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viernes, 7 de noviembre de 2014

¿El vacío cósmico succionó todos los milagros? noviembre 7, 2014 Por Gillian MacBeth-Louthan


Yo soy ELLA, la que pregona desde las estrellas. Los hilos de mi vestido de luz están entretejidos con constelaciones. Yo soy ELLA a la que le piden un deseo en el cielo nocturno al elevar la mirada y ver la luz de mi corazón latiendo hacia el suyo. Yo soy la Mujer Estrella y vivo dentro de ustedes así como ustedes viven dentro de mí. Cuando eran niños, se sentaban en la cama y ponderaban todo lo que estaba arriba en el cielo. Buscaban señales. Buscaban la magia. Buscaban la esperanza que tanto necesitaban en su vida. Buscaban a alguien que los amase más de lo que ustedes se han amado a sí mismos alguna vez. Cuando eran niños, me pedían un deseo y yo hacía lo posible para hacer que todos sus deseos se hiciesen realidad. Iba a ustedes y borraba las lágrimas de sus ojos mientras ustedes, pequeños, lloraban hasta quedarse dormidos lágrimas de confusión respecto a su familia, su escuela, su día. Yo estaba ahí y los miraba y los amaba con todo mi corazón. Era la Mujer Estrella entonces y soy la Mujer Estrella ahora.
En mi interior viven agujeros negros y agujeros blancos y agujeros ultravioleta. Dentro de mí hay universos que implosionan y explotan sobre sí mismos. Tal como sus emociones. Sus explosiones son un microcosmos, mientras mis explosiones son un macrocosmos. Ustedes no son diminutos en corazón, amor, luz u obras. Son una galaxia enorme que elige recordarse a sí misma en forma humana. Queridos, ustedes contienen el tejido mismo del tiempo dentro de su ser. Observan su mundo buscando las respuestas que solo pueden verse en el núcleo de su ser. Observan los árboles y los vientos que danzan a través de ellos para darles a ustedes los mensajes que buscan. Se percibe como si fueran transportados lejos de lo que alguna vez conocieron a un lugar que es desconocido y extraño. Todo parece estar hablando en un lenguaje no familiar y su corazón parece estar latiendo de forma irregular. Sienten como si un gran vacío los hubiese succionado lejos de todos los milagros y que ellos ya no existen más. Ha llegado un gran vacío y los ha arrebatado de su tierra como un flautista de Hamelín llamando a lo que se ha perdido. Mientras respiran hacia un lugar de luz más brillante y amor más profundo, ustedes salen de un lugar que produce perlas de sabiduría de las irritaciones de las ostras.
Su corazón late más fuerte y más rápido cuando encuentran una parte del rompecabezas que les da un punto de remembranza. Pasan de su posición de gorrión a su posición de cóndor, volando sobre las ilusiones de la Tierra hacia un lugar donde reside el amor. Cometen una injusticia consigo mismos tratando de cambiar lo que es. Han llegado al final del callejón de un futuro que fue creado por la conciencia colectiva. Su lugar todavía está aquí, pero dónde encontrar paz no llega tan fácil. Les pido que vuelen alto hacia lugares que su corazón conoce y recuerda para encontrar esa paz. Manténganse alerta en la cima de su conciencia espiritual. No salten desde un risco como un faro de luz de luz, preocupado que nada para salvar a otro que está por estrellarse en las orillas de la vida. Ustedes deben brillar para ellos y enseñarles a volar, a nutrirse de una luz más elevada y un sistema de creencias superior. Muchos han perdido su fe; han perdido el camino en este espejismo de confusión. Algunos han perdido sus hogares y la visión de su futuro. De ustedes depende dibujarles una nueva imagen, suscitar un nuevo resultado por las firmes acciones de ustedes., forjar un futuro desde un lugar diferente y un diseño diferente. Sus alas han sido alteradas por estos vientos de cambio. La esperanza que mantienen para sí mismos, dénsela a todo lo de la Tierra, véanla satisfecha y sanada. En este momento me voy. Soy la Mujer Estrella. 
Gillian MacBeth-Louthan


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