Para poder entender y
sanar la locura, la inestabilidad y la aparente inseguridad de estos tiempos
difíciles, primero debéis aprender a manejaros vosotros mismos. Aprender a
manejar la energía en el mundo material es una de las razones por la que estáis
aquí. Vuestro cuerpo es vuestra primera y más importante responsabilidad y éste
sigue en principio vuestras órdenes. Vuestra intensidad emocional es la carga
de poder que hay detrás de las frecuencias de vuestros pensamientos. Lo que
sentís con respecto a vosotros mismos y al mundo en general afecta directamente
a las funciones y los sistemas operativos de vuestra forma física.
Los sentimientos se
alimentan de las creencias (sobre todo los sentimientos de entusiasmo) y cuando
sigáis a vuestros sentimientos siempre os toparéis con vuestras creencias.
Cuando os sintáis bien con vosotros mismos. vuestro mundo exterior os reflejará
este estado mental y, cuando os sintáis mal y frustrados, también se reflejará
en el mundo exterior. Las limitaciones, frustraciones y bloqueos pueden ser
examinados desde una perspectiva reveladora. Si aceptáis vuestra parte en la
creación de cualquier situación de vuestra vida (sin culparos a vosotros mismos
ni a nadie ajeno) os acercáis a ella con la actitud de que todo lo que
encontráis tiene un propósito y desbloqueará el victimismo que ha condicionado
durante tanto tiempo a la humanidad. Acabar con el victimismo es un paso
importante en el sendero de la recuperación del poder. No obstante, aquellos
que eligen vivir una realidad carente de semejante inteligencia emocional se
sentirán cada vez más encerrados en un orden del mundo en el cual el sentido de
la vida se pierde. Aquellos que eligen el amor (y se atreven a sentir la
profundidad de ser) y asumen la responsabilidad de sus acciones y buscan el
sentido de la vida se darán cuenta de que un mundo lleno de vida significativa
desplegará su inteligentemente escondida presencia.
Integrar vuestra
creencia personal en vuestra autoestima innata es una inversión excelente de
vuestro tiempo y de vuestra energía.
Vosotros lleváis las
riendas de la energía vital que os sostiene y que os conecta con una realidad
cósmica más amplia. Cuando abdicáis e ignoráis vuestra habilidad de crear la
realidad, en el fondo estáis transfiriendo vuestro poder para que otros os
manejen. La tendencia de pensar que otros os van a salvar es algo que se ha
grabado a fuego en los seres humanos. Nadie os va a salvar: para florecer y
crecer tenéis que aceptar haceros cargo de vuestras vidas. Vuestros
sentimientos son importantes para comprender cómo funcionáis. Una vez más,
cuando seguís vuestros sentimientos encontráis vuestras creencias y. cuando
descubrís vuestras creencias, os halláis cara a cara con el concepto que usáis
para construir vuestra versión de la realidad. Para ampliar vuestra conciencia
y sentir que el poder es vuestro, tenéis que estar dispuestos a examinar los
pensamientos descubiertos por vuestros sentimientos, ya que éstos, una vez
observados y examinados, pueden ser rastreados hasta sus orígenes y pueden
desvelar sus propósitos.
No es cierto que
estéis perpetuamente imbuidos en vuestros pensamientos o al ser que pensáis que
sois ni tampoco estáis limitados eternamente por la sangre de vuestros
antepasados. Sois un producto que habéis fabricado vosotros mismos, un cúmulo
de ideas y experiencias que han sido recogidas a lo largo del tiempo y lo
podéis utilizar a vuestro favor para construir la versión de la realidad que
deseáis profundamente. El conocimiento es poder y os sería muy útil recordar
este antiguo y obvio dicho. Cada pensamiento que tenéis tiene un poderoso
impacto en vuestro mundo.
La claridad en el
pensamiento, en la palabra y en los hechos es de vital importancia para crear
una versión apetecible de la vida. En los tiempos antiguos, el poder de la
palabra se conocía como el arte de la vieja magia. El lenguaje es una
herramienta poderosa para dirigir la energía y manifestarla en la forma.
Sugerimos que elijáis vuestras palabras con cuidado y certeza, sabiendo lo que
queréis y estableciendo intenciones claras y positivas con respecto a vuestro
propósito. El alcance de metas valiosas y de ideas es esencial para sentir el
poder personal. Cada pensamiento y cada palabra influye en el gran almacén de
las memorias de la mente subconsciente (pensamientos y palabras propios o
aquellos que proceden del mundo exterior).
Dado que sois en gran
medida telepáticos, también podéis ser influenciados por los pensamientos y
actividades de otros, especialmente si vuestras fronteras no están bien
delimitadas y no tenéis claro quiénes sois. Sugestiones e imágenes procedentes,
por ejemplo, de espacios televisivos programan vuestra mente subconsciente e
inconsciente. Vuestros científicos han elaborado estudios con gente conectada a
un EEO mientras estaban visionando la TV; se ha registrado actividad en las
frecuencias de ondas delta correspondiente a un estado de sueño bastante
influenciable mientras visionáis la TV. Si no sois conscientes de vuestros
pensamientos o habéis abdicado de vuestra elección de pensamientos, los
aparatos electrónicos pueden influenciaros y controlaros fácilmente.
Vuestra mente consciente
da la orden y la mente subconsciente es el centro de procesamiento donde se
filtran las directrices o creencias para posteriormente llevarse a cabo.
Recuperar el poder en vuestras vidas comienza con el hecho de que tengáis el
control sobre vuestros pensamientos. Sois vosotros los que tenéis que decidir
lo que queréis y luego conseguirlo; de otra manera, vuestra orden no tendrá
ninguna intención consciente para dirigir el curso de vuestra vida.
Los tiempos en los que
vivís requieren que aparezca lo mejor de vuestras capacidades, e integrar
vuestra creencia personal en vuestra autoestima innata constituye una inversión
excelente de vuestro tiempo y de vuestra energía. La felicidad y la paz mental
son las características de una verdadera recuperación de poder y están ahí
cuando vuestra intuición y vuestros valores están equilibrados. Mientras la
energía continúa acelerándose, los temas sólo aumentarán en complejidad en
cualquiera de las áreas en las que habéis evitado asumir la responsabilidad.
Para prepararos para vivir estados de conciencia más elevados y una mayor
conciencia de percepción, debéis visualizar el tipo de mundo que queréis y
luego debéis confiar en que lo encontraréis.
Vuestra imaginación es
la herramienta más poderosa para crear y. cuando centráis vuestra atención con
una intención clara y consciente. ponéis en marcha un programa interno, que
determinará vuestra experiencia del mundo exterior. Los sucesos son segmentos
multidimensionales de arte vivo; el tono, el tamaño, la forma y el propósito
cambian cuando aprendéis a rodear un evento y a liberar vuestra fijación en un
marco emocional de tiempo. Los eventos aumentan su significado mientras aumenta
vuestra conciencia; cuando modifiquéis conscientemente la interpretación del
mundo y abracéis una visión de confianza y de inspiración, vuestra experiencia
del mundo cambiará. Aunque las condiciones pueden seguir siendo las mismas,
como la analogía del vaso medio lleno/vaso medio vacío, elegir cómo percibís lo
que veis prepara el escenario para todos vuestros encuentros, al igual que
afecta al paradigma de las creencias colectivas. Vuestras creencias son las que
determinan quiénes sois, y las áreas en las que destacáis suelen ser aquellas
en las que triunfáis porque sentís entusiasmo y disfrutáis con lo que estáis
haciendo.
Las creencias
culturales sobre la naturaleza de la realidad gobiernan vuestra experiencia
desde lo más hondo y lo más antiguo. Las creencias se forman a partir de las
ideas sobre la realidad; esas ideas pasan a través del tiempo y se convierten
en hechos, los cuales, a su vez, aparecen y definen lo que veis porque eso es
lo que os han dicho. Las ideas forman un lazo energético que continúa creando
una heliografía especialmente fuerte de la realidad sostenida por una inmensa
contribución de energía desde la mente colectiva. El resultado de este masivo
soporte, que se basa en presunciones culturales jamás cuestionadas. determina
la estructura del mundo que actualmente encontráis. Las creencias colectivas
forman una visión controlada y confabulada que todos habéis acordado ver; os
encontráis con esos acuerdos cada día gracias a experiencias sociales,
culturales y, por supuesto, personales. La idea de que la Tierra es una
experiencia única («un mundo y sólo un mundo» al que todo el mundo está apegado
en la misma realidad) es, en cierto sentido, similar al antiguo pensamiento de
que el mundo era plano. La estructura del mundo es un conjunto de acuerdos
según los cuales actuáis: no es la única versión del mundo. La naturaleza es
flexible y está repleta de posibilidades multidimensionales y vuestras
creencias, decisiones y emociones juegan un papel decisivo en la creación de la
versión del mundo con el que, de hecho, os encontráis.
El campo de la
existencia no tiene límites y es benévolo y, en consecuencia, vosotros sois una
maravillosa e ilimitada parte de la creación.
Con seguridad, algunas
de las creencias más profundas que encierran a la humanidad en infinitos lazos
de confusión proceden de antiguas leyendas relacionadas con el origen del ser
humano. En la tradición judeo-cristiana, la historia de Adán y Eva dice que fue
la mujer la que conversó con la serpiente y luego, siguiendo su innata
curiosidad y los parámetros de su intuición, cometió supuestamente un grave
pecado que tuvo como consecuencia que la humanidad fuese alejada para siempre
del paraíso. A lo largo del tiempo, millones y millones de personas han
construido su vida en torno a ese cuento, creyendo fielmente que todavía tienen
que pagar por esta supuesta transgresión. En cada mito se esconde siempre una
parte de verdad, ya que son variaciones de enseñanzas apreciadas durante muchos
años o creencias respecto a la naturaleza de la realidad. además de registros
que se han transmitido a lo largo de vuestro linaje ancestral. Sin embargo, la
verdad se aplicará de acuerdo con cómo se ve el evento en la imaginación. que
es donde se forman las interpretaciones. Este mito en particular ha suscitado
innumerables visiones reales de la realidad: la desobediencia resulta cara, por
lo que es mejor obedecer; sólo Dios es omnipotente: uno no se puede fiar del
cuerpo ni tampoco se puede confiar en las mujeres; nunca hagas caso a una
serpiente; la humanidad es impotente y está pagando muy caro el incontrolable
impulso de una mujer; las mujeres no son aptas para ser líderes; la humanidad
no se merece a Dios y por ello «la caída» a un mundo cruel y duro es el castigo
que sigue vigente.
De una manera u otra,
las implicaciones de vergüenza e impotencia residen en la base de esas
interpretaciones aceptadas de esa historia tan respetada que confirma
totalmente la enraizada creencia cultural de victimismo, el peor estado y con
total ausencia de poder. La impotencia procede de la creencia de que no tenéis
ningún control sobre vuestro entorno y queda reforzada con la consideración de
que el pasado es una situación válida para eventos presentes y futuros. La
necesidad se basa en el deseo de que otro moldeara vuestro destino. No sois
pecadores, no tenéis culpa ni tampoco sois impotentes. Cuando elegís creer que
debéis adorar, venerar e imitar a seres cuya conducta es, supuestamente, mejor
que la vuestra, no os estáis haciendo ningún favor. Sois iguales a cualquier
campo de la existencia y cualquier parle de la creación.
Extracto del libro “Recuperar El Poder”.
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak
Publicado por “Isis Alada”
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