¿QUE SON LOS NIÑOS Y ADULTOS ÍNDIGO Y
CRISTAL?
Por Celia Fenn
¿Cómo saben si ustedes o alguien que
conocen es un Niño o un Adulto Índigo o Cristal?
Describiremos las principales
características y rasgos de estas personas. Pero quisiéramos hacer hincapié en
que el fenómeno índigo/cristal es el paso siguiente en nuestra evolución como
especie humana. De alguna manera, todos estamos haciéndonos cada vez más
parecidos a las personas índigo y cristal.
Han venido aquí para mostrarnos el camino,
de manera que podamos aplicar de manera más generalizada, entre todos nosotros,
la información que nos traen para que hagamos nuestra transición a la siguiente
etapa de nuestro desarrollo evolutivo.
Los Niños Índigo han venido
encarnando en la Tierra durante los últimos 100 años. Los primeros índigos
fueron los pioneros en mostrar este camino. Después de la Segunda Guerra
Mundial empezaron a nacer en cantidades significativas, siendo los actuales
índigos adultos.
Sin embargo, en los años 70 del siglo XX
se produjo el nacimiento de una gran oleada de índigos, por lo que ahora
tenemos una generación completa de índigos que ahora están entre el final de su
veintena y el principio de su treintena y que están a punto de asumir el lugar
que les corresponde como líderes mundiales.
Los índigos siguieron naciendo hasta
aproximadamente el año 2000, con habilidades y grados crecientes de
sofisticación tecnológica y creativa.
Los Niños Cristal empezaron a
aparecer en el planeta desde aproximadamente por el año 2000, aunque algunos
llegaron un poco antes. Son niños extraordinariamente poderosos, cuyo principal
propósito es llevarnos hasta nuestro siguiente nivel evolutivo, revelándonos
nuestro poder y divinidad interior.
Funcionan más como conciencia grupal que
como individuos, ya que viven regidos por la “Ley del Uno”, la Conciencia de
Unidad. Son un poderoso motor del amor y la paz en el planeta.
Los Adultos Índigo y
Cristal provienen de dos grupos.
En primer lugar se encuentran aquellos que
nacieron índigos y que ahora están realizando su transición a cristales. Esto
les supone atravesar una transformación física y espiritual que despierta su
conciencia “crística” o “cristal”, que los vincula con los niños cristal para
constituir juntos la oleada evolutiva del cambio.
El segundo grupo es el aquellas personas
que nacieron sin esas cualidades, pero que consiguieron adquirirlas mediante un
duro trabajo consigo mismos y el seguimiento diligente de un sendero
espiritual. Sí, eso significa que todos nosotros tenemos el potencial de
formar parte del grupo emergente de los “ángeles humanos”.
El siguiente extracto describe las
diferencias entre los niños índigo y cristal. Es del artículo de Doreen
Virtue Los Niños Índigo y Cristal:
La primer cosa acerca de los cristales en
la que se fija la mayoría de la gente es en sus ojos, grandes, penetrantes y de
una sabiduría que rebasa la propia de su edad. Sus ojos te persiguen e
hipnotizan, haciendo que te des cuenta de que tu alma queda al desnudo a la
vista del niño.
Quizás hayan notado que esta nueva
“camada” de niños está poblando rápidamente nuestro planeta. Son felices,
encantadores y compasivos. Esta generación de nuevos trabajadores de la luz, a
sus edades tan tempranas que van desde los 0 a los 7 años, no se parecen a
ninguna generación anterior. Ideales en muchos sentidos, ellos constituyen la
vanguardia hacia la que está siendo conducida la humanidad … ¡y se trata
de un buen rumbo!
Los niños más mayores (aproximadamente de
7 a 25 años), llamados “niños índigo”, comparten algunas características con
los niños cristal. Ambas generaciones son altamente psíquicas y sensibles,
sosteniendo importantes propósitos vitales. La principal diferencia entre ellos
es su temperamento.
Los índigos tienen un espíritu guerrero
debido a que su propósito colectivo es pulverizar los antiguos sistemas que ya
no nos sirven. Están aquí para abolir los sistemas educativos y legislativos y
gubernamentales carentes de integridad. Para conseguir dicha finalidad,
requieren de un temperamento y una determinación fogosos.
Los adultos que se resisten al cambio y
que aprecian el conformismo podrían malinterpretar a los índigos. A menudo son
etiquetados bajo diagnósticos psiquiátricos de Síndrome de Hiperactividad con
Déficit de Atención, ADHD (Attention
Deficit with Hyperactivity Disorder), o de Síndrome de Déficit de Atención,
ADD (Attention Deficit Disorder).
Desgraciadamente, al ser medicados, los
Índigos suelen perder su extraordinaria sensibilidad, sus dones espirituales y
su energía guerrera… En contraste, los niños cristal son niños felices y de
temperamento estable. Por supuesto que, de vez en cuando, pueden tener sus
rabietas, pero estos niños sobre todo son muy proclives al perdón y fáciles de
llevar.
Los cristal son la generación que se
beneficia de la naturaleza rompedora de los índigos. Primero van encabezando la
marcha los niños índigo machete en mano, cercenando todo lo que carezca de
integridad. Después, los niños cristal siguen el camino ya despejado, avanzando
hacia un mundo más inofensivo y seguro.
Se asignaron los términos “Índigo” y
“Cristal” a estas dos generaciones porque describen de manera muy precisa los
colores de sus auras y sus patrones energéticos.
Los niños Índigos tienen en sus auras
mucho color azul índigo. Es el color del “chakra del tercer ojo”, centro
energético ubicado en el interior de la cabeza, entre ambas cejas. Este chakra
regula la clarividencia o habilidad para percibir energía, visiones y
espíritus. Muchos niños índigo son clarividentes.
Los niños cristal tienen auras
opalescentes multicolores de hermosos tonos pastel. Esta generación también
muestra fascinación por los cristales y las piedras…..
Los niños índigo pueden percibir la
deshonestidad como un perro puede percibir el miedo. Los índigos saben cuándo
les están mintiendo para sobreprotegerlos o manipularlos. Como su propósito
colectivo es conducirnos a un mundo nuevo de integridad, los índigos llevan
integrados detectores de mentiras.
Como antes se mencionaba, su espíritu
guerrero resulta amenazador para algunos adultos. Además, los índigos son
incapaces de aceptar situaciones disfuncionales en su hogar, escuela o trabajo.
Carecen de la habilidad de disociarse de sus sentimientos fingiendo que todo va
bien… a menos de que se les administren medicamentos o sedantes.
Los dones espirituales innatos de los
niños cristal también suelen ser malinterpretados. Específicamente, sus
habilidades telepáticas pueden hacer que empiecen a hablar tarde.
En el nuevo mundo hacia el cual nos
escoltan los Índigos, vamos a ser mucho más consientes de nuestros pensamientos
y sentimientos intuitivos. No nos basaremos tanto en la palabra hablada o
escrita. La comunicación será más rápida, más directa y más honesta, porque irá
de mente a mente.
De hecho, somos cada vez más los que ya
podemos comunicarnos mediante nuestras habilidades psíquicas. Tenemos un
elevado interés en lo paranormal que se ve acompañado por libros, programas de
televisión y películas sobre estos temas.
Por lo tanto, no es sorprendente que la
generación que sigue a los índigos sea increíblemente telepática. Muchos niños
cristal han retrasado la adquisición de patrones orales, siendo cada vez menos
infrecuente que esperen hasta los 3 o 4 años de edad para que empezar a hablar.
Pero los padres me dicen que no tienen problema para comunicarse con sus
callados hijos. ¡Al contrario!
Los padres establecen una comunicación de
mente a mente con sus hijos cristal. Y los cristales, para hacerse entender,
usan una combinación de telepatía, lenguaje de señas que se inventan y sonidos
(incluyendo canto).
El problema surge cuando los cristales son
enjuiciados por personal médico y educacional que diagnostica como “anormales”
sus patrones de habla. No es ninguna coincidencia que la cantidad de
diagnósticos de autismo registradas crezca en la misma medida en que van
naciendo más niños cristal.
Es verdad que los niños cristal son
distintos a las demás generaciones. Pero ¿por qué tenemos que caracterizar como
patológicas a estas diferencias? Si los niños se comunican en sus hogares con
éxito, y los padres no declaran tener problemas… ¿por qué se trata de crear
uno?
El criterio para diagnosticar el autismo
es bastante claro. Establece que la persona con autismo vive en su propio
mundo, quedando desconectado de las demás personas. La persona autista no habla
porque le es indiferente comunicarse con los demás.
Los niños cristal son precisamente lo
contrario. Están entre los más conectados, comunicativos, cariñosos y mimosos
de cualquier generación. También están muy bien dotados para lo filosófico y lo
espiritual.
Además, despliegan un nivel sin
precedentes de gentileza y de sensibilidad hacia este mundo. Los niños cristal
abrazan y cuidan de la gente que lo necesita de manera espontánea. ¡Una persona
autista no haría eso!
En mi libro “El Cuidado y Alimentación de
los Niños Índigo”, escribí que las siglas ADHD deberían venir de Atención
Sintonizada con una Dimensión Superior (Attention Dialed into a Higher Dimension).
Ello describiría a esa generación con más acierto. En la misma línea, no se
justifica que los niños cristal sean etiquetados como autistas. ¡No son
autistas! ¡Son asombrosos!
Esos niños son merecedores de asombro, no
de ser etiquetados como disfuncionales. Aquí lo disfuncional son los sistemas
inadecuados a la permanente evolución de la especie humana. Si avergonzamos a
estos niños con etiquetas o les damos medicamentos para mantenerlos sumisos,
estaremos despreciando un regalo del cielo.
Destrozaremos una civilización antes de
que tenga tiempo de echar raíces. Afortunadamente, tenemos muchas soluciones y
alternativas positivas. Y el mismo cielo nos ha enviado a los niños cristal
para que ayuden a quienes los defendemos.
El siguiente es un extracto de libro de
Celia “La Aventura Índigo-Cristal”, en el que se explican con mayor profundidad
los aspectos metafísicos de la experiencia índigo-cristal.
CAPITULO CINCO
AURAS DORADAS, ÁNGELES HUMANOS Y
CONCIENCIA MULTIDIMENSIONAL
Los Niños Índigo y Cristal que vienen a
este planeta son conocidos como Niños de las Estrellas. A menudo, ello se debe a
que cada vez hay más de sus almas en las estrellas, almas que todavía no se han
encarnado con anterioridad en la Tierra. Vienen en equipo en este tiempo con la
misión especial de asistir a la Tierra y a sus habitantes en su transición y
renacimiento como una Nueva Tierra dimensionalmente superior.
Pero mientras que estos seres parecen
humanos corrientes, de hecho tienen acceso a un rango que supera el potencial
humano. Están más abiertos a quienes son, más cercanos al reconocimiento de su
esencia y orígenes divinos.
Los niños índigo nacen en el rayo álmico
índigo de la encarnación y la evolución. Esto significa que tienen acceso a los
dones de la clarividencia y la sanación. También son capaces de acceder a lo
que podríamos denominar la cuarta y quinta dimensiones de la conciencia,
mientras que la mayor parte de los humanos sólo pueden acceder a las
dimensiones tercera y cuarta.
Este acceso a las dimensiones superiores
junto con los dones del rayo álmico índigo, hace que los índigos sean de manera
natural más inteligentes, sensibles y clarividentes. También son creativos y
con frecuencia son capaces de acceder a sus cerebros derecho e izquierdo con
facilidad, lo que les hace artísticamente dotados, pero también aventureros y
tecnológicamente competentes.
Por otro lado, los niños cristal nacen en
su mayoría en el Rayo Dorado de la encarnación y la evolución. Nacen en la
sexta dimensión de la conciencia, con el potencial de abrirse con rapidez al
nivel de la novena dimensión de la Plena Conciencia Crística, para pasar desde
allí posteriormente a la decimotercera dimensión que representa la Conciencia
Universal.
Estos dones y habilidades hacen a los
seres cristal inmensamente poderosos y creativos. Muchos de ellos son
portadores de los rayos dorado-magenta, lo que los hace maestros de la
creación, especialmente con luz y sonido.
Esto se manifiesta en el plano terrestre
como creatividad musical y artística. Además, los que llevan el rayo
índigo-plata tienen los dones de las madres y diosas del planeta, siendo
portadores de la vibración femenina del cuidado y la sanación.
Por otro lado, los del rayo rojo-dorado
llevan la vibración masculina de la manifestación y con frecuencia son los
líderes en su sentido más activo.
El futuro niño cristal será conocido como
ser cristal arcoiris. Es el Ser Humano Universal plenamente desarrollado de la
Decimotercera Dimensión, capaz de llevar y de transmitir todos los rayos de la
encarnación y de la evolución en su campo vibratorio. Ya hay seres cristal
arcoiris en el planeta Tierra, pero todavía les falta abrirse a su pleno
potencial.
Para las personas comunes, lo que resulta
excitante de estos desarrollos evolutivos es que los seres índigo y Cristal
traigan estas vibraciones al planeta para compartirlas con los demás. Con su
sola presencia, ayudan a que los demás entren en esas vibraciones nuevas y
además se abran a su pleno potencial.
El regalo índigo–cristal al planeta es el
regalo de la evolución y del acceso a nuestro pleno potencial, regalo que hacen
a cada uno de los seres humanos que hoy habitan el planeta, si ellos así lo
eligen.
Hasta aquí, muchas personas que están
permitiendo que se produzca este cambio o transición en sus propios campos
áuricos, han sustituido su estado de conciencia tridimensional original por el
índigo y, posteriormente, el cristal, gracias a la ayuda de los niños, que
sostienen la vibración.
Estos adultos ya son capaces de sostener
el rayo Dorado de la evolución en sus ocho chakras, y están ayudando a
implantar la matriz para la creación de la Nueva Tierra. Esta luz dorada
pulsátil puede ser vista claramente en sus auras por los que poseen
clarividencia y habilidad para percibir colores áuricos.
EL ANGEL HUMANO
Uno de los regalos de este proceso
transicional es que los humanos están haciéndose conscientes de quienes son en
realidad: espíritus en cuerpos humanos; en otras palabras, de que son ángeles
en forma humana.
Durante muchos miles de años fuimos
conscientes de nuestras conexiones con los reinos superiores, pero siempre
sentimos que nuestro estado material y humano nos separaba de alguna manera de
nuestra herencia angélica.
Hablábamos de nuestro Ser Superior,
sabiendo que teníamos acceso a este aspecto de nosotros mismos, pero por alguna
razón no era una parte muy importante de quienes éramos y sólo se podía acceder
a él en la meditación.
Parte de la razón para ello es que
nuestras formas físicas fueron encerradas en la tercera dimensión, pero nuestro
Ser Angélico o Superior, al estar constituido por una energía mucho más fina y
tener una vibración superior, se sentía más en su casa en las Dimensiones
Superiores. Por lo tanto, siempre hubo una brecha entre la manifestación
material del cuerpo humano, la conciencia y la realidad espiritual.
Sin embargo ahora, con el cambio
vibratorio que está experimentando el planeta, apropiadamente denominado ascensión, la Tierra y sus habitantes
tienen la oportunidad de ascender desde la tercera dimensión
de la conciencia, remontando hacia las Dimensiones Superiores.
A medida que la conciencia vaya
ascendiendo cada vez más, el mundo espiritual irá acercándose, hasta que en
lugar de esa grieta haya un continuo denominado Conciencia Multidimensional.
En ese estado, el ser humano es capaz de
acceder con facilidad tanto a los reinos materiales como al espiritual. Ya no
hay ninguna necesidad de meditación intensa, ya que el acceso al reino
espiritual es inmediato y evidente.
Las personas que han alcanzado un estado
multidimensional han accedido ya a su estado o presencia angélica,
reconociéndose a sí mismos como ángeles o seres espirituales que además tienen
un cuerpo humano y son capaces de desenvolverse como seres materiales en el
plano material.
En ese punto, puede decirse que el Ser
Superior y el inferior se han fusionado y el ser humano ya es un Ángel Humano.
El Ángel Humano siempre es consciente de
sí mismo en cuanto a que es tanto angélico como poderoso y creativo. Ellos no
tienen necesidad ni tiempo para cosas tales como el miedo o los dramas de
victimización. Prefieren emplearlo en crear la clase de realidad en la que
puedan sentirse felices y satisfechos.
Muchos niños índigo y cristal casi han
llegado ya a ese punto de consciencia, si es que no están ya plenamente en él,
así como muchos adultos índigo-cristal que ya han hecho su transición a ese
estado. Son estos nuevos seres, capaces de recuperar sus herencias tanto humana
como angélica, los que crearán la Nueva Tierra.
Aquí es importante señalar que resulta
imperativo que quienes ya hicieron esa transición a la conciencia de sus seres
angélicos sean igualmente conscientes de lo importante que es ser humano y
estar bien arraigado a las dimensiones o planos materiales. El fin de la transición
es traer el Cielo a la Tierra, no ir flotando a ningún estado paradisíaco
desarraigado.
Los Ángeles Humanos tienen trabajo. Crear
una Nueva Tierra que traiga el Cielo a la Tierra. Y ya que el cielo no es tanto
un lugar como un estado de la conciencia, estos Ángeles Humanos van a tener que
trabajar duro para traer los estados de conciencia de las dimensiones
superiores al plano terrestre.
Una vez que se consiga esto, nacerá una
cultura planetaria que respetará a todos los seres como manifestaciones que son
de la Esencia Divina. Y esta cultura reflejará ese respeto en su paz, su
armonía y su creatividad.
LA NATURALEZA MULTIDIMENSIONAL
Hasta tiempos muy recientes, todos los
humanos que nacían en la Tierra lo hacían como seres tridimensionales. Esto significa
que se encontraban por completo en el reino o plano material, con su conciencia
encerrada en la tercera dimensión.
Funcionaban con sus tres primeros chakras:
el material, el emocional y el mental. Cuando existía espiritualidad,
generalmente se la contemplaba como algo externo o distinto a la actividad
normal.
El ser tridimensional es consciente de sí
mismo como ser separado, único e individual. No hay sentido real de la unicidad
o unidad de conciencia, factor propio de la conciencia dimensional
superior.
Debido a esta sensación de separación, los
humanos han construido una sociedad con muy poca conciencia de la interconexión
que hay entre las acciones y los seres. Y debido a esta falta de conciencia,
los humanos han creado un planeta de tristeza y de sufrimiento en el que los
individuos no ven la necesidad de responsabilizarse de sus pensamientos,
sentimientos y acciones.
El temor a no sobrevivir a nivel
individual por falta de recursos ha llevado a la codicia y a desequilibrios que
tienen que ser redirigidos para crear un hogar planetario estable para todos
los humanos.
Los niños índigo vinieron con la llave de
la multidimensionalidad. Nacieron en cuerpos tridimensionales, pero su
conciencia en realidad estaba en la cuarta dimensión, con la capacidad de
alcanzar la quinta.
Cuando esta oleada de conciencia índigo
llegó al planeta a principios de los 70, se abrió el camino para que todos los
humanos y el propio planeta cambiasen a la cuarta dimensión.
En el nivel de conciencia de la cuarta
dimensión, los humanos se percatan de la Ley Universal del Uno, también
conocida como Ley de la Unidad de Conciencia. Esta ley
establece que todos somos uno, que todos estamos conectados y que cualquier
cosa que afecte a uno nos afecta a todos.
Los niños índigo llevan ese conocimiento
en su conciencia, lo que los convierte en guerreros de muchas causas que
sanarán a la Tierra y harán que los humanos dejen de contaminar y de destruir
su ambiente y de lastimar a otros humanos.
La Ley del Uno también alienta la
comprensión, en los seres índigo, de que todos somos iguales y de que nadie es
más que otro. Esta conciencia y consciencia de grupo es el camino al futuro
para los humanos. Si queremos crear la Nueva Tierra que deseamos, vamos a tener
que aprender a funcionar de manera cooperativa y por el bien superior de todos.
El índigo respeta las habilidades y
talentos de todos los individuos, pero esos talentos no hacen a nadie superior
a ninguna otra persona. El juego del orgullo y del ego no tiene lugar real en
la vida del índigo.
Cuando la consciencia del índigo se abre a
la quinta dimensión, éste toma conciencia de sí mismo como creador. Al ser
consciente de quinta dimensión le encanta crear.
Todos los sistemas económicos y de
creencias religiosas de la Tierra son creaciones de formas de pensamiento de la
quinta dimensión que mantenemos en su lugar dándoles nuestro apoyo continuo.
Estas formas de pensamiento conforman una rejilla de cinco dimensiones que
rodea a la Tierra.
La mayoría de los seres dimensionalmente
inferiores son absolutamente inconscientes de que sus pensamientos y sus
patrones de comportamiento estén siendo controlados desde ese nivel.
Cuando el índigo consciente se abre hasta
ese nivel, a menudo se produce un rechazo hacia todos los sistemas de creencias
y una toma de conciencia de la libertad de crear nuevas formas alternativas de
ser y de pensar.
La persona índigo asume la misión
planetaria de crear y producir nuevas formas de pensamiento y de existencia
para el Planeta Tierra. Pero en este nivel de conciencia todavía le preocupan
las dualidades de lo bueno y lo malo, las cuales determinan cuál es el mejor
sistema para la Tierra.
El siguiente paso de la conciencia es la
superación de la dualidad para entrar en un reino donde todo es parte del bien
superior y su consideración depende del bien de esa totalidad superior.
A este estado avanzado se lo conoce como
conciencia de sexta dimensión, y es el reino del Niño Mágico o Crístico.
Todos los niños cristal nacen en ese nivel de conciencia.
Tienen acceso inmediato a los aspectos
mágicos y espirituales de quienes son, siendo capaces de combinar imaginación y
creación de maneras fantásticas y jubilosas. Si se les dejase a su aire,
crearían un planeta mágico de inmediato.
Sin embargo, todavía les queda enfrentarse
con la conciencia tridimensional predominante, debiendo luchar con los
comportamientos y modelos que encuentran aquí.
Cuando el adulto índigo consciente cambia
al estado o consciencia cristal, pasa a la conciencia de sexta dimensión,
semilla de la Conciencia Crística. En conciencia, renace como niño mágico o
crístico. Con esto llega un entendimiento de la vida como juego y del juego del
Espíritu en este planeta a través de los seres humanos.
Entonces toda la vida se ve como algo mágico
y bendito, y toda la vida se dirige y avanza a través del trabajo del espíritu.
En ese momento, el ser entiende el principio de entrega al flujo de la oleada
evolutiva superior, ejerciendo además el derecho a ser creador a nivel
individual.
El cristal consciente, cuando ha madurado
lo suficiente para llegar a ese nivel, ya puede pasar al de la Séptima
Dimensión, en el que la consciencia se abre a la naturaleza de la misión
espiritual del ser. En ese nivel, el adulto cristal o crístico está preparado
para asumir una misión planetaria como transmisor a los demás de las
conciencias dimensionalmente superiores.
Ese trabajo puede implicar la enseñanza o
la sanación a gran escala, o simplemente consistir en llevar la energía en su
campo áurico para que los demás puedan acceder a las vibraciones superiores en
su propio camino ascensional.
Entonces, el niño y el adulto cristal
llevan el potencial de abrirse plenamente al noveno nivel o de la plena
Conciencia Crística. Este incorpora al octavo nivel o Nivel Arquetípico, en el
cual el ser tiene completo control sobre la historia de su vida terrenal, y al
noveno nivel, en el que el ser asume la responsabilidad plena de asistir al
Planeta Tierra.
En ese momento el potencial es que el ser
continúe su viaje al décimo nivel, en el que accede a responsabilizarse de su
Sistema Solar; al décimo primer nivel, donde se accede al
nivel galáctico de la conciencia y, por último, al décimo segundo
nivel, en el que el Rayo Dorado de la Conciencia Universal inviste al ser como
Pleno Ser Universal.
El decimotercer nivel representa al
Maestro, que entra al Misterio Divino como chispa plenamente consciente de la
Esencia Creativa Divina.
UN SALTO EVOLUTIVO
Como puede deducirse de la exposición
anterior, la aventura índigo-cristal representa un gran salto evolutivo de la
especie humana. Es, en primer lugar, un gran salto de la conciencia, que se
refleja en los colores áuricos y en el acceso del individuo a las capas
multidimensionales de la conciencia.
Sin embargo, lo que se manifiesta en los
cuerpos sutiles o espirituales termina por manifestarse en el cuerpo físico o
del plano terrestre de cada individuo. Y, eventualmente, en el cuerpo físico
del propio planeta.
Los niños y adultos índigo y cristal son
una parte integrante y dinámica del salto evolutivo a un futuro nuevo y dorado.
Niveles superiores de consciencia, la
conciencia e interconexión entre todas las cosas y el anhelo de una vida creativa
y con poder pronto caracterizarán a todos los humanos del Planeta Tierra.
Traducción: Paloma Fernández Fernández
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