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FORMAS DE ELEVAR TU ENERGÍA
Si lo que pretendemos es llevar una vida
armónica, feliz, conectada con nuestra esencia y con la esencia universal es
fundamental alcanzar un buen nivel de vibración, y es algo muy sencillo, además
de placentero. En este post te mostramos 20 formas de elevar tu energía
espiritual.
1) Conecta con tu propósito.
Cuando haces aquello que te apasiona o
entusiasma tu energía fluye y retroalimenta con tus acciones; cuanto más te
aproximes a tu pasión más energía experimentarás.
¿Qué te apasiona? ¿Qué te mueve?
2) Enfócate en el resultado a conseguir.
No saber tu rumbo te desgasta. La acción y
dirección sin propósito es pérdida de energía. Todo comienza con tener clara la
visión del resultado a lograr. Cuando te orientas hacia tus metas y sientes que
tu día a día te acerca a ellas, tu energía crece. Te sientes en control de tu
vida y tu auto-estima se fortalece.
¿Qué quieres lograr? ¿Cuáles son tus metas?
¿Cuál es tu visión?
3) Encuentra tus “yo puedo”.
Siempre puedes. Es posible que no puedas
hacer lo que quieres en el momento que lo estás deseando. Pero siempre puedes
hacer algo.
Si no puedes hacer grandes cambios en este
momento, ¿qué pequeñas transformaciones sí están en tu poder?.
¿En qué te enfocas usualmente? ¿En lo que
no puedes o en lo que sí puedes? Conéctate con tus “yo puedo” y estarás
alimentando tu energía.
4) Encuentra la fe en ti.
La fe es junto a la pasión, quizá, una de
las más poderosas fuerzas a las que el ser humano puede conectarse. Es un
recurso interior que te permite ir más allá. Es al conectarte con la fe cuando
puedes construir lo que hoy es desconocido. La fe es la gasolina suprema.
Conéctate con ella, decide creer en algo más allá de lo visible y sentirás una
energía que te acompañará hasta el logro de tu visión.
5) Muévete de forma distinta.
Obviamente necesitamos energía para
producir movimiento. A la vez, el movimiento por sí mismo es un generador de
energía. ¿No te quedas a veces esperando a que surja esa sensación de vitalidad
para ponerte en acción?. En la práctica lo que necesitas es ponerte en
movimiento, en acción física, para movilizar tu energía y hacerla subir.
¿Escaseas en energía? Significa que te
falta movimiento. No esperes a tenerla para ponerte en acción, ¡hazlo!.
¿Quieres transformar tu energía?. Haz en
este instante ese movimiento y exclama “¡¡Sí!!”.
6) Cambia tu expresión facial.
Los músculos de tu rostro funcionan como
torniquetes, facilitando o disminuyendo el paso de la sangre hacia la zona
frontal de tu cerebro. Si tus tensiones, frustraciones o amarguras se ven reflejadas
en la rigidez de tu rostro, el flujo sanguíneo y el nivel de oxígeno que le
llega a tu cerebro se ve reducido.
Al sonreír, los 32 músculos de tu cara
bombean un mayor nivel de oxígeno a los lóbulos centrales. Esto estimula la
secreción de endorfinas, hormonas neuronales que inducen estados de placer los
cuales comienzan a contrarrestar patrones de bajon emocional, tristeza, apatía,
rabia.
7) Respira distinto.
Una de las primeras respuestas fisiológicas
que cambia cuando tu emocionalidad se transforma es la respiración.
Cuando necesites inyectarte energía
instantánea, emplea el principio de cambiar el cuerpo para influir sobre tu
emocionalidad al respirar diferente de manera deliberada.
¿Cómo respiras cuando estás lleno de
energía y vitalidad? ¿Cómo respiras cuando estás en tus mejores momentos? Si
inhalas y exhalas como cuando te encuentras en esos estados, comenzarás a
sentir esa energía.
8) Medita.
La meditación es una excelente manera de
cuidar y potenciar tu energía. La meditación nos recarga y en muchos casos
ayuda a liberarnos de aquello que está bloqueando nuestra energía; existen
muchos tipos de meditación.
9) Hazte preguntas que te potencien.
¿Qué cosas te inspiran y qué hace vibrar tu
alma?. ¿Qué enciende tu pasión?, ¿qué aspectos sí se encuentran bajo tu
control?, ¿qué puedes hacer hoy – por pequeña que sea-, para mejorar tu vida?.
¿Cómo vas a aumentar tu capacidad para avanzar hacia tus metas?, ¿a quién
amas?, ¿quién te ama?.
Recuerda, es muy simple: tu preguntas
frecuentes determinan tu enfoque; aquello con lo que te conectas, impacta tu
energía. Diseña tus propias preguntas potenciadoras.
10) Conecta con emociones que te inspiren.
Hay películas, libros, biografías e
historias que nos muestran el poder de la fe, la determinación, el amor, la
esperanza; nos inspiran a través de lo que otros seres humanos que han soñado y
vencido.
Recuerda esas escenas emotivas y utilízalas
como inspiración para lo que tienes que hacer, superar y lograr.
11) Toma alimentos que aporten energía en vez
de quitártela.
Cuando ingieres alimentos y se dispara el
proceso digestivo, tu cuerpo necesita dedicar gran parte de su energía al
procesamiento y transformación de lo ingerido.
Si la comida no es particularmente
“amigable” para tu cuerpo esa energía es enorme. Tanto así que te da sueño, te
sientes pesado y te provoca no hacer nada durante un buen rato.
12) Ejercítate.
El ejercicio favorece el fortalecer tus
órganos y a mantener tus sistemas internos en óptimo funcionamiento. Si haces
ejercicios adecuadamente, tras hacerlos, te sentirás con más energía.
13) Descansa con calidad.
Para tener más energía, a veces lo que
necesitas es parar un rato. Es lógico: al descansar te recuperas de la energía
perdida.
Cuida que tu sueño sea reparador. Si no lo
es, busca hacer cambios en tu ambiente que te ayuden a lograrlo.
14) Estimula tus sentidos.
Luz y colores… música… agua… olor a canela…
brisa tocando tu piel. Estimular tus sentidos incrementa tu energía. Puede ser
tan simple como prender una luz; o mejor aun, salir para permitir que el
reflejo de la luz solar estimule tus ojos.
En definitiva, cosas tan sencillas para
despertar tus sentidos como echarte agua fría en la cara, pueden hacer una gran
diferencia en un momento en el cual sientes que tu energía va en picada.
15) ¡Hidrátate!.
Cuando tu cerebro dispara la sensación de
sed es tarde: tu cuerpo está en proceso de deshidratación.
Y cuando esto sucede, tu energía cae. No
esperes a la señal de sed para ingerir agua.
Más bien desarrolla el hábito de ingerir este
líquido continuamente durante el día.
16) Conéctate a la naturaleza.
Contempla la majestuosidad de la
naturaleza, deja que proyecte una magia que penetra en ti, estimulando tus
sentidos y llevándote a pensamientos con altas dosis de inspiración.
Las olas rompiendo en la costa; las
bandadas de pájaros surcando el atardecer; el rozar de la brisa fresca en tu
piel; el aroma de las flores; el canto de los grillos; el hermoso color de las
nubes en el atardecer…
¿Cuándo fue la última vez que realmente te
conectaste con la naturaleza?. ¿A qué esperas para repetirlo?.
17) Tómate tu tiempo para estar solo.
En ocasiones necesitas recuperar tu centro,
¿verdad?.
Me refiero a regalarte un momento para
estar solo, asentando tu mente y emociones. Para reflexionar, dejarte sentir y
reconectarte con lo que es más importante. O simplemente, para encontrar
respuesta a preguntas acuciantes en la sabiduría del silencio. A realmente
estar contigo, no con el televisor, ni tan siquiera con un libro.
18) Conéctate con la energía de otros.
Hay personas que son como un “desagüe”,
mientras otras son como fuentes.
Desagüe son quienes al entrar en contacto
contigo te restan energía. Son personas demandantes, negativas, cínicas.
¿Conoces a alguien así?.
Fuente son quienes te aportan nuevas
energías. Por lo general positivos y entusiastas quienes, además, muestran un
genuino interés por ti. Cuando sales de estar en su compañía, te sientes como
con las pilas recargadas.
Las personas con quienes te rodeas impactan
tu energía.
19) Logra una meta, cierra un ciclo.
Cada vez que logro una de mis metas siento
que mi energía aumenta. Es raro, pero el mero hecho de completarla parece disparar
un chorro de endorfinas en el cerebro.
20) Libérate de algo.
Tu energía puede ser consumida por
personas, situaciones o metas no alineadas con tu visión de vida. Metas del
tipo “yo debería”, asuntos o conversaciones pendientes, eso que aun no has
resuelto pero lo cual continúa saltando a tu memoria. Situaciones que no son
como quieres pero has estado tolerando, a costa de tu propio bienestar. Puede
ser una memoria, un ciclo que permanece abierto, la idea para la cena de la
próxima semana o lo que no te gusta de otro. Todo esto consume energía.
Sincrodestino
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