DIAMANTE : EL REY DE LA LUZ.0.8.13.
El Diamante cristaliza en la forma octaedros (8) dodecaedros y
cristales trapezoidales. El Diamante es el proceso de transformación (13) más increíble que va desde el
carbón hasta el material más duro y
puro del planeta entero.
Es la gema más famosa de cuantas existen en el planeta; debe su
nombre al vocablo griego “adamas”, que puede como “indomable” o “invencible”
por su dureza. Adamas derivó en
“adamant”, luego en “diamant” y por último en “diamante”. Su presencia puede
ser rastreada en antiguos documentos hindúes, en Egipto y hasta en el Antiguo
Testamento.
“El Rey de los Cristales”, simbolizando al “Sol” central del
sistema solar; una fuerza que se mantiene a sí misma en un estado perfecto y
que no necesita nunca de recarga. La habilidad el diamante para disipar la luz
en prismas dirigidos que convergen, le permite reforzar los poderes de los
otros minerales, dando fuerza y duración
a la acción de las energías; así es
que el Diamante potencializa la acción
sanadora de cualquier otra piedra o cristal y de cualquier intensión en una terapia de sanación.
El Diamante ya ha alcanzado los límites externos máximos del arco evolutivo de este ciclo
planetario y como tal es representativo del foco de energía puro que emana de
lo divino. El Diamante puede proyectar el espectro completo de la luz, todo el
arco iris está contenido en él, eso lo hace autosuficiente y muy poderoso.
Es una gema que requiere ser usada con mucha responsabilidad, Es
una de las gemas Karmáticas, pues
recogerá de su portador las
vibraciones que encuentre en él, las amplificará y las dirigirá hacia
el exterior; luego hará que vuelvan
a él amplificadas también.
Es una gema que ha atravesado todos los procesos hacia su perfección, hay que decir sin vacilación alguna que los efectos y
ramificaciones psicológicas de este
poderoso campo de fuerza del Diamante, dependiendo de su tamaño y calidad, son más
peligrosos, por ejemplo que un hígado o un metabolismo defectuoso.
Pues aquí es donde el Diamante entra en juego en el desarrollo de
la conciencia del hombre con respecto a la posesión y al deseo de poder y la codicia, que han sido las motivaciones
de la humanidad hasta ahora. Desde estos niveles el Diamante puede matar o
curar, o crear cánceres y otras
enfermedades de las que el hombre actual es heredero desde el punto de vista
psicosomático.
En este aspecto es el mayor causante que ata al hombre a sus mismos
límites, y esto no hay que tomarlo a la ligera, sino que ha de entenderse y
tenerse muy en cuenta, para que el Diamante pueda traer “La Luz del Día” y ejercer
su función debida o superior.
ESTO NO SIGNIFICA QUE HAYAMOS DE TENERLE MIEDO AL DIAMANTE; EL
DIAMANTE NO ES MAS QUE EL IMPULSOR, EL HOMBRE ES EL ARMA. EL DIAMANTE ES UN
CATALIZADOR DE LO QUE SOMOS. EL DIAMANTE AMPLIFICARA TODO LO QUE ERES Y TE HARA
VOLVER CON EFECTO BOOMERANG TODAS TUS EMANACIONES AMPLIFICADAS PARA AYUDARTE A
EVIDENCIAR LO QUE ERES Y ASI AYUDARTE A EVOLUCIONAR Y A ENFRENTAR RAPIDAMENTE
LOS EFECTOS DE LO QUE CREAS Y PROYECTAS.
El Diamante debe considerarse como la gema de máxima potencia viva y sus poderes no han sido sobrepasados en
muchos niveles de funcionamiento. El Diamante actúa desde los éteres de más
alta frecuencia, en lugar de los planos físicos densos. LOS DIAMANTES PUEDEN
SER MUY BENEFICIOSOS, PERO QUIEN LOS DESEE EN GRANDES CANTIDADES DEBERIA TRATAR
DE CONOCER EL MOTIVO DE DESEAR ESE PODER DEL REINO MINERAL.
Quien pueda aceptar la responsabilidad que las radiaciones del
Diamante proporcionan al campo áurico,
verá que tremendas cargas de energía
brillante fluirán sin impedimentos
ni obstrucción hacia las partículas más
densas y más finas del cuerpo del hombre, creando un campo protector que nada
debe traspasar.
El Diamante reafirma los esquemas de pensamiento de cada uno, tanto
los positivos como los negativos. Por tanto, la adquisición de una buena cantidad de Diamantes sólo garantizará a su
propietario el firme enraízamiento en lo que ya es, sin dispensarle fórmula mágica alguna de poder o de perfección espiritual, le ayudará
a evolucionar como sea necesario para cada persona; pero si la persona ya posee
un corazón puro y una actitud
positiva, el Diamante la catapultará
hacia lo mejor de éste mundo y los otros.
Vinculado muy especialmente al chakra de la corona, el Diamante se
comporta como un purificador de todos los chakras y todos los niveles.
También es amplificador de la propia energía vital. Desde el punto
de vista simbólico hay quienes lo
consideran emblemático de la
sociedad actual y su capacidad de permanecer y sobrevivir por encima de todas
las dificultades. Sin embargo, cuando nuestra sociedad desaparezca, y sólo sea polvo y memoria; el Diamante
seguirá conservando su brillo y
entera fascinación.
El Diamante representa la energía pura, siempre fue considerado un
talismán y de hecho lo es, de
invulnerabilidad. El Diamante te dará
energía a medida que pase el tiempo y estimulará la unidad y el amor por uno mismo y los otros. El Diamante te
recordará tu camino espiritual y te
ayudará a soportar la presión que éste represente.
El campo de fuerza del Diamante instala en el interior del cuerpo físico
la “luz pura” para esclarecer las más profundas capas psíquicas y dar con la
clave del inconsciente que pueda ayudar a resolver los conflictos psíquicos o
bloqueos.
El Diamante con su luz blanca nos ayudará a llevar nuestra vida hacia una totalidad coherente. Establece vínculos,
aportando amor y claridad a las relaciones. Tradicionalmente potencia el amor
de un esposos por su mujer, el compromiso y la fidelidad entre las parejas.
El Diamante llena los agujeros del aura con su luz y llenará los vacíos con una amorosa energía de
pureza; re-energiza el aura o cuerpos sutiles. Permitirá a la luz del alma brillar en todo su esplendor, nos recordará las aspiraciones de nuestra alma y nos
ayudará a evolucionar. Inspirará la creatividad, imaginación, ingenuidad, capacidad inventiva y
brillo trayendo un mundo nuevo.
El Diamante limpia el dolor emocional y mental, reduce el miedo y
favorece comenzar de nuevo. Establece un vínculo entre el intelecto y la mente
superior aportando claridad mental y favoreciendo la iluminación.
A nivel físico el Diamante se usa para reequilibrar el cráneo, la
mandíbula y la columna vertebral, actúa como un potente desintoxicante de la
sangre, trata la epilepsia, el glaucoma, problemas de visión borrosa y problemas de funcionamiento cerebral. Trata las alergias
y las enfermedades crónicas,
reequilibrando el metabolismo. Tradicionalmente era usado como antídoto de
ciertos venenos.
Esta piedra maravillosa nos ensenará el fondo del corazón de la luz, que vive dentro tuyo, nos llevará hasta el encuentro y pulimiento del
Diamante Interno, nos hará felices hasta el infinito cuando estemos dispuestos
a dar lo mejor, nos cuidará, nos hará brillar, sacará lo mejor y lo estimulará, nos ayudará a deshacernos de los
defectos, nos mostrará cómo soportar la presión y la densidad del mundo, nos mostrará
cómo dejar atrás la oscuridad. Es una piedra invaluable, pienso que es bueno
tener una y con ésta trabajar, no necesitas muchas, con un Diamante tendrás
todo lo que necesites para brillar y ser lo máximo que puedas ser…..;ojalá y un
Diamante pueda llegar a tu vida e iluminarte…sólo úsalo cuando te sientas bien
y cuando estés en un óptimo, y si eres sanador úsalo en los momentos de las
terapias..; potencializará la energía sanadora. te deseo lo mejor en contacto
con este gema máxima de luz…..
Fuente: conexioncridstalina.
…. La Hermana de luz Luisa Caro.
Saludos a todos los Diamantes azules om Rá Ankh Rá compartiendo
sabiduria Shankar Shankar Nehru Sethi
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