EL AMOR... LA FUERZA MÁS PODEROSA!
Es la fuerza más
poderosa de la naturaleza, de todo lo creado y de lo no creado, de lo visible y
de lo invisible, de lo material y de lo inmaterial, de lo animado y de lo
inanimado; en realidad, nada podría sobrevivir sin Amor, no serían posibles las
existencias si no fuese por la presencia de esta fuerza extraordinaria.
El Amor es la
energía de sustentación de los universos, el flujo lumínico que impregna todas
las estructuras, desde las más elementales a las más complejas; es la inercia
que marca la trayectoria del progreso y la esperanza que hace despertar las
voluntades, la sonrisa del alma y del espíritu, el regocijo del que espera un
más allá, la aspiración del que persevera en la tenacidad y la constancia, el
sabor de la tarea bien hecha, la lágrima del fracaso o del empeño frustrado, el
equilibrio y la armonía universal, el llanto de un niño, la sonrisa de una
flor, el perfume del viento, la sinfonía de los mares, el canto del trueno;
todo es Amor, sin excepción; Dios es Amor, y el Amor es Dios.
• Cada vez que se
escucha, se genera Amor.
• Cada vez que se perdona, se genera Amor.
• Cada vez que se habla bajito y dulcemente, se genera Amor.
• Cada vez que se ayuda a los demás, se genera Amor.
• Cada vez que se canta con alegría, se genera Amor.
• Cada vez que se oramos, o se medita, se genera Amor.
• Cada vez que se abraza de verdad, se genera Amor.
• Cada vez que se mira con compasión, se genera Amor.
• Cada vez que se cuida a alguien desvalido, se genera Amor.
• Cada vez que se sueña, se genera Amor.
• Cada vez que se llora, se genera Amor.
• Cada vez que se espera con esperanza, se genera Amor.
• Cada vez que se perdona, se genera Amor.
• Cada vez que se habla bajito y dulcemente, se genera Amor.
• Cada vez que se ayuda a los demás, se genera Amor.
• Cada vez que se canta con alegría, se genera Amor.
• Cada vez que se oramos, o se medita, se genera Amor.
• Cada vez que se abraza de verdad, se genera Amor.
• Cada vez que se mira con compasión, se genera Amor.
• Cada vez que se cuida a alguien desvalido, se genera Amor.
• Cada vez que se sueña, se genera Amor.
• Cada vez que se llora, se genera Amor.
• Cada vez que se espera con esperanza, se genera Amor.
El Amor es la más
clara manifestación de la existencia de Dios, el Padre Supremo, y solo es
posible concebir la evolución de las criaturas y las humanidades, en función
del grado o nivel de Amor presente en cada actitud, en cada gesto, en cada
iniciativa emprendida.
Es el Amor, la
fuente primigenia, la palabra creadora, la esencia de la Paz, el signo de la
Libertad, el color de la Fraternidad. El amor expande las conciencias, diluye
las barreras, dibuja los horizontes, las auroras y los amaneceres.
El amor es la
energía de la Vida, no lo pueden contener ni el tiempo ni el espacio, es
ilimitado, infinito y eterno; es la fuerza que hace vibrar a las partículas más
elementales de la naturaleza, la única verdad, la última razón, la síntesis y
el paradigma de la belleza.
El Corazón o
núcleo radiante de cada ser humano no es en realidad de naturaleza material,
sino que está compuesto de una gran concentración de energía Amor, como
sublimación del espíritu divino.
La irradiación
hacia el exterior es siempre constante, en mayor o menor medida, y aporta un
efecto extremadamente benéfico a todos los receptores, pero siempre en función
del dictamen de la voluntad del emisor.
La red universal
del Amor es justamente la que expande el espíritu creador del Supremo, a través
del pensamiento y el verbo de los seres más evolucionados.
En la medida en
que los seres y las humanidades se acercan al Amor, aumentan y elevan su nivel
y tono vibracional, adentrándose en otras dimensiones y otros planos más
sutiles; por ello, no es en absoluto difícil imaginar un Reino del Amor en el
que no tienen cabida las estructuras económicas ni el mercantilismo, las
enfermedades, las fricciones sociales o los sentimientos de baja
condición.
Realmente quienes
viven en el Amor, brillan con luz propia, se encuentran ya muy alejados de las
vicisitudes mundanas y viven más en el “cielo” que en la “tierra”, accediendo
con mayor facilidad a la comunicación con otros planos existenciales y con sus moradores.
En definitiva, la
creación no tendría sentido de no ser por el imperio del Amor, por su vigoroso
esplendor y por su estimulación espiritual; el Amor es la Luz, la sabiduría, la
Conciencia Divina; constituye la esencia del deseo, la fuerza de fusión de las
mentes, el altruismo de la decisión; es decir, nada, absolutamente nada se
mueve si no es por la fuerza del Amor.
Amar es la
capacidad de reconocer esa fuerza superior, que todo lo inunda, y reflejarla a
nuestros semejantes para poder continuar ese imparable ministerio creador
necesario para acomodar y expandir el espacio, y el tiempo.
Ángel Luis Fernández.
https://www.facebook.com/AngelLuisfernandezA1
Re-Publicado por “Isis Alada”
Favor
Respetar e incluir todos los enlaces, canal y traductor si lo
hubiere
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