Hace unos meses me invitaron a unirme a un grupo esotérico y, más que nada por curiosidad, acepté pero vi que más que esotérico era de gente simpatizante del satanismo, lucifer y cosas similares, y casi nada de espiritualidad. Esto me hizo recordar que cuando comencé a leer la literatura rosacruz de Max Heindel encontré algo respecto a este tema sorprendiéndome solo en parte porque yo ya había leído algo sobre eso en algún libro de Cábala.
El tema que me hizo recordar fue el número 666 también llamado “Número de la Bestia”, pero lo más curioso es que esas personas del grupo no sabían nada de ocultismo y simplemente lo relacionaban con satán. No hace mucho ya escribí y puse en Facebook un artículo sobre estos personajes maléficos, por lo tanto, no voy a repetirlo, simplemente diré que satanás no existe y que el número 666 es simbólico y oculta una enseñanza o verdad que, junto a otras, explican su relación con las iniciaciones y con la humanidad.
Cuando hablo de iniciaciones no me estoy refiriendo a esos espectáculos o rituales que hacen algunas sociedades o las mal llamadas “Órdenes” donde engalanan el local y las personas se visten con determinados ropajes a la vez que usan ciertos utensilios para dar más pompa a la supuesta iniciación.
Tampoco me refiero a esas otras iniciaciones donde, por dar importantes donativos o previos pagos, se le conceden a la persona unos señores que en su vida cotidiana son más o menos como cualquier otro humano. Las iniciaciones a las que me refiero son las que se le conceden a una persona que, normalmente,
tras varias vidas de trabajo y desarrollo espiritual ha hecho méritos para obtenerla. Estas iniciaciones no se dan en un edificio físico ni son nada parecidas a lo que acabo de mencionar. Es cierto que a partir de la primera Iniciación el aspirante comienza a desarrollar su clarividencia y a ser consciente fuera del cuerpo físico, pero respecto a lo que voy a tratar aquí, diré que con cada iniciación se le enseña al aspirante todo lo relacionado con la evolución y formación de la Tierra en su pasado y hasta llegar el presente período. Por consiguiente, las nueve Iniciaciones Menores se relacionan con los nueve
estratos que tiene el planeta Tierra donde habitamos y evolucionamos, y el aspirante a las Iniciaciones Mayores se va capacitando para visitarlos y ver su relación con los Mundos del Esquema de Dios donde actualmente estamos evolucionando en cada renacimiento.
Las nueve iniciaciones verdaderas relacionadas con el desarrollo espiritual y de poderes, son conocidas en ocultismo como los “Misterios Menores”. Y se las llama así porque aunque el aspirante va conociendo, penetrando y practicando en esos nueve estratos donde está nuestra historia desde que Dios nos diferenció como espíritus de Él Mismo, no son nada con lo que se aprende y se toma conciencia con las cuatro Iniciaciones Mayores que tratan sobre el futuro de nuestra evolución hasta que volvemos al mundo al que pertenecemos. Así que comencemos por decir que el número nueve es el número o raíz del estado evolutivo actual de la humanidad, es decir, del estado de conciencia humano. Veamos pues, el simbolismo oculto de este número a través de diferentes aspectos tal y como dice Max Heindel. Los estudiantes de ocultismo sabemos que la Biblia fue escrita en hebreo y después en griego, y tanto una como otra lengua no utilizan los números sino que cada letra tiene un valor numérico. En este caso y respecto al origen de la humanidad diré que en hebreo ADM (Adam, que representa a la humanidad) equivale a: A= 1; D= 4; y M= 40. Si sumamos estos números (1+4+4+0) da un resultado de 9 que, repito, representa a la humanidad.
En numerología oculta todos los números tienen su fundamento y significado desde el cero o Absoluto hasta el nueve. Sin embargo, el más conocido es el siete porque, además de ser clave para comprender los esquemas evolutivos del cosmos y de nuestro universo, también tiene mucho significado en nuestra vida cotidiana.
Pero como en lo que quiero hacer hincapié es en el significado del número nueve, entremos a ver algunos detalles aunque solo sea por curiosidad.
Es San Juan quien trata sobre el futuro de la humanidad, y es en sus escritos donde encontramos ese número de la bestia (666) Si sumamos esos tres números dan 18, siendo 1+8= 9 que indica otra vez el número de la humanidad y que nada tiene que ver con satanismo ni nada parecido. San Juan habla (simbólicamente, como casi todo en la Biblia) de siete Reyes y de la bestia (el anticristo, que en realidad es todo aquel que no cree en el Padre ni en el Hijo) y también habla del “Rey de reyes” que junto a los suyos (144.000 elegidos) vencerán. Por tanto, el anticristo será vencido por la bestia que no es otra cosa que la humanidad (666) futura que se espiritualizará y que pasará a la Nueva Jerusalén cuando el Rey de reyes entregue Su reino al Padre. ¿Quiénes son esos fieles elegidos que menciona San Juan? Pues el número 999 (9 por 3= 27=2+7=9) que
viene a ser el contrario del 666 de la bestia (Humanidad) pero en este caso ya espiritualizada. Es decir, que la humanidad (6 por 3= 18= 1+8=9) ya lista para entrar en la Nueva Jerusalén, se convierte en 999 = a 9, y vence al anticristo entregando a los elegidos al Padre. Pero San Juan se refiere a la humanidad también como 144.000 fieles elegidos que, como ya hemos visto, da un resultado de 9, y sabiendo que 9 es igual a la humanidad, quiere decir que la humanidad será elegida para ser salvada. O sea, que si algún espíritu se pierde por quedarse rezagado serán muy pocos.
Cuando acabe este Período, los animales obtendrán una conciencia similar a los humanos y nosotros seremos similares a los Ángeles, lo que significa que nosotros y ellos somos los que tenemos las conciencias más elevadas de los diferentes reinos. Dice Max Heindel que hay 13 grados en el reino animal (como son 13 las iniciaciones en total) Si sumamos los 13 grados de ese reino, más el nuestro que es solo 1, más las 13 iniciaciones, en total suman 27 o sea, 2 +7= 9. Cristo murió a los 33 años y vino a salvar a la humanidad pecadora que se estaba rezagando tanto que no podía salir ni salvarse, si multiplicamos 3 por 3 vemos que también nos da 9, o sea que Cristo vino a salvar a la humanidad simbolizada por sus años A esto se puede añadir los famosos 33 grados de la masonería (3 por 3 = 9) o el grado 18 de los rosacruces (1 más 8=9) que, como dice Heindel, no es más que un velo para el no iniciado. Con esto llegamos a la conclusión de que la humanidad, en su etapa actual (nº,9) está evolucionando hacia la perfección y que, aunque haya muchos anticristos en ella (666) al final, todos o casi todos nos salvaremos (144.000) como elegidos por Dios.
1 comentario:
Toda simbologia y tradicion don herencias de nuestros Amos q nos comen la carne y las energias como hacen los catolicos cuando comen el cuerpo y beben la sangre de su maestro jesucristo sin saber lo q hacen ... Dios no necesito la conyuntura adecuada de los astros para formar el Cosmos ni jesus los oroscopos y numeros para obrar sus milagros
Publicar un comentario