“Si ustedes recibieran de la Fuente Universal una
inhalación en sus pulmones, y rehusaran exhalar y dar dicho aliento de vuelta
al universo, tratando de retenerlo en su cuerpo, arrancarían la destrucción de
su propia forma. De la misma manera, la energía descargada por el chela en el
servicio impersonal a la Vida, trae un retorno de energía desde arriba en
términos de más conocimiento o comprensión, de un momentum de sanación, y de un
momento de suministro. Pero si la energía dada por un Maestro no se utiliza
para un propósito humanitario, y si El fuera a descargar más, la corriente de
vida eventualmente podría desencarnar por un hartazgo espiritual, de la misma
manera que el cuerpo moriría producto del aliento condensado”.
ES MENESTER RETRIBUIR UN BALANCE POR CUALQUIER ASISTENCIA QUE RECIBAMOS
DE UN MAESTRO. Si la asistencia se da en forma de instrucción nueva, hay
que devolver conscientemente cierta cantidad de la energía, además de compartir
esta información con otros buscadores honestos, fervorosos y sinceros de la
Verdad.
Resumamos brevemente como deben emitirse los Decretos:
1. Decreten de pie. Aquiétense,
calmen todos los cuerpos, y pongan su atención sobre la “Presencia YO SOY”.
2. De ser posible, decreten en
grupos. Cuanta más gente haya, tanto más energía se descargara. Si un miembro
sueña despierto, si no entiende lo que se está diciendo, o no visualiza lo que
se está diciendo, se convierte entonces en el eslabón débil de la cadena. Todo
el grupo se torna menos efectivo. Por tanto, no debe admitirse a nadie a un
grupo de decretos, a menos que comprenda algo de esta Enseñanza. La mera
repetición de palabra no sirve de nada.
3. En vista de que la
visualización es tan importante, y que a la conciencia occidental le resulte
difícil concentrarse en lo que sea obsérvense a sí mismos para determinar
cuántos segundos se concentran férreamente (tenazmente) sobre algo, la
actividad de decretar debería suspenderse tan pronto como alguien en el grupo
se sienta cansado. Al madurar el grupo, podrá aumentarse gradualmente el
período dedicado a decretar.
4. Es menester que haya un
control equilibrado de la energía proyectada por cada miembro individual.
Algunas personas pueden ser extremadamente positivas en el uso de un magistral
tono bajo, transmitiendo un fuerte sentimiento. Otros no pueden comunicar sentimientos,
excepto mediante el ejercicio de alguna fuerza física, resultando en un tono
audible de mayor volumen. En este punto, el orden del día es la libertad.
5. La competencia del director
al atraer la energía y llevarla a un pulso rítmico, determina la eficacia del
Decreto. Este es exactamente el principio que se sigue al utilizar un ariete
contra una puerta cerrada. Mediante la mala utilización de la energía durante
muchas encarnaciones anteriores, se ha producido la acumulación de energía
negativa, la cual necesita ser desplazada y transmutada. Toda esta energía no
puede ser transmutada con una simple afirmación. Por tanto, la base para el
patrón de los decretos es RITMO y REPETICION.
6. El tempo de los decretos es
importante. He oído a un grupo en Estados Unidos decretar tan rápidamente, que
apenas se podía entender lo que se estaba diciendo. Por otra parte, me tocó
escuchar dos grupos decretando con tal lentitud, que parecía no haber ritmo ni
energía; lo que daba era sueño. La respuesta yace en algún punto entre ambos
extremos. Debemos decretar algo más rápido de lo que hablamos para elevar
nuestra acción vibratoria.
7. Comiencen a decretar durante
quince minutos, y dejen que el momentum crezca. Los Decretos con una clara
visualización de lo que se está diciendo, acoplados con un sentimiento intenso,
resultan en precipitación en el plano físico, ya que hacen descender las formas
mentales de la palabra hablada, visualizaciones y sentimientos a la energía
condensada del ámbito físico.
LOS GRUPOS DE DECRETOS QUE DECRETAN POR EL MEJORAMIENTO DE LAS
CONDICIONES MUNDIALES Y QUE REALIZAN LA TRANSMISION DE LA LLAMA SON EL
REQUERIMIENTO DE LA HORA.
La acumulación a lo largo de las edades de la energía mal calificada de
la humanidad, espera su transmutación. Con los suficientes grupos de decretos,
es posible minimizar el caos destructivo que la Tierra enfrenta ahora. Quizás
hasta pueda evitarse la destrucción por completo, ¡pero eso tiene que hacerse
sin demora!.
Tomado del Libro “El
Hombre, Su Origen, Su Historia y Su Destino”
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