No es nuestro
destino en este tiempo acobardarnos de nuestro propósito de ser y llamado más
elevado.
Algunos de nosotros hemos estado trabajando durante
muchas vidas para esta elevación final de los niveles de conciencia de la
humanidad, pues fuimos testigo de la caída de la misma del estado 7D al de la
3D.
Algunos de nosotros juramos que no descansaríamos
hasta que la humanidad aprendiera finalmente para ascender a los estados más
elevados del Ser una vez más, y por lo tanto nos encarnamos en este tiempo para
ver llegar todo esto a una completación.
He estado trabajando intensivamente con la columna
dorsal del planeta, las energías de las pirámides y los Ríos de Luz, el Árbol
de la Vida, en los últimos años.
Esto me ha traído a un tipo de entendimiento de que
la Tierra está intrincadamente ligada con el cuerpo humano.
Ciertamente el cuerpo del planeta refleja nuestras
formas físicas. Como nosotros somos de la tierra, regresaremos a la tierra.
A medida que el planeta avanza a las octavas más
elevadas del ser, nosotros nos movemos a ellas también.
Esto nos lleva al entendimiento de que todos estamos
ligados cósmicamente también, así que aunque la Tierra es parte y partícula de
nuestros cuerpos, nuestro ser está cósmicamente ligado al resto de la creación.
Sólo cuando incorporamos AMBOS, la Tierra y el
Cielo, en nuestras vidas diarias es cuando empezamos a funcionar a un nivel
mayor. Siempre y cuando neguemos cualquier aspecto de la Tierra y el Cosmos, no
estamos equilibrados.
En tanto expandimos nuestra conciencia, nos expandimos
a un entendimiento siempre creciente de que nada es jamás al azar, sino que
todo encaja perfectamente en un plan Maestro más grandioso, uno cósmico.
¡Así como es arriba – es abajo, así como es dentro –
es fuera!
La célula humana es una sorprendente e intricada
máquina cósmica en sí misma, ella refleja la inmensidad del Ser que creó el
cuerpo humano, y en lo que toca a si heredamos esta forma vía nuestros
antepasados o nuestros Seres Cósmicos, esto no es importante — puesto que todo
es una parte y partícula de un solo Plan Maestro y de la misma Mente Maestra
que creó todo.
Si una sola célula en nuestros cuerpos físicos puede
tener un efecto de reacción en cadena en todas las otras células y organismos
en el cuerpo humano, entonces imagínense cómo nuestro propio ser envía efectos
de reacción en cadena al resto del cosmos.
Ustedes no están en este planeta al azar, sino
porque su ser eligió estar aquí en este tiempo; así que con cada pensamiento
que piensan, con cada movimiento que viven su vida en este planeta, están
enviando fuera, o más bien, irradiando energía a la totalidad mayor. Así de
poderosos son ustedes.
Imagínense entonces que están enviando fuera estas
energías con efecto de reacción en cadena a la Tierra y ejerciendo un efecto en
toda la gente con la que se encuentran de alguna forma o modo.
¿Cómo la están impactando? ¿Son ustedes como
una célula enfermiza que está afectando a las otras células de la conciencia
humana en espirales descendientes y es parte de la enfermedad en el colectivo
de la humanidad?
¿O son una célula radiante y sana, que trae al Ser
más energía radiante de la fuerza de vida y amor, elevando por lo tanto a la
humanidad mayor a estados más elevados del Ser?
Si uno se vuelve consciente de esto, se despierta
algo profundo en nuestro interior y uno empieza a vivir su vida de modo
diferente.
Uno empieza a asumir el control de su propia vida y
el modo como la vive.
Uno empieza a facultarse a nivel del ser y luego a
reconectarse con el ser cósmico y luego con la fuerza–energía del corazón de
toda vida misma.
No puedo estar en este entendimiento sin estar maravillada
de la magnificencia y omnipotencia de toda la Creación.
Cuando comprendo que mi propio ser es pura energía y
que yo transmito esta energía en todo lo que soy y aspiro a ser y volverme,
entonces esto significa que yo actúo como un tipo de fuerza–energía, que es una
fuerza cocreativa.
Puedo usar esta energía para el bien mayor de todos
— o para la destrucción y división de todos.
Así de poderoso soy yo — y son ustedes. ¡Pues todos
hemos heredado esta habilidad inherente profunda en nuestro interior!
Tal vez entonces mientras más entendamos la energía
y formas de energía, más iluminados nos volveremos, más nos iluminamos desde
profundo en nuestro interior.
Esa luz es nuestro derecho de nacimiento como hijos
del Sol. Así como el Gran Sol Central irradia desde las galaxias internas, que
eran las 12 Galaxias núcleo que fueron creadas alguna vez alrededor del Gran
Sol Central, hay octavas diferentes del Ser.
Pues hay 12 Octavas del Ser Divino en sí mismo y
cada una de las radiantes Galaxias lo refleja.
Por lo tanto, la 13va. sostiene las codificaciones
de la Llave Maestra.
Toda la energía moviéndose en este planeta es acerca
de este entendimiento.
Es más de este entendimiento, es que todos somos
Seres cósmicos y tenemos la habilitdad de expandirnos más allá de la norma
hacia lo extraordinario, las octavas más elevadas del Ser, no solamente vía el
planeta sino también vía nuestros propios seres.
Pues verdaderamente no hay llamado más elevado que
el verse estimulado por ese llamado desde profundo en nuestro interior, y luego
estimular al resto del mundo y a todo el Cosmos mayor.
(Judith Kusel)
http://www.judithkusel.com
Traductor: Gloria Mühlebach
Re-Publicado por “Isis Alada”
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