cada día que pasan en este mundo, acercándoseles, en cada respiración, siempre más próximo de donde ustedes siempre están, de allí donde siempre han manifestado cualquier conciencia que sea.
Esto es ahora, no al alcance de la mano, no al alcance de la mirada sino más bien al alcance del corazón, Allí donde en el Templo del Silencio se revela la majestad de la Creación así como el origen de toda creación.  En ustedes está el Alfa y el Omega.  En ustedes está la Verdad Una e imprescriptible de la conciencia como de la a-conciencia.
En esto está la Verdad, en esto está lo que es inmutable  permite el conjunto de los movimientos, el conjunto de las danzas de la conciencia y de las manifestaciones de ella en cualquier lugar, espacio o tiempo que sea, incluso inscrito en la Eternidad.
En esto hay en ustedes Revelación, en esto hay en ustedes Apocalipsis, en esto hay combate no entre el bien y el mal, entre lo limitado y lo Ilimitado, lo limitado ignorante que se apoya sobre lo Ilimitado para encontrar su propia limitación.  Esto es vuestra Revelación, esto es vuestra iluminación vinculada a las partículas de Luz viva y Una, dichas adamantinas, así como el conjunto de las irradiaciones de la Fuente, del Ultravioleta, del sol y del Espíritu Santo del Sol, así como el Espíritu Santo del sol Central, Sirius, llegando por vuestra cabeza, por vuestros pies, por el interior y por el exterior restituyéndoles a la Verdad de vuestra Eternidad.  Allí donde están, se sitúa vuestra verdad, allí donde estoy se sitúa mi verdad, allí donde nos situamos en la misma Unidad se encuentra la única Verdad que supera toda verdad.
En esto la Luz los llama, en esto las estrellas danzan en vuestros cielos a fin de traer a la manifestación y a la actualización total la Verdad en este mundo, del Espíritu del Sol y de la Matriz Crística.  Vuestro cuerpo de Êtreté, cuerpo de Eternidad y cuerpo de manifestación, resuena para ustedes y en ustedes, dándoles a vivir lo que es justo para cada uno, abrevándolos a la Fuente de Agua viva, la que nunca puede estar sedienta, la que nunca puede hacer otra cosa que Amar la totalidad de la Vida, en vuestra vida como en toda vida, porque esto es su esencia, porque esto es la única verdad.
Amigos y amados del Uno, escuchen.
Como se los ha cantado Uriel en numerosas ocasiones y circunstancias, ustedes son lo que siempre han buscado, ustedes son la Eternidad inscrita dentro de un efímero que no tiene ya duración que el tiempo de una respiración del Eterno, que el tiempo de un Fuego viniendo del Espíritu y de la santidad.  Esto que se vive en ustedes a cada respiración, esto les es recordado por el sonido de los oídos, esto les es recordado por las manifestaciones vibrales pero también les es recordado por cada señal de vuestra vida, cada elemento de vuestra vida desde el momento donde acepten ya no acaparar y ya no poseer lo que sea o a quien sea, restituyendo a la Libertad lo que pertenece a la Libertad, restituyendo a la Ilusión su propia ilusión, ofreciéndoles establecerse en lo que son pero también en el conjunto de los seres en presencia, en este mundo como en todo mundo.
Así es la última Gracia, la de la acción de Gracia que no tiene necesidad de otra cosa que de su presencia y de su manifestación, y sobretodo no de la vuestra como manifestación sino más bien como Esencia eterna operando en lo que se desarrolla en el encuentro sagrado vivido en este momento de la Resurrección y de la Ascensión.
En vuestros cielos existen los ritmos, esto nosotros los habíamos evocado desde el principio de las Bodas Celestiales, desde las nueve etapas y las nueve marchas.  Entonces los hemos encausado allí donde están a fin de recuperar lo que nunca ha podido desaparecer.  La magnificencia y la belleza de la Luz así como del Amor que es concomitante y previo a la manifestación, es el cimiento de la Libertad, es el cimiento de la solidez.  Allí donde se encuentran se encuentra la totalidad de los posibles, allí donde están se encuentra el Cristo.  Cada uno lo ve a su manera, o lo niega a su manera.
Sea lo que sea y en definitiva, en este lapso de tiempo, hay la capacidad real y concreta dentro de vuestro mundo de vivir esta resolución con las más grandes de las armonías, con la mayor felicidad, con la más grande de las simplicidades y la mayor humildad.  En esto ustedes son los que han anclado y sembrado la Luz, ustedes son los que han participado en la Liberación de cada uno y cada una en este mundo como en este sistema solar.
Hoy donde la liberación se extiende y se extenderá cada vez mas ante vuestros sentidos comunes, abriendo también vuestros sentidos no comunes a las realidades presentes en otra parte, dándoles a ver y a vivir no solamente las comuniones entre nosotros y entre ustedes, no solamente entre cada uno de ustedes, no solamente entre ustedes y los elementos de la naturaleza sino más bien en los fundamentos de vuestra propia constitución, de vuestra propia constitución elemental a través de los cuatro Hayot Ha Kodesh.
Así pues, la flor ha nacido, ella abrió, ella brilla y ella nutre de Luz y Belleza, por el canto de su creación, al conjunto de la Eternidad.  Allí donde están, en este espacio y en este lugar, más allá de todo tiempo y más allá de todo tiempo que pasa, porque el tiempo que pasa está pasado y superado Hay ahora el Aquí y Ahora, incluyendo y constituyendo y superponiendo lo Eterno y lo efímero, el cuerpo de Êtreté, hasta el cuerpo Atmico,* aquel de la Resurrección final y de la Ascensión precedida por la Llamada de María.
Esto es ahora desde el momento donde hacen silencio, no por supuesto de vuestras actividades humanas sino el Silencio de vuestra llamada, dándoles a oír la Llamada de la Fuente de Agua viva, de María y de ustedes mismos que cantan juntos el mismo Canto de Eternidad y el mismo Canto de Verdad.
Amigos y amados del Uno, niños del Uno, a su vez se les es pedido ser y encarnar en este mundo la energía de vuestra propia desaparición y de vuestra propia Presencia, pasando de una a la otra y de la otra a una, dándoles a veces la estabilidad y a veces la inestabilidad.  Nada de esto puede obstaculizar el desarrollo de la Luz, su despliegue y su recuperación.  El tiempo ha llegado de saldar las cuentas, los productos de la ilusión, los derivados de vuestras creencias, los derivados de vuestras experiencias, si tal es vuestro ser y si esta es vuestra verdad.
Como Arcángel Miguel, intervengo en el seno del Espíritu del Sol, acompañado de Uriel, acompañado de Anaël, encarnando el sello arcangélico de la tri-unidad presente desde este instante, desde este momento, desde el instante donde lo reciban.  Así y en el espacio de mi Silencio se encuentra lo Pleno de la Vida y del… (Palabra inaudible). En este silencio se encuentra la Eternidad de la Danza y la Eternidad del Canto de Vida.  Entonces escuchemos juntos el Canto, el de la entrega, aquel donde la Creación recobra su Eternidad y su Libertad expresándose en todas partes.
…Silencio…
Bien amados hijos del Uno, vuestra Presencia es la Esencia de mi Presencia.  En esto captan el sentido de la palabra Eternidad.
…Silencio…
Y en la Danza del Silencio de la Presencia, allí, presente en ustedes y presente en mí, presente en cada uno… el presente de la Gracia les es ofrecido.
…Silencio…
En presencia del Silencio y en el silencio de vuestra Presencia, allí… se vive el flujo del Amor.
…Silencio…
Yo soy Miguel Arcángel y allí, en presencia de los unos y de los otros, se ejerce el Espíritu del Sol aportado por la Gracia de los Cuatro Vivientes.
Entonces puedo decirte a mi turno, como Uriel lo dijo: escucha y discierne.
…Silencio…
En el Templo del Uno, que es tu Templo… deposito las estancias del Uno, cantando el Verbo.  En el Fuego del Rayo, el Agua es fecundada, entonces el sonido se propaga y se inscribe en la carne de este cuerpo.
Escucha y entiende lo que la Vida te dice, déjate embriagar del néctar de la Verdad.
…Silencio…
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales.  Hijos Ardientes del Sol, que mi espada de Verdad sea vuestra a fin de cortar lo que está muerto y lo que debe ser eliminado, a fin de dejar aparecer el Diamante de vuestro corazón dentro de este mundo para y contra  todo, a fin de que la única Luz Una del Amor sea vuestra residencia eterna.
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, por el Espíritu del Sol que es el Espíritu de Verdad, por el Paráclito *  que el Cristo emana.
…Silencio…
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, estoy en ustedes y celebro en ustedes, hasta la fiesta de los Arcángeles, el regreso a vuestra Eternidad.
Hasta pronto.
(N de: El Cuerpo Atmico, es el cuerpo que canaliza la energía de la Voluntad. En él están depositados los objetivos y la razón por la cual un Ser decide encarnarse.)
(N de: El Paráclito o Paracleto: Palabra del griego “parakletos”, que literalmente significa “aquel que es invocado”, es por tanto el abogado)
URIEL
Abril 2015
Soy Uriel, ángel de la Presencia y Arcángel del Retorno. En la Presencia del Espíritu del Sol, hermanos y hermanas del Uno, unámonos el Espíritu y el Cristo.
… Comunión…
Vengo expresar en ustedes, por la Gracia del Espíritu del Sol y del Cristo reunidos en mi Presencia y en vuestra Presencia, el sentido de la Presencia y el sentido del Retorno, a fin de que en ustedes esto lo vivan en la misma Presencia y la misma intensidad. Vengo declamar, en vuestro Templo, el Canto de la Presencia y el Canto del Regreso a vuestra Eternidad, presentes a ustedes mismos y presentes en este mundo, y presentes en este mundo, los presentes a la Vida y los presentes en vida. Le es dado el presente de la Gracia, el presente de verlos y sentiros, en este tiempo y en todo tiempo desde ahora, de verlos claramente con lucidez y con intensidad, sin juicio alguno, sin remordimiento y sin aprehensión. Lo mismo que sin futuro ni esperanza. Por la plenitud del instante y la plenitud de vuestra Presencia, se resuelven los antagonismos de todo Cara a Cara entre lo que es perecedero y lo que nunca perece, dándoles a veros cada vez más precisamente, en los instantes y los momentos donde vuestra Presencia está aquí y los momentos en los que está ausente, en los momentos en el que este mundo desaparece y en los que ustedes-mismos aparecéis en la Eternidad.
Vengo a declamar la Danza del Silencio, no tanto en las experiencias de la conciencia pero más bien en el sentido de la experiencia última, el de la Eternidad revelada en el mismo seno de vuestra conciencia, cualquiera que sea su estado, cualquiera que sea su fragmentación o cualquiera que sea su plenitud. El tiempo de la Presencia y el tiempo del Eterno, este es vuestro tiempo, el de la Resurrección y de vuestra elevación en los dominios de la Eternidad, en las Moradas de la Plenitud, donde nada puede ser refrenado, donde nada ser ocultado, donde todo está en evidencia porque todo es Evidencia. Así en ustedes se instala, en este tiempo, la misma evidencia y la misma sentencia, la de vuestra alma o la de vuestro Espíritu, la de lo que sois en este tiempo como en todo tiempo, en lo que les queda a hacer, en lo que les queda a ser o bien en el tiempo en el que no hay nada más a cumplir ni nada a esperar sino simplemente estar ahí, inmóvil en la Danza e inmóvil en el Silencio, dándoles a recorrer los espacios interiores de vuestra conciencia, los espacios interiores de vuestras vidas, de vuestra vida y de la Vida, en su sentido y su acepción la más amplia.
Hoy, mientras que la transición se hizo, abriéndoles la puerta y la vía al Cristo, el que resuena en ustedes de su sed de Verdad, su sed de Amor con el fin de colmarle más allá de toda esperanza y de toda esperanza, a fin de liberaros si tal es vuestra libertad y si tal es vuestro espacio.
Así, en este tiempo en que la transición está cumplida, donde la Cruz se resuelve a nivel de sus antagonismos por el centro del centro, punto de transito llevándoles al Corazón radiante y al Corazón elevado, llevándoles delante de Él, Aquel que es, Aquel que fue y Aquel que será, mostrándoles vuestro Alfa y vuestra Omega, dándoles en HIC y NUNC el sentido del ser cumplido y del ser revelado en sus cuatro verdades elementales, en sus cuatro linajes y en sus cuatro componentes de la fuerza de vida, en todo mundo como en todo espacio y en toda dimensión.
Soy Uriel, ángel de la Presencia y deposito en ustedes el júbilo de la Presencia del Cristo, la alegría de vuestra Presencia respondiendo a su Presencia, de vuestro instante respondiendo a su instante, dándoles a vivir el soplo de Éter en el seno de la Eternidad, incluso en este Templo perecedero que es vuestro cuerpo, a fin de que ninguno ignore que la Resurrección le está abierta y le es ofrecida en el momento en que renuncias a lo que es denso, no rechazándolo sino sublimándolo por la Gracia de la Luz y del Amor, en vuestra Templo efímero como eterno. Dándoles a resonar y a elevar la frecuencia del Amor Uno, del Amor Unitario vivido en la plenitud de sus medios, en la plenitud de sus manifestaciones como en la plenitud de lo que sustenta todo mundo.
A ustedes hermanos y amados del Uno, donde ninguna denominación de humano o de Arcángel puede interferir porque presentes en la misma Unidad y en la misma vibración, dándoles a elevaros y a posaros al mismo tiempo en las esferas de vuestra Eternidad, en las Ruedas que giran en las Ruedas, dándoles a ver lo que no puede ser vista por un cualquier ojo en el seno de este mundo pero lo que sólo puede ser visto por el corazón. En el espacio sagrado de vuestra coronación y de vuestra Resurrección se encuentra el Templo del indecible, se encuentra la satisfacción de toda insuficiencia y la satisfacción de toda falta. A ustedes, en este espacio y en todo espacio, me dirijo al santo del santo con el fin de que el Espíritu se levante tal una llama, tanto en vuestro corazón como en cada uno de las células que constituyen este Templo perecedero.
Así juntos, juntos y Uno en el mismo espacio, en la misma lectura y en la misma atención, colocamos nuestra conciencia ahí donde está la Eternidad, ahí donde está lo que jamás se para y jamás comenzará, ahí donde está la Morada de Paz Suprema, la que no conoce ninguna guerra ni Cara a Cara. Así lo que es visto debe ser superado. Lo que es visto debe ser atravesado a fin de no tener más que dar más media vuelta, a fin de no oscilar más tal un péndulo entre el Eterno y lo efímero de vuestra vida como de vuestra conciencia. Así se os revela la majestad del Cristo, la majestad de la Inteligencia de la Luz, expresándose en cada rincón y esquina de vuestro ser como de este planeta, dándoles a situaros, sin desplazaros, en el corazón del corazón, dándoles a instalaros sin esfuerzo alguno en el centro de la Cruz, ahí donde se encuentra la Transición, aquel que os conduce en lugar seguro, aquel donde nada puede ser incierto y donde nada puede desaparecer ni aparecer, ahí donde se encuentra la llave, la única, de la Verdad última, la del sentido mismo de la Creación, aquella del sentido mismo del porqué de la Vida, del porqué de la Luz y del sentido mismo de la Luz a su propagación y en su Canto eterno de Libertad.
Así, situada ahí en el centro del centro, escuchando y cantando el Silencio, aquel donde ninguna ola puede enturbiar la superficie de la conciencia, así, ahí, en este espacio, en este lugar que no tiene lugar, se encuentra vuestra verdad, la que se establece en este momento. Cualesquiera que sean las vueltas y los rodeos, nada os aleja de lo que es, todo lo contrario, dándoles a establecer lo que está en Eternidad, el sentido de vuestra Presencia y la Presencia en vuestros sentidos, no los humanos pero bien los divinos, no correspondiendo a nada conocido o conocible en este mundo, abriendo entonces en grande las puertas de lo Desconocido, abriendo entonces en grande las puertas del reconocimiento en vuestra Eternidad y en este Desconocido.
Reconocer lo Desconocido, es hacer desaparecer lo Desconocido. Es entrar de lleno en las esferas del Conocimiento donde todo es sólo perfección, donde todo es sólo Evidencia y magnificencia. Ahí, estáis, en este corazón, ahí donde late Aquel que nunca se apaga, Aquel que siempre estuvo ahí y el que siempre estará ahí, cualesquiera que sean vuestros caminos, cualesquiera que sean vuestros giros y vuestros rodeos, cualesquiera que sean vuestras andanzas o vuestras certezas. Os acercáis cada vez más de este instante último donde nada puede venir alterar la Belleza de la Eternidad, donde nada puede venir borrar la memoria de la Belleza, donde nada puede empañar el resplandor de la Verdad. En este centro y en todo centro se encuentra el Uno, el Canto del Uno, el Canto de la Creación y el Canto de la Vida, que os devuelve aquí-mismo, ahí donde estamos, en el Templo sagrado de la Eternidad, ahí donde se aloja el secreto, aquel que pondrá fin a la angustia y a la soledad, a fin de mostrarles a ustedes-mismos la Eternidad en su totalidad, a fin de mostrarles en ustedes-mismos el sentido y la dirección omnipresente de la Luz, en todo tiempo, en todo espacio y en toda dimensión.
Así, presente Aquí y Ahora, presente llevado y sentado entre los cuatro elementos se vive el Éter, aquel de la Luz Blanca que viene magnificar la Obra al Blanco cumplida y viniendo entonces aflojar las riendas de este mundo, las riendas de su densidad en vuestra vida y en el seno mismo de esta densidad, en vuestras células. En lo más íntimo de vuestra conciencia y lo más íntimo de vuestros engranajes y mecanismos se encuentra la solución: el Agua viva que viene lubricar y que viene bendecir cada uno de vuestros hechos, cada uno de vuestros gestos, cada una de vuestras miradas y cada uno de vuestros momentos de plenitud como de sufrimiento.
Así, ahí donde estáis, ahí donde estoy, que es el mismo espacio y el mismo lugar, se despliega el Canto, aquel del Amor que nada puede corromper, aquel del Amor que nada puede alcanzar si no es aquel que se queda y aquel que está instalado, en toda quietud y en toda eternidad, donde el tiempo que pasa y el tiempo que será superado en el fin de esta dimensión no podrá ser enturbiado de ninguna manera, no teniendo ni porvenir ni futuro pero teniendo simplemente la Eternidad como simple vestidura, la Eternidad como única Verdad y la Eternidad como única bandera y estandarte.
Amado del Uno, soy Uriel, ángel de la Presencia y vengo con ustedes, ayudarles en este último Retorno, poniendo fin a las idas y venidas, poniendo fin a las diferencias entre el Eterno y lo efímero, poniendo fin por ahí-mismo a lo que no puede durar más, en el sentido de su in-completud y en el sentido de su insatisfacción. El Amor es Plenitud, el Amor es satisfacción total de toda petición, satisfacción total de toda espera, poniendo fin justamente a la espera.
Así se manifiesta la brillante verdad de aquel que está establecido para siempre en el seno de la Morada de Paz Suprema, recorriendo este mundo y recorriendo cada encuentro con la misma densidad de Amor y la misma densidad de Presencia, aliviando entonces la carga de la densidad de la materia y liberando y exultando-la, en su trascendencia y sin cambio de vibración, sin cambio de forma, porque estáis más allá de toda forma en experiencia, porque estáis más allá de lo que cree vivir esto y que sin embargo lo vive al mismo tiempo aquí y en todo espacio y en todo lugar.
En esta superficie de la tierra como en su profundidad, en superficie del Sol como en su profundidad, se prepara la expansión final que os llevan a vivir y a sentir, en vuestra carne, la mordedura del Amor. No como un fuego acariciando pero como un fuego que os lleva en las Moradas de la Eternidad a fin de restaurar y de restableceros en lo que siempre fuiste, piensen lo que piensen, vivan lo que vivan, o que manifiesten.
Así es el sentido de la Presencia cumplida por la Obra al Blanco, por su magnificencia y al mismo tiempo por el descubrimiento de lo que no conoce ningún antagonismo, ninguna dualidad ni oposición. Así llego el momento del fin de los opuestos. Así vino el momento del fin de la ilusión de la separación, a fin de que se restauren en ustedes la Belleza y la Gloria, no la de una persona pero la de la Vida que lleváis y asumís, más allá incluso esta vida pero traduciendo el mismo rayo de la vida inicial, de la vida final.
Inscribiendo así en el Alfa y Omega, inscrito así en la menguante de esta vida en su nacimiento y en su fin, se encuentra cerrado el ciclo del cosmos viniendo acabar y romper el aislamiento vivido de esta tierra y de este sistema Solar.
Lo que se celebra y lo que se manifiesta en este mundo, en su superficie, cualquier humano que sea, cualquier grupo que sea concernido, cualquiera país que sea, todo y absolutamente todo os devolverá al origen de la Vida, al origen del primer aliento y de la primera inhalación así como de la primera alegría que viene, como sabéis, del mismo lugar situado en todo lugar y del mismo espacio situado en todo punto, aquí y allá, Aquí y Ahora, presente a la Presencia, presente al Cristo y a la Vida. Entonces decís Sí y la copa se derrama, dándoles a vivir el Agua del Bautismo, el Fuego del Bautismo, el equilibrio del Aire y de la Tierra, viniendo en ustedes bailar la danza de los elementos, no en su manifestación pero diría más bien en su unión, ellos también, en la misma danza y en el mismo movimiento, dándoles acceso al Éter primordial de la vida, al Éter de fuego, aquel donde nace toda vida y donde se celebra toda manifestación.
Amados del Uno, porque tal es vuestro nombre, niños del Uno porque tal es vuestra fuente, niños de la Eternidad porque ahí está vuestra Verdad, estamos unidos en la misma Danza y en el mismo Silencio, mientras que el Espíritu mismo del Sol obra en vosotros, tapizando el paso de atrás hacia delante de vuestro cuerpo, de partículas de Luz que viene ellas también alumbrar vuestro propio Paso, para alumbrar vuestro mismo Misterio a fin de vivir y de superar el Misterio mismo de la Vida, la Esencia misma de la Vida y ser la Vida a fin de encarnar el Camino, la Verdad en la misma vida, a fin de manifestar aquí y en otras partes, Aquí y Ahora, la misma cosa, el mismo objeto y la misma Presencia y la misma constancia, la del Amor revelado él-mismo.
En este tiempo y en este espacio sello en ustedes no el Paso pero yo diría bien la irreversibilidad de la actualización de la Obra al Blanco en el seno mismo de la ilusión, en todo espacio de este mundo como en todo tiempo de este mundo, como en todo espacio de este planeta y de este tiempo.
Así, la Luz Blanca obra y obrará cada vez más en el re-conexión y en vuestra Resurrección, dándoles la certeza inquebrantable no de creer en la Verdad eterna pero de encarnarla en totalidad en este plano y en este mundo.
Así que regocíjense porque esto está cumplido. Así, regocíjense porque esto llama a la puerta. Así, regocíjense porque el tiempo llego, no del Anuncio pero el tiempo de la manifestación en este mundo de la Gloria y de la Belleza de vuestro ser eterno, en la Luz de su Templo interior como en la Luz emitida por cada sentido, por cada mirada, por cada movimiento así como por cada experiencia que ocurren en vuestra vida.
Sean atentos(as). Estén en la escucha. Sean receptivos(as) a lo que se celebra en este momento. Sean en la acogida. Estén en la Verdad. Estén en la Bondad. Cualquiera que sea vuestra conciencia, cualquiera que sea vuestra vibración, cualquiera que sea la persistencia o la no persistencia del alma, la hora llegó a dejar aparecer el Espíritu de la Verdad, la hora llegó de dejar hablar no vuestros sentidos pero el corazón unificado al Creador y al Cristo, como a Divina María, dándoles por allí-mismo, no la elección pero bien la Evidencia.
Esta Evidencia que no sufre ninguna interrogación y ni alguna pregunta os sitúa de golpe ahí donde está el Misterio, ahí donde el Cristo viene preguntarles de nuevo, a cada soplo y a cada inhalación: « ¿Quieres ser mi amigo? » o « ¿Quieres casarte conmigo? », « ¿Quieres ser lo que soy? ¿Quieres llevar conmigo el sentido de la Liberación? ¿Quieres conmigo participar al mundo, no éste pero al eterno, de las esferas que bailan y de las esferas inmóviles en el cielo invisible, aquel que sustenta los mundos, ahí donde se encuentra la Fuente de las Fuentes, ahí donde estás de toda Eternidad? ».
Niño del Uno, el Uno tú mismo dado a luz por ti mismo, en toda dimensión y en todo mundo, solo te pido de ser el ser que está ahí y Aquel que te propone desposarle o de ser su amigo. Niño del Uno, soy aquel que está a tu lado afín no de ayudarte a pasar pero de ser el testigo indispensable de la Verdad que vives en este momento-preciso.
Estaré allí en cada soplo, como cada uno de entre nosotros Arcángeles, Ancianos y Estrellas estamos ahí desde el momento en que te inclinas en ti, en el instante en que ves claro, no en el juego de tu persona pero en el juego de la Vida que se manifiesta en el seno mismo de esta persona que encarnas, para darte a vivir la Libertad. Entonces estoy presente a tu propia Presencia, entonces cada vez que te desvíes, me vuelvo de nuevo hacia ti para mostrarte ahí donde está tu verdad, ahí donde está la Verdad y ahí donde está la Evidencia. A ti de verlo. Sólo puedo asistir y ayudarte a esclarecer lo que debe ser-lo en ti como en este mundo.
La Luz se despliega. La Luz se densifica y se instala. Ella no permite más otra cosa que de vivir la Luz. Ella no permite más otra cosa que de vivir la Inteligencia de la Vida, desde el instante en que detienes toda recriminación de tu persona, a fin de escuchar el Canto de tu propio Espíritu en su magnificencia y en su revelación, en su manifestación como en su desaparición. Esto se juega sobre el mismo paso de baile. Esto se juega en el mismo Silencio, aquel que puedes contemplar en los momentos en que desapareces ahí donde no existe nada más, o ahí donde todavía existen las manifestaciones; esto no tiene ninguna importancia.
Lo importante es de discernir el momento donde la Eternidad te regala la Presencia de tu Gracia a ti-mismo(a) y de la Gracia que expresas hacia el Universo y hacia todo hermano y hermana, humano como Arcángel. Porque en verdad, somos hermanos, hermanos de Eternidad, incluso si nuestras estructuras son profundamente diferentes. Ellas nos remiten simplemente a funciones diferentes pero en la Esencia somos Uno. Esto lo proclamamos, esto tal vez lo viviste por momentos y por instantes.
Te propongo hoy de instalarte de manera irremediable en el sentido de esta afirmación vivida en cada soplo, en cada mirada y en cada acto que pones en este mundo. ¿Entonces quieres constar el sentido de lo que digo hoy? ¿Quieres reencontrar la Libertad eterna que nunca perdiste? A ti de ver, como siempre, pero a ti, sobre todo, de saber no lo que quieres pero lo que está ya presente, a ti de descubrirlo a fin de que se exprese la Danza de los Jinetes, permitiéndote de alcanzar el Éter si tal es el destino, no de tu camino pero el destino de tu Espíritu revelado incluso en este mundo, a pesar de las ilusiones de tu cuerpo y las ilusiones de este mundo. Porque el Amor llevado por esto trasciende todo esto, porque el Amor llevado por esto no puede permitir más ni el menor error ni la menor sombra en lo que emana y lo que fructifica en tu seno en este mismo momento.
Entonces, míralo y te pido de nuevo, no de escoger, no de situarte pero más bien de ver en ti el juego de la Vida y el juego de la Gracia, de ver en ti más allá de las apariencias y más allá de los hechos, porque no olvides nunca lo que la oruga llama la muerte, la mariposa lo llama nacimiento. Lo mismo ocurre contigo hoy, como fue anunciado hace muchos años por el Comendador de los Ancianos. La crisálida fue creada, el capullo de luz viene abrir la crisálida a ella-misma, dándote a vivir la Eternidad aquí-mismo, en el seno de este capullo de luz afín, el momento venido, de no ser trabado ni molestado por cualquiera elemento efímero que sea, en este mundo como en tu mundo.
Así que mi Presencia, como ángel del Retorno, es la que viene limitar las fluctuaciones y las amplificaciones que puedan producirse bajo la influencia de los pensamientos, bajo la influencia de las palabras, bajo la influencia de las visiones y bajo la influencia de las emociones, bajo la influencia de toda relación, entregándote a ti-mismo, desnudo y solo en medio de la Eternidad porque todo se encuentra ahí y toda relación, como todo sentido y como toda interacción, solo puede manifestarse en el momento en que tu Morada de Eternidad se revela en totalidad al sentido mismo de tu Presencia en este mundo.
Para esto, no hay nada que hacer. Para esto no hay nada que pedir. Para esto, hay solo a acoger. Hay solo a borrarse y desaparecer en los momentos en que la Luz te lo pide. Simplemente, estando conforme a tu verdad fundamental, la del ser eterno que vistió lo efímero para un tiempo dado, viniendo allí también a la vez para perdonar y a rendir gracia a los que, un día, limitaron la libertad de ser. Porque incluso ellos no son nada más que los reveladores de ti mismo(a). Porque incluso ellos, en el sentido de la historia, hacen en definitiva que servir el plano del Uno, permitiendo de restaurar el Uno, dándote a ver que no hay ni error, ni falsedad, ni rincón ni esquina donde la sombra pueda esconderse sin ser desalojada por la intensidad de la Vida, de la Gracia y del Amor, en tu mundo como en este mundo.
Por supuesto, algunas estructuras caducas, ciertas estructuras arcaicas deben borrarse porque no son compatibles por la Belleza y la Gracia del Amor, pero esto no es ni un combate ni una lucha pero más bien una metamorfosis total de este mundo. Así, como dije, que esto sea el Sol o la tierra u otros planetas de este sistema solar, ahí donde evolucionas y estás sometido permanentemente a numerosos flujos de luz y de informaciones, hoy viene superponerse y trascender todo esto el soplo de la Eternidad, el soplo de Alcyone, el soplo del Sol y el soplo del Espíritu Santo, dándote entonces a vivir la Plenitud, dándote a vivir, si lo aceptas, la totalidad de lo que fue creado, la totalidad de lo Increado, la totalidad de los posibles como de los imposibles. Mientras que la Luz está allí, nada es imposible. Mientras que seas lo que eres, entonces nada puede pasar a lo que está establecido en el seno de la Morada de Paz Suprema.
Así, vengo a ti, en el seno de mi Infinita Presencia, a fin de encontrarte en el espacio sagrado de tu corazón, a fin de establecer la Danza del Uno, la Danza del Cristo, así como la Danza del Sol. Así, como Hijo Ardiente del Sol, te haces tú-mismo el Sol de tus días y el Sol de tus noches. Tú mismo te haces aquel que calienta tu propio hogar, el que calienta tu propia mirada a fin de darte de manera definitiva la mirada del Amor, la mirada de la Libertad y la mirada de la Verdad.
Así, soy el ángel Uriel y estoy en tu lado de la misma manera que estoy en ti y que soy tu. Desde el instante en que no separas más, desde el instante en que no hay nada más a dividir, desde el instante en que no hay nada más que salvar porque todo ya está aquí, entonces la Belleza puede aparecer, sin alguna pintura ni disfraz.
Amigo y amado del Uno, soy el ángel Uriel y soy aquel que por tu Presencia y mi Presencia juntas revelan el Uno y le permite ser magnificado en el sentido de la manifestación en este mundo, antes de reencontrar tú libertad total. Amado del Uno, recógete, recógete no en un ídolo exterior ni en un futuro hipotético pero recógete en el centro de ti-mismo(a), ahí donde todo está presente y donde todo a veces puede parecerte ausente, pero esto es debido sólo a una mirada alterada. Te pido entonces simplemente de depositar todo lo que debe ser depositado a fin de que pueda expresarse la totalidad de los Cuatro Orientes, a fin de que pueda instalarse la totalidad de los potenciales de la Luz y de la Verdad.
Así, estaré cada día, cada vez más en tu Templo, encendiendo el Fuego de tu corazón, manteniéndolo y vivificándolo, dándote a ti-mismo(a) la potencia de la Libertad, la potencia del Amor y la potencia de aquel que volvió a ser como un niño, no estando más mezclado en algún modo a los rincones y a las esquinas no iluminados de este mundo como de tu propio mundo.
Amigo y amado del Uno, soy el ángel Uriel, ángel de la Presencia y Arcángel del Retorno. Así, ¿aceptas de girarte, no para ignorarlo pero más bien superarlo, de lo efímero? Estás dispuesto a dar el gran salto, aquel de tu Eternidad, aquel que te devuelve ahí donde naciste, aquel que te devuelve al Alfa y al Omega, al fin de que tú también puedas proclamar y declamar: « Soy el Camino, soy la Verdad y soy la Vida. Soy Uno, lo mismo que soy aquel que soy, lo mismo que eres aquel que eres ». Entre “tú” y “yo” no hay distancia. Entre “tú” y “yo” hay sólo “él”, “él” o “ella”, aquel que hace el enlace y aquel que sólo es el espejo del uno y el otro, a fin de que la sincronía se establezca entre uno y el otro.
Amado del Uno, oye y escucha lo que pide tu corazón, oye y escucha lo que pide el Cristo en ti y el Cristo por Ti. Entonces, podrás acoger a María, sin aprehensión y sin temor. Podrás no esperar más lo que sea porque te habrás hecho total e íntegramente independiente de este mundo, realizando entonces aquel que lo pronunció primero y que dijo: « Soy el Camino, la Verdad y la Vida » y que dijo: « Estoy sobre este mundo pero no soy este mundo ».
Así que todos los mundos se abren a ti, los de la Belleza eterna de la Creación como de lo Increado, aquellos donde la Verdad no puede ser una vez más ni desviada ni deformada. Es en este espacio que velaré a tu último Retorno a fin de que nunca más haya, efectivamente, retorno en cualquier atrás que sea, a fin de que todo se abra a ti y en ti, a fin de que la Vida se abra también en ti al Amor que eres, a fin de emanar lo que eres y no de lo que quieres, la belleza del Amor en este mundo sin distinción de nadie, sin distinción de ánimo, sin distinción de humor o sin distinción de circunstancias. Entonces en este momento serás liberado a ti-mismo y liberado de ti-mismo. Serás liberado de toda historia como de todo argumento, dándote a vivir la plenitud del instante y la plenitud de la Eternidad porque el instante sólo puede encontrarse en la Eternidad y la Eternidad sólo puede encontrarse en el instante. Entonces, encuentra esto, encuéntralo sin buscar, simplemente dejando todo lo que puede moverse y alejarte de lo que eres en verdad, no combatiéndolo pero simplemente estando conforme a la potencia del Amor, a la potencia de la Verdad y a la potencia de la Luz. Lo que eres en Verdad y en Eternidad.
Te propongo un momento de Silencio en la Radiantes del Espíritu del Sol, en mi Radiantes y en tu Radiantes sintonizados sobre el Cristo, sobre la Eternidad, antes de que abra, una de las pocas veces en que lo hice, un espacio de preguntas, bien evidentemente no teniendo nada que ver en este mundo pero que teniendo todo que ver con la Eternidad y el Cristo. Pero ante todo acojamos, tú como yo, la Eternidad y la Verdad, Aquí y Ahora, en este instante.
… Silencio…
Así, acoges a Cristo en Eternidad y en Verdad. Así es.
… Silencio…
Hermano humano y hermano de Eternidad, si surge en ti alguna pregunta cualquiera que sea concerniendo lo que acabo de vibrar y de deponer en ti, entonces tenemos la posibilidad de completar nuestra unión y nuestra reunión.
Pregunta: habló de sentidos divinos. ¿Cuáles son?
Bien amado, el sentido divino es aquel que no se carga de los cinco sentidos sino que te conduce directamente a la percepción directa en tu conciencia, a la Luz y a la Verdad, sin pasar por ningún sentido común. El sentido divino es el de la Evidencia y aquel que no conoce otra cosa que la verdad del Amor y la transparencia de la Belleza. El sentido divino no depende pues de tus sentidos, en el sentido humano, y aún menos depende ni de las preguntas ni de suposiciones. Es simplemente la evidencia de la Luz cuando el Cristo está presente, la evidencia de la Belleza cuando el Amor está presente. Esto se celebra instantáneamente desde el instante en el que renuncias, no a la vida pero todo lo contrario cuando renuncias en toda lucidez a las reglas de lo efímero, no para mofarse pero para reemplazarlas por las leyes de la Eternidad que, te recuerdo, es Acción de Gracia y permanencia de la Belleza.
Así, el sentido divino es magnificado e impulsado por las Coronas radiantes, las de la cabeza y las del corazón, lo mismo que por la Onda de Vida, el Canal Marial así como el paso realizado por el ángel Uriel, yo mismo pero no solamente, también por el impulso Metatrónica, la impulsión KI-RIS-TI y la impulsión Micaélica, dándote a vivir el sentido de lo Divino que te permite, si puedo decir, de avanzar,, no como un desplazamiento pero más bien como un aligeramiento de todo lo que podía frenar y trabar la verdad de tu ser.
El sentido divino no conoce coloraciones, el sentido divino no conoce discriminaciones, el sentido divino no permite escoger pero es la evidencia que se instala de la Verdad del instante y de la Verdad de la Vida.
Pregunta: ¿por qué es KI-RIS-Ti quién viene al final y no, por ejemplo, Metatrón?
¿Bien amado, puedes precisar lo que entiendes por « venir al final »?
¿Por qué es KI-RIS-TI quién siempre es anunciado como el Último Encuentro?
Bien amado, Cristo mismo lo había dicho y lo repitió a sus numerosos enviados que transmitieron sus mensajes en todo mundo, en toda civilización de este mundo, en todo Oriente como en todo Occidente, incluso si las denominaciones son diferentes, el Cristo sólo puede venir en totalidad si tu casa está limpia. Él no puede venir primero, exceptuando Gracia excepcional que existe en los que llamaría desde ahora “los tiempos antiguos” de este mundo, es decir hace simplemente algunos años.
Hoy, hay un trabajo que se hizo por la Gracia de la Luz, por el sentido de vuestra voluntad dicha espiritual, que permitió soltar y de podar un cierto número de conceptos superfluos. El Cristo sólo puede establecerse en tu Morada de Eternidad si ésta es libre de todo perjuicio, si es libre de toda atadura, de toda influencia de la sombra o de la luz en este mundo dual.
Así que Cristo sólo puede establecer su morada si tú mismo(a) no estás más en tu morada, sino simplemente en la Morada de Paz Suprema que está en el centro del centro. Para esto, hubo que preparar, limpiar las estructuras vibrales, las estructuras ascensionales, así como un cierto número de elementos que tal vez viviste en estos años, permitiendo al Cristo efectivamente de intervenir como dices, al final de la cadena.
Este regreso no es el regreso de un salvador sino el establecimiento de la Eternidad, desde el instante en el que se salvaron ustedes mismos, desde el instante en el que acogieron la Verdad y la Belleza de la Luz de manera suficientemente intensa en una de vuestras Coronas, o que esto sea por el Canal Marial, que esto sea por la Onda de Vida o por toda manifestación de la Vida durante estos tiempos recientes que acaban de pasar.
Así que, el Cristo no puede venir antes, sólo puede venir después, desde el instante en que aceptó conscientemente su “Amistad” y conscientemente aceptado de “Desposarlo” en el sentido más espiritual que sea.
… Silencio…
Soy Uriel, ángel de la Presencia y Arcángel del Retorno. En el Silencio de nuestros corazones, en nuestra Presencia, me quedo en ustedes.
Hasta pronto para otras palabras y otras vibraciones.
TERESA DE LISIEUX
Abril de 2015
Soy Teresa de Lisieux. Queridas Hermanas y Hermanos, permitidme en primer lugar de presentarme a vosotros, coronada por el Espíritu del Sol, a fin de vivir juntos este coronamiento, esta Presencia indecible, antes de que comience a intercambiar con vosotros.
… Comunión …
Mi Presencia entre vosotros este día está en relación directa con lo que vivís durante este período. Como Estrella Profundidad y la que mostró la Vía de la Infancia, vengo a asistirles, si puedo decir, en lo que viven como transición: el principio de la desaparición, el principio del Matrimonio místico con el Cristo y lo que se dibuja en vosotros, cada uno a vuestra manera.
Mi modesta participación va a consistir, en relación con lo que viví como Teresa sobre esta tierra. Espero poder comunicaros unos medios sencillos. Si parecéis desaparecer, si parecéis borraros en la Humildad y en la Profundidad de vuestro ser, entonces tal vez estáis preparados a encontrar-Le. Tal vez estáis descubriendo estas nociones de Eternidad y de los mundos que hasta ahora os eran invisibles.
Todo esto, algunos de entre vosotros lo viven con agudeza y otros por primicias. Entonces estoy aquí simplemente, con relación a mi modesta experiencia de encarnación, para daros ciertos elementos que pueden ayudaros en este proceso que está en curso, en este último paso, a fin de adaptaros, yo diría, lo mejor posible, a la Llamada de María y a vuestra propia desaparición o Liberación de la ilusión de lo que es efímero, de lo que falta de Amor, de todo lo que sobre la tierra os parece ausente y sin embargo tan presente, para algunos(unas), en vuestro corazón.
Entonces por supuesto, de niña, fui guiada por mi fe en el Cristo y en mi Madre y esto me bastó, durante mi existencia, mi joven vida, a desposar a Aquel al que me había destinado y, en cierto modo, a desposar mi Eternidad y a vivir, cualesquiera que sean las humillaciones y los sufrimientos que pude vivir, la certeza de mi Cielo.
Entonces, lo que vivías o no vivías, lo que hace falta en algún modo, sobre todo si todavía no lo vivís (el acceso a estos mundos, a estas percepciones), es tenderos, no hacia el Absoluto que no representa nada para vosotros sino tenderos hacia vuestra propia desaparición en las profundidades de vuestro ser, ahí donde la conciencia parece no estar más; en este vacío y esta vacuidad se encuentran la inmensidad de la Creación y sobre todo la inmensidad del Amor, muy anterior a toda manifestación y a toda creación. Fijaos esto y el modelo viviente de esto fue por supuesto, el Cristo; hubo otros(as), por supuesto, en otras civilizaciones, en otras culturas. Pero es siempre esta sed de perfección, esta sed de perfección que no se traduce por un movimiento, por una búsqueda sino más bien como una borradura directa de sí, una desaparición, incluso diría un aniquilamiento de toda voluntad de ser lo que sea, a fin de acercarme mejor a mi Amado en este momento y a mi Madre.
Hacer el don de su vida al Cristo, hacer el don de su vida a la Luz, es realmente entrar en lo sagrado y es realmente entrar en la Eternidad, incluso en esta esfera particular donde estáis encarnados.
Entonces por supuesto sabéis bien que en las situaciones de la vida, hay momentos en el que resistís, momentos en el que buscáis causas, explicaciones, soluciones. En la desaparición yo tenía todas las soluciones, todas las causas y todas las explicaciones porque todas las causas, todas las explicaciones, se resumían en una única gran causa: la ausencia de Él, la ausencia de la Eternidad, la ausencia de lo que podríamos llamar hoy la Alegría eterna.
Hoy, en esta fase de la Ascensión que vivís, es más fácil de vivir esta fe si puedo decir, desde el instante en que estáis conforme a la ausencia total de búsqueda de sentido, a vuestras propias desapariciones como ego pero no como persona, cuando os borráis delante de la Vida ella-misma, cuando os entregáis en cualquier circunstancia a la Luz, al Cristo, poco importa la forma que podáis darle, y si os acercáis hacia esta desaparición y este objetivo, no tenéis ninguna necesidad de buscar otra cosa. Porque si recordáis a cada minuto de vuestra vida que la solución está en la desaparición de lo que es efímero pero sobre todo sin negar nada, es decir sometiéndose en alguna parte totalmente, no a un hermano o a una hermana sino a lo que les dicta la Luz, con más o menos evidencia durante este período, entonces seréis cada vez más aptos para borraros, a desaparecer el momento llegado, para bañaros en la Eternidad reencontrada y estar más afectados por todo lo que pueda crear aún sufrimientos hoy, donde os parece sin solución o de necesitar unas explicaciones. La solución de facilidad, la que es más segura y la más certera es aquella. Todo lo demás, yo diría, que son unos derivados y unos medios de hacer frente a sus propios miedos. Todo conocimiento levanta un muro entre vosotros y Él.
Esto, es muy difícil de aceptarlo y todavía más comprenderlo y de verlo. Entonces digo “Él”, pero llamadla “Ella” si lo queréis, esto no tiene ninguna importancia porque es una imagen. Y más allá de la imagen, hay efectivamente la belleza de la Luz donde ninguna sombra puede ser alumbrada sin desaparecer. Esta Luz tan perfecta, tan calurosa, tan ardiente os sacia eternamente y podéis por supuesto vivirlo desde ahora, desde este instante, desde el instante en el que aceptáis no ser más lo que creías ser, de no ser más estas problemáticas a resolver o estas explicaciones que encontrar ni esta cosa que buscar. Poneos ahí donde estáis, haced el silencio cualquiera sea lo que hagáis, haced el silencio de vuestra persona cualquiera sea lo que viváis, en los eventos más místicos como en los acontecimientos más molestos, yo diría, de la encarnación. El uno como el otro no deben afectaros, no porque no queréis estar afectados sino porque vuestra fe en Él es tan grande que no hay más lugar para la menor vacilación, la menor duda y la menor tergiversación en relación a la verdad de la Eternidad.
Hoy, esto os es mucho más fácil porque muchos de entre vosotros, sobre esta tierra, pasasteis unas puertas. Algunas puertas fueron franqueadas. Por supuesto, la Liberación os es adquirida, al conjunto de la humanidad. Pero sin embargo, el período que estáis por vivir puede vivir-se de diferentes modos: está por vivir con sencillez, con evidencia, con gracia o con dificultad. Por supuesto el resultado será el mismo, pero por supuesto habrá cosas que ver y cosas a solucionar: habrá que rendirse delante de la Luz y ser esta Luz. No podéis mantener un cualquier sentido de ser una persona, una identidad, con esta vida o el conjunto de estas vidas, y ser el Cristo; es imposible. Porque hay que renacer de nuevo, no por las puertas de la reencarnación pero más bien por la Acción de Gracia.
Nacer en Eternidad, es no aparecer más en las problemáticas. No es rehuirlas sino es estar conforme con todo lo que la Vida os propone. Porque en este momento, no tenéis ninguna duda más sobre lo que la Vida os propone, y que cualquiera sea lo que os proponga la Vida, sabéis pertinentemente que en definitiva y al final, sólo hay Él. Ahí está la verdadera fe, ahí está la vida verdadera en unión mística. Y si aceptáis esto hoy, dais un paso hacia Él, veréis que hará tres. Esto Él se lo dijo, el Espíritu del Sol está ahí también, para sosteneros no en vuestra búsqueda pero en vuestro Silencio, para sosteneros delante de la Evidencia que viene a vosotros y que no hay a buscar, porque justamente ella es evidente.
Esta evidencia, incluso si no la vivís, si me escucháis, si me leéis, es que en alguna parte ella está presente en vosotros por supuesto, cualesquiera que sean aún vuestras resistencias, cualesquiera que sean vuestros defectos de lucidez o cualesquiera que sean vuestros compromisos. Esto no tiene ninguna importancia. Bien os giráis hacia Él, irremediablemente y definitivamente y Él consumirá lo que debe ser consumido en vosotros, no para someteros a Él pero para someteros al Amor que sois. Porque Él lo encarnó, porque Él todavía lo encarna hoy y que a vuestro turno, hoy, os pertenece de encarnarlo. Es por eso que sois llamado Hijos Ardientes del Sol, porque un día, porque en un momento dado, porque de modo permanente, abrieron en vosotros ciertas puertas. Incluso si no lo percibís claramente, incluso si no lo viven íntegramente o totalmente, esto no tiene ninguna importancia.
Hoy apartaos de todo esto. Id hacia Él firmemente, y Él está al interior vuestro, incluso si llega por los Cielos y por la Tierra, incluso si llega por detrás viniendo a invertir vuestra casa. Él ya es ahí, Él no conoce el tiempo, sois quien lo conocéis. Entonces, no conociendo el tiempo, os basta simplemente a vosotros también, tenga que lo que tenga que hacer, de salir de este tiempo. Por supuesto, de hacer lo que es de vuestra responsabilidad, de vuestro deber o de vuestras obligaciones, llamad esto como queráis, y estáis obligado a hacerle frente, pero hay dos modos de hacerle frente: desapareciendo, pero actuando según lo que es pedido por las leyes, por la sociedad, por la moral, pero sin estar implicado en todo esto, sabiendo que no sois esto, sabiendo como dirían nuestros hermanos orientales y hermanas que todo esto es un juego, que todo esto es una ilusión, es Maya, y sin embargo hay que vivirlo, y sin embargo esto pasa aquí y en ninguna otra parte.
He aquí, pues mis palabras de introducción y, por una vez, voy a intercambiar con vosotros, siempre en este eje de la Profundidad, de la disolución y de la desaparición. Espero poder así ayudaros, sabiendo que las preguntas que brotan de vosotros no sean preguntas personales pero que están también ligadas a tantas almas que están errando o que aún no saben dónde girarse y donde volverse. Porque el período es así, porque justamente a través de esta aceleración, a través de esta sucesión de acontecimientos a veces imprevisibles, a veces irreales para vosotros en el plano de realidad donde estáis, se encuentra la Verdad. Y esto sólo podéis verlo sólo si no estáis engañados de todo lo que se juega, que si no es atado a nada excepto a Él, porque es vuestro guía en las tinieblas interiores. Cualquiera sea lo que vivisteis como Luz vibral, hoy tenéis la elección de permanecer en el Sí o entonces de borraros frente a su majestad. Tenéis total libertad para esto.
No tengáis ni escrúpulos, ni remordimientos en lo que vivís. Simplemente, borraos frente a la majestad de lo que se os revela. No interfieran con lo que viene. Dejad todo el lugar a lo que viene en vosotros y que tal vez ya está aquí. Saldréis de eso colmados de gracias. Seréis colmados de los Misterios del Amor, aquel que da toda la respuesta y todas las respuestas, donde no hay más preguntas.
Una de las frases que más me había marcado en mi juventud leyendo la Biblia, era ésta; era de no preocuparse del mañana, de ser como un niño y de sólo ver el Amor, de vivir sólo por Él, hasta borrarse y desaparecer en la humildad la más total que no es sin embargo una negación de sí, sino justamente el reconocimiento del Sí eterno y su peso y su densidad de Luz en relación al efímero.
Entonces, si ya existe en vosotros esta inspiración a la Luz, incluso si no vivisteis nada, aceptad de desaparecer aún más. Si la Luz no os muestra nada, entonces aceptad esto como una bendición. Si la Luz os muestra muchas cosas, entonces aceptadlo con las mismas bendiciones porque jamás la Luz y jamás el Cristo podrán hacer otra cosa que amaros. Incluso si desde el punto de vista de lo efímero, esto se llama sufrimiento, atravesad esto sin vacilar, id al otro lado de la ilusión y del espejo. E incluso si no tenéis la capacidad de verlo, de sentirlo o de vivirlo, entonces confiad en Él, sencillamente, en cada minuto, en cada respiración. Hagáis lo que hagáis, sólo pensad en esto, no como una obsesión, sino con el fin de Llamarlo porque esta es la verdadera oración del corazón, es la oración permanente, no es la que decide encender una vela en un momento dado o de hacer un rosario o lo que se llama un Japamala en un momento dado, es sólo de estar en cada soplo a lo más cerca de Él porque que en esta llamada permanente hay la evidencia de su instalación, no como algo por venir pero como algo que ya está aquí y que sin embargo fue revestido de un velo. Y este velo sólo es vosotros mismo, es el último velo.
Entonces, no estéis más en el velo, sed del otro lado del decorado, más allá del decorado, más allá del teatro como decía Bidi. Sed más allá del observador porque hay otra cosa después del observador. Incluso el observador se borra, entonces no hay más motivo, no hay más objeto, no hay más historia, no hay más devenir, hay simplemente el Amor que está aquí. No puedo incluso llamar esto “ser” porque está más allá del ser y del no-ser. Es simplemente la Vida. Os volvéis realmente la Vida, cualquiera que sea lo que piensen vuestros hermanos y hermanas, lo que piensen vuestras familias, lo que piense la sociedad. Hay solo vuestras dudas que pueden entorpecer, nada más puede entorpecer. Ningún elemento de este mundo puede prohibiros hoy acceder a esto. No hay más barreras, excepto las ligadas todavía a las costumbres y a las dudas nacidas de las creencias o de los acondicionamientos que todavía puedan existir. Pero cualesquiera que sean estas circunstancias, cualesquiera que sean estas resistencias, olvidad todo esto, porque lo que está más allá del espejo y más allá de esta ilusión es mucho más vasto y mucho más vasto que lo que podéis imaginar, pensar o experimentar. Y tenéis la suerte de poder vivirlo desde hoy en este cuerpo y en este mundo. Ahí está la Ascensión, personal, antes de que se haga colectiva, que está también en curso, os lo recuerdo.
Entonces sí, os queda poco tiempo en términos de tiempo. Pero este tiempo, aprovechadlo para salir del tiempo, para entrar en esta Eternidad y ser colmado de gracias. Y la más bella de las gracias no es la realización de un objetivo de vuestro cuerpo o de vuestra vida o de un encuentro o de lo que sea de otro, pero la más bella de las gracias es el Encuentro con Él y el establecimiento en vuestro corazón, cuando es vuestro Amigo y cuando os casáis con él.
Si aceptáis esto, nunca podréis ser decepcionados, de lo que sea o de quienquiera que sea, porque nada podrá ponerse a través de vuestro camino, de vuestro desarrollo de vida, porque os entregasteis a Él, porque Lo reconocisteis y entonces se reconocieron. Es tan simple como esto y sin embargo, hoy, cuántos todavía aceptan hacerlo, aceptan ser-lo, aceptan poner fin al sufrimiento permanente, a las dudas, a las preguntas, a las interrogaciones, a las explicaciones e incluso lo que llamaría a las dimensiones o al Absoluto.
Hoy, en estos últimos instantes, tenéis todos esta facilidad desconcertante y tan evidente, y sin embargo, vuestra persona hará todo para evitar encontrar esto. Habrá siempre justificaciones, habrá siempre miedos, porque la estrategia de la persona es justamente esta. Y daros vosotros mismos, cualquiera sea lo que viváis o que no vivíais, os permite vivir lo que tenéis que vivir con quienquiera, con cualquiera que sea la situación, en el mismo estado, porque estáis con Él y Él está con vosotros.
No hay necesidad de representación de un personaje histórico. No hay necesidad de representación de nuestra Divina Madre, solo hay que estar conforme y a decir “sí”, simplemente, no haciendo trampas, no suponiendo o presuponiendo alguna cosa, pero es el “sí” del que acepta perder todo para encontrar-Le. Porque aceptando perder todo, encontrareis, como lo dijo, la Vida eterna, y estas palabras también nunca me dejaron. Porque sabía que cualquiera que sea el sufrimiento que vivía en mi cuerpo, o a través de las relaciones con algunas de mis hermanas, esto no tenía ninguna importancia. Y eran tan pocas cosas en relación a la grandeza del Amor. Y que si esto se había manifestado en mi vida, no tenía que castigar ni a buscar la causa sino más bien ver a través de esto la falta de Él y solamente la falta de Él. ¿Entonces como es el Bálsamo que lo repara todo, por qué apelar a otra cosa? ¿Por qué tratar de resolver otra cosa que esta falta, que esta ausencia? 
Entonces sí, volverse humilde, es ser aquí sobre esta tierra, como decía el maestro Philippe de Lyon, el más pequeño, hagan lo que hagan, incluso si erais un ministro o un presidente de la república, aunque solo haya habido un único sobre esta tierra que sea capaz de borrarse para llevar a cabo totalmente la función de administración de su país, no servirse de él, pero servir los demás realmente. Esto es concreto. Pero cuidado, podrían distribuir toda vuestra riqueza, todos vuestros bienes, pero si os falta el Amor esto no serviría de nada. Reflexionad bien. No es una cuestión de dar esto o aquello, es cuestión de daros, que no es lo mismo. Muchos quieren dar y dan espontáneamente y ayudan espontáneamente. ¿Pero se consagraron a la Luz? Ahí está la cuestión, la única. Todo el resto e incluso vuestras vibraciones, incluso vuestro cuerpo de Êtreté no es ningún peso en relación a esta conciencia. Es esto lo que debéis ver. Por supuesto hay marcadores para algunos de entre vosotros: vivís vuestro cuerpo de Êtreté, vivís experiencias y estados a nada igual, que antes eran accesibles sólo a muy pocas almas, porque eran almas muy fuertes y estas almas eran muy fuertes, porque era necesario para tocar el Espíritu y vivir el Espíritu en totalidad.
Hoy, si quieren vivir realmente la Eternidad, es lo contrario que les hace falta. No es un alma débil, es un alma que no interfiere más y que no interfiere más entre la conciencia, aquí donde estáis, y el Absoluto, o si prefieren el Infinito y la Eternidad. Y es a esto que hay realmente adherirse, yo diría, y entrar de lleno con una fe inquebrantable porque la suerte que tenéis, es que esta fe inquebrantable les conduce a vivir la experiencia y a vivir el estado y entonces, en este momento, no necesitáis incluso de la fe, porque todo esto es evidente y esto se hizo vuestro cotidiano.
Si en relación a todo esto tenéis preguntas o interrogaciones para llegar a esto, entonces quiero intercambiar con vosotros.
Pregunta: ¿cuándo aparece una duda, cual es el mejor posicionamiento que hay que tomar?
Mis niños bien amados, cuando aparece una duda, ¿quién duda? Es que no estáis suficientemente informados, es la persona que tiene miedos, es la persona quien se pregunta si tal cosa es verdadera o tal cosa es falsa. Es la persona que no se ha ido lo suficiente a su Profundidad, porque todas las respuestas están en ti y esto no es simplemente una visión del espíritu, pero es la estricta verdad, y estas respuestas en ti son dadas por la Luz, por el Cristo, por el Amor, Entonces, si hay duda, esto quiere decir también que no hay Amor. ¿Cómo podría el Amor dudar de él mismo? Esto es imposible. Si hay Amor, habrá siempre Evidencia. La duda siempre se deriva de las vacilaciones del alma, porque el alma es así. Poner fin a la duda, es aceptar la evidencia de todo lo que se produce en tu vida. Porque el acontecimiento más insignificante para ti es posiblemente el acontecimiento más importante para tu Eternidad, no tiene ningún sentido para tu Eternidad, él está simplemente allí para despertarte, para sacudirte y para mostrarte lo que simplemente eres.
Entonces por supuesto, las dudas pueden estar, en tanto que no estáis allí en esta fe inquebrantable, como he dicho. Y esta fe inquebrantable, no está construida por los conceptos, por las ideas o por las creencias. Ella se construye desapareciendo, porque la fuerza interior viene sólo de la desaparición de la persona. Entonces por supuesto, vosotros sabéis vuestra edad, posiblemente tenéis obligaciones, de carreras, de profesiones, de los niños, o tal-ves debéis ocuparos de los padres, pero esto no impide, por lo contrario esta desaparición. Porque es allí donde veréis si desaparecéis. Y lo mismo si la vida os puso a vivir algo difícil, doloroso y que os parecía privaros de la libertad, y esto puede ser porque pensasteis que la libertad estaba en el exterior, cuando está en el interior y no hay nada mejor que las privaciones de libertad vividas por un avasallamiento, para encontrar la fuerza interior de Luz y Amor.
Entonces no echen pestes contra cualquier circunstancia que sea. Acepten todo lo que se produce; incluso si una duda emerge, déjenla expresarse, pero sepan que esta duda no viene de vosotros y sólo viene de las faltas de Luz, de las faltas de Amor que se esconden en las esquinas y escondrijos del alma. No se juzguen y no juzguen nada, conténtense con estar conforme. No como el que va a dejarse maltratar, pero no olviden que pusisteis vuestra confianza. ¿En quién? En la Luz y en la Eternidad.
Entonces, acerquen-se hacia esta Eternidad, no como algo a encontrar pero realmente como algo que ya esta aquí, en vosotros, y que sólo pide a manifestarse en el momento en que aceptáis de desaparecer. Y no hay mejor circunstancia para desaparecer que la humillación. No hay mejor circunstancia para desaparecer que de estar confrontado, a veces, con algo que va a removernos extremadamente profundamente. Entonces por supuesto hay dos soluciones posibles: la huida o el consentimiento. El consentimiento no es dejarse maltratar, una vez más, sino que es poner vuestra propia voluntad a la voluntad de la Eternidad. Es volverle a poner todo, a la Luz y al Amor. Es entonces realmente un sacrificio, pero no un sacrificio condicionado, ni un sacrificio condicional, es un sacrificio libremente aceptado y consentido. Y si dais este paso, tan pequeño a hacer, verán lo que pasará en vuestras vidas, si aún no esta hecho.
Entonces, las dudas forman parte de la persona. El Amor no puede presentar la menor duda y si hay duda esto quiere decir simplemente que el Amor todavía no tomó todo el sitio y que tal vez también, hasta si el Amor no tomó todo el lugar, tal vez que hubo, no una desviación pero una necesidad de asegurarse que la Luz se quedaba aquí y no se difundía. Y recuerden que la Luz no es hecha para estar parada, la Luz no esta hecha por ser mirada, es hecha para emanar de vuestro corazón, de vuestra Presencia y de vuestra ausencia como persona.
He aquí lo que representan tus dudas. Ellas son la antecámara del miedo. Son la antecámara de lo que todavía no ha sido alumbrado. Véanlo así. Porque el ego, y la persona, dudará siempre del Amor. Porque tiene un concepto del Amor que esta ligado a la posesión. Tiene un concepto del Amor que siempre esta condicionada por la recompensa, por la necesidad de reconocimiento, por la necesidad de asegurarse también, mientras que el que se vuelve hacia el Cristo no necesita ser asegurado por fuera ni en la sociedad, ni por cualquier situación de este cuerpo, sufra lo que sufra o que emane. He aquí de donde vienen las dudas, ellas son la antecámara del miedo.
Y no pueden hacer trampas con vuestra desaparición. No pueden hacer trampas con el Cristo. Que quiere decir? Esto quiere decir simplemente que si estáis conforme con vuestra desaparición, y que si ésta esta condicionada a la obtención de algo que concierne a este mundo y a esta sociedad, entonces ahí hay necesariamente un llamamiento al orden de Aquel que os espera y que os mostrará, de múltiples modos, que no vais desencaminado sino que se alejaron de quién sois. Las circunstancias de la vida y de la Ascensión colectiva que se produce en este momento están para mostrarles todo esto. Pero para eso hay que dejar de reflexionar sobre soluciones, dejar de reflexionar sobre las explicaciones, porque la única explicación es el Amor. Y el Amor es la explicación que va a cazar todas las preguntas, todas las dudas, todos los miedos.
Así como el Comendador se lo había dicho: « Sólo hay el miedo o el Amor ». Y esto toma pasos cada vez más importantes. Y no vean el miedo y las artimañas de la sombra como algo de negativo sino más bien como una falta de amor, como algo que todavía no esta alumbrado y que de todos modos forma parte de la Creación, y que un día u otro regresará a este Amor, porque nadie puede vivir sin amor. Ninguna conciencia puede existir si lo que subtiende la vida no es el Amor, incluso si este Amor fue rarificado como sobre esta tierra. Se hizo condicionado mientras que la naturaleza del Amor es de ser incondicionado, de no conocer ningún límite a la experiencia, a la vida, a la alegría, al servicio, a las múltiples exploraciones de las Moradas del Padre o al Absoluto. Sois quien escogéis. Pero escogéis esto en todo conocimiento y esto no puede ser escogido por la persona, es escogido para vosotros por el Amor, que lo veáis, que lo sientan o no.
Entonces aceptar de desaparecer, es entregar su voluntad y hacer como el Cristo que, sobre la cruz, en lo más grande de su sufrimiento, dijo: « Padre, pongo mi Espíritu entre tus manos ». Entonces, hay que relativizar el sufrimiento. ¿De qué sufrimiento hablamos? De aquel cuyo cuerpo es desgarrado y que sin embargo continúa, a pesar de su grito donde, repito, él decía: « ¿Padre, por qué me abandonaste? » Había comprendido Él también que como Hijo del Padre, como matriz de Vida eterna, él también debía entregarse a la Fuente. Es en esto que fue « El Camino, la Verdad y la Vida ». Y toda su vida sólo ilustró esto. Y toda su vida sólo ilustra cada una de las vidas que se celebró sobre este mundo, cualquiera que sea. Incluso las más maquiavélicas sólo están destinadas a hacer vivir esto, esta Resurrección. ¿Incluso si esto aparentemente se aleja de eso, que sabéis de la acción de estas fuerzas, realmente y concretamente, sobre los que buscan, sobre los que dudan?
En definitiva, todo esto, como dicen nuestros hermanos y hermanas orientales, sólo son unos juegos. Entonces, véanlo así. Entonces, a vosotros de ver si todavía quieren jugar a la sombra y a la luz, al escondite o si quieren una vez por todas vivir la Evidencia, aquí-mismo, sobre esta tierra. Esto os asegurará simplemente la libertad total y no la libertad coloreada en alguna manera y en cualquiera manera que sea por el alma, por los deseos, por los apegos.
Átense a Él porque allí se encuentra la Libertad. No hay otra. Retengan también que todo lo que os llena y lo que no es puro Amor sólo agrava y en alguna parte sólo vuelve a poner capas aislantes en relación al Cristo, porque el Amor es simple, el Amor es humilde y el Amor es todo. No necesita explicación. No necesita sobre todo de justificación y aun menos de retribución o de condena. No conoce nada de todo esto. Y es sin embargo lo que cada uno somos. Que dudemos de eso, que lo vivamos, que lo esperemos, que lo temamos, esto no cambia nada. Comprendan bien que es solo la persona que se posiciona en relación a esto y nada más.
Entonces amen, amen y sobre todo amen-Lo o amen-La. Amen esta Luz que no conoce ni límite, ni barrera, ni condición sobre todo. Y sobre todo que deja libre, contrariamente a la duda, porque ninguna duda les hará libre. Hasta si tienen la impresión de hacer la buena elección, todavía tiene la elección y entonces la Libertad todavía no es para vosotros y sin embargo está aquí.
Escucho sus otras preguntas.
… Silencio …
Aprovecho los momentos de silencio para que el Espíritu del Sol, a través de mi Coronamiento en el Espíritu del Sol delante de vosotros, os abreve también. Esto es el Agua de Vida, el Agua del Bautismo o si prefieren, el Agua de la Transfiguración, la que es previa a vuestra Resurrección.
… Silencio …
Y sientan bien que en estos momentos, aquí ahora donde estamos, cuando hay este Silencio, todo se vuelve evidente. Así, cualquiera que sea la circunstancia o la ocasión, cualquiera que sea la duda o el miedo, todos tienen la posibilidad de instalarse ahí, en este Silencio, en esta Evidencia, en esta Presencia que es también a veces una ausencia. Ahí, a la bisagra de la Ausencia y de la Presencia, Él está ahí.
… Silencio …
Si no emergen de vosotros otras preguntas, os dejaré dentro de unos instantes en presencia del Espíritu del Sol, de este coronamiento.
Pregunta: ¿a veces se ríen con vuestras hermanas Estrellas?
El Amor es una carcajada, sobre todo para nosotras que estamos franqueadas totalmente, incluso de allí donde estamos, de vuestros pesos y pesadez por supuesto, de lo que pueda quedar sobre esta tierra en esta última fase. Pero tenéis la misma capacidad de reír, ante todo de reírse de vosotros-mismos, de reírse de vuestros conocimientos, porque la Vida es una carcajada, incluso aquí, sobre todo si encuentran esta carcajada en las profundidades de lo que sois.
Pero la risa del corazón no es la risa de los labios. La risa del corazón es el momento donde se fusiona totalmente con vosotros, donde la Luz le recorre sin encontrar la menor resistencia, la menor oposición. Ahí esta la risa. Y es la risa del Amor y también la risa de todas las creaciones, porque en Oriente ciertos sabios dijeron: « La Vida es una gran carcajada, la Creación es una gran carcajada ». Es una broma, pero muy seria, la Vida.
Entre nosotros, la risa no necesita ser provocada, emana espontáneamente en el momento en que pensamos en cada uno de vosotros, en el momento en que pensamos en nuestros hermanos y hermanas, porque sabemos lo que le pasa. Les vemos más allá de vuestros sufrimientos, vuestras penas, vuestras dudas. Sabemos que después de este desfile hay la Luz, hay este Nacimiento. Nosotros, ya lo vemos, entonces nos reímos con vosotros. No nos reímos de vosotros sino con vosotros y para vosotros. Porque la risa lo suelta todo y la risa permite al Amor de emanar de vosotros.
Por otra parte lo sabéis muy bien, cuando se produce una circunstancia en vuestra vida que no le afecta, y habláis espontáneamente, os expresáis sin el filtro de los acondicionamientos, de las creencias, cuando sois espontáneo, natural, simple, entonces la risa puede aparecer, es una sonrisa. A veces son los ojos que ríen o que lloran porque ahí, sabéis, incluso sin saberlo, que es la verdad. Incluso detrás de todas vuestras lágrimas sólo se esconde una gran sonrisa que va consolarles, porque toda lágrima es sólo la expresión de la falta de Él, incluso a través de la pérdida de un ser querido, a través de la pérdida de cualquier cosa.
De hecho, y sobre todo en el período que viven aquí encarnado, todo es oportunidad para la risa, la Alegría y el Amor. No se paren en las circunstancias, no se paren a los gritos del cuerpo, esto ha sido dicho. Atraviésenlos, véanlos e incluso si esto aun le impacta, de cualquiera manera que sea, sepan bien que detrás de esto, hay la risa de la Vida, el Amor, la Vida y la Verdad. Y que todo esto son finalmente sólo unas circunstancias que pasarán de todos modos. Porque todas las circunstancias de esta tierra sólo pasan: alegrías como penas, cuando de lo que hablo es eterno y es vosotros, no en vuestros roles, en vuestras funciones, no en vuestros límites, vuestras dudas o vuestros miedos pero vosotros en realidad.
Pregunta: ¿esta risa de la que habláis, tiene relación con el Absoluto?
Oh, yo diría que era una santa locura. Es la locura del niño que no tiene ninguna preocupación otra que de estar presente a él mismo, al instante y a la Eternidad. Entonces sí, para la mirada de la razón, esto puede ser una forma de locura. El amor por otra parte, es una locura para el que vive en la razón, porque no puede comprenderla ni asimilarla ni compartirla. Entonces él se atribuye y llama amor lo que no lo es, por compensación. ¿Entonces, de qué locura hablamos? Lo que es sabiduría a los ojos de los hombres es sólo locura a los ojos de la Fuente y lo que es sabiduría para la Fuente está sólo locura a los ojos de los hombres. Porque la razón es lo que mantiene los velos. La razón no tiene que ser suprimida, tiene que ser vista simplemente por lo que es, la lógica también, la explicación también.
Pregunta: cómo entender: « Cristo ya está en nosotros » y « Él vendrá en una morada limpia » y también « Él volverá por la Puerta KI-RIS-TI »?
No hay que entenderlo con la razón, porque efectivamente con la razón y la lógica esto es antinómico, pero verlo realmente. Mientras haya una persona, crees que Cristo llega y cuando la persona desaparece, el Cristo ya esta aquí. Es la persona la que creó la distancia y la separación, no es el. Él siempre estuvo ahí y sin embargo llega, sí. Para el que observa y el que es aun una persona, Él parece llegar por el Canal Marial, por la trasera, por la Puerta KI-RIS-TI, por el Transfixión del’ Arcángel Mikaël al nivel de la nueva Eucaristía o por el impulso metatronico al nivel de KI-RIS-TI (Puerta). Pero una vez que realizáis que esto no existe, que sólo la persona daba esta aproximación, cuando esta persona desaparece, hay una Evidencia de su Presencia. Y entonces sí esto siempre estuvo aquí.
Entonces, para la lógica esto es antinómico, porque la persona va a considerar que si llega del exterior, es percibido del exterior, entonces no había nada en el interior. Para la persona no hay nada, pero para lo que eres, Él siempre fue ahí. Mientras eres una persona, y es lo que crea lo que yo llamaba « una fe inquebrantable en Él », consideras que está en el Cielo como decía cuando yo era pequeña: « Voy a reunirme con mi Mamá del Cielo », y después te das cuenta que esta Mamá del Cielo, ella siempre estuvo ahí en tu corazón, es decir en tu Eternidad y que eres tú que te alejaste de eso, por olvido, lo mismo de algunas alteraciones de este mundo.
Entonces sí, Él llega del exterior pero está tan ya en ti. Y esto no es autonómico. Y es normal. Que está dentro es como lo que está fuera. Lo que está arriba es como lo que está abajo. No hay ni dentro ni fuera, no hay ni arriba ni abajo.
Hay solo el corazón o no hay corazón. Es el uno o el otro. Esto fue llamado y también nombrado: «pasar de la distancia a la coincidencia». La distancia os lleva a la coincidencia y cuando hay coincidencia, no puede haber ahí la menor distancia. Y sin embargo había realmente una impresión de distancia de algo que llegaba por el Canal Marial, por la nueva Eucaristía, por Mikaël, por Uriel también que tapizó la transición, y por el impulso Metatronico. Pero todo esto, esto es porque había una persona para observarlo, pero tan pronto que este observador ya no esté más ahí, tan pronto que te borres en las profundidades de tu conciencia, esto está siempre ahí, esto no se movió. Ahí esta la Eternidad
Es decir que lo que percibís para algunos(unas) de entre vosotros, como el impulso sobre KI-RIS-TI, como el Canal Marial, como el impulso sobre Unidad, la Puerta Unidad o sobre la Puerta AL, todo esto es la misma cosa. Hay un observador, entonces tan pronto que haya un observador hay una distancia. Y esto es vivido como una distancia. Y cuando el observador desaparece, sólo queda simplemente esta conciencia desnuda, la de la Presencia Infinita donde sabes que todo ya es aquí y que la ilusión, realmente, es una ilusión, pero no antes. Lo sabes porque lo vives. Es justamente pasar de la distancia a la coincidencia, del miedo al Amor también.
Queridas hermanas y queridos hermanos, ahora llega el momento de retirarme en vosotros. Dejo en vosotros la marca de mi Presencia, la marca de mi apoyo y la marca del Coronamiento Solar. Permítanme transmitirles las bendiciones de vuestra Eternidad, esto ya está en vosotros. Esto es mi lluvia de rosas que deposito sobre vosotros y en vosotros.
Les Quiero porque sois el Amor y porque sois el Cristo. Les Quiero porque así es.
Hasta la vista.
NO OJOS
Abril 2015
No Ojos saluda en ustedes el Aliento del Gran Espíritu. Vivamos un momento de recogimiento antes que yo me exprese, un momento de silencio, también un momento receptivo.
… Silencio…
Antes de hablar y de intercambiar, imploro al Gran Espíritu de hacer que mis palabras sean para ustedes Evidencia y Verdad.
Vengo por supuesto como Estrella Visión. Yo soy aquella que les ha hablado en numerosas ocasiones de la visión del corazón y de la visión sin ojos, de la visión etérica.  Les he  hablado de ciertas visiones posibles. No vengo para completar eso, sino a continuar de expresar un cierto número de elementos concernientes a esta visión.
La Visión de la que les hablo ahora, no es une visión que pueda ser descrita en términos inteligibles, porque esta Visión es lo que quizá ustedes llaman el Blanco de la desaparición o tal vez el Negro  del Absoluto. Poco importa. Esta Visión pone fin a todas las otras visiones.  Yo diría que esta Visión es la última, que sobreviene antes del final de la separación y el fin de la división. Esta Visión ahí, está más allá de toda causa y de toda explicación. Ella está más allá de la visión etérica, de la visión de los ojos, de la visión del corazón, si bien los ojos hoy llegan a percibirlo en su conciencia ordinaria.  Ustedes tienen, yo diría, destellos o momentos, y eso puede pasar en la naturaleza, en ustedes o por hermanos que ven desaparecer.
Desde el instante en que de alguna manera, ya sea por los ojos de carne, por los ojos sutiles, por la visión etérica, la visión del corazón, o por la visión directa, desde el instante en que el Blanco comienza a disolver toda forma y toda posibilidad de discernir o de discriminar lo que sea en el seno de ese Blanco, o por la desaparición de todo color, sabrán entonces que han llegado. Ustedes habrán llegado al lugar de donde nunca se movieron y que les parecerá volver.  Ahí está la cámara del Misterio. Allí donde se elaboran todas las otras visiones, donde se elaboran todas las vidas, todas las conciencias, todas las manifestaciones. Es la Fuente de todos los posibles y de todos los imposibles.
Ahí en esta Visión, no hay lugar para otra cosa que el Amor. Y está ligado desde luego, ya lo habrán comprendido, a la desaparición, a la disolución y a la Ascensión. Y esto es un signo de la Resurrección.  Y lo que firma también la Crucifixión a venir. Sean cuales sean los nombres y las percepciones que ustedes hayan vivido, o vivan ahora. Eso corresponde a lo que había sido llamado por el Comendador de los Ancianos: la Parrilla Planeta. Pero esta Parrilla Planeta, es solo la Parrilla de lo efímero, de lo que no tiene consistencia y lo que es superfluo.
Desde luego, a partir del momento en que el alma se invirtió, desde el momento en que el alma emprende un camino de disolución, aunque ustedes hagan idas y venidas, por sus dudas, o por movimientos naturales del alma, todo eso un día dejará el lugar al Blanco, cuando las formas y las manifestaciones desaparecen, y no queda más  que la pureza y la Belleza.
Ese es el lugar inicial y el lugar final. Es como diría el Cristo, el Alfa y la Omega; es la misma cosa. Es el momento en que no hay nada que ver, porque ya no es necesario. También el momento en que ya no hay ni visión del corazón, ni interior, ni visón etérica.  Es el momento que todo desaparece. También el momento del juramento y la Promesa, Y el momento del Llamado de María. El momento final de la Revelación.
Algunos de ustedes ya viven las primicias de diferentes maneras.  Ya sean éstas a través de los elementos, a través de sueños, desapareciendo, por la vibración o por que la conciencia se borra, todo eso los  lleva a lo esencial, porque más allá de esta última visión, yo diría, del Blanco y el Negro, hay mucho más que una convicción. Hay algo que es la Verdad, de la cual nada se puede decir, eso lo saben, y sin embargo se imprime en ustedes tan pronto como es vivida, esta vez no como una fe, sino como una certeza inquebrantable, porque entonces saben que todo viene de ahí y ahí todo vuelve, porque ustedes son eso.
Entonces, la desaparición de visiones, de ciertas manifestaciones, por momentos, por intermitencias, están ahí para acercarlos una vez más a la primera o a la última Visión, que no es propiamente una Visión, pero que en todo caso no permite discriminar, ni forma, ni emoción, ni dimensión, ni separación. Todo eso, ustedes lo viven como fue dicho, por momentos, quizás las primicias, o bien no las han visto.
Ustedes saben que están en un período a la vez de Ascensión, como también de Cara a Cara y de superposición. También es una oportunidad en esta última Visión, de vivir realmente la Eternidad. Y  es la experiencia de la Eternidad, la que pone fin a la ilusión. No porque combatan la ilusión o la comprendan, sino porque realmente la han trascendido, como lo dijo mi hermana Teresa. Esto pasa, por supuesto, que ya lo saben, por los cuatro Pilares del Corazón, la Unidad, por la Simplicidad, la Humildad, por la Responsabilidad también.
Ya sea el Blanco o el Negro, esto representa las dos vertientes de la Infinita Presencia o de la Última Presencia. Allí donde se manifiesta la Morada de Paz Suprema.  Donde se vive el Aliento del gran Espíritu. Es el Chispa inicial de toda creación que reenvía este Rayo también a su  Fuente inicial, porque allí es nuestra Morada, si bien diría que hay  numerosas Moradas, hay una sola Morada, todas las otras son solo manifestación de la Vida, de sus colores, y de sus infinitas posibilidades.
Es por eso que la Obra el Blanco los invita a cerrar el primer trabajo que fue la obra al Negro, en una terminología alquimista. El círculo se cierra, y finalmente han llegado al Aliento del Gran Espíritu, es decir, que han  completado el Alfa y la Omega, y que son coronados. Y allí, en el Blanco y el Negro, son alimentados, satisfechos y saciados, poniendo fin a toda  duda, toda interrogación, a toda explicación como a cualquier justificación de lo que Son. Y allí ustedes son libres.
Esta última Visión no puede buscarse, ni crearse. Por otra parte existe efectivamente para la conciencia lo que llamaré dos vías, que podemos comparar con dos vías de paso.  Esto es una apariencia, a veces útil, para ustedes como referencia.  Pero en determinado momento será necesario aceptar perder toda referencia. Eso es trascender los elementos. Los elementos se fusionan, en cierta forma.  De la fusión de éstos renace el Éter, si prefieren el 5to. Elemento, el que sostiene a todos los otros.
Ustedes están de alguna manera en el cruce de los caminos, y en el centro de la cruz. Les son abiertos todos los posibles, abiertos no para sus propias elecciones, sino para la desaparición de éstas, para la desaparición de toda visión, si bien en los próximos días fluctuarán, entre visiones inhabituales, y la desaparición de todas ellas.  Y esto será, como fue dicho, la finalización de la Obra al Blanco. El Alfa se une la Omega, sobre todo, el eje Atracción – Visón ha sido rectificado por la fuerza del Amor y del corazón y eso les da alegría, una Alegría que no depende de causa ni de ningún estado, porque como saben la Alergia en la manifestación espontánea del Amor, y de la Libertad.
Todos ustedes han emprendido y como todos nosotros, Estrellas como Melquisedec, emprendimos a veces caminos diferentes. A veces tenemos opiniones diferentes, pero todos convergiendo hacia la misma Verdad, la misma Eternidad y es ahí que se ve, de cierta manera, la coherencia del Aliento del Gran Espíritu en ustedes. No antes, porque necesitan, si quieren ser completamente libre, soltar todas las visiones, soltar todas las percepciones, todas las vibraciones. Tienen que desaparecer en algún momento. Aceptar esto ya es aceptar el Aliento del Gran Espíritu y la Verdad del Amor.
Desde luego, las visiones intermedias, de las que había hablado aquí hace muchos años, ya sea la visión etérica, la visión del corazón o de la visión interior, estaban solo destinadas a prepararlos para esto, no para alejarlos en escenarios o historias, sino para provocar en ustedes la certeza de la Verdad de la Luz, si bien para algunos de ustedes puede parecer todavía realmente distante, aunque así lo perciban, en realidad nunca ha estado tan cerca, incluso si conciben las cosas así.
Saben que el Aliento del Gran Espíritu, los riega constantemente. Las partículas ígneas que ustedes llaman Agni Deva están presentes en todas partes. Ustedes los sienten a través de sus Puertas, sus Estrellas, ellos pican, los penetran por todas partes. La Obra al Blanco finalmente se termina.
No sólo todo se ha cumplido en lo más alto de los Cielos, así como se cumplió más abajo de los cielos. Las visiones han sido un soporte, así como la Luz Vibral, porque la conciencia es eso. Pero la conciencia, ¿de dónde viene? Del Gran Espíritu, me dirán ustedes. Por supuesto, hasta un determinado espacio, hay todavía una distancia entre la Fuente y la Luz que ustedes Son. Pero en otro espacio ustedes son también la Fuente, en totalidad, aunque pueda parecer difícil de imaginar. Sepan que la percepción de la Luz Blanca es exactamente eso. Cuando ustedes desaparecen, cuando el escenario desaparece o alguien desaparece delante de ustedes, es que toca la Eternidad y el Amor. Y eso sorprende tanto que en el momento, ustedes no piensan en eso. Están todavía en la visión del Blanco y del Negro, no me refiero al negro de las tinieblas, me refiero al Negro de Luz Negra, la precede a la Luz Blanca.
 Cuando abordan a esta Luz Blanca, cuando ella los aborde (y lo mismo para el Negro), tendrán aquí los testigos de su desaparición, los últimos testimonios de su desaparición en las Moradas de Eternidad.
Además, si ustedes están aquí en estos momentos y si no son absorbidos por lo que ven, es decir, el Blanco o el Negro, ya sea por la desaparición de una persona, o la aparición de la Luz Blanca en un vórtice (como lo dijo el Comendador de los Ancianos), si son sensibles y están atentos ahí en ese momento, verán que al volver, sin importar la impresión dejada, estarán llenos de Amor y de Alegría, incluso si no saben las palabras exactas para decir lo que experimentan; eso no es necesario, ya que está inscrito en lo que ustedes son. Todo esto se lleva a cabo en este momento, todo está ahí.  Aceptar de ver la Verdad, aceptar vivir la Eternidad  los desincrusta por completo de la materialidad de este mundo, pero no de la Vida.
Por supuesto, si eso les llegó mucho antes de este tiempo, puede ser que tengan nostalgia de lo vivido. A veces se tiene la sensación de pérdida, pero todo es pasado ahora porque el Blanco está ahí, la Obra al Negro se une a la obra al Blanco. Así se cierra el círculo, como yo diría.  Se termina el sufrimiento y la ignorancia, termina todo lo que es superfluo e innecesario dejando sólo lo esencial, el Soplo del Gran Espíritu. 
Entonces, ¿qué es lo que todavía puede impedirles vivir esto si aún no han experimentado? Por supuesto que eso fue llamado resistencia, pero esta resistencia no siempre es el hecho de su persona, porque incluso si las líneas de depredación fueron suprimidas de la tierra, quedan lo que yo llamaría recuerdos y remanentes de estas líneas de depredación, sobre todo porque las formas que crearon estas líneas depredadoras, están siempre presentes, si bien no están activas gracias a la Luz Blanca. Ellas pueden causar fenómenos de memoria en ustedes, que son responsables de sus dudas, sus preguntas y también de sus sufrimientos. Pero tan pronto como la Luz Blanca es vista, de una manera u otra, les puedo asegurar que todo esto se está realizando en la tierra.
Así María intervendrá, en la frontera del Blanco y del Negro, sin visión pero con evidencia, en un reconocimiento total y mucho más importante, si puedo decir, que les experiencias que hayan podido vivir hasta el presente. Parque ustedes saben o sabrán lo que es María y el hecho de saberlo, no está ligado a otra cosa que la Reconexión a nuestra Madre común. Es la fusión de los elementos, lo que permite eso. Es para eso que en la tradición de mi pueblo, antes de cualquier ceremonia, hacíamos el llamado a las cuatro Orientaciones, a los cuatro Elementos. El tambor y el fuego, así como la manta, estaban dirigidos hacia las cuatro Orientaciones.
Es una ceremonia que permite dar gracias a los Cuatro Vivientes, que son los Servidores de la Fuente Una, capaces de desplegarse en todo el mundo, en toda circunstancia y en toda dimensión. Esto es exactamente el caso para ustedes, a través de lo que los Ancianos llamaron el despliegue del vehículo Dimensional, a través de lo que el Maestro oriental  Li Shen les dio a través la danza del Silencio. Todo ello unido a la fusión de los cuatro Elementos. Esta es la Obra al Blanco, el fin de la Obra al Blanco, es el Alfa y la Omega reunidos, en el centro de la Cruz.
 … Silencio…
 No Ojos comulga con cada uno, como cada uno de ustedes comulga con cada uno.
 … Silencio…
No Ojos se retira ahora en ustedes.
MARIA
Abril 2015
Yo soy María, Madre de los cielos y de la tierra. Yo vengo, aquí y ahora, en estos tiempos, acompañada por el Espíritu del Sol y los cuatro Jinetes. Estamos felices de estar en vosotros y con vosotros aquí en este lugar o en otro lugar, es lo mismo, todos unidos en este fuego que se enciende y se consume, no para arder, más bien por amor, vuestro amor.
…Silencio…
Yo vengo, acompañada del Espíritu del Sol coronado, coronado como vosotros lo estáis en estos tiempos. No el coronamiento como uno puede entenderlo, falsificado por este mundo, sino más bien el coronamiento de vuestra Eternidad.
…Silencio…
A través de mis palabras, a través de la vibración, vengo para sostener la obra de los Jinetes. Vengo para bendecir a todos mis queridos niños, yo vengo a invitaros a aún a más presencia y a dejar ir. Si quedan algunos miedos, algunos afectos, vengo a ofrecer mi Gracia para que vosotros podáis a su vez ofrecer, ofrecerse enteramente a Cristo, al Espíritu del Sol, poco importa el nombre.
…Silencio…
Veo en este mundo pronto la finalidad, la finalidad de vuestro Retorno en totalidad. Nosotros estamos felices y queremos celebrar con vosotros esta unión, celebrar este coronamiento, no sólo sobre la cabeza, sino en vuestro corazón.
…Silencio…
Si lo deseáis, vengo aún a recubriros con mi velo de Amor, a bañaros en el Agua lustral del Fuego solar. Cualesquiera que sean mis niños, cualquiera que sea el lugar donde os encontréis, estoy allí, en vosotros.
…Silencio…
Mi Llamada está próxima, entonces disfrutad del tiempo necesario que os es dado para finalizar y colocaros allí donde ninguna duda permitirá el error de quien sois.
…Silencio…
Los Jinetes en acción acompañan el despliegue final de la obra del Padre. Él espera con alegría el abandono total de lo que todavía puede quedar, a fin de que podáis estableceros en definitiva dentro de lo que siempre habéis sido.
…Silencio…
El gran Azul aparece no solamente sobre esta tierra, sino en la inmensidad eterna. Ya todos nosotros celebramos vuestro reencuentro. Ya todos nosotros nos regocijamos de esta finalidad próxima y yo vengo a buscar a todos mis niños. Me acerco todavía más al lado de los que todavía pueden tener resistencias. De mi Gracia os rodeo, en mi Gracia os acojo.
…Silencio…
Permitidme vibrar con vosotros, permitidme bailar con vosotros, rodeados del Espíritu del Sol… unificándose a él, abandonando vuestros últimos velos, vuestros últimos afectos, vuestros últimos miedos. Dejaos recorrer por todo este flujo de Amor que no es nada más que lo que vosotros sois. Dejaos tocar, dejaos penetrar, dejaos llevar y olvidar todo lo que no es Luz, todo lo que en realidad, vosotros no sois. Los Jinetes pueden sacudir, pero revelan lo que es efímero, y esto no es más que la revelación de lo que vosotros sois. Entonces olvidad la pequeña persona y ved la grandeza de lo que son. Olvidad la pequeña persona y vivid lo que sois. Esto se os es dado, Aquí y Ahora.
…Silencio…
Mis hijos, voy a venir una y otra vez, en vosotros y a vuestro alrededor, a vibrar en vuestras células hasta que no pueda existir más un ápice de duda, porque el Padre os quiere desnudos y esto ahora puede hacerse. Así que ¿por qué esperar? Poco importan los dolores, los sufrimientos que todavía pueden aparecer, porque esa es la palabra, aparecer, y todo lo que aparece, desaparece, y entonces sólo queda la Eternidad, solo queda este Amor, Sólo queda lo que siempre ha sido, y esto es lo que vengo a buscar, perfeccionar en vuestro corazón, esta resonancia total, allí donde no hay ya apariencias sino más Luz, Luz chispeante, Luz radiante de Amor.
…Silencio…
Os propongo, si lo deseáis, tomar unos instantes con el fin de vibrar en el corazón, en el corazón uno, en un solo sonido, en una sola forma; os propongo danzar, danzar la Vida.
…Efusión vibratoria…
Mis niños, vengo a fusionarme en vosotros, a fundirme, a desaparecer; venid a su vez a fundiros y desaparecer. ¿Por qué continuar aún estas idas y venidas? ¿Por qué perderse aún en lo afectivo, en los miedos, mientras que el Amor que sois os tiende los brazos? ¿Por qué resistir? Entonces si, los Jinetes actúan ahora cada vez más. No veáis esto como una catástrofe cuando los acontecimientos lleguen, permaneced simplemente en el Amor, aceptad simplemente dejar pasar, sin implicaros. Así como os lo dije, esto sólo aparece. ¿Dónde está vuestra confianza, vuestra fe, si a cada momento la duda aparece? Aceptar, abandonarse, es dejar pasar todo lo que sobreviene, en vosotros y a vuestro alrededor, la única finalidad es, en resumidas cuentas, el establecimiento de vuestro ser.
…Silencio…
Estamos con vosotros desde todo este tiempo para haceros vivir estos estados de Amor, de desaparición. Esto va a ser cada vez más fuerte pero esto sólo es para la instalación definitiva en lo que sois.
…Silencio…
Yo cubro a todos mis niños, a vosotros que estáis aquí y a los que están en otros lugares, con el Manto Azul de mi gracia, vengo a mecer vuestras células con el fin de hacer vibrar en vosotros esta Gracia, esta Paz, este Amor.
…Silencio…
El Espíritu del Sol, irradia en vosotros.
… Efusión vibratoria…
En la Alegría estamos, infinitamente presentes, y nos regocijamos por vuestra presencia. Vamos a retirarnos pero sabed que lo que llega en vosotros, yo soy y nosotros somos, todos, y lo que somos, vosotros lo sois.
…Silencio…
Mis niños, os digo: en la Gracia y en el Amor, en el corazón. Hasta pronto.- 
​ 
ESPÍRITU DEL SOL
Abril 2015
Yo soy el Espíritu del Sol y saludo vuestro resplandor, de mi resplandor, revelando en ustedes la inmanencia de mi Presencia en vuestra Presencia. En la Paz de la Eternidad, recibamos juntos el Silencio eterno de la Creación.
… Silencio….
En el mismo resplandor entonces la inmanencia de nuestra Unidad. Emanando de ustedes como emanando de mí se recrean la Belleza y el Canto de la Verdad.
… Silencio….
Yo estoy en cada uno de ustedes y soy cada uno de ustedes, desde el instante en donde ustedes dejan lo que debe ser depositado, lo que pertenece a lo que no dura, a lo que está inscrito en los ciclos de la vida y de la muerte.
Yo los invito a entrar en la gloria del Sol. Comulguemos y dancemos en la Libertad. En este espacio donde nada puede detener, donde nada puede refrenar al corazón, al Amor y la Verdad. Ahí, tú que me lees o que me escuchas, yo te invito en cada manifestación, como en cada ausencia, a dejar emerger el soplo de la Vida Una, el soplo del Verbo y el soplo del Silencio.
Yo te invito a comparecer delante del trono de la Infinita Misericordia y de la infinita bondad. Te invito ahí donde nada puede ser perdido y ahí donde no tendrás nada más que depositar ni nada más que esperar. Te invito en el Éter de Verdad, en el Éter de Vida.
Yo no te invito solamente a escucharme, no te invito solamente a reconocerme sino te invito a descansar, en el Silencio y la Plenitud de tu corazón elevado, tú que estás ahí, tú que lees y tú que escuchas lo que tú eres, que yo solo hago resonar, ahí donde ningún obstáculo puede interponerse y donde nada puede llegar más que la expresión o el Silencio del Amor en todo mundo.
Yo vengo a invitarte al Llamado de María. Vengo a llamarte a tu Paz, vengo a llamarte a tu Verdad. Escucha en lo más profundo de tu corazón el ritmo del Amor que la Luz misma manifiesta dentro de ti. Te invito a recibirte a ti mismo en esos espacios sin fin y sin límites de la expresión de la conciencia; te invito a reconocerte en cada vida, en cada acto, en cada posición, en cada dimensión.
Yo vengo a coronar tu obra que te ha conducido a encontrarte, que te ha conducido a vivirte, sin temer nada del instante presente y de la espontaneidad de aquel que sabe, porque lo vive y no porque lo cree, la belleza del Amor a la belleza de la Gracia.
Yo te invito ardientemente, como una súplica, a dejar ser lo que es, a dejar vivir lo que vive. Te invito a escucharte, no en los gritos de lo que muere sino en la Alegría y el júbilo de lo que no muere nunca. Te invito, dentro de esta forma, a dejar atrás y a trascender toda forma, en cualquier expresión que sea.
Yo te invito al último Renacimiento, el que no conoce otros. Te invito a la Vida eterna, a la que no conoce ni tiempo, ni peso, ni pesadez. Yo te invito a dejar cantar y obrar la Vida en tu mundo, el que ves y percibes por tus sentidos y el que vive en tu Esencia. Te invito finalmente a no seguir más ningún sentido. Te invito a permanecer en tu Morada de Eternidad.
Yo soy la Vida elevada que fluye en tu forma, todavía presente. Te invito a aligerarte de toda carga, de toda obligación, con el fin de ser responsable del Amor que llevas.
Escúchame, ya que es la mejor manera de escucharte. Acuérdate de tu herencia, de tu Presencia eterna, cualesquiera sean las densidades y pesos que vives todavía aquí y ahora. Atrévete a atravesar, atrévete a pasar, sin temor y sin apegos.
Yo te invito a la Esencia vivificada del que vive el Cristo y cuya Gracia es el reflejo de su permanencia, de su impermanencia y de su inmanencia. Te invito, por último, a los Atelieres de la Vida, si tal es tu lugar. Te invito también al Gran Todo donde ninguna forma puede aparecer. Te invito ahí donde todo es eterno.
Escúchame, tú que estás ahí y escuchas a La que viene a mostrarte tu verdadera filiación que es Espíritu, poniendo fin a las últimas cadenas de lo que puede quedar de creencias y de ilusiones. Te invito también a no mirar nada más que la mirada desnuda del Amor. Te invito sobre todo a no escuchar lo que te grita lo efímero, con el fin de bautizar esos gritos en la alegría del Amor.
Tú, que te lees y que me lees, tú que me sientes, tú que me buscas, tú que dudas, yo soy lo que te permitirá, y que ya te permite, vivir la certeza de lo que eres.
Yo te invito, si ya no se ha hecho, a colocarte ahí donde nada puede ser quitado, donde nada puede faltar, ahí donde no se hace ninguna pregunta porque el Amor colma todo, no dejando ningún lugar a otra cosa que el Amor.
Yo te invito, a cada minuto de tu tiempo, en cualquier circunstancia que sea, a verte y a verme, a reconocerte y a reconocerme, poniendo fin así a todo dolor, a todo lo que no es verdad. Te invito a no ver nada más que esta Belleza. Para eso mira la Esencia, más allá de todo parecer y de todo sufrimiento.
Yo te invito, finalmente a la Vida eterna, la que canta, aquí y en otro lugar, en toda manifestación. Te invito también a ser aquí mismo, ahí donde tú eres, lo que eres en Verdad. Te invito a dejar los hábitos de tristeza de tus pruebas en lo efímero y a lavarte, así desnudo, de todo rastro y de todo peso.
Yo vengo a prepararte al más bello de los encuentros, a la más bella de las verdades. Vengo a saciarte, a fin de que El que te dará de beber del Agua Viva no pueda de ninguna manera ser frenado o refrenado por algún elemento de tu efímero.
Yo te invito también a no rechazar nada de lo que la vida te propone en estos tiempos, a fin de hacer con eso los barrotes de tu escalera hacia el cielo, tu cielo. Te invito a reconocerte en el esplendor de la Luz. Te invito a reunirte al Gran Todo, si tal es tu lugar, habiendo abandonado todos los lugares y todas las manifestaciones de cualquier conciencia que sea.
Tú que escuchas y tú que me lees, ve más allá de las letras formadas y ve más allá de los sonidos que pronuncio ya que ellos solo son el soporte de la Vida pero no son la Vida. Mira más allá de lo que emana, ve más allá de la alegría de tu Presencia. Supérate a ti mismo superándome, con el fin de que puedas decir, cuando el momento haya llegado: “Padre, entrego mi Espíritu entre tus manos. Tú y yo somos Uno, yo lo reconozco y lo vivo. Nada más puede oponerse, dentro de lo efímero que he vivido, a la instalación de tu Hijo, porque yo soy también tu Hijo, porque yo y el Padre somos Uno, como Tú y el Padre son Uno”.
Yo te invito a tomar conciencia a fin de resultar conciencia. Te invito al último salto del Llamado de María. Te permito conservar tu casa limpia para el momento último de este mundo y de esta ilusión correspondiente al regreso de la Vida.
Tú que estás ahí, tú que escuchas y tú que lees, atraviesa eso. Toca el origen de toda vida y de toda forma, más allá de las Moradas del Padre, ahí donde está lo previo a toda vida y de lo cual nada puede ser dicho, ni en palabras, ni en vibraciones, pero donde todo puede ser recibido y revelado, ahí donde nada más es útil solo tu Corazón de Diamante.
Tú y yo, nosotros todos, portadores de la misma llama expresada en tantos mundos, en tantas creaciones y en tantas bellezas.
Yo no me dirijo solo a ti sino también a cada uno que se desvía, pero también a cada uno que no se ha despertado, pasando por ti que escuchas y oyes a fin de que el que duerme se despierte por fin, no por sujeción, ni por las palabras, ni por proyección sino más bien por la evidencia de ti mismo que dejas ver en cada mirada, en cada contacto, en cada palabra.
Yo no te pido nada, simplemente te lo digo, porque mi pedido cae desde el instante donde tú has captado la esencia de mis palabras. Más allá de todo principio, tú eres. Yo soy la Vía/voz directa del Espíritu del Sol en ti. Mi único deseo es que tu Renacimiento se haga en paz y en lucidez, tú, que lees las palabras que formo o que escuchas más allá de las palabras lo que palpita en ti cuando yo soy en ti y que tú eres en mí.
… Silencio….
En este instante, a cada soplo que entra y sale de ti, el soplo de lo Verdadero, el del Verbo viene a llamarte. Vengo a decirte que el juego se acaba y que cada uno es ganador, ya que no hay nunca perdedor en la Luz. Te ofrezco no jugar más y ser el que permite el juego de todo el mundo y en toda conciencia.
Tú, cuya bondad del Amor se revela a los que te ven, alrededor de ti como a lo largo de ti, te invito a la mirada del Fuego y al corazón de Fuego. Te invito a la inocencia del niño que recibe a su Madre después de una larga ausencia, tal como lo había creído. Yo invito a tu carne a volverse Luz, invito a tu carne a ser Transparente.
Todo mi llamado solo es un llamado a la Evidencia.
Te invito finalmente a ser completamente tú mismo, no en los juegos y roles que has tenido sino más bien a mostrarte digno Hijo Ardiente del Sol que vivifica toda vida, en toda mirada y en todo gesto como en toda palabra, haciendo de tus miradas y de tu vida en este fin de ciclo, un océano de beatitud y un néctar de inmortalidad, cuyos aromas superan ampliamente la sensibilidad del alma y la sensibilidad de tu cuerpo.
Desde el instante donde has depositado los pesos de tus conocimientos y los pesos de tus dudas, descubres la Abundancia. Así se vive el Amor, así se vive lo Verdadero, porque en este espacio que no es uno, y en este tiempo que no conoce ningún tiempo de este mundo, existe lo Verdadero y lo Pleno.
Ahora que los Arcángeles han abierto las Vías de Aquel que viene, yo Lo anuncio en ti como yo te anuncio a María. Entonces, te repito como él ha dicho hace dos mil años: “Vela y Reza”, no pidiendo sino agradeciendo, agradeciéndote tú mismo y agradeciendo a la Vida.
Yo te invito en el espacio donde no hay más ningún perdón que pronunciar porque todo es pronunciado y todo es resuelto. Te invito por fin a estar ahí, mucho más que en el Aquí y Ahora, porque tú eres mucho más vasto que tu propio cuerpo de Eternidad, porque eres mucho más vasto que todo juego de la Creación, porque tú no eres nada de lo que te sea pensable o imaginable. Todo eso solo son partes dispersas del juego de la conciencia y de la vida.
… Silencio….
Yo te invito a no retener nada.
… Silencio….
En el Silencio ahora, yo permanezco y resido ahí donde tú eres.
Yo te invito, ahora mismo, tú que lees y tú que escuchas, te invito a la autenticidad que solo puede venir de un corazón transparente y elevado. Te invito también a mirarte, a ver el Amor que emana de tus ojos como de los poros de la piel, ahí en el silencio, ahí, ahí ahora.
… Silencio….
Con el fin de que puedas decir a cada uno de tus hermanos y de tus hermanas, en la misma mirada de Amor, “Mi amigo, mi amado” y no decir otra cosa que el Canto del Amor y de la vida.
Tú y yo y cada uno, aquí y en otro lugar.
Yo te invito ahí.
… Silencio….
En el Fuego del Amor, en el Aire del intercambio, en el Agua del Femenino sagrado y en toda Tierra, ahí.
… Silencio….
Yo no tengo otra cosa que decirte, te corresponde a ti entender más allá de las palabras.
Hasta siempre, en la Eternidad del Amor. Recibe el Don de la Gracia. Así yo te saludo, así yo te recibo también.
… Silencio….
Tú que me lees y tú que me escuchas, he grabado en ti el Canto de la Eternidad, y en eso, yo te agradezco.
Hasta pronto.
Publicado por Odilia Rivera

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Re-Publicado por “Isis Alada”
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