MARÍA MAGDALENA.
Queridos amigos:
Los tres estamos presentes aquí hoy: Jeshua, María y María
Magdalena. Nos sentimos honrados de estar aquí con ustedes. Nosotros los vemos
como nuestros hermanos y hermanas. Somos uno en el corazón y para mí, Jeshua,
es especialmente liberador estar aquí junto con mis amigas mujeres porque yo
soy quien suele ser el representante de la energía Crística. Sin embargo esa no
es toda la verdad. En mi vida hubo mujeres a mi lado quienes fueron esenciales
en mi misión. En aquellos tiempos no era aceptable que las mujeres hicieran lo
que yo hice, ser un maestro público. Pero mi madre y María Magdalena ambas eran
guerreras espirituales. Ellas me ayudaron a plantar las semillas de la
conciencia Crística.
Hoy hablamos de las energías masculina y femenina. Mi compañera de
alma femenina y yo hablamos en una sola voz. En su historia la energía femenina
ha sido lastimada de un modo profundo. Esto ha tenido importantes consecuencias
tanto para las mujeres como para los hombres en la Tierra. No son sólo las
mujeres quienes has sufrido por el dominio masculino, los hombres también han
sido heridos.
Primero discutiremos sobre la herida femenina. Les pedimos que
imaginen a una persona femenina. Ella representa a la totalidad de la energía
femenina. Ahora la energía femenina ha sido degradada y tratada con violencia.
El efecto que esto ha tenido en las mujeres es que ellas se retiraron de la
parte más baja del cuerpo donde reside su poder. Especialmente cuando ha habido
violencia sexual, el trauma emocional hizo que las mujeres retiraran su
conciencia de la parte más baja de su cuerpo. Se volvió difícil para ellas
tener conciencia de ellas mismas y estar arraigadas. Imaginen a una mujer en
frente de su tercer ojo. Ella representa la energía colectiva de las mujeres.
En esta imagen ustedes pueden ver que hay una especie de hueco en el área del
vientre. Ella ha quitado su conciencia de esta área y se siente insegura porque
carece de cimientos. Dentro de su vientre ustedes pueden oír gritos de angustia
y de dolor. Y quisiéramos invitarlos a todos ustedes, tanto hombres como
mujeres, a irradiar luz hacia esta mujer, hacia su vientre. De este modo
ustedes también se lo están dando a ustedes mismos.
Ahora quiere hablar María Magdalena.
Yo soy María Magdalena. Los amo profundamente. Siempre estoy con
ustedes. Yo me he elevado sobre la herida femenina y ahora deseo tocar muy
suavemente esta área de dolor para ayudar a las mujeres a sanar. Me gustaría
verlas nacer otra vez con alegría y firmeza, de modo que el poder de lo femenino
pueda regresar de un modo pacífico. Yo no deseo luchar o pelear. Vengo en paz y
tengo un pedido especial para las mujeres. Todas ustedes han sido heridas en la
historia, pero en este tiempo están recuperando su fuerza. Ésta es vuestra
época, éste es vuestro momento. Quiero hacerles recordar que los hombres
también necesitan ayuda. Ustedes como mujeres están familiarizadas con la llaga
en vuestro vientre, el dolor y el trauma de ser degradada. ¿Pero qué les
sucedió a los hombres?
Debido a las energías dominantes masculinas en el pasado y las
energías de opresión y poder, los hombres fueron forzados a cerrar sus
corazones. Ellos tenían que ser fuertes y duros, ésa era la imagen ideal de ser
hombre. Pero de ese modo los hombres se volvieron alienados de su lado
sensible. Muchos hombres se encerraron en sus cabezas; se volvió difícil para
ellos expresar sus emociones y sus sentimientos. La incapacidad de conectar con
su lado sensible, su parte femenina, también es una herida. Ustedes no viven la
vida plenamente si no pueden acceder a sus sentimientos. De hecho, están
desconectados de su alma. En muchos hombres hay un sentimiento de soledad y de
alineación que puede ser percibido como un hueco en sus corazones.
Entonces ustedes ven: tanto hombres como mujeres han sido dañados
en el pasado. La herida de las mujeres se localiza en el vientre, la herida de
los hombres es como un hueco en sus corazones. Hoy quiero decirles a las
mujeres que a medida que recuperan su poder, mientras reconocen su verdadera
fuerza: lleguen a los hombres. Ellos necesitan su ayuda; ellos se han vuelto
extraños, alienados del hogar. Tengan la ternura en sus corazones para ser
compasivos con ellos. La Nueva Era sólo puede nacer si ambos hacen las paces.
Si los hombres y las mujeres comprender sus heridas mutuas, ellos pueden
construir un puente entre ambos.
Les pido a las mujeres que se unan a mí en enviar luz al hueco en
su vientre. Desde esta luz se desarrolla un cordón que va directo dentro de la
Tierra. Sientan su conexión con la madre Tierra como una mujer. Su energía
femenina es tan poderosa y esencial para la vida. Recuerden su verdadera
fuerza. Mientras sienten crecer su conciencia por ustedes mismas, lleguen a los
hombres y envíen luz hacia el hueco en sus corazones.
Ustedes están en el borde de un nuevo tiempo en su historia. Se
espera que se unan juntos como hombres y mujeres. Están invitados a tener
alegría y risas otra vez como seres humanos. En muchos de ustedes yo veo
guerreros cansados; han luchado y peleado y algunos de ustedes están muy
cansados y decepcionados. La respuesta a su dolor yace en una vida muy simple.
Por esto quiero decir: sentirse totalmente conectados a la Tierra otra vez y
disfrutar de los placeres simples de ser un ser humano. Experimentar el amor
entre hombres y mujeres, tener amistades con personas de ideas afines y vivir
en paz con su entorno y con la naturaleza es la promesa de la nueva Tierra.
En mi vida en la Tierra yo experimenté profundamente la herida
femenina. Yo era una querida amiga de Jeshua. Podía sentir su fuerza y
sabiduría pero también sus penas y dudas. Hubo una comprensión íntima entre
nosotros dos. Yo experimenté una profunda tristeza y dolor cuando él tuvo que
dejar la Tierra, cuando fue asesinado. A menudo, cuando él nos hablaba, yo podía
sentir sus mensajes no sólo en mi cabeza sino a través de todo mi cuerpo. Yo no
quería argumentar acerca de sus ideas, acerca de sus mensajes, como lo hicieron
sus discípulos. Con respecto a eso yo era un poco diferente a ellos. A veces
ellos se burlaban de mí y por momentos yo me sentía sola. Era considerada como
una “mujer rebelde”, era poco convencional. Ahora, realmente estoy contenta de
ver ¡que las mujeres rebeldes son nuevamente bienvenidas en el mundo! Mucho ha
cambiado desde los tiempos de Jeshua. Yo les digo: ¡las mujeres rebeldes serán
las líderes del nuevo mundo! Las invito a todas a ponerse de pie en su
verdadero poder. En el pasado, cuando las mujeres eran “rebeldes”, queriendo
decir independientes, poco convencionales y apasionadas, a menudo eran
calificadas de histéricas. En la Edad Media fueron llamadas brujas. Pero
realmente, aquellas mujeres – yo era una de ellas – eran movidas por el amor.
Ahora es nuevamente el tiempo para que las mujeres muestren su verdadero poder,
no de una forma agresiva sino de un modo que reconcilie a las energías
masculinas y femeninas.
¡Muchas gracias por estar aquí conmigo hoy!
© Pamela Kribbe 2012
PAMELA CANALIZA A MARÍA MAGDALENA.
Traducido del inglés por Sandra Gusella
Traducido del inglés por Sandra Gusella
Esta canalización también está disponible en archivo de audio en inglés. La transcripción ha sido ligeramente editada para facilitar su lectura.
***Copia exacta del texto original.
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