Estamos en plena transformación vibracional, la vibración es luz, y a la
vez sonido.
Cada uno de nosotros tiene una frecuencia de luz donde fue creado, sostenido y sigue existiendo, en estos días; son miles de símbolos , códigos de luz, sonidos, melodías, las que llegan a nosotros, o bien por compartir información o bien por meditación.
Estos dos prácticos ejercicios os ayudaran a identificar si estas frecuencias os pertenecen en este momento y también en particular, que tiene para vosotros un símbolo universal, como os ayuda a completaros
Este sistema, nos permite,
reconocer, y saber, en todo momento, si una vibración, nos pertenece o no.
Método: Es muy
sencillo, se trata en primer, lugar de cerrar los ojos, y poder, respirar
hondo, con conciencia; es decir a cuatro tiempos. Inhalando por la nariz y
exhalando por la boca. Así sucesivamente, unas 9 veces, para ser concretos.
Entonces, visualizaremos,
una gran esfera de luz, en el interior de la tierra, de donde proviene una luz,
que se dirige en vertical, hacia nosotros, vemos como frena, unos centímetros
por debajo de nosotros. Abriendo así nuestro chakra de conexión con nuestros
cuerpos sutiles, el chacra estrella de Gaia, que nos mantiene arraigados a
ella, lo abrimos y llenamos de luz, respirando 9 veces; y aprovechamos para
limpiar todo aquello que es inarmónico.
Una vez allí, subimos esta
luz, a través de nuestro cuerpo, abriendo uno por uno nuestros chacras, y
llenándolos de luz, hasta el chacra corona, después subimos en vertical, hasta
encontrar, más o menos un palmo a distancia de nuestro cráneo, el chacra
octavo, que si sumamos, el estrella de Gaia, encontraremos el centro energético
de nuestro cuerpo causal, que nos ayuda a filtrar la alta frecuencia de luz, de
nuestros chakras que se hallan en los cuerpos sutiles. Una vez allí, abriremos
esta luz, que se expanda y nos deje dentro de un tubo de luz, tan ancho como
creamos apropiado.
Entonces, escogeremos un
tema, una imagen o un nombre, y también nos sirve para cualquier símbolo, de
cualquier cultura. Visualizaremos, dicho símbolo, y me refiero a todo lo que
acabo de mencionar; siendo conscientes de que esa imagen o símbolo, es en si el
icono de una vibración en concreto y tiene la capacidad de activar unas hondas,
que nos llegan a nosotros, de manera concreta.
Y toma entonces
conciencia de tu chackra del corazón sagrado que se halla, por debajo del
corazón real, en la zona de la espalda, y tu chacra de corazón ascendente, que
se halla situado en la zona del timo y la garganta, y el centro de visión del
alma, que se encuentra en el centro de la cabeza, detrás del tercer ojo, pero
un poco por debajo de él.
Visualiza, entonces a un
arcángel o guía, maestro o Yo superior, sentado en frente a ti. y
visualiza los tres centros mencionados, en el.
Ahora respirando hondo,
veremos cómo sale un rayo plateado de nuestro corazón sagrado, y del de nuestro
guía, y vemos como los dos se unen, en una columna vertical.
En segundo lugar
visualizamos como surge un rayo de luz dorada de los dos corazones ascendentes.
Y se conectan, ensanchando esa columna de luz.
Ahora, enviamos una luz
blanca nacarada, como opalescente, que surge de nuestro centro de visión del
alma, que se conectara de manera parecida.
Respiramos hondo, y vemos
como se completa la conexión y circula la engría entre ambos, es entonces
cuando nos situamos en el centro de visión del alma, en el centro de nuestra
cabeza, detrás del tercer ojo. y sentimos como los tres centros se conectan y
se activan y ves como esta, columna de luz se activa y se dirige al infinito,
junto a la de tu guía, y se conecta con lo que tu
reconoces, la unidad, o fuente, o logos solar, tomas conciencia que es solo
una, que los tres sois uno.
Respiramos profundamente, y
tomamos conciencia de cómo esa esencia de unidad llega a cada uno de nuestros
átomos, y en la totalidad de las células de nuestro ser.
Nos quedamos ahí, y
sentimos, como descansa, la guerra, que había en nosotros, como somos solo uno,
poniendo fin a nuestra dualidad.
Vemos como de nuestros tres
centros de corazón, se distribuye la energía en nosotros, y vemos como baja a
través de nosotros, al centro de la tierra. Y comenzamos a desconectar, el
primer rayo de luz nacara del centro de recepción del alma, del logos solar y
lo devolvemos hacía, nosotros, así como nuestro guía también.
Respiramos hondo, y hacemos
descender el rayo de luz, dorada suavemente hasta el c corazón
ascendente y dejamos k se fusione, con la fuente de luz de nuestro ser, y
nuestra columna, y dejamos que nuestro guía haga lo mismo.
Volvemos a respirar y
dejamos que el rayo de luz plateada regrese de nuevo a nosotros y se
deposite, dulcemente en todo nuestro ser.
Respiramos de nuevo 9 veces
para ir tomando conciencia de nuestro ser, y de las energía que en este momento
se agitan en nosotros. Y las sentimos como se impregnan en nuestras células,
estas energía que estamos trayendo desde nuestro cuerpo etérico, se establecen
en unión en nuestro cuerpo físico y una vez sintamos que es el momento, vemos
como se deslizan, hacia el interior de la tierra, a través del chakra estrella
de Gaia, penetrando en el núcleo de la tierra y anclándonos en él.
Anclando en nosotros, el
amor universal y la compasión que nos conduzca al libre albedrío. Sentimos como
nos invade una gran emoción y gratitud, por la integración de dichas energías.
2º Ejercicio:
Una vez integrados los
corazones, podremos visualizar en frente de nosotros, esa imagen, icono o
símbolo, y ver como se acerca a nosotros, quedando a la altura del corazón, sin
traspasar el tubo de luz azul, y pediremos, que de nuestro centro de corazón
ascendente, surja, un rayo de luz dorada, que traspase el tubo de luz azul y
envuelva , la imagen dentro de un ovalo dorado, una vez allí, veremos como en
medio de la luz dorada, nace un rayo de luz verde, que nos eleva la verdad, en
torno a cualquier vibración y si vemos que aunque se haya transformado sigue
ahí.
Pediremos al centro de
recepción del alma, que emita de nuevo un rayo nacarado de luz, que nos dibuje
una pantalla, en donde podamos, recordar, o recibir , aquello que nos permita
sanar en torno a esa imagen o situación, símbolo o música; mostrando lo que
contiene para nosotros.
Si por un casual, es alguna
sensación dolorosa o terrible, llenamos inmediatamente de luz violeta la escena
o pedimos a nuestros guías, que se ocupen de ella, hasta transformarla en
armónica, y nos perdonamos por ese tiempo y espacio, por ser parte de él, sin
ser conscientes del mismo.
O a aquellos que
participaron de ello, por su falta de conciencia. Cuando hayamos terminado, le
damos las gracias al icono o imagen y la diluimos, recogemos limpios, los rayos
de luz, dorada y nacarada, y sentimos columna gran paz,, proveniente de la luz
del chacra causal, nos llena en forma de luz blanca, a todo nuestro
cuerpo.
Respiramos hondo y poco a
poco, retomamos conciencia de nuestro cuerpo.
Viendo como el chacra de
nuestro corazón se expande, en espiral, como una gran honda, espiral, en el
medio de la cual se halla una gran esfera de luz blanca, que brilla con
intensidad. Es nuestro corazón monadaico, o en unidad, con respecto a nuestro
prana. Que ha hecho la paz en ese tema.
En ocasiones, si se trata de
símbolos, podemos mientras lo visualizamos, recibir, energía o visiones de
iniciaciones, que nos modifiquen, en forma de ajustes vibracionales, conocidos
como iniciaciones solares o etericas. Pero como estamos dentro e un tubo de luz
azul, estamos protegidos ante cualquier modificación, si sabemos que se trata
de un tema familiar, complejo o algo que sabemos que nos moverá, podemos,
forrar internamente, el tubo azul con un rayo de luz plateada, que reforzara,
la protección por provenir directamente del chacra del corazón sagrado. O
templo interior.
Feliz día a todos, Elsa
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