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miércoles, 27 de junio de 2018

Jesús y José - Parte A (Glastonbury) - Kryon CanalizaDO por Lee Carroll y Adironnda por Marilyn Harper Glastonbury - 27 de Mayo de 2018





Jesús y José - Parte A (Glastonbury) - Kryon








Jesús y José - Parte A
Marilyn Harper:
De modo que buen día para ustedes, ¿ah? Es tan bueno verlos, su luz, su brillo, en este maravilloso lugar antiguo. Sí, ustedes han caminado por aquí anteriormente; han dejado partes de sí mismos por aquí y tal vez estén pensando, Bueno, tal vez debiera recuperarlas o quizás no (se ríe). ¡Noo! Algunos de ustedes han estado aquí en batallas, algunos han sido el héroe aquí. Algunos han sido exiliados aquí; algunos han sido juzgados y les dijeron que no podían ser aquí quienes eran. Hoy es el día para curar todo. Hoy es el día para perdonar todo, especialmente a sí mismos.  Hoy es el día para caminar por estas piedras y sentir a la Tierra vibrar debajo de ustedes, vibrar el poder purificador de ustedes, el poder sanador de ustedes. Al moverse entre estas paredes, oirán voces que los llaman, percibirán la presencia de muchos otros que dejaron sus cuerpos cien mil años atrás (se ríe) - oh, tal vez no tanto o tal vez sí.  De modo que ya ven, estos muros, estas piedras, este nodo, ustedes hicieron cita hace mucho para estar aquí en este día, para ser bendecidos por la lluvia. ¿Saben? La lluvia puede ser un poco molesta algunas veces, pero sin ella ¿dónde estaríamos todos? Les pido que presten atención a esa bendición de la lluvia, porque puede llevarse muchas cosas; puede llevarse esas partes que ustedes están listos para sanar. Puede ir llevando por las calles las pequeñas partículas de su alma que están listas para ser integradas y a medida que eso se crea... No, queridísimos seres de luz, ustedes nacen de nuevo. Nacen otra vez en lo nuevo de ustedes.
Aquí en esta tierra sagrada, en este nodo sagrado, uno de los más poderosos de la Tierra, por supuesto, comprenderán el vórtice de energía que es creado por el nodo. Comprenderán la apertura del amor con los tonos del regreso a casa, con la canción de cuna de su alma, comprenderán al héroe y a la heroína que todavía son (se oyen gritos en algún otro lugar.) ¿Qué dije sobre los sonidos? ¡Ustedes realmente oirán voces! (se rie). ¿Ustedes oyeron eso, eh?  Por supuesto.
Verán, al caminar por estas calles, al recorrer la abadía, al honrar el pozo del cáliz, sepan que los maestros han caminado por aquí antes, y ustedes fueron esos maestros. Ellos prepararon el camino, de modo que al entrar en la energía ustedes sienten tensa la garganta, y saben que hay algo allí para sentir y liberar. Cuando caminan atravesando cada pasillo y sienten un dolor en la espalda, sepan que hay algo allí para sanar y liberar. Y al inhalar las blancas palomas de la abadía sepan que su corazón se está abriendo.
pausa - cambia la voz
Oh, queridísimos bienamados, es un honor para mí ver sus rostros aquí nuevamente. Muchos de nosotros hemos caminado por aquí juntos. Sostuvimos el corazón de la humanidad con nosotros. Y preguntan por qué. Por qué fue como es (se ríe) y creo que todavía están preguntando. Ustedes son la verdad, el camino y la luz. Caminamos por aquí con seguridad. Nosotros, ustedes y yo, devolvemos la seguridad a estas calles, para reconocer ese amor como solo ustedes pueden cuando yo traigo esa información aquí. Una parte de mí está aquí, así como una parte de ustedes está aquí.  Perdonar, perdonar, esa es la clave. Perdonen todo. Les imploro. Toda ira, todo dolor, todo miedo que todavía puedan tener en su corazón. Es hora de perdonar. Ustedes y todos los demás. Son traídos aquí para ser ustedes; no serán perseguidos ahora. Celebren eso (se ríe). No tendrán dolor ahora, y sepan  que si algunos sienten ahora un dolor, es un dolor del pasado, no un dolor del presente.
Canten los tonos, la canción de su sanación, y sepan que es por eso que están aquí: para hacerse recordar que son los que muestran el camino. Para hacerse acordar que son la luz, de modo  que ya no pueden taparla con una vasija. Ustedes son la tierra, son las piedras, son los árboles. Son la paloma. Son las canciones de los niños y los antiguos. Oh, es bueno estar con ustedes otra vez, y estoy agradecido.
pausa - cambia la voz otra vez
¡Ahh!  Entonces, al caminar por esta tierra sabrán, amarán, cantarán, danzarán, jugarán, se quedarán quietos y sabrán que su corazón está sanando más allá de lo que nunca creyeron posible. Su corazón está perdonando más, y ustedes incluso estuvieron allí - estuvo allí. Su amor se expande más, en los caminos de ustedes, porque esta tierra es su tierra, esta tierra es ustedes. Recuerden, oigan, y luego simplemente sean.
Los amamos profundamente, los vemos, caminamos juntos por las calles hoy; miramos dentro de sus corazones y compartimos juntos ese amor para todos los tiempos.
Namasté.
Lee Carroll:
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Esta es la segunda vez que mi socio me trae a este lugar llamado Glastonbury. La última vez me senté en el pasto y hablamos de esta área. Hablamos de la historia de aquí, y todo eso ha sido grabado y también publicado. Lo que hoy deseo hacer es dar un mensaje que es el mismo en esta canalización y en la que vendrá más tarde. Y es un mensaje que va más allá de lo que les dije, y es histórico. Está lleno de información que podría ser cuestionada. Es tan cuestionable que vamos a llamar a esta canalización la canalización de la blasfemia (se ríe - risas del público).
Queridos, quiero dejar las cosas claras. Quienes han estudiado la historia y están comprometidos de manera muy pura en la investigación pueden no estar de acuerdo, después de más de 2.000 años, en verificar algunas de las cosas que yo puedo decir. Sin embargo hay belleza en esta historia, y tiene sentido, y tiene lógica, naturaleza humana, y verdad.
Empecemos por decir que esta es una historia de Jesús y su tío José. Ahora, bien, ya mismo algunos cuestionarán la relación entre José y Jesús, y dirían No hay ninguna prueba de que José fuera de la familia de Jesús. De modo que digo que dejen de buscar pruebas y busquen cosas autoevidentes. Cosas que tengan sentido dentro de la historia que realmente sucedió.  Y mientras les cuento esto, les recordaré este asunto, de por qué les contamos una verdad que, aunque no se apoye en una prueba lineal, intuitivamente es absolutamente verdadera. Lo verán en seguida.  
Se cuestiona si José visitó esta área en absoluto antes del momento en que se le dijo: Ven y arma una pequeña iglesia para tu sobrino. Pero queridos, él no solo vino de visita sino que venía seguido. Verán, José era un hombre de abundancia y su comercio era el de importación. Él vino a este lugar que ustedes llaman Inglaterra con la idea de comerciar con un metal, un metal que Palestina no tenía, y él trajo a su sobrino en varias ocasiones. A ambos les encantó este lugar; no solo había cosas hermosas para ver, para comerciar y para descubrir, sino que piensen en dónde vivían ellos, de dónde habían venido, piensen en la exuberancia de este lugar, la belleza, y la rejilla cristalina.
Ahora bien, ya les hemos contado sobre el poder de la rejilla cristalina que es más fuerte aquí, en este nodo que en casi cualquier otro lugar del planeta. Y crea aquí energías específicas que atraen a los humanos y a la consciencia. Explica las cosas que hay alrededor de aquí que son distracciones con respecto a la real energía de este lugar. Muchos se sienten atraídos a este lugar y no tienen idea de por qué. Y llegan y deciden por su cuenta qué hay aquí; se ponen un negocio y ustedes pueden verlos en el pueblo. Pero la verdad de lo que realmente pasó aquí va más allá de la rejilla cristalina; esa fue una de las razones por las que José se sintió atraído a este lugar. Queridos, los historiadores cuestionarán que él haya estado aquí alguna vez, y sin embargo las relaciones que inició aquí durante sus visitas realmente iniciaron las razones por las que él poseía tierra aquí en tanto le dieron oportunidad para hacer lo que hizo. Eso es intuitivo; es de sentido común; es autoevidente, porque cuando vino aquí no tuvo problema para insertarse y hacer lo que quería hacer como mercader  conocido.
Permítanme discutir una vez más lo que fueron esos años de Jesús que han llamado faltantes. Hace dos días les dije que esos no fueron años faltantes, fueron años aburridos; no hay registro de lo que Jesús hizo, porque no hizo nada que fuera espectacular para nadie. No hubo sanaciones, no hubo sermones, no hubo nada fuera de lo usual, porque este hombre, este Jesús, todavía no había tomado su manto; no había atravesado su tiempo de cuestionamiento de lo que era correcto o no; no había llegado allí; eso vino después.
Eso vino después allá donde él vivía, al darse cuenta lentamente de quién era él y tomó ese manto del amor que cambió al planeta. Pero en esos años faltantes es autoevidente, ¿no es verdad? que   él no era reconocido. Nadie lo reconoció a partir de la escena del pesebre. Nadie lo conocía, no realmente. Fueron los años en que él creció.
Ahora viene la parte de blasfemia, ¿están preparados? (risas). Este hombre Jesús no era célibe. Él no sabía quién era él ni quién debía ser; el celibato, queridos seres humanos, es un invento de los humanos para argumentar pureza y un poco de sufrimiento. Porque el sufrimiento los aparta de aquello que es bello y normal. Algo de esto crea disfunción y desequilibrio ¿tengo que explicarles más? (risas). Y ustedes lo saben y lo ven; es una invención de los hombres; no había pensamiento de que él tuviera que ser célibe.
Uno de los dichos favoritos de mi socio se lo dio un sacerdote cristiano al hablar con los jóvenes frente a él; dijo estas palabras: El sexo es una de las cosas más horribles, sucias, inmundas del planeta, y debieran reservarla para alguien a quien aman. (carcajadas del público). ¿Esto les suena a sentido común? Claro que no. Debiera ser autoevidente que las relaciones íntimas entre dos seres humanos que se aman ¡son sagradas! Son hermosas. ¡Es normal! Diseñadas con la belleza del Creador. Ahora bien, para muchos esto es blasfemia. Jesús el hombre era muy normal, hasta que tomó el manto y se convirtió en el que ustedes conocen.
Vamos a la información que empezamos a darles y la mejoramos. En esa sala de arriba, en lo que ustedes llaman la Última Cena, el día final antes de la crucifixión, hay toda clase de especulaciones, ha sido realzada más y más, porque ustedes ahora saben que fue la última cena, ¡pero los apóstoles no lo sabían! Y Jesús se lo dijo, en el discurso que ustedes leen sobre el que muchos o todos han escrito. Él trató de contarles qué iba a pasar, y ellos no lo creyeron. Estaban en un pico de celebración de su Maestro, y de quién era y de lo que había hecho. La idea de que al día siguiente sería arrestado no cabía en su consciencia, no lo entendían. Incluso durante la traición, durante la primera comunión, no les resultaba obvio, era simplemente otro drama, otra situación; no entendieron lo que él estaba diciendo.
Déjenme decirles otra cosa polémica: esa cena no era algo extraordinario ni especial; era la Pascua, eran todos judíos, y estaban haciendo lo que siempre hacían, esto no fue armado por Jesús como una ocasión especial, Vengan y estén conmigo, porque les diré que voy a partir. Era la Pascua, donde partían el pan sin levadura, e hicieron lo que era absolutamente normal en esa fecha - pero él trató de decirles. Ellos no lo creyeron, no lo entendieron, no lo captaron. Y adivinen quién no estaba allí: José.  De modo que la idea de que él tomó el cáliz y se lo llevó - sentido común: él no estaba allí. La idea de que en esta Pascual normal eso hubiera sido atesorado o guardado no estaba. No había alguien que se diera cuenta de todo y lo guardara en su bolsa, de modo que fuera comprado más tarde como dice la leyenda. No se hizo eso. Les hemos contado esa historia, pueden escucharla después, cuando lo deseen.
 Esto es lo que quiero contarles: cuando el hombre fue puesto en el madero - muy interesante, ¿verdad? - ninguno de sus apóstoles o seguidores estaba allí. ¿Dónde estaban? Esto los tomó por sorpresa, estaban como cegados, y solo en retrospectiva algunos se dieron cuenta de que él estaba diciéndoles adiós. ¿Dónde estaban?  La mayoría de ellos, asustados, estaban ocultos. En primer lugar, ellos habían sido vistos en público como aliados del Maestro; lo peor que podían hacer era mostrarse en la crucifixión y ser identificados y arrestados. No era eso lo que querían; no se presentaron. Solo estaban presentes allí los familiares y seres más queridos. Sea lo que sea que les hayan dicho a ustedes, esos eran los que estaban allí, y ese era José, su tío.  No se cuestionaba a los familiares, ni a los seres queridos; no se los veía como de interés para la ley. Se esperaba que estuvieran allí porque eran los que eventualmente retirarían los cuerpos de los maderos y los llevarían a sus tumbas. Ese era José.
Entonces, otra vez, el sentido común les dice quién era José. Ni siquiera en la última cena. Pero amaba a su sobrino, lo había acompañado muchas veces, tenían planes, tal vez incluso de vivir aquí, en este lugar exuberante donde la rejilla cristalina es tan poderosa. ¡Tan poderosa!
Lo que sucede después no lo he discutido con ustedes. Estos son hechos simples que ustedes debieran saber, y son hechos que se pueden investigar y descubrir en esas cosas que ustedes llaman los rollos del Mar Muerto. Fue escrito, queridos, pero no es necesariamente parte de lo que a ustedes les dijeron. Les hemos dicho que aún hoy en Israel hay una ley - que nunca se derogó - que dice que es contra la ley crucificar después de la puesta del sol.  Es parte de la ley judía; está allí. De modo que saben que todos los cuerpos se quitaban de los maderos antes de caer el sol, pero en ese día se quitaron aún más temprano porque venían dignatarios a la ciudad. Y los que estaban a cargo no querían que eso afeara la vista en el Gólgota cuando los dignatarios pasaran por allí. De modo que el cuerpo de Jesús fue retirado aún más temprano, y el que estaba allí esperando era José, su tío. No importaba cuán temprano o tarde; José estaba allí. ¿Y qué pasó después con José? Ustedes debieran recordar y darse cuenta.
Él retiró el cuerpo del madero; había ayudantes, siempre los había allí, y ayudantes en los cementerios, pero José ayudó a manejar eso. Y dónde llevó después a su sobrino, debieran saberlo. Su sobrino todavía no tenía una tumba; no era lo bastante viejo, no tenía dinero, eso era algo que se compraba. Se compraba por adelantado, como algunos de ustedes compran parcelas en cementerios por adelantado. José, un hombre de abundancia, tenía una tumba muy, muy cerca de la colina donde esto había pasado. Y José sacó a su sobrino del madero y  llevó a su sobrino a su propia tumba, que él había comprado, que él tenía; esa era la tumba de José. Hermoso, ese amor de ese hombre, de ese familiar, por su sobrino.
¿Dónde estaban los apóstoles? ¿Dónde estaban los seguidores? El único otro pariente, el único ser querido, se llamaba María. Ella también estaba allí; nadie la cuestionaba en absoluto, porque los que estaban allí sabían a quién pertenecía ella. Esa es la historia.
Pero ustedes están en Glastonbury, ¿qué tiene que ver todo aquello con esto? Y aquí va: las leyendas son correctas, José regresó aquí. Volvió a este lugar que su sobrino amaba, con la rejilla cristalina poderosa, donde él sentía la exuberancia de la tierra, a construir un oratorio, una capilla, un lugar de oración que se convertiría en la leyenda y en la realidad la primera iglesia de Cristo. En honor de su sobrino, él construyó esto.
Ustedes hoy oirán a los guías decir muchas cosas y señalar dónde estaba esto, y qué quedó destruido, y qué se reconstruyó, todo correcto y verdadero, pero todo empezó con José. Y esto es lo que quiero contarles: esta primera iglesia cristiana no se parece en nada a lo que se convirtió. Porque José no hizo su capilla y la iglesia de su sobrino mostrando algo de la crucifixión. No había hombre en el madero, no había símbolos de duelo y sufrimiento, había colores brillantes, ¡había oración y celebración! Y la celebración era de las enseñanzas de Jesús Cristo. Y su muerte no significaba lo que hoy significa. Hoy cuando ustedes se presentan en muchas organizaciones que se dicen cristianas, entran y está oscuro, y allí está el madero y el hombre que sufre. Casi una eternidad, durante cientos y cientos de años; ¡eso no estaba presente en la primera iglesia cristiana! Porque José sabía que las enseñanzas de su sobrino eran lo que el mundo necesitaba oír. ¿La crucifixión? Una desgracia. Pero no era el eje de todo, como lo es hoy. 
José tenía un sobrino que enseñaba sobre la alegría, y la belleza y el amor de Dios, y eso es lo que José puso aquí. Colores vivos, cantos, plegarias a un Dios que era el Dios del amor, no el Dios de la ley. Esto es una parte importante de la historia que cambió al planeta. Y cuando ustedes recorran este lugar, por supuesto estarán las leyendas. Supuestamente hay incluso un lugar donde está enterrado el Rey Arturo. ¡Uno de los muchos lugares donde está enterrado el Rey Arturo! (risas)  A este lugar lo llamaré huesos abundantes convenientes (risas) y los guías pueden contarle más.
Es suelo sagrado, realmente lo es. No solo porque la rejilla cristalina lo recuerda muy bien. Aquí es donde vino José a honrar a su sobrino, y lo hizo bien.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
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