Pamela canaliza a Jeshua.
28 de mayo 2014
Queridos amigos, los saludo a todos desde el corazón. Sientan mi corazón,
porque estoy conectado con ustedes. Respírenme. Hay una hermandad entre
nosotros, una afinidad mental entre ustedes y yo y un grupo más grande de almas
amigas, de trabajadores de la Luz. A algunos los conocen, a otros no, al menos
no en el sentido terrenal, pero hay una conexión, una unión mayor de la cual
ustedes forman parte. Sientan esa unión dentro de ustedes.
Todos ustedes están tratando de encontrar un equilibrio entre vuestro ser
terrenal y vuestro ser álmico. Por un lado ustedes son un humano terrenal,
nacido en un cuerpo con una predisposición hacia una cierta personalidad, y son
criados en las culturas y tradiciones de la Tierra. Por otro lado, hay una
realidad mayor de vuestra alma, vuestra herencia cósmica. Vuestra alma es mucho
más vieja que esta simple vida y ha acumulado un montón de experiencias en
varias encarnaciones. Además de eso, como un alma, ustedes son parte de una
familia espiritual mayor la cual, además de vuestra familia terrenal, mora
parcialmente en la Tierra y parcialmente en otros mundos.
La fusión de vuestra alma con vuestro ser terrenal es a menudo confuso para
ustedes. ¿Cómo integran ambos? Muchos de ustedes sienten la realidad de vuestra
alma. Sienten algo fluyendo a través de ustedes que “no es de esta Tierra”,
algo que no puede ser atribuido a vuestra crianza, genes o antecedentes
culturales. Hay algo único e insondable que hace que ustedes sean “ustedes”.
Las personas sensitivas pueden captar vislumbres de su alma, porque están
conectados intuitivamente con un mundo interior que está más allá del tiempo y
del espacio, y a menudo quieren estar totalmente en ese mundo. Sienten que su
Hogar, su Fuente, está ahí, y están en lo cierto.
Sin embargo, debido a que están viviendo como un ser humano, aquí y
ahora, es necesario darle a la conexión con vuestra alma una encarnación –
“manos y pies”. No deberían romper la conexión entre vuestra alma y la Tierra,
más bien lo opuesto: pónganse más firmemente dentro de esa conexión,
y háganlo con entusiasmo y pasión. Entonces realmente habrán integrado vuestro
ser terrenal con vuestro ser álmico.
La razón por la que esto suele ser difícil para ustedes, es que muchos de
ustedes trabajadores de la Luz le dan prioridad a vuestra alma sobre vuestra
personalidad terrenal. Asumen que vuestra alma sabe más qué hacer. Sin embargo,
aunque ustedes como un humano terrenal deberían dejarse inspirar por
vuestra alma, ustedes son, y deberían ser, el que determina
las elecciones y toma las decisiones. Ustedes son el que finalmente crea
vuestra vida, y permítanme explicarlo.
Con frecuencia se preguntan:
“¿Qué debería hacer ahora?
¿Cómo manejo esta situación?
¿Qué significa esto para mí?”
Están inclinados a buscar las respuestas fuera de ustedes mismos y con esto quiero decir, fuera de vuestra personalidad terrenal. Si ustedes aún no están tan adelantados en el camino del desarrollo interior, buscan una persona fuera de ustedes para que les de la respuesta; alguien que admiran, alguien que piensan que tiene la experiencia necesaria en la materia. Entonces vuestra pregunta tiende a ser:
“¿Qué debería hacer ahora?
¿Cómo manejo esta situación?
¿Qué significa esto para mí?”
Están inclinados a buscar las respuestas fuera de ustedes mismos y con esto quiero decir, fuera de vuestra personalidad terrenal. Si ustedes aún no están tan adelantados en el camino del desarrollo interior, buscan una persona fuera de ustedes para que les de la respuesta; alguien que admiran, alguien que piensan que tiene la experiencia necesaria en la materia. Entonces vuestra pregunta tiende a ser:
“¿Puedes decirme qué es lo que tengo que hacer?”
Cuando ustedes hacen esto, se empequeñecen – en cuanto a perspicacia y
conocimiento se refiere – al poner a la otra persona por encima de ustedes
mismos. Sin embargo, cuando se vuelven espiritualmente maduros, se hacen
responsables por ustedes mismos y por vuestras elecciones. Aún pueden
consultar a otra persona, alguien a quien estiman mucho, a quien respetan, y
pueden evaluar el consejo de esta persona desde todos los ángulos, pero ustedes
mismos deciden qué hacen con ese consejo. Ésa es la forma de un alma madura, de
una persona adulta.
Ahora, todos ustedes saben que no deberían apoyarse en otra persona para
tomar sus decisiones, pero aún lo hacen mucho en vuestras relaciones con
vuestros guías espirituales y con vuestra alma.
Por ejemplo, ustedes se preguntan:
“¿Qué debería hacer en esta situación?
¿Cuál es la mejor elección para mí?” Desde vuestro deseo de seguridad, se vuelcan hacia una fuente espiritual para recibir consejos: hacia vuestros guías, maestros o ángeles en el otro lado, o hacia vuestro propio Ser Superior.
“¿Qué debería hacer en esta situación?
¿Cuál es la mejor elección para mí?” Desde vuestro deseo de seguridad, se vuelcan hacia una fuente espiritual para recibir consejos: hacia vuestros guías, maestros o ángeles en el otro lado, o hacia vuestro propio Ser Superior.
O consultan a un médium espiritual para que les provea la información
“elevada”, o intentan establecer contacto con vuestra alma, vuestro ser
superior o vuestros guías por ustedes mismos. Pero miren un poco más de cerca
lo que esto significa. Ustedes, de hecho, están haciendo lo mismo que cuando se
vuelcan hacia otra persona para pedirle su consejo: están buscando las
respuestas fuera de ustedes mismos.
Por supuesto, ustedes pueden decir:
“Sí, pero esas fuentes espirituales realmente saben mejor que yo qué hacer; ellos tienen una mejor visión de conjunto o perspectiva; mis guías son más evolucionados que yo; mi alma se mueve en una dimensión superior, así que está bien volcarse a ellos para conseguir un consejo”. Pero, otra vez, cuando hacen esto están despreciando vuestra “pequeña” personalidad terrenal.
“Sí, pero esas fuentes espirituales realmente saben mejor que yo qué hacer; ellos tienen una mejor visión de conjunto o perspectiva; mis guías son más evolucionados que yo; mi alma se mueve en una dimensión superior, así que está bien volcarse a ellos para conseguir un consejo”. Pero, otra vez, cuando hacen esto están despreciando vuestra “pequeña” personalidad terrenal.
A menudo ustedes consideran que vuestra personalidad terrenal no es la
parte más sabia y más elevada de ustedes mismos, y que tienen que volcarse a
alguna “autoridad” que entiende mejor la situación y lo que deberían hacer con
vuestra vida. Esto es un error, y ése es mi mensaje de hoy.
Antes que nada, el alma no es perfecta – también está evolucionando. Es una
realidad dinámica que continuamente es enriquecida por las experiencias. Sin
duda, el alma tiene una perspectiva que trasciende la perspectiva de un ser
humano y a menudo tiene una visión más amplia. El alma también comprende más
profundamente y tiene una visión mayor de todo el rompecabezas, mientras que
ustedes en la Tierra tienen unas pocas piezas en vuestras manos y no ven la
imagen más grande. Pero el punto importante es que, sí, es bueno sentir vuestra
alma, conectarse con ella, consultarla y obtener información de esa fuente dinámica,
multidimensional y en desarrollo.
Pero de última son ustedes, el ser terrenal que lleva vuestro nombre
terrenal – ese ser único que ustedes son ahora mismo – ¡quien debe
hacer la elección! Hay un momento de elección en cada cosa que hacen, que es, y
siempre lo será, completamente vuestro. Ni vuestra alma, ni vuestro guía, ni el
maestro más sabio de la Tierra – ni siquiera Dios – pueden hacer esto
por ustedes. De hecho, un verdadero maestro espiritual no quiere hacerse cargo
de ustedes.
La necesidad de hacer vuestras propias elecciones, en realidad se dirige a
vuestro propio poder único: que ustedes crean vuestra vida terrenal a
vuestro propio modo. Y además de eso, ustedes aún pueden recurrir a todo tipo
de fuentes de conocimiento y de sabiduría, tanto terrenales como cósmicas. Pero
el desafío para ustedes es relacionar estas fuentes externas a vuestra verdad
interior y sentir qué es lo correcto para ustedes y qué no lo es. No hay tal
cosa como un conocimiento absoluto – todo es relativo. Lo que es verdadero en
vuestra vida se revela en la relación entre ustedes y el mundo, y esa
relación es única y diferente para cada persona. No importa cuánta información
reciben desde afuera de ustedes mismos, lo que es importante para ustedes es
evaluar esta información y relacionarla con vuestra situación –
vuestra realidad cotidiana y vuestro ser terrenal – para ver si es aplicable.
Sientan vuestra personalidad terrenal, con todas sus facetas: Su miedo,
dolor, esperanza, alegría, y todas esas emociones que tan profunda y
tangiblemente forman la vida humana, terrenal. Estas emociones a menudo son
confusas, incluso abrumadoras, y ustedes están buscando algo a lo que agarrarse
que esté por encima o fuera de ustedes.
Pero quisiera recalcar que la respuesta y el fundamento yacen dentro de
ustedes y no en vuestra alma o en vuestro ser superior, sino dentro de
ustedes. En realidad ustedes son su ser superior y su alma, pero son
una parte y no la totalidad. Ustedes son una parte de vuestro Ser total;
ustedes son el aspecto que ha encarnado aquí y ahora y quien está
recopilando experiencia y es por eso que ustedes saben más lo que es bueno para
ustedes.
Desciendan dentro de vuestro cuerpo, que está tan cercanamente conectado a
vuestro ser terrenal. Permitan que vuestra conciencia descienda dentro de
vuestro cuerpo de un modo confortable y relajado. Imaginen que vuestra
conciencia es una luz, y esa luz es quienes ustedes son y quien hace la
elección. Ella elige estar completamente aquí y ahora, y descender a vuestro
pecho, a vuestro abdomen, a vuestros muslos y rodillas, y todo el trayecto
hacia abajo hacia vuestras pantorrillas y pies.
Sientan la luz penetrando completamente en vuestro cuerpo y sientan el
poder y la vitalidad de vuestro cuerpo. Sientan cómo vuestro cuerpo es mucho
más que una combinación de células físicas: es un ser vivo, sabio e
inspirado. ¿Y quiénes son ustedes? Ustedes son quienes se han conectado con
este cuerpo para esta vida. Ustedes son hermosos y vastos, y se han conectado
con este ser que ahora lleva vuestro nombre. Sientan el coraje y la valentía
que ha requerido hacer eso.
Ustedes vinieron aquí como un haz de luz de vuestra alma y encarnaron en
este cuerpo y personalidad que son completamente nuevos. Ustedes son parte de
vuestra alma, pero también le agregan algo esencial a vuestra alma, algo nuevo
y único, y eso son ustedes. Ustedes son un todo autosuficiente; no
son dependientes de fuerzas mayores que ustedes.
Son una creación en sí misma – mejor dicho: Un creador en sí mismo.
Sientan el valor, el poder y la belleza de ser eso. Mi deseo más profundo es
que ustedes reconozcan vuestro propio valor y que no hablen más acerca de un
ser superior o inferior, sino que reconozcan vuestro ser terrenal como el
ancla de vuestra existencia, aquí y ahora. Desde ese ser, ustedes pueden
consultar otras fuentes terrenales, guías, maestros, terapeutas, consejeros,
doctores, o vuestra propia alma por medio de la meditación o la contemplación
interior, y tomen toda esa información pero luego hagan vuestras propias
elecciones consideradas.
¿Y cómo lo hacen? Ésa probablemente es la próxima pregunta. Inténtenlo.
Imaginen que ahora ustedes tienen un asunto en vuestra vida que los hace sentir
desesperados, del cual piensan: “Yo realmente no sé qué hacer”. Ahora
desciendan completamente dentro de vuestro ser terrenal, pronuncien vuestro
propio nombre, sientan la Luz de la conciencia en vuestro abdomen, en vuestro
chakra raíz. Entonces nuevamente háganse la pregunta y sientan la respuesta
viniendo a ustedes desde adentro: desde vuestros cimientos, vuestro núcleo.
Ustedes tan solo lo saben. Tienen el conocimiento interior y los recursos
que son necesarios para responder a las preguntas de vuestra vida.
Está en ustedes, ustedes son el ancla, el punto de acumulación de
conocimiento, de experiencia, de Luz. Y desde todo lo que han construido en
esta vida, ustedes hacen elecciones basadas en vuestro poder de discernimiento.
Aduéñense de ese poder, de esa libertad. Eso es lo que los hace “grandes” y
permite que crezca vuestra conciencia de sí mismo, entonces comiencen por
confiar en vuestro propio discernimiento y en vuestras propias elecciones, en
vuestro sentido de lo que es lo mejor para ustedes. No se trata de saber las
cosas con certeza; tiene que ver con atreverse a confiar en quienes son y en lo
que sienten en lo profundo de ustedes.
Están aquí, no para hacer elecciones “perfectas”, sino para experimentar
vuestro propio poder creativo al aprender y crecer con las elecciones que
hacen.
Es por eso que yo ahora simbólicamente quiero darles una antorcha de Luz a
ustedes para expresarles que no tienen que mirarme a mí para ver la Luz. Está
en ustedes y quiero que sean conscientes de eso; quiero devolvérsela
a ustedes. En el pasado muy frecuentemente han buscado fuera de ustedes mismos.
Vean si pueden aceptar la antorcha que les ofrezco e internalizarla como
algo que es vuestro. Observen dónde va la antorcha en vuestro cuerpo, dónde
tiene su lugar natural de descanso. Es ahí donde reside vuestro conocimiento
más profundo acerca de cuál es vuestro camino.
Ustedes hacen las elecciones y aprenden de las elecciones que hacen, y así
es exactamente como debería ser en esta vida humana.
No subestimen vuestro verdadero poder, el ustedes terrenal
encarnado. Es la fuente más íntima de sabiduría que jamás tendrán.
Ustedes son los creadores de vuestra vida.
Pamela Kribbe
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