Los ángeles evolucionan de la misma manera que lo hacen todas las
inteligencias auto-conscientes, ya que lo máximo es la perfección. Los ángeles
constituyen una evolución particular de por sí -desde los más pequeños ángeles,
querubines y serafines (nacidos desde el corazón de la Presencia “YO SOY”
Universal o desde el corazón de algún Ser divino) hasta los grandes Mensajeros
Cósmicos que han aprendido la lección plena de su evolución. Todos ellos
mantienen en mente y corazón el lema del Reino Angélico --“Lo Más Alto”-- y
expresan esa plena perfección de la Deidad en sus evoluciones particulares.
Debido a la tremenda necesidad de expandir el sentimiento de Amor Divino
en la naturaleza de la humanidad no-ascendida --necesidad la cual, por
supuesto, es detectada por la Hueste Angélica en sus empeños por liberar a la
humanidad de las limitaciones humanas-- algunos de los ángeles han solicitado a
los Señores del Karma permiso para asumir cuerpos físicos y , así, servir a la
humanidad a la vida elemental y a todas las cosas vivientes que pertenecen a
las evoluciones de la Tierra, especialmente los que todavía no han ascendido.
Cuando se otorga un permiso de estos, tales seres angélicos aprenden más de la
naturaleza y necesidades del Reino al cual se han ofrecido a servir y como
hacerle frente a esa necesidad a la manera de Dios. Algunos de estos Seres Brillantes
que han recibido permiso para encarnar aquí, se han enredado en los
pensamientos discordantes, sentimientos, palabras habladas y acciones de
la humanidad a la que vinieron a servir en la actividad vibratoria del plano
terrenal.
Sin embargo, enterrado profundamente en la sustancia del cuerpo etérico
(mundo de memorias de tales corrientes de vida, hay a menudo una debilísima
pero muy persistente remembranza de la conciencia de tal, de su naturaleza
divina y de la libertad de la que una vez disfrutaron en las Esferas
Superiores. Esto a menudo crea una tremenda pugna en los empeños de un ángel
aprisionado por recuperar la perfección de su Estado Divino natural. Los
exhorto a orar por todos estos voluntarios, quienes han quedado enredados en
los velos de la carne, ya que el suyo fue (y sigue siendo)... un sacrificio de
amor!
Tomado del Libro: “puente a la
libertad- Hilarió
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