Somos hijos de los elementos: Tierra, Aire, Fuego, Agua y Éter.
Cada uno de esos elementos representa un nivel
de “Uno Mismo” que es esencial para la completa TOTALIDAD que disfrutamos todos
como Ciudadanos del Multiverso.
Aunque algunos de nosotros buscamos negar la
presencia de uno o más de estos elementos dentro de nosotros, pagamos un alto
precio cuando intentamos hacerlo.
El Elemento Tierra habla de la carne y las
cosas físicas, naturales y mundanas.
El Aire alude a una corriente de vida en
curso, a la energía que fluye y a un intercambio cooperativo con todas las
cosas.
El Fuego habla de pasión, consumición, deseo y
calidez.
El Agua responde al medio ambiente donde
reside y que refleja, ya sea un mar tormentoso o una laguna en calma. Puede
enfriar el calor de la pasión o impulsar el deseo, en oleadas, hacia su curso
elegido.
El Éter/Espíritu subyace y conecta Todo con
Todo, recordándonos siempre la Gran Unidad de la que partimos en nuestros
viajes de vidas únicas y diferentes.
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Negar nuestra fisicalidad puede aminorar el
dolor durante un tiempo.
Ese es el origen de lo que hemos aprendido a
pensar como “normal.” (todo insensibilizado)*
Negar nuestra fuerza de vida singular (“no
puedo respirar”) proviene de forzarnos a hacer cosas que no deseamos hace o
dejar de hacer las que SÍ queremos hacer.
Negar que tengamos necesidad, pasión o deseo
hace que empalidezca lo que realmente anhela ser vibrante y cálido.
Negar nuestra respuesta natural a las
situaciones de la vida también nos hace parecer “indiferentes”,
impasibles, lo que nubla nuestro semblante y bloquea nuestra capacidad de ser
espejos los unos de los otros.
Negar al Espíritu, rehusarse a admitir que
todos estamos conectados, es la sentencia más solitaria de todas…confinamiento
solitario en un mundo lleno de rostros… y sin embargo, ninguno de ellos
familiar, reconfortante o en paz.
Este es nuestro tiempo de recolectar lo que ha
sido desechado y olvidado y de reconectarnos con eso.
No nos debemos sorprender ni conmocionar
cuando los “niños huérfanos” de nuestra consciencia regresan a casa al corazón
y la mente.
Más bien, recibámoslos con alegría y buena
disposición para escuchar atentamente las lecciones aprendidas mientras
estuvieron ausentes.
Este es el momento. Despierten.
Ya es hora.
* Juego de palabras, normal y numb all (todo insensibilizado, adormecido)
suenan casi igual. (N de la T)
Daniel Jacob – Facebook, 7.12.14
Traducción: Susana Peralta
Re-Publicado por “Isis Alada”
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