¿Qué es una Entidad
Astral Parasitaria?
La
intrusión astral se produce cuando una o varias entidades pertenecientes al
plano comúnmente conocido como astral o etéreo se introducen en el campo
energético de un individuo humano, con o sin su expresa autorización,
fundiéndose parcial o totalmente en la mente subconsciente del individuo.
Estas
entidades se abastecen, a modo de parásitos de los aparatos sensorio-motor y
emocional de éste, a través de los cuales se relaciona con el medio externo. La
intrusión astral no implica posesión, aunque ésta no se descarta. Un individuo
puede desarrollar una vida absolutamente normal sin ser jamás consciente de que
“su espacio” ha sido ocupado por diversas entidades adheridas a él.
Hay
diferentes tipos de EAPs. Su grado de seriedad depende de muchos factores. La
más común es la producida por la consciencia de entidades humanas descarnadas,
es decir, seres humanos que por algún motivo no han completado el proceso de
transición después de la muerte del cuerpo físico, quedando “atrapados” con o
sin su consentimiento en el estado intermedio o bajo astral.
También
hablaremos de las entidades demoníacas y de parásitos semi-conscientes o
larvas. El tema de las entidades demoníacas es muy complejo, y para
comprenderlo en su totalidad es necesario que el lector se familiarice con
determinados conceptos relacionados con el sistema de control.
Después
de la muerte física
Después
de la muerte física el cuerpo etéreo, también llamado cuerpo sutil o astral se
separa del cuerpo físico. La energía de un ser humano se halla almacenada
dentro del cuerpo etéreo; la información correspondiente a la personalidad o
falso yo, con toda la gama de patrones emocionales y residuos físicos de las
experiencias acumuladas durante la vida física, se halla registrada en este
campo energético, incluyendo las experiencias de otras vidas.
Envuelto
en este cuerpo sutil, el ser se dirige hacia la luz, la cual está siempre
presente. Los espíritus guías se acercan para recibir al espíritu del recién
difunto. Los espíritus guías no tienen una forma definida, pueden parecer
ángeles, personas queridas o pueden ser simplemente, formas de energía.
Los
espíritus de los familiares o seres queridos pueden hacer de guía, y aunque
éstos no posean forma, el difunto los reconocerá por la vibración de sus almas.
Si el que viene no tiene una forma definida, los ojos, que son considerados las
ventanas del alma, serán la clave para que se efectúe el reconocimiento. Esto
es importante ya que muchas entidades, cuyo propósito no es, precisamente, el
de guiar al recién llegado, se hallan a la espera de poder”engañar” a los
ilusos.
Éstas
son entidades del servicio a sí mismo que buscan atrapar a aquellos espíritus
que no posean el conocimiento suficiente para defenderse. De acuerdo a William
Daldwin[*], los ojos de dichas entidades son negros, ya que carecen de luz.
Aparentemente,
hay una barrera o un portal por el que hay que pasar para poder entrar
completamente en la luz. Si el espíritu del difunto se mueve más allá de ese
portal, avanzará hacia la 5ta densidad, a la cual van las almas de todos los
seres después de la muerte.
Al
morir, el cordón de plata que une al espíritu con el cuerpo físico en la
tercera densidad se rompe definitivamente. Sin embargo, no todos los espíritus
fallecidos siguen su camino hacia la luz. Algunos se pierden en el camino, ya
sea por decisión consciente o por simple ignorancia, muchos quedan atrapados en
el estado entre la quinta densidad y la densidad física, la tercera densidad.
Algunos
autores denominan dicha zona como bajo astral, zona gris o zona intermedia.
Aquel que no traspasa el portal, vagabundea por dicha zona y puede que
encuentre a algún ser humano al que adherirse para poder seguir disfrutando de
las actividades inherentes a la vida física.
De
ésta forma, el encarnado se une de forma parcial o total a la mente
subconsciente de un individuo “vivo”, ejerciendo un determinado grado de
influencia en los procesos mentales, las emociones, la conducta y el cuerpo
físico. De esta forma la entidad se vuelve un parásito en la mente del huésped.
Una víctima de esta condición puede resultar totalmente amnésica durante
episodios de completa toma de control por parte de la entidad.
Hay
una gran cantidad de razones por las cuales un individuo no completa su
transición; como ejemplos podemos citar: Una muerte traumática o repentina
puede tomar por sorpresa a la entidad, produciendo un trauma en la conciencia
del espíritu recién difunto. Dicha muerte puede provocar diversos estados
emocionales que pueden ir desde la sorpresa hasta la furia, el miedo, la
desesperación, la culpabilidad, el remordimiento, etc.
Puede
que la entidad se niegue a aceptar su muerte física o quizás sea inconsciente
de ue ésta se ha producido. Las emociones, sean estas de caracter positivo o
negativo, que rayan en la obsesión actúan como un ancla que impide la partida
de la entidad. Por lo tanto, los sentimientos de odio, culpa, remordimiento,
furia, e incluso excesivo amor, pueden interferir con la transición.
Falsos
sistemas de creencias sobre la vida después de la muerte pueden evitar que el
espíritu se dirija hacia la luz; puede que la experiencia de la muerte no
coincida con las falsas expectativas o nociones preconcebidas de cómo debería
ser.
La
muerte por sobredosis de drogas o alcoholismo puede provocar que el espíritu
del difunto conserve el apetito o el deseo de consumir tales sustancias; al ser
un estado de conciencia-energía, el mundo astral no puede satisfacer tales
apetitos, por lo que el espíritu decide holgazanear hasta encontrar un sujeto
al que adherirse, por ejemplo, un adicto que le proporcionará satisfacción a
través de su aparato sensorio-motor.
De
esta forma el espíritu se convierte en un parásito. Lo mismo puede ocurrir con
cualquier tipo de apetito u obsesión asociada al mundo material y físico de la
tercera densidad, por ejemplo: comida, sexo, otro ser humano, etc.
Si
al morir la persona tenía dentro de sí una, o varias entidades parasitarias, la
transición puede resultar un proceso difícil. En este caso hay varias
posibilidades: El espíritu del recién difunto puede llevar consigo a la entidad
parasitaria hacia la luz y de esta forma rescatar al alma perdida.
El
espíritu del recién difunto puede separarse de la entidad parasitaria y
dirigirse solo hacia la luz. Después de la separación la EAP puede encontrarse
nuevamente perdida, por lo que reinicia la búsqueda de otro huésped en quien
alojarse. Si la EAP posee una fijación con el individuo al que estuvo adherida,
puede esperar hasta la próxima encarnación de éste, localizarlo en el momento
en que se produzca el nacimiento, y unírsele nuevamente.
Esta
intrusión puede ocurrir en repetidas encarnaciones del huésped. Si el espíritu
de la persona recién fallecida no puede separarse de la entidad intrusa, quizás
por carecer de la energía necesaria, puede también pasar a ser una entidad
parasitaria con la otra EAP adherida a él.
De
esta forma, ambas entidades pueden unírsele a otra persona, la cual a su vez,
al morir, queda atrapada, y así sucesivamente, hasta formar verdaderas cadenas
de EAPs. Estos espíritus encadenados pueden formar verdaderos cúmulos de
entidades errantes.
Es
necesario comprender que no se trata de una realidad física y que aplicar
conceptos que sí lo rigen en un estado material es un error fundamental. Los
espíritus son energía y no ocupan lugar. Una persona puede tener docenas, hasta
cientos de entidades adheridas.
Hasta
pueden reacomodarse en el aura o flotar dentro del aura fuera del cuerpo. Si
una parte del cuerpo de una persona es particularmente débil, o ha sufrido un
accidente o enfermedad, puede alojar a una EAP que a su vez, se identifica con
dicha debilidad. También pueden situarse en cualquiera de los chakras, atraídos
por la peculiar energía de uno de ellos o por las estructuras físicas de esa
parte del cuerpo.
Hay
diferentes clases de EAPs. Los hay benignos, malignos y neutrales o pasivos.
Las razones que pueden llevar a que una persona actúe como imán de estas
entidades son muchas y de muy diversa Índole. Puede tratarse de algo muy
simple, como el hecho de estar físicamente próximo al lugar donde se produjo el
deceso.
De
acuerdo a W. Baldwin, aproximadamente el 50% de los casos investigados
clínicamente se debieron a situaciones fortuitas sin que existiera relación
alguna entre los EAP y el huésped ni en ésta ni en ninguna otra encarnación. La
otra mitad de los casos pueden deberse a que existe algún tipo de relación o
asunto sin terminar en esta u otra vida.
De
acuerdo a los especialistas del tema, el fenómeno de Intrusión Astral se da con
mucha frecuencia y todas las personas son afectadas por uno o más EAPs en algún
momento de sus vidas. Una debilidad física, psíquica o emocional es una
invitación inconsciente para que una entidad se adhiera al individuo.
Emociones
demasiado fuertes, sentimientos negativos reprimidos consciente o
inconscientemente pueden ser la señal que las EAPs necesitan para convertirse
en inquilinos indeseados.
Algunos
de los motivos que atraen a una EAP son: Todo tipo de cirugías, trasplantes de
órgano, transfusiones de sangre, enfermedades, debilidades físicas o psíquicas,
depresión, enfermedades mentales, golpes en la cabeza, estrés, etc.
El
uso de drogas, especialmente las alucinógenas, el alcohol, la anestesia,
calmantes, y sustancias similares producen una abertura en campo energético que
nos protege. Las relaciones sexuales pueden permitir el intercambio de EAPs. El
abuso sexual, el incesto, las violaciones, incrementan la posibilidad de
intrusión astral por parte de entidades que se sientan atraídas por las
vibraciones que semejantes situaciones producen.
Las
prácticas mágicas de cualquier tipo, la canalización, la acción de pedir ayuda
a los guías sin tener el conocimiento suficiente sobre el mundo invisible, las
prácticas de meditación para contactar a los maestros espirituales, las
sesiones espiritistas y todo tipo de actividades espirituales que sean
realizadas sin un profundo conocimiento de los mundos invisibles, son
invitaciones gratuitas a que espíritus oportunistas de toda clase, tanto
descarnados como entidades demoníacas interfieran y produzcan todo tipo de
problemas.
He
aquí que muchas de las ideas propagadas por la Nueva Era no sean más que pura
desinformación que puede costar MUY CARO a quienes no estén dispuestos a
investigar más profundamente este tipo de enseñanzas. La práctica de ciertos
estilos de vida, la fijación u obsesión de ciertos patrones mentales pueden
atraer a aquellas entidades que tengan afinidad con los mismos. La exposición a
ciertos ambientes en los cuales predominan las vibraciones negativas atraerán a
una multitud de EAPs.
Un
hecho que los jóvenes de hoy (y los no tan jóvenes también), que ignoran profundamente
la seriedad del tema, están expuestos a la intrusión astral al escuchar cierto
tipo de música, así como también a inclinarse por la práctica sexual promiscua,
las drogas, el alcohol, etc. No se trata aquí de ser puritano. Se trata de que
el Sistema de Control utiliza estas herramientas para su beneficio, asignando
una gran cantidad de entidades demoníacas a aquellos que podrían tener la
posibilidad de DESPERTAR y de ENTENDER la verdadera naturaleza de nuestra
realidad.
De
esta forma, los jóvenes y hablo especialmente de los jóvenes porque en cierta
forma, son los más vulnerables a las influencias externas impulsados por la
necesidad de pertenecer a un determinado grupo, andan por caminos sinuosos que
ponen en peligro mucho más que su vida física: ponen en peligro la libertad de
sus ALMAS. Hablaremos de esto cuando tratemos el tema de entidades demoníacas.
Una
persona puede ser afectada por una EAP de muchas formas sin llegar a sospechar
nunca que una o varias EAPs se hallan adheridas a ella. Las actitudes, la
conducta, las inclinaciones, los deseos, los pensamientos y las emociones
pueden estar influenciadas o incluso ser determinadas por la acción de otra
personalidad con una historia y un patrón de conducta diferentes, sin embargo
el individuo creerá que son sus pensamientos y sus emociones.
Tal
entidad actúa como un vampiro psíquico sin importar cuál sea la intención de la
entidad, negativa o positiva succionando la energía vital del huésped quien en
su ignorancia, cree que se trata de un hecho incorregible. La entidad vive al
nivel del subconsciente del individuo y ejerce sobre él, todas sus cargas
mentales, emocionales y físicas.
Una
EAP es un parásito que impide a un individuo disponer de su energía, y
realizarse espiritualmente. La EAP impone a su huésped su propia carga
psíquica, la cual puede manifestarse emocional y /o físicamente interfiriendo
con su vida, pudiendo alterar el plan original del huésped.
El
karma puede ser alterado debido a la influencia de la EAP, causando una muerte
prematura o una vida demasiado prolongada, impidiendo que el individuo pueda
partir en determinado momento de su vida.
La
EAP puede alterar la orientación sexual de la persona, la elección de la
pareja, las relaciones con otras personas, etc.
En
muchos casos una persona reconoce la posibilidad de haber albergado una EAP
sólo después de haberse sometido a terapia y de haber descubierto o notado que
ciertos hábitos, pensamientos, adicciones u obsesiones han desaparecido.
Esta
nueva conciencia puede llegar pasados meses del tratamiento. Los síntomas de la
intrusión astral pueden ser muy sutiles. Una EAP puede estar presente sin
producir ningún síntoma notable y esto se aplica también a las entidades
demoníacas. Sin embargo EAPs SIEMPRE ejercen algún grado de influencia.
Los
lazos que unen a dos individuos en esta u otra vida ya sean de amor, de odio,
celos, venganza, etc.- pueden ser un factor importante que permita la intrusión
astral. Sin saberlo, un individuo puede, inconscientemente, invitar a un ser
querido a unírsele cuando este último ha fallecido.
Esta
invitación puede producirse por el dolor que produce la pérdida y por rehusarse
a dejar ir al ser amado.
El
espíritu de la persona fallecida puede sentir de la misma forma y decidir
quedarse para acompañar al otro, protegerlo, darle amor, etc. Sin embargo esto
NO BENEFICIA a ninguno de los dos.
La
intrusión que se produce por los lazos de amor que unen a dos individuos es una
VIOLACIÓN del LIBRE ALBEDRÍO de ambas almas. La realidad es que por mucho que
la persona que continúa viva extrañe, anhele o sienta dolor por la pérdida del
fallecido, el espíritu de este NO TIENE derecho a invadir el espacio y la
energía de la otra persona, así como tampoco, la persona viva NO DEBE jamás
invitar a un espíritu a quedarse.
De
ninguna manera es un acto de AMOR impedir el progreso espiritual de otro ser y
es una acto extremo de servicio a sí mismo (SAS). Violar el libro albedrío de
un ser es anotar una gran deuda en el libro del Karma y es completamente
perjudicial para ambos seres.
Sin
embargo pareciera ser que hay algunos casos en donde la intrusión astral es
planificada en la etapa previa a la vida como parte del plan para aliviar
deudas kármicas. De todas formas puede que esto sea una excepción que sólo se
permite a ciertas almas.
La
intrusión astral NO necesita del permiso del huésped para producirse. La
ignorancia y el rechazo ante la idea de las EAPs NO ES DEFENSA contra éstas. El
poseer un determinado sistema de creencias NO ES
DEFENSA
contra la intrusión astral.
La
ÚNICA protección es el CONOCIMIENTO de que hay una gran cantidad de evidencia
tanto en la historia, como proporcionada por investigadores científicos del
campo de la psiquiatría y la psicología, de que la intrusión astral ES una
REALIDAD. SABER que EXISTE y cómo se produce es ya, de por sí un escudo
protector. EL CONOCIMIENTO PROTEGE, LA IGNORANCIA NOS PONE EN PELIGRO.
Una
conducta inconsistente y errática puede resultar del pase del control del
individuo de una EAP a otra.
Este
tipo de comportamiento es similar al cambio que se produce entre personalidades
alternas en los casos de trastornos disociativos de indentidad o personalidad
múltiple.
Un
individuo puede detectar un cambio repentino en algún aspecto de su
personalidad, en sus intereses, sus inclinaciones, sus deseos, sus ideas y
emociones, y sin poder explicarse la razón de semejante cambio.
Puede
que éste se deba a la interferencia de una o varias EAPs que se han adherido a
la persona. En este caso los síntomas que se manifiestan repentinamente, como
salidos de la nada – pueden ser: la apremiante necesidad de consumir sustancias
tóxicas, el inusual desarrollo de un acento extranjero o el conocimiento de
otro idioma, patrones de conducta contradictorios, reacciones extrañas ante
situaciones familiares, movimientos repetitivos de alguna parte del cuerpo
tales como tics o temblores que escapan al control del individuo, síntomas
físicos que no poseen una base orgánica, la pérdida del sentido de la
identidad, la sensación de que un espíritu o alguna otra entidad ha tomado el
control del cuerpo o la mente u ambos, cambios de personalidad desde los más
sutiles a los más obvios después de haberse sometido a una cirugía, sufrido un
accidente, pasado por una crisis emocional o al haberse mudado de casa.
Una
intrusión reciente o una posesión puede causar el deseo desmedido por la
comida, las bebidas, las drogas, el sexo, la obsesión por una idea o una
persona, el cambio repentino del sistema de creencias, de los intereses, de los
gustos, etc. La voz y las expresiones faciales y corporales también pueden
cambiar drásticamente.
La
realidad de las EAPs refuta el lema tatan difundido en los últimos años por el
movimiento de la Nueva Era de que tú creas tu propia realidad. Esto es una
falacia peligrosa y puede desatar un verdadero caos psicológico en la mente de
un individuo. A este respecto pueden leer el artículo de “Por qué TU NO creas
tu propia realidad” por Moris Tarantella.
Una
persona que sufre la intrusión astral puede tener ideas suicidas que parecieran
salir de la nada. Puede experimentar imágenes mentales inexplicables, oír
voces, presenciar extraños fenómenos, sentir miedo repentino o tener la
sensación de ser observada o perseguidas. Las EAPs también se manifiestan en
sueños y pesadillas. Una EAP puede reactivar la memoria de su muerte en la
mente del huésped haciendo que éste tenga visiones o sueños con dicha escena.
También
puede generar emociones asociadas a lugares, situaciones, ideas u otras
personas. Es muy importante tener en cuenta que antes de realizar cualquier
terapia de vidas pasadas, el terapeuta debe diagnosticar la posible presencia
de EAPs.
Una
terapia de vidas pasadas realizada sin esta precaución puede resultar en un
completo fracaso para aliviar los síntomas del paciente, ya que podría estar
tratando la vida de una EAP. Una persona puede creer que está recordando sus
otras vidas, cuando en realidad, son las de la EAP.
Si
realmente se trata de la vida del individuo, éste deberá recordar los
acontecimientos que siguieron a la muerte, es decir, la luz, la transición a la
5ta densidad conocida como el Bardo por algunos autores- su estancia allí, el
proceso de la planificación de la nueva vida, la vuelta a la 3ra densidad, la
entrada al cuerpo y el nacimiento.
Si
por el contrario, el individuo no tiene recuerdos sobre el proceso posterior a
la vida, es probable que se trate de los recuerdos de la EAP. La entidad ha
quedado traumatizada por los hechos previos a la muerte por lo que los síntomas
del paciente pueden ser los de la entidad. El terapeuta o la persona misma
deberán cuestionar los recuerdos hasta encontrar la prueba de que estos son de
la persona en cuestión y no los de una EAP.
Por
ejemplo, el tiempo o la época en la que transcurre la vida de la EAP pueden no
ser los apropiados para los del individuo. La EAP recordará la edad que el
huésped tenía cuando ésta se le unió así como también las circunstancias de la
intrusión.
El
propósito de la identificación de EAPs es la de liberar al huésped de los
síntomas que le aquejan. No se trata aquí de resolver los problemas de la
entidad al menos que sea necesario para que ésta acepte partir. De lo
contrario, la entidad debe resolver sus propios problemas durante la vida y no
a través del cuerpo y el aparato psíquico de otra persona.
La
entidad debe ser liberada guiándola hacia la luz, el terapeuta o la persona que
hace la liberación debe asegurarse de que la entidad caiga en buenas manos, es
decir, que los guías que acuden a su encuentro provengan de la luz. Es
necesario explicarle qué es lo que va a ocurrirle de modo que se deshaga de los
obstáculos que le impiden partir. Una espíritu humano descarnado puede no
presentar tantos problemas como uno que tenga dentro de sí a una o varias
entidades demoníacas o como una entidad demoníaca en sí misma.
http://blackswansaray.es/
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1 comentario:
Buen comentario sobre los EAPs, leí un poco en la libro: Luz en el Sendero.
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