Llevamos algunas
semanas trabajando el tema de los símbolos y los arquetipos, tratando de
expresar conceptos abstractos en dibujos y formas geométricas, a partir del uso
de la geometría sagrada, para imbuir y despertar en nuestra psique la
comprensión, conexión y entendimiento de los mismos. Hemos dicho, en el anterior
artículo última
parte http://isialada.blogspot.com.es/2015/04/despertando-principios-arquetipicos.html
, que estos símbolos funcionan y se insertan principalmente a nivel
subconsciente, ya que el lenguaje pictórico y simbólico es el lenguaje de esta
esfera mental, así como de los planos a los que conecta, junto con el resto de
esferas que conforman la psique humana (para entenderlo mejor, echad un vistazo a la conferencia
sobre el tema).
¿Porque hacemos esto? ¿Para que nos sirve meterle
símbolos aparentemente simples en cuanto a configuración al subconsciente?
Básicamente porque si queremos expandir nuestra esfera de conciencia, elevar
nuestra conexión con nuestro SER, Fuente y planos superiores, crecer
internamente mientras la mente consciente está pendiente de la hipoteca, la
lista de la compra o los asuntos diarios, no tenemos más remedio que potenciar
el trabajo con aquellas otras partes de la psique que no descansan jamás y que
no están regidas por los parámetros y limitaciones de la mente racional, ni sus
(“triviales”) preocupaciones..
El papel del
subconsciente en la generación de nuestra realidad
Para la mayoría de las personas de este planeta, la
realidad que perciben y en la que viven inmersas les viene “dada”. Nos la
encontramos cada mañana cuando nos levantamos de la cama y, en casi todos los
casos, creemos no haber tenido nada que ver con ella. Aunque en parte sea así,
pues simplemente hemos aceptado que lo creado por el inconsciente colectivo es
lo que “ya nos va bien”, por otro lado es también nuestra mente subconsciente
la que se encarga de trabajar día y noche, sin descanso, para generar aquello
que percibimos como “nuestro mundo exterior”.
El mundo que creemos ver como real y sólido no es más
que la suma de millones de ondas electromagnéticas, de energía en movimiento,
creando un perfecto holograma tridimensional, donde cada uno tiene su propio
“universo” particular que conforma la realidad creada por su proyección
personal, que proviene, en un altísimo porcentaje, de los procesos
subconscientes. Si deseas que, de forma “automática”, tu subconsciente genere
un cierto tipo de realidad, potencie un cierto tipo de crecimiento evolutivo,
ayude a expandir tu esfera de conciencia desde niveles profundos, etc., debes
surtirlo con las indicaciones adecuadas para que trabaje en la dirección que
uno desea, pues es una esfera mental que acepta directrices y sugerencias desde
la otra esfera, la consciente. Y eso se hace, sobretodo, con símbolos.
Funciones del
subconsciente
Con esto en mente,
podemos explicar algunas de las funciones más importantes de esta esfera
mental, además de la de ser el almacén de todo aquello que, desde la mente
pre-consciente (la que está en la parte trasera de la cabeza, en la nuca), no
va a la esfera consciente, sino que se almacena a nivel subconsciente, tanto en
la misma esfera como en su capa correspondiente del cuerpo mental (ver conferencia).
Entonces, lo primero de todo, como ya hemos dicho, es
que el subconsciente es perfectamente programable desde la mente consciente,
ósea, que podemos darle “órdenes” y sugestiones. Lo segundo, que el
subconsciente gestiona todos sus procesos de forma automática sin la
intervención de la mente consciente, así que trabaja sin descanso y sin
inferencias una vez “sabe” que tiene que hacer. Todos los procesos del cuerpo
humano que son gestionados por los centros instintivos y motor del cerebro, se
realizan a nivel subconsciente de forma natural y corriente.
Lo siguiente es que el subconsciente responde bien a
todo aquello que se forme como un hábito o costumbre, pero que las ordenes y
programaciones hay que dárselas, para que sean más efectivas, en forma de
imágenes y símbolos, y no con palabras (de ahí los ejemplos para activar el
conocimiento de los arquetipos que os he puesto en el artículo anterior). Y es
que, aunque la mente subconsciente no tenga “voluntad” propia, ejerce una
fuerte inercia sobre los procesos de manifestación de la realidad personal de
cada uno. Es decir, y echando mano de la ley física de la inercia, el
subconsciente es igual a un cuerpo en movimiento que tiende a continuar siempre
en la misma dirección en la que va, y esto viene a significar que, nuestro
subconsciente, manifestará nuestra vida según los hábitos y programas que posea
en su interior y que ya estén en marcha. Esto implica, que, si queremos un
cambio de dirección, hay que proporcionar una nueva fuerza externa en forma de
símbolo o imagen para que el subconsciente la recoja, la implemente y la
manifieste como el nuevo patrón a seguir.
Puesto que nosotros queremos expandir nuestra
conciencia, la conexión con nuestro SER, la apertura del conocimiento de los
principios que rigen la Creación (dejaremos la parte de la creación “material”
de la realidad y la consecución de objetivos “físicos” a libros y cursos sobre
ello, que hay decenas), debemos insertar aquellos símbolos que correspondan a
lo que queramos “activar”, tal y como hemos hecho antes. Las palabras ejercen
poco impacto sobre el subconsciente comparadas con los símbolos, los
sentimientos y los actos, ya que el subconsciente evolucionó antes de que el
ser humano desarrollara el lenguaje verbal. Luego, una vez se ha insertado y
dado una orden/sugestión al subconsciente, se ha de asumir que es un hecho
consumado ya. Aquí no me refiero a “tener que creérmelo”, es literalmente un
“hecho energético” en el plano/planos internos donde el subconsciente ha
formado la materialización de la orden dada y que solo espera a ser capaz de
poder manifestarse a nivel físico. Una imagen o símbolo bien formado e imbuido
de poder es tan real en su plano como un objeto físico en el mundo manifestado.
La imagen siempre precede a la manifestación de aquello que representa.
En el siguiente artículo seguimos hablando de cómo
crear un símbolo relacionado con algo que queramos activar, alcanzar o
manifestar, y como insertarlo en nuestros procesos subconscientes para ello.
Re-Publicado
por “Isis Alada”
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