Si una mujer pudiera ver las chispas de Luz que emanan desde la punta de
sus dedos cuando está cocinando y la Sustancia – Luz que entra a la comida que
maneja, se asombraría de ver cuánto de ella carga dentro de la comida que
prepara para su familia y amigos.
Esta es una de las más importantes (y menos comprendidas actividades) de
la Vida, que la radiación y sentimiento que salen en la preparación de la
comida afecta a cada uno de los que participan de ella, y que esta actividad
debe realizarse sin prisa, en paz y felicidad.
Sería mejor que un individuo no comiera del todo, que ingerir comida que
ha sido preparada bajo sentimientos de angustia, resentimientos, depresión o
cualquier presión externa, ya que la sustancia de la corriente de vida que
realiza el servicio fluye dentro de esa comida y es ingerida, convirtiéndose de
hecho en la energía del receptor. Es por eso que los maestros espirituales
avanzados en Oriente nunca comen alimento preparado por nadie que no sea sus propios
chelas; y si una persona ---que resulta ser la única en esa casa que tiene
alguna comprensión espiritual avanzada, y que parece tener poco tiempo para
hacer su Aplicación personal--- aprovechará la preparación de sus esfuerzos
culinarios para realizar una carga activa de felicidad, pureza, paz, opulencia
y liberación, lo que los demás miembros de su hogar no obtienen a punta de
estudio, se lo comerán.
Quisiera agregar que hay más de una manera para conseguir que el Espíritu
de Dios entre a la carne del hombre.
Tomado del
Libro: Boletines Privados de Thomas Printz.
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