Jesús / Sananda: lo
siento cuando veo llorar pero aún
sufro más cuando me llaman, me aclaman y dicen: “no has hecho nada por mí”.
Con infinita felicidad los saludo desde lo más
profundo de mi alma…
Una guerra constante
pareciera que define a la vida, pareciera que se nos ha olvidado a que venimos
a vivir, la misión en la Tierra, la misión de vida y la misión de existir. No
había mejor arma que ser, no había mejor estrategia que vivir y no había mejor
elemento que lo único que mejor sabe hacer el ser humano: amar.
Amamos lo que somos,
amamos a los padres, a los hijos, a los hermanos, a los amigos, amamos incluso
aquellos momentos que nos hacen entristecer porque nos demuestran que la
fortaleza no está en aquellos hechos, está en lo que nosotros podemos dar
significado, en lo que nosotros podemos compartir, en las anécdotas que podemos
repetir, en contarle a los más pequeños y nobles que aquello que nos hizo
tristes nos hizo también ser valientes y que la valentía no era gritar, la
valentía no era golpear, ni luchar, era solo saber hacer lo que desde el inicio
supimos hacer que era amar y que poco a poco se fue condicionando y que el
amor ya no se llamaba amor se llamaba responsabilidad, se llamaba
competencia, se llamaba humano.
Ya no era el ser
humano, era solo un humano que se olvidaba de lo que verdaderamente era, un ser
bondadoso que venía a aprender y que en la misión en la Tierra no tenía
que perder esa virtud tan grande que lo hizo ser un maravilloso ser humano.
El humano solo se
define a través de la naturaleza pero no de su verdadera naturaleza; un ser
humano, un ser profundo lleno de alegría que puede vivir todo aún en el momento
más triste, aún en el momento más olvidado de su mente. El humano lucha
constantemente consigo mismo, el ser humano cuando llega a tocar el verdadero
corazón de la existencia es noble, incluso llega a derramar lágrimas de alegría
porque muestra la transparencia de su alma en el espejo de la humanidad. La
humanidad no es mala como todos aquellos la definen, la humanidad no está pérdida
como aquellas voces que dicen que ya no hay solución. Yo creo que a la
humanidad se le ha olvidado que es humanidad y que vinieron a compartir la
vida, es cierto, es preciso, COMPARTIRLA.
Si la vida se tuviera
que vivir en lo individual habría un mundo para cada ser humano, habría un
mundo para cada mente; no en cada mente un mundo, como así es. Si la vida no
fuera compartir la naturaleza sería un tanto escasa y no basta para que todos
pudieran vivir; si la vida no fuera compartir los lagos, los ríos, los mares,
no serían tan amplios, las extensiones, lo verde, las flores, hay todo
para todos; pero se les ha olvidado.
Se les ha olvidado
compartir su enseñanza, se les ha olvidado compartir sus alegrías y porque no
también las tristezas; las tristezas son la experiencia, las tristezas es
contar con el alma abierta que hay temas vulnerables que de pronto flaquean a
la esencia pero que la hacen fuerte, la hacen noble, la hacen hábil y es
entonces que surgen los verdaderos sabios del alma. Surgen entonces también en
el reconocimiento, los verdaderos sabios de la vida, los que ríen por todo, los
que sueñan para todo, los que creen que todo es posible, aquellos niños,
aquellas almas nobles, aquellas almas infantiles. Las almas infantiles no viven
en los más pequeños, viven en los más bondadosos, las almas infantiles
todo lo creen posible incluso acabar la guerra, acabar el hambre, acabar la
envidia del humano ante el otro humano.
No era una competencia
la vida, era compartir; pero se han confundido
tanto las palabras que existe el reconocimiento de los humanos, no de lo Seres,
que se reconoce lo que se ve, no lo que se siente, que se han olvidado del
alma, solo recuerdan la mente, que se han olvidado de la verdadera existencia
de disfrutar la vida en la Tierra. Era todo un mito la vida en la
Tierra, nadie sabía a lo que se enfrentaba pero todos alzamos la mano y dijimos
que era bondadoso vivir para aprender algo pero era mucho más valiente decir,
yo puedo ir.
Y cuando te cuentan la
historia y te dicen: “sufrirás y te traicionarán”; todos estuvimos de acuerdo,
tanto el que traicionaría como el que iba a ser el bondadoso, y era más
valiente aquel que traicionaría porque entonces era un gran amigo. Tener
el peor papel en una historia es de valientes y es de sabios, de
pronto las historias condenan a los valientes como los enemigos, pero son los
más capaces de decir: “soy tan grande y te amo tanto que puedo tener el peor
papel de la historia”.
De pronto tenemos el
peor papel de las historias que se cuentan, pero son bondadosas nuestras
acciones porque no son para dañar son para aprender. De pronto basamos en las
letras todo lo que creemos ser pero no está en las letras en lo que se plasma
sino en lo que podemos compartir. Hay algo que no se plasma pero si se siente,
el amor y no se plasma porque no es material, es tan amplio y es tan grande que
con nada lo definen pero con todos lo siento. Lo siento cuando río y
lo siento cuando lloro, lo siento cuando veo llorar pero aún sufro más
cuando me llaman, me aclaman y dicen: “no has hecho nada por mí”. Quisiera
hacer todo, quisiera darles a todos felicidad, quisiera a todos borrarles
lágrimas, pero sé que si lo hicieran no aprenderían.
Aprendí, y de pronto
le dije a ese gran Ser que había determinado que era importante venir, “es
imposible aquello que pides”, pero Él, tan Sabio, tan Magno, tan Grande, sabía
que era tan posible que comenzó a escribir otra historia y todas las historias que
escribe sabe que son tan posibles que se atreve a escribirlas, que se atreve a
poner una nueva página y empezar a escribir esa historia; que tendrá
momentos de éxito, que tendrá momentos de alegría, que tendrá muchos momentos
de tristeza pero que será una gran historia.
De pronto sé que el
humano, y con razón, piensa que lo he abandonado, nunca abandonó las
causas, siempre estoy de la mano, porque además de ser hermanos son
aquellos amigos del alma, jamás querrán ver llorar a un amigo, jamás intentarán
que el amigo salga del camino, siempre esperarán a que voltee al verdadero
camino y sendero de llegar a ser feliz.
Cuando de pronto
sienten que los he abandonado, tengo que decirles que estoy ahí, que no puedo
ponerlos en el lugar indicado pero que puedo decirles por donde es. Ustedes
mismos se han dado cuenta que siempre han podido, que aún cuando el ser se
siente abandonado, crece y siempre he estado ahí.Nunca piensen que abandono
las causas, voy de la mano, soy un gran amigo, ustedes son mis grandes amigos porque
aún cuando de pronto pierden la esperanza me siguen llamando, para mí es un
saludo y es un agradecimiento que aunque me agradaría corresponder como ustedes
lo esperarían, sé que comprenden que todo en la vida es un aprendizaje
y que la misión en la Tierra no era que todo fuera fácil ni que todo fuera de
un color, que se conociera y que se entendiera que de todo se tenía que
aprender, incluso de aquello que nunca se hubiera querido vivir.
Algo que no está bien
y jamás estará conforme al ser humano es agredir a otro ser humano para
ser feliz, eso no es felicidad pura, eso es una competencia con la
humanidad que no tenía que ver nada con el plan de vida en la Tierra. La
guerra se acaba con amor y se acaba con amor porque no hay arma más
letal que decirle al odio, a la competencia, a la tristeza, al rencor: “tú
tienes definición, Yo Soy amor. Ni tú, ni tú, ni toda la guerra ni el armamento
me definen por lo tanto, no hay situación más grande que no pueda vencer yo”.
Si ustedes se representan con amor, aún recibiendo con amor la tristeza podrán
vencerla, aún recibiendo con amor el momento más caótico podrán salir
victoriosos, aún recibiendo con amor la desgracia podrán encontrar un
gran aprendizaje.
Hablar con amor al
enemigo es mostrarle que no tienes un enemigo; que te hizo ser fuerte,
tú le hiciste ser importante y de ahí obtuviste un gran aprendizaje. En la
vida no hay enemigos, hay palabras que los definen, en la vida no hay momentos
caóticos hay palabras que nos llevan a ello, en la vida solo hay aprendizajes y
amor todo lo demás tiene definición y si tiene definición puede haber otra
definición que lo haga menor. El amor no lo tiene, Él no lo tiene,
entonces contra eso…nada.
Y si no tienen
definición no me atrevo a definir la felicidad que habita, ha habitado y
habitará siempre en el esplendor de aquel ser que me observa, que me escucha,
que aunque de pronto pareciera que abandono, me sigue llamando, aquel que es mi
amigo y que es más fuerte de lo que cree que tiene enfrente. No hay
desolanza para el alma de amor, no hay obstáculo para la mente de amor, el que
tiene amor todo lo tiene y entonces, contra todo puede.
Desde la infinidad de mi alma, de mi esencia y de mi
amor, agradecido de estar siempre ahí.
canalizado por Fernanda Abundes (madreymaestro@hotmail.com) (Puebla,
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