Hijos de mi Corazón,
soy Madre María, vuestra Madre, desciendo hasta ti, amada
niña, que recibes mis palabras.
Percibes mi
luz, y mi perfume inconfundible como tú dices, el aroma de mi
jardín de rosas.
Amados niños, os
miro, como pequeñas luces, que con su
pureza, y amor, miro los reflejos de vuestros corazones
que estáis ansiosos en estos tiempos de ascensión.
La tan ansiada
ascensión solo la viviréis en vuestros corazones,
preparaos para la llama ardiente que se derramara por Gracia
Divina nuevamente.
La humanidad tiene
necesidad de luz, y esa luz, es el amor que
necesitáis, para expandir aún más vuestros corazones,
hasta que os convirtáis en cristalinos. A través del cristal
podéis ver la transparencia de la purificación.
Vuestros corazones
son diamantes cristalinos, en ellos no pueden
existir matices, grises, ni negros, la brillante luz
refleja en todos los rincones y se ve la belleza de vuestra
divinidad. Recogeré esas luces cristalinas y se las llevare a mi Hijo, que es
también el Padre amoroso, que está permitiendo este magnífico reencuentro.
Así era en aquel
tiempo, en mi vida en Nazareth, veía la
pureza, de corazón, de mi niño Jesús, lo sentía en la
paz de mi espíritu, y en la confianza, plena y absoluta de mi
rol, en aquel momento tan distante, de
mi vida. Sentada frente a la llama del fuego, que nos abriga, podía
veros, mis niños, la humanidad entera esperando y
clamando por amor.
Muchos de vosotros
dirán que no pasara nada, o no pasó nada, siempre
se habla de la ascensión, que están acompañando a Madre
Tierra, y nada pasa.
No esperéis eventos
extraordinarios a vuestro alrededor, no los habrá, como
siempre, las señales serán percibidas en vuestro
interior. Los acontecimientos serán percibidos como una ansiedad de
ser amados en totalidad, respetándose a vosotros mismos,
no percibiendo sombras en vuestras existencias, el deseo
de amar será tan gigantesco ya la ves correspondido en la
medida de vuestras vibraciones. Sera como escuchar una música angelical y
desear ser un ángel, volar y volar. Experimentareis estar en el
cielo, estando en la tierra.
La ascensión es
un proceso gradual de luz, es amor en movimiento
constante y será más abundante de lo que imagináis. En lo
que resta de vuestro tiempo lineal, las almas demandaran el
reconocimiento del amor en todos los aspectos, que los seres humanos
merecen vivir.
Las carencias se irán
diluyendo, en la medida que aceptéis mirar vuestras limitaciones impuestas por
una mente controladora, eso es solo ilusión aparente, lo real no se
ve en el afuera, lo real se siente en el corazón.
Sera un movimiento de
amor.
Al escuchar y leer
estas palabras, os veo incomodos y perturbados, os
acaso no habéis dado cuenta aun, que al ser mansos y humildes, en solo
aceptar la luz y dejaros penetrar en ella, bañara y
sanara para siempre vuestras imperfecciones.
Vuelvo a mi amado
Nazareth, un lugar donde me enseño todo lo que debía lograr para mi
ascensión. Os pido, imaginadme, soñando y soñando
tan profundamente mi deseo de ser Madre, no maginaba que sería
la Madre de Dios mismo, y luego la responsabilidad y la entrega
diaria a mi divinidad, por momentos ni me daba cuenta que estaba
sirviendo a una causa tan sublime, solo me importaba vivir
en el amor junto a mi niño, a pesar, que
conocía su calvario. El presente y el disfrute permanente, el
si , el sí, mi afirmación diaria, que se cumpla la
voluntad más elevada, la del Padre, me
permitieron, llegar llena de luz, y como un sueño, que
imagine por mucho tiempo, una noche soñé y me dormí, entre en un mundo
de ensueño, era un dulce sueño, ascendí al
Cielo, y mi cuerpo estaba vivo, no había muerto, pero ya
no estaba en el mismo plano, la mano de mi amado Hijo se
extendió y entendí que había llegado al cielo, los ángeles y
arcángeles me esperaban me rodeaban, la felicidad
inundaba mi ser, si, era un ser
cristalino, la vida eterna, esa de la que tanto me
hablaba Jesús, en sus pláticas.
La Vida eterna, allí en tiempo se detiene por completo, Podéis permanecer horas infinitas en aquello que os agrada.
La Vida eterna, allí en tiempo se detiene por completo, Podéis permanecer horas infinitas en aquello que os agrada.
A mí me encantan las
flores, ya lo sabéis, Amo las flores, son mis
perlas que una a una, están representadas en el santo rosario.
Amados niños de mi
corazón, llenad amor y más amor en vuestros corazones, la ascensión se
trata de sentir, de vivir en plenitud con la mirada
en un sueño amoroso para alcanzar la vida eterna. Os amo
mis pequeños, y se acorta la distancia entre nosotros, ya pronto
sentirán mis caricias y os estrechare entre mis brazos.
Yo soy María de
Nazareth.
Un Alma del Sur
http://mensajesdelsur.blogspot.com.es/2014/12/mensaje-la-humanidad-maria-de-nazareth.html
Re-Publicado por “Isis Alada”
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