Pamela canaliza a María Magdalena Traducido del inglés por Sandra Gusella
Queridos amigos:
Queridos amigos, soy vuestra hermana, María Magdalena.
Estoy a vuestro lado como una hermana muy cercana.
No estoy elevada sobre ustedes sino que soy alguien a quien conocen desde
adentro. Sientan por un momento nuestra conexión profunda – somos uno, parte de
la misma familia.
Yo también he recorrido el camino de ser un ser humano en la Tierra, he
conocido y he explorado esas profundidades, y he sido tocada por una Luz vívida
y brillante que me inspiró y se apoderó de mí y me recordó y me hizo soñar y
desear un mundo mejor y más bello en la Tierra.
He conocido los dos extremos, tanto la Luz como la oscuridad.
Esos extremos son polos que van de la mano; podrían decir que uno es
motor del otro.
La vida parece tener que ver con los opuestos: Luz y oscuridad.
Los sentimientos que evocan parecen ser opuestos, aún así hay una
conexión oculta entre ellos; ellos no pueden funcionar uno sin el otro. La
experiencia de la Luz sólo es posible por haber experimentado la ausencia de
Luz, y por contraste con su opuesto, la oscuridad.
Nunca la Luz es más visible que cuando surge de la oscuridad. Sólo
piensen en los primeros rayos del sol al despertar el día, la cálida luz de la mañana
que baña el mundo. Cuán profundamente puede tocarlos, especialmente cuando
ustedes emergen de la noche oscura y fría. El contraste crea las dinámicas –
vida, movimiento, crecimiento, cambio – de modo que la oscuridad tiene una
función en vuestras vidas. Sin embargo, los seres humanos a menudo experimentan
la oscuridad como antítesis de la Luz; no como una fuerza para el cambio y el
crecimiento, sino como una trampa o pozo en el cual quedan atrapados y ya no se
pueden mover. Desde ese profundo pozo parece como si hubieran perdido contacto
con la Luz, como si hubiera sido separada de ustedes.
Todos ustedes conocen ese estado mental de ser separados de la Luz, de
ser privados de un sentido de significado y propósito en su vida. De hecho eso
es estar muerto. La única forma posible de morir no es la muerte física, sino
cesar cualquier movimiento en su corazón, en sus sentimientos, en su mente. En
realidad, la muerte no existe; vuestra alma es eterna y vive. Lo único que es
mortal en ustedes es sólo la forma; vuestra esencia es eterna y no puede morir.
Sin embargo, ustedes temporalmente pueden perder de vista su esencia a tal
grado que interiormente se vuelven rígidos y dejan de moverse. Están muertos
por dentro y se sienten extremadamente deprimidos. Éste es un estado
inmensamente doloroso.
Viajen conmigo por un momento. Desciendan conmigo dentro de ese estado
deprimido e investíguenlo con una mente abierta. ¿Qué sucede si alguien pierde
toda esperanza, se retrae y se siente impotente contra todos los sentimientos
que brotan desde adentro? Usualmente esta reacción es disparada por eventos
externos que son disruptivos; sucesos que una persona es incapaz de ubicar en
su marco de referencia, y que hace que todo en la vida de esa persona se vuelva
incierto. Pueden ser grandes cosas, tales como la muerte de alguien cercano,
enfermarse, perder el trabajo o romper una relación. Estos son sucesos que
afectan profundamente a las personas y pueden llevarlos al borde del abismo.
Sin embargo, sin una clara causa externa. La oscuridad a veces también
puede revelarse desde adentro Viejas cargas emocionales que ustedes alguna vez
almacenaron en vuestra memoria del alma salen a la superficie. Experiencias
dolorosas, posiblemente derivadas de vidas anteriores, brotan de sus profundidades
y ustedes tienen que tratar con sentimientos oscuros, con miedos y dudas.
Profundas experiencias de carencia, de soledad y de ser derrotado pueden entrar
en su psiquis sin una razón. Ellos pueden hacerles perder su apoyo tanto como
cualquier evento externo que les ocurra.
Cuando alguien queda atrapado en una depresión, en la oscura noche del
alma, siempre sucede con la experiencia de ser absorbido y de ser incapaz de
arreglárselas con todas las emociones.
El flujo de emociones dolorosas, pesadas, se experimenta como demasiado
grande para soportarlo.
Ustedes son abrumados por ellas, o así parece, y se cierran desde una
profunda sensación de impotencia.
En el momento en que lo rechazan y se niegan a enfrentar las emociones,
ustedes se estancan.
Esas emociones quieren fluir; es esencial para las emociones que
continúen moviéndose hacia adelante, como el surgimiento de una gran ola en la
playa.
Pero ustedes tienen miedo de permitir eso, entonces se niegan a acompañar
ese movimiento y se retiran de ese torrente de emociones.
Construyen un dique, una barrera y dicen: “yo no puedo lidiar con esto.
No quiero esto.
Quiero terminar con esto”. Vuestra reacción, a menudo por pura
impotencia, crea una depresión, la cual es un estado de entumecimiento y de
estar cerrado a la vida. Con el tiempo esta situación se vuelve insoportable y
ya no quieren vivir.
Desde una perspectiva terrenal, ustedes quieren morir porque la vida es
intolerable.
Visto desde la perspectiva del alma, ustedes están muertos, y es una
experiencia tan insoportable que quieren hacer todo lo posible para darle un
fin a esta situación.
El deseo de morir es esencialmente un deseo de cambiar, un deseo de
volver a vivir.
Las personas que quieren cometer un suicidio tienen un profundo deseo de
vivir, no de morir.
Es precisamente este sentimiento de estar muerto por dentro lo que los
conduce a una extrema desesperación.
Es su deseo de vivir lo que los lleva a terminar con su vida física.
Cuando ustedes experimentan una depresión, hay una combinación de
profunda resistencia y al mismo tiempo de extrema vulnerabilidad.
La depresión es un modo de defenderse contra el enorme poder de las
emociones que amenazan con engullirlos.
Piensan que los destruirán, entonces en vuestra impotencia construyen un
escudo alrededor de ustedes; se envuelven en un capullo de no querer o no ser
capaces de sentir nada.
Ya no quieren estar más aquí, tal como el proverbial avestruz con su
cabeza en la arena.
Se están sofocando en la arena y aun así eso parece la única forma
posible de salir.
Y luego de un tiempo ya no son más capaces de sacar su cabeza de la
arena, la depresión.
Han llegado a cerrarse tanto a la vida y a cualquier sentimiento que ya
no son capaces de cambiar las cosas y de lograr un cambio; la opción de decir
“sí” a vuestras emociones parece estar más allá de vuestro poder.
La depresión ahora ha alcanzado un clímax.
Por un lado ustedes no pueden aceptar sus emociones de miedo, de desesperación,
de tristeza y de soledad, o compartirlas con otros, mientras que por otro lado
saben y sienten que es agonizantemente doloroso vivir sin emociones; eso es una
forma de muerte, una total negación de vuestro centro viviente.
Luego de un tiempo ustedes quieren volver a sentir.
El dolor de no sentir es mayor que el dolor de sentir vuestras emociones.
Ésa es vuestra salvación, y éste es el punto de inflexión.
La negación a sentir, y el decir “No, no puedo, no quiero esto, quiero
estar muerto, quiero desaparecer”, los vuelve tan huecos y vacíos por dentro
que ya no pueden sostenerlo más.
Lo que sucede desde la perspectiva del alma es que la vida se vuelve más
fuerte ahora; no puede ser retenida indefinidamente.
Cuando la fuerza de vida ha sido fuertemente retenida por mucho tiempo,
crea una fuerza opuesta que finalmente entra en erupción.
La fuerza del maremoto que quiere rodar a la playa no puede ser retenida
por siempre.
En cierto momento, desde vuestro interior, emerge un “sí”, incluso si
ustedes no lo saben conscientemente.
Nada es estático en la vida; el impulso por vivir es imparable.
Cuando se ha alcanzado un clímax, ustedes crean eventos en vuestra vida
que proveen cambio; que crean un punto de inflexión.
A veces esto sucede en la forma de un intento de suicidio.
Si falla, puede haber una espiral ascendente porque el sufrimiento de esa
persona se vuelve muy visible para el mundo exterior. Cuando alguien descubre
cuánto otra persona se preocupa por él o ella, puede surgir una apertura a más
Luz y al recibimiento de comprensión y simpatía.
Sin embargo, también puede suceder que alguien no se abra y permanezca
deprimido. No hay recetas fijas sobre cómo ocurre un punto de inflexión. Sin
embargo, la vida tiene una fuerza de empuje y de conducción que hace que sea
imposible persistir por siempre en un estado estático de conciencia.
Incluso cuando la vida terrenal termina por realmente tomar la propia
vida, ustedes del otro lado inmediatamente tienen que enfrentar nuevas
elecciones, porque aún tendrán que experimentar ahí vuestros sentimientos. La
tristeza que estaba ahí mientras estaban vivos, con sus sentimientos de dolor y
ansiedad, ahora es capaz de presentarse incluso más agudamente, y de un modo
menos velado. A veces el reino astral, donde terminan luego de la muerte, los
enfrenta directamente con las emociones que reprimieron y a través de esto
comienzan a fluir otra vez. Por ejemplo, alguien puede sentirse desesperado y
horrorizado cuando ha fallecido y descubre que la vida realmente no ha
terminado; o ven las emociones de sus familiares en la Tierra, su dolor y
tristeza, y son muy afectados por esto. Al ser tan tocados, un nuevo flujo
puede ser puesto en movimiento en el alma de quien ha muerto. Puede llevar a un
punto de inflexión, haciendo que el alma se abra a recibir ayuda de guías
quienes siempre están ahí, tanto en la Tierra como en el cielo. La ayuda
siempre está ahí, provista por vuestra apertura a ella.
No importa de qué modo ustedes giren o viren, la vida es más poderosa que
cualquier deseo de morir. La vida siempre reasume su derecho a ser, ustedes no
pueden matarla. Por lo tanto, siempre hay esperanza. Aférrense a eso por
ustedes mismos, pero también por otros a quienes ven sufrir. Las cosas pueden
parecer tan desesperanzadas a veces, pero siempre hay otra mirada, aunque
ustedes no puedan imaginar en vuestras mentes cómo eso pueda ser y cómo el
cambio va a tener lugar. La vida siempre es más fuerte que la muerte, la Luz es
más fuerte que la oscuridad. Finalmente el agua rompe el dique, porque el agua
tiene el poder de mover; empuja, ¡está viva! El poder del agua es mayor que la
fuerza de resistencia que quiere retenerla.
Sientan por un momento la fuerza conductora de vida en ustedes mismos.
Cada uno de ustedes a veces se encuentra con partes que están atrapadas,
patrones que se repiten indefinidamente: dudas acerca de ustedes mismos,
sentimientos de inferioridad, incertidumbre, desconfianza, ira, resistencia.
Ahora imaginen que esas partes sólo están ahí y que la vida continúa fluyendo,
y aunque permanecen rocas en el arroyo que parecen tan fijas e inamovibles, aún
son desgastadas por el movimiento y el empuje del agua que corre a través de
ellas. Lleva tiempo, pero no olviden quiénes son: ¡ustedes son el agua viva!
Cuanto más se recuerden esto, más podrán reclamar la energía de esas piedras y
rocas que yacen en el arroyo. Hay dolor del pasado que sigue estando ahí.
Ustedes no tienen que minimizarlo, o hacerlo irrelevante, pero tampoco tienen
que cargar con las piedras del río. Es suficiente con recordar que ¡ustedes son
el agua!
Esto puede ser difícil por momentos porque, en parte, han llegado a
identificarse con esas rocas que bloquean vuestra energía: “yo soy alguien que
no está correctamente arraigado; me resulta difícil sentir que la Tierra es mi
hogar; acarreo tristeza y traumas del pasado”. Y todo eso es verdad, pero
imaginen por un momento esas ideas como rocas o piedras en un río amplio y
grande – una enorme vía fluvial. Porque eso es lo que son; ésa es su verdadera
fuerza vital. Es vuestra alma que fluye y fluye, siempre a lo largo de esta
vía: viva, burbujeando, embistiendo y rugiendo, explorando y descubriendo. Ese
flujo no emite juicios acerca de esas rocas que encuentra, las engulle.
¡Ustedes elijen!
Por supuesto, ocasionalmente ustedes quedan atrapados en vuestra
conciencia en tales bloqueos cuando comienzan a identificarse con eso por mucho
tiempo. Pero pueden desprenderse de ese bloqueo tan sólo experimentándose como
el agua que fluye. Recuerden que son un alma-conciencia viviente, siempre
moviéndose y fluyendo y que no está atada a esas rocas – son libres. Cuanto más
retiren vuestra conciencia de esos bloqueos, las rocas que yacen ahí, más fácil
ellas se entregan al flujo. Se desprenden más rápidamente porque ustedes se
sueltan de ellas y se identifican con el agua en movimiento. El agua es vuestra
alma, y no puede ser retenida. Siéntanla fluyendo y moviéndose y
resplandeciendo. Imaginen que se derrama sobre ustedes lavándolos y sientan la
fuerza burbujeante, la Luz que centellea en ella. Sientan cómo vuestra alma, en
su parte más profunda, no es amenazada por la oscuridad que experimentan; por
esas rocas que parecen ser tan sólidas e inflexibles. Vuestra alma no se
preocupa para nada por lo que está ahí, porque sabe que las rocas pertenecen a
ese lugar; son parte del paisaje de la vida. Traten, cuando están atascados
dentro de tales rocas, de escuchar el agua que corre por ellas. Recuerden el
agua y la facilidad con la que fluye.
No tienen que hacer todo ustedes mismos. La vida los provee con infinitas
oportunidades y posibilidades. A veces podría llevarlos dentro de oscuros y
profundos valles, pero también los impulsa hacia arriba otra vez hacia Luz.
Incluso cuando tienen la sensación de no poder luchar más, y no pueden ver cómo
las cosas alguna vez puedan salir bien, la vida aún los impulsa. El arte de
vivir es preservar vuestra confianza, incluso cuando no parece quedar nada en
qué confiar y cuando todo lo que para ustedes era cierto ha desaparecido de su
vida.
En este momento en la Tierra, muchas personas están involucradas en el
procesamiento de la oscuridad del pasado; partes del alma están viniendo a la
Luz ahora mismo y quieren ser vistas. ¿Y por qué esto es así? Porque ustedes
están dando un salto hacia adelante. Es realmente un salto en la evolución de
la conciencia de la humanidad. Este salto no puede hacerse sin alcanzar los
lugares oscuros en vuestra conciencia, aquellos que están llenos de miedo, de
desconfianza, o de una tristeza muy profunda por todo lo que han experimentado en
la Tierra. No le teman a esa oscuridad – ¡acéptenla! Cuando ustedes le dicen
“sí” a la oscuridad, comienza a soltarse y a fluir, y ése es el arte de vivir
esta vida. Y cuando ustedes sienten: “yo realmente no puedo decirle sí a esto”,
recuerden que hay algo en ustedes que aún dice “sí”. Eso es lo que los salvará
y los llevará hacia adelante – confíen en la vida.
Los amo a todos, los amo mucho. Tal vez piensen: “¿Cómo puede ser? Tú no
puedes conocernos a todos personalmente”. Pero ustedes como seres humanos no
conocen o se dan cuenta realmente de cuán extensa es la red de almas. Cuando se
han conectado con alguien desde el alma, ésa es una conexión permanente. La
unión que una vez se forjó no se separará con el tiempo, porque en nuestra
dimensión no hay tiempo. Hay una red viva conectándonos como almas. Nosotros
compartimos una cierta historia, un cierto deseo, una llama que alguna vez fue
encendida en nuestra conciencia. Con esta llama la Tierra gradualmente se
ilumina. La conciencia despierta en todas las personas nos une y crea un nuevo
cimiento, desde el cual ese salto en la conciencia realmente va a tener lugar.
No necesitan reflexionar sobre esto. Permanezcan en vuestro propio proceso,
vuestro propio camino – eso es suficiente. Sientan la poderosa confianza en la
vida, no sólo en ustedes, sino en muchos otros, con la cual una ola de
conciencia está inundando la Tierra.
© Pamela Kribbe 2012http://www.jeshua.net Sitio en español:http://www.jeshua.net/esp
El Manantial del Caduceo con la debida autorización del sitio original
cuenta con todo el material en archivo Word el cual podrán descargar desde su
sitiohttp://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Favor
Respetar e incluir todos los enlaces, canal y
traductor si lo hubiere
No hay comentarios:
Publicar un comentario