Regresar a lo esencial
En esta vida venimos como aventureros.
Venimos como auto-descubridores de nosotros mismos, colonizando nuestra mente
para llegar a reconocer poco a poco la consciencia que en verdad somos. La que
eligió explorar esta dimensión física, sabiendo de sus ventajas y sus
pormenores. La misma consciencia que partió como individualidad de otra
infinita, aquella conocida como Dios, padre/madre, fuente o como otros tantos
nombres más. Solo nombres. Solo sustantivos que limitan lo que en verdad es: el
origen, la esencia, el Todo en su esencia. De ahí partimos y ahí regresamos.
Cada alma a su tiempo, respetando sus procesos, sus aprendizajes de vida.
Regresar a lo esencial es vaciarse de todo aquello que has acumulado menos
del aprendizaje recibido. Ir a lo esencial es ver tu manifestación
humana/cuerpo como ese templo que escogiste para aprender unas cuantas
lecciones más, unas pocas en cada vida, hasta que tu nivel de consciencia
alcance vibrar desde el amor incondicional, saltando los obstáculos de la
dualidad y saliéndose de los límites del bien y del mal. Pues, ese concepto
queda pequeño al lado de la observación de lo que realmente es todo: amor. Una
danza de luces y oscuridades con un solo objetivo, ayudarte a conocer la vida y
a ti mismo.
Regresar a lo esencial es dejar de buscar fuera, y encontrar dentro de
nosotros mismos. Se trata de dejar de ofrecer y entregar el poder a otros y a
las circunstancias, para recuperarlo y utilizarlo óptimamente en el reencuentro
con uno mismo, siempre equilibrando ese dar/recibir en nuestras interrelaciones
con la vida física.
El amor del que tanto se habla es indefinible, también lo estaríamos
limitando al hacerlo. Y cuando realmente empiezas a creer en ti, en tus
capacidades, en la esencia que en verdad eres, es cuando sientes ese amor. Te
recuerda la “intención” original de vivir, de experimentar. Y entonces,
empiezas a verte realmente como un aventurero que decidió olvidar todo para
aventurarse en lo desconocido y recordar todo otra vez. ¿Cómo no amarías
alguien así? ¿Cómo no amarías a alguien que cree tanto en el amor que confía en
olvidarse de él, sabiendo que a él va a regresar tarde o temprano? ¿Cómo no
vamos a amarnos a nosotros mismos?
Ese escenario que nos hemos creado tiene un solo director: tu mismo. Tú
escogiste los actores y las localizaciones. Tú ideaste el guión y permitiste
que otros guionistas participaran en él también. ¿Porqué? por amor. Por amor y
respeto a su proceso de aprendizaje confluyente con el tuyo. sabiendo que en la
vida habrá intersecciones, cruces entre almas que podrán ser bonitos u
horribles, pero que en definitiva se darán para obtener un conocimiento
concreto, y con suerte, una elevación de consciencia si ese conocimiento se
convierte en sabiduría.
Y así vamos, avanzando paso a paso. Codazo a codazo o beso a beso.
Regresar a lo esencial es vaciarte de falsos ídolos, pues solo los creaste
para tu seguridad hasta que un día te sintieras lo suficientemente divino para
poder decirles adiós y no tener más muletas que tu propio Ser.
Nuestro nivel de consciencia se adapta a la energía que podemos captar. Le
damos forma y le permitimos que se manifieste desde lo que nuestra mente esté
preparada para interpretar. Por eso somos seres creadores. Lo creamos todo. La
energía solo se adapta a nosotros. ¿Y si dejas de crear pseudorealidades y te
abres finalmente a sentir la esencia? ¿Confías lo suficiente en ti?
Nada es correcto o erróneo. Todo nos lleva a avanzar. Observa la belleza de
evolucionar. De ver dónde estabas y donde estás ahora. Divisar hacia dónde vas.
Regresar a lo esencial es ir a lo sencillo, vestirse como se viste una
flor, hablar como habla el corazón y bailar como bailan las
hojas con el viento. Vivir desde la paz de espíritu, es decirle a tu alma:
“empiezo a entender cómo funciona todo, ok, ya me relajo”. Y aunque eso no te
solucione todo lo que te queda por aprender de tu vida, al menos es un paso
importante, un peldaño más de tu consciencia.
Regresar a lo esencial es sentir la alegría de que ya lo está consiguiendo.
No dejes que las emociones humanas te aparten de ese mapa. Solo reconócelas. Observa
el miedo, la tristeza, la rabia,… y suéltalos para seguir avanzando sin
encallarte en charcos de lodo.
Feliz viaje.
Sonia Coll
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1 comentario:
esto era lo que estaba esperando, ......claridad de conciencia para aquietar mi mente y ansias de aprender como hacer el camino que me lleve de vuelta
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