¿Qué quieres decir con que
la 3ra dimensión se está yendo?
Por qué ahora es momento
de soltar lo que no eres y recordar quién eres
¿Alguna vez saliste de muy
buen humor a encontrarte con un amigo para tomar un café, y terminaste pasando
una o dos horas miserables escuchando lo mal que andan sus
finanzas/relaciones/trabajo, etc.?
De pronto, ese delicioso día que habías esperado se disolvió en algo mucho
menos disfrutable, y no importaba qué hicieras para cambiar tu atención y elevar
tu ánimo, nunca te podías arreglar para volver tu energía al mismo nivel en que
habías empezado el día. Todos hemos experimentado esta dinámica en
nuestra vida, pero rara vez entendimos o prestamos atención a lo ocurrido. En
una situación así, lo que sucede es que inconscientemente igualamos la energía
de esa otra persona y luego permitimos que afecte todo nuestro día.
Ahora considera el
siguiente intercambio. Los seis gerentes de una fábrica de jugos se reúnen
mensualmente para ponerse al día entre sí respecto a la producción, el servicio
al cliente, las ventas, etc. Las reuniones siempre han sido breves,
productivas y divertidas. Hoy Sam, que trabaja en envíos, ha tenido un día
frustrante, con empleados ausentes, máquinas rotas, y quejas de los clientes. Cuando
llega su turno de informar a todos, se pone de pie, acelera su energía y
empieza a quejarse fuertemente de lo mal que están las cosas, de cómo ningún
otro departamento está cumpliendo con su trabajo, y cómo a nadie le están pagando
bien. “¡Es horrible!”
Sam dispara sus opiniones y su energía hacia el grupo, y en pocos minutos
algunos de los participantes están asintiendo estridentemente a sus quejas. Lo
que empezó como una reunión productiva se convirtió en una sesión de reproches
condimentada con silencios densos e incómodos. Lo que sucedió es que los
participantes estaban igualando inconscientemente la fuerte energía cargada de
Sam, lo que los sacó de su equilibrio personal a un desequilibrio. El resultado
es que nadie lo pasó bien; la reunión fue dos veces más larga que lo habitual y
se logró muy poco.
Desarrollar la habilidad
de discernir.
Aquí reside una gran
oportunidad para ayudar a tu amigo en el café, mejorar la reunión, y adquirir
más maestría. La energía del problema en que la persona se concentra, y la
energía de la persona, son dos cosas decididamente diferentes. El problema y la
persona no son lo mismo. Cuando tú disciernes y te colocas como observador en
la situación, consigues elegir cómo deseas implicarte en ello. No
necesariamente tienes que estar de acuerdo con la energía del problema, pero no
vas a saltar automáticamente para arreglarlo. Escuchas desde detrás
de tu Rosa, dentro de tu Octaedro, y conservas un tono que sientes que está
bien para ti. Feliz, bondadoso, consciente, y una sensación de tu
propio bienestar.
Comprender la mecánica de
estos intercambios puede ser sumamente útil. En el pasado, antes de
tener estas herramientas, podrías haberte contagiado la energía del otro para
poder entender su problema o situación. Como en los ejemplos dados,
una vez que coincides con esa energía, puedes sentir física y emocionalmente la
incomodidad pesada y pegajosa del problema de la otra persona. Sin embargo,
existe otra opción. Al volverte más consciente y diestro, dispones de la
valiosa habilidad del discernimiento. En lugar de entrar en esa energía caótica
e intensa, implicarte en ella, revestirte con ella, simplemente puedes
observarla, discernir si eso es problema tuyo, y luego elegir cómo intervenir,
o si quieres implicarte.
Podrías decir “Caramba, oigo que estás en un lío, pero antes de
hablar sobre eso, ¿cómo estuvo ayer la
graduación de tu hijo?” En este caso
lo estás ayudando a separar su energía y su atención, que están puestas en el
problema, del problema mismo. Estás distinguiendo la diferencia
entre la persona y su problema. Tu amigo y el problema nunca son lo mismo, a
menos que se fusionen y él se vuelva uno con el problema. Cuando tú cambias el
enfoque y empiezas a crear espacio para ver el problema de una manera diferente
y menos involucrada, tu amigo también lo hará. Pronto, el asunto tan cargado
que tenía un momento atrás ya no es tan importante ni tan desesperado. Tú y él
empiezan a discernir la diferencia entre ser el problema y observar el
problema.
Todos vivimos nuestros
problemas demasiado a menudo. ¿Cuántas veces tú, igual
que tu amigo, te quejaste de no tener suficiente dinero, de estar harto,
deprimido, triste, o no estar bien?
La verdad es que nunca has estado mal. Es imposible no estar bien. Sin embargo,
la mayoría nunca ha considerado esta idea. Puedes tener un resfrío,
o sentirte deprimido, o tener problemas de dinero, pero siempre estás bien.
Cuando empiezas a
discernir y reconocer la diferencia entre “estoy
bien” y “sucede que tengo un
problema de dinero, o estoy triste, o enfermo”
entonces tienes el poder de cambiar y reacomodar tus
circunstancias. Cuando te identificas y te envuelves en el problema,
le das cuerda, te preocupas y le permites correr por dentro de tu cuerpo, tú y
el problema están en el mismo espacio incómodo. Nunca puedes resolver el
problema si estás en el medio de él. No tienes el poder para adaptar tu
circunstancia si estás acelerado, sumido y abrumado por él. Una vez
que entiendes que no puedes no estar bien, ya no eres una víctima de la
situación. Desde esta nueva percepción conciente, tu problema se vuelve una
circunstancia, y ahora tienes el espacio necesario para considerar nuevas
soluciones potenciales distintas. Estás bien, Y estás rodeado por un lío. Tú no
eres el lío.
Cuando te encuentres en
un drama de alta intensidad, es hora de felicitarte, no de castigarte a ti
mismo. La mayoría de las personas van por la vida sin notar jamás cómo su ruido
y su drama las afecta a ellas, a su entorno, y a otros. Notar el propio ruido
es un paso fundamental para volverse consciente de estar
inconsciente. Esto es gran cosa, y es un momento para que aproveches
y observes tanto tu reacción como tu energía. Muy pocos de nosotros podemos
salir fácilmente de un estado cargado emocionalmente cuando estamos atascados
en él. Pero ahora que estás volviéndote consciente de los
pensamientos, los hábitos y emociones anclados en tu inconsciencia, el cambio
desde estar inconsciente a volverte consciente sucede mucho más rápido. Aquí van
algunas acciones que tienes disponibles si descubres que realmente estás en
medio de una situación abrumadora que está atravesando tu espacio.
· Desentiéndete.
Date un respiro, toma una siesta, una caminata. Quítate físicamente de la
situación hasta que recuperes tu equilibrio y tu alineación. Si no
es conveniente que te vayas de donde estás, puedes recuperar tu equilibrio
simplemente yendo al lugar de sanitarios de la compañía y sentándote
allí. O aleja tu sillón del escritorio y gíralo de modo que puedas
tomar un poco de distancia entre la situación y tú.
· Cierra
los ojos. Comprueba tu cordón de arraigo, o conexión a
tierra. Córtalo e instala uno nuevo. Dale la orden de atraer
magnéticamente cualquier energía fuera de equilibrio, o cualquier
actitud que estés experimentando ahora.
· Nota
las emociones y sensaciones que pulsan en tu mente y en tu cuerpo. Con tu mano
imaginaria, toma algo de lo que te está recorriendo y arrójalo hacia abajo por
el cordón de arraigo.
· Usa
la herramienta de la Rosa para hacer separaciones con respecto a los otros
involucrados.
· Piensa
intencionalmente, o recuerda, algo que te haga sentir mejor. Elige algo que no
tenga absolutamente nada que ver con la situación actual. Cuando cambias tu
pensamiento, también cambian tu humor, tu energía y las experiencias
resultantes.
· Recuérdate
que estás siempre bien, aun si tienes algún tropiezo de vez en cuando. Tú no
eres este problema.
· Una
vez recuperado tu equilibrio, puedes usar la habilidad del discernimiento para
identificar con qué parte de este problema puedes hacer algo, y qué parte no es
tuya y no te corresponde.
Con las herramientas que
se te han dado, tienes no solo la capacidad de reacomodar tus circunstancias,
sino también recordar, empoderarte y alinearte. Puedes experimentar este cambio
dinámico que te llevará a una conciencia de quinta dimensión con facilidad y de
manera divertida.
Por Jim Self y Roxanne
Burnett
Capítulo 21 del libro ¿Qué quieres decir con que la 3ª dimensión se está
yendo?
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Traducción: M. Cristina
Cáffaro
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1 comentario:
Gracias, comenzare a hacer ejercicios de soltar, asi para poder tomar lo que no veo y experimentarlo
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