La luna llena en Leo llega para refrescar la tensión de los
últimos días. La marea de emociones se ha calmado (un poco al menos),
dependiendo de la aceptación y apertura a las revelaciones que el revuelo
interior te habilitó a sentir.
Los velos de las realidades siguen cayendo mostrándonos nuestros propios patrones mentales, nuestra necesidad de controlar, de querer tener garantías de éxito antes de comenzar el nuevo camino, de nuestra propia polaridad en "quien es el malo/quien es el bueno". Y la verdad es que nadie es uno u otro.
Los patrones y heridas de sentirse víctima de las circunstancias, de tu historia personal, o de a quienes le hayas entregado tu poder, estarán a flor de piel. La tentación para volver a perderse en el rol de víctima y nublarse se sentirán en mayor o menor medida, dependiendo de la evolución de cada uno.
La luna llena nos trae otra oportunidad para entrenar el balance entre la mente y el corazón. Comprendiendo que esa herida que vuelve a molestar no puede ser sanada con negación, ni distracciones, ni evasiones. Sólo con la confrontación consciente ante los miedos propios, y desde ahí comprendiendo qué es lo que el otro (el "malo") nos está ayudando a ver.
Correr del miedo, de las heridas, memorias, recuerdos, experiencias, sin abrazar y dejarse fundirse por la experiencia, es la forma más fácil de que ese miedo te vuelva a encontrar a la vuelta de la esquina.
Mercurio en oposición nos sigue ofreciendo el paréntesis para contemplar, para conectar con nuestro sentir. Para reconocer nuestros patrones de negación o victimización. Para reconocer nuestra rigidez, nuestra desconexión y descubrir la vía sanadora, la alquimia interior que nos renueva una vez más.
Aprendiendo a distinguir la ilusión de la realidad. Las fantasías de la mente y el ego del sentir del corazón.
Es una hermosa luna llena, expansiva, amorosa. Como el corazón del león.
Los velos de las realidades siguen cayendo mostrándonos nuestros propios patrones mentales, nuestra necesidad de controlar, de querer tener garantías de éxito antes de comenzar el nuevo camino, de nuestra propia polaridad en "quien es el malo/quien es el bueno". Y la verdad es que nadie es uno u otro.
Los patrones y heridas de sentirse víctima de las circunstancias, de tu historia personal, o de a quienes le hayas entregado tu poder, estarán a flor de piel. La tentación para volver a perderse en el rol de víctima y nublarse se sentirán en mayor o menor medida, dependiendo de la evolución de cada uno.
La luna llena nos trae otra oportunidad para entrenar el balance entre la mente y el corazón. Comprendiendo que esa herida que vuelve a molestar no puede ser sanada con negación, ni distracciones, ni evasiones. Sólo con la confrontación consciente ante los miedos propios, y desde ahí comprendiendo qué es lo que el otro (el "malo") nos está ayudando a ver.
Correr del miedo, de las heridas, memorias, recuerdos, experiencias, sin abrazar y dejarse fundirse por la experiencia, es la forma más fácil de que ese miedo te vuelva a encontrar a la vuelta de la esquina.
Mercurio en oposición nos sigue ofreciendo el paréntesis para contemplar, para conectar con nuestro sentir. Para reconocer nuestros patrones de negación o victimización. Para reconocer nuestra rigidez, nuestra desconexión y descubrir la vía sanadora, la alquimia interior que nos renueva una vez más.
Aprendiendo a distinguir la ilusión de la realidad. Las fantasías de la mente y el ego del sentir del corazón.
Es una hermosa luna llena, expansiva, amorosa. Como el corazón del león.
https://www.facebook.com/alquimiafemenina
Re-Publicado por “Isis Alada”
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