Frecuentemente oímos decir, “oh, como desearía poder ver y sentir la
Presencia de los Ángeles”. Verán, los Ángeles se parecen mucho a los pájaros y
al Reino de la Naturaleza en general, como el cervatillo y el conejo o
cualquiera de las delicadas criaturas que representan el Reino de la
Naturaleza.
El cultivar ese sentimiento pacifico en sí mismo, que pueden comprobar
una y otra vez mediante la reacción del Reino físico de la Naturaleza hacia
ustedes, es auto--prepararse para convertirse en co-trabajadores con el Reino
Angélico y, así, contribuir en gran medida a su vertida de Amor y Luz a la
gente de la Tierra.
San Francisco de Asís si podía atraer cualquier criatura del bosque
mediante Su radiación de Paz, y por Su verdadero amor por estos seres; y estaba
constantemente rodeado por incontables miembros de la Hueste Angélica, quienes
obedecieron Su comando en más de una ocasión al proteger y sostener vidas,
disolviendo plagas e impidiendo tormentas de furia catastrófica.
Por tanto, los individuos que pueden hacerse uno con la consciencia y la
radiación de la Hueste Angélica, podría entrar al centro de un tornado y
devolver esa energía a la Paz; y tales personas constituirán un tremendo poder
en los días venideros. Tales individuos serán también presencias comandadoras
de paz únicamente a punta de radiación, teniendo un efecto aquietador sobre las
naturalezas turbulentas de aquellos que contacten en el curso ordinario de su
diario vivir.
Estamos dando inicio ahora a una búsqueda a lo ancho del mundo por
voluntarios, y consideramos con gran esperanza que podemos entrenar a
suficientes miembros del Género Humano de manera que cuando la Hueste Angélica
venga a la encarnación en grandes cantidades, ya se habrán establecidos centros
a los cuales Ellos naturalmente gravitaran por el aparentemente natural curso
de los eventos.
Tomado del libro: Boletines privado de Thomas
printz (vol.2) 1954 -1955
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