LA INICIACIÓN DENTRO
DEL SACERDOCIO DE OSIRIS
“Cuando la deidad
manifiesta su mismo Yo en la forma, ésta deberá equilibrarse perfectamente…
Dios se hace
manifestar entre nosotros, cuando las condiciones permiten la manifestación.
Una vez que atravesó
la manifestación en los planos de la forma en el aspecto de niño, el dios
encarnado crece hasta la virilidad y se convierte en el redentor…”
Dion Fortune
Osiris; cuyo nombre en
egipcio antiguo era Asar, se constituyó en el legatario del poder de vida de
Atum-Ra en el mundo de los Hombres. Se dice que él fue el primer rey-faraón de
Egipto, fundador de las dinastías que durante de miles de años gobernaron la
tierra de Egipto. Él fue quien llevó de la mano al hombre en su
transición de la barbarie a la civilización; fue el quién abrogó los
rituales de sacrificios humanos y el canibalismo para implantar en su
lugar formas más sutiles de comunicación e interacción del ser humano con
la divinidad.
Osiris fue quién
enseño al hombre la siembra y el cultivo, así como la domesticación de
animales que permitió al hombre volverse sedentario y construir ciudades
de piedra que han prevalecido hasta nuestros tiempos después de miles de
años.
El
representa en relación con la agricultura el ciclo mismo de la vida, la
rueda giratoria de la evolución donde todo nace, crece, se desarrolla y muere
para después volver a nacer, como sucede en la siembra y cosecha. Por lo
tanto su neter es el del renacimiento y continuidad cíclica de la vida.
Mas ello no se limitó
al aspecto material, sino también trascendió al aspecto abstracto a
través de la mente del hombre, donde representa la transformación de su
propia consciencia, la reintegración de la psique que fue fragmentada en el
proceso involutivo de la creación y el posterior remembramiento de esas partes pérdidas
para volver a integrar una conciencia luminosa en el reino de la
manifestación. Este se logra gracias a un proceso de renovación de conciencia
que el hombre experimenta durante su vida a los largo de todas sus
encarnaciones, hasta que llega el momento de su integración trascendente.
Los griegos a la
postre realizaron una fusión de Neteru mediante la cual se reunió el
neter de Osiris y Apis dando lugar al culto de Serapis mediante el cual se
adoraba el poder creativo de la divinidad fecundando el reino de la
materia trayendo luz vida y amor al reino manifiesto. El poder de la
divinidad manifestándose a través del poder de la materia viva del
toro sagrado con el que la tierra queda preñada.
Osiris, resulta
ser el primer descendiente de la gran cohorte de los nueve
Dioses, el primero que portando la semilla de su Abuelo, el Dios Supremo
de la Eneada Heliopolitana se convierte en el regente del Reino.
Su cabeza se ve
ataviada con una corona Blanca y alargada que remata en un una punta
esférica a la que se denominó “Atef”.
Esta esfera como el
resto de del tocado es de color blanco, esta esfera cilíndrica se encuentra en
la parte más alta del cuerpo de Osiris considerándolo como un todo físico, por
lo tanto al ser la esfera el punto más alto representa precisamente a su bisabuelo
Atum Ra, a su poder de vida que parte de un punto hacia la manifestación, como
ya se había apuntado es de color blanco porque representa la espiritualidad,
una espiritualidad que desciende de los planos superiores de consciencia del
propio poder creativo de Atum Ra .
Este poder creativo de
Atum Ra desciende a la manifestación a través de su semilla de fuego dentro de
un proceso de involución mediante el cual al igual que el rayo relampagueante
va descendiendo más y más hasta llegar al reino de la manifestación. El alma
individualizada de Osiris porta esta semilla divina y con ello el linaje real
del gran dios supremo que una vez que llega al plano de la manifestación se ve
enclaustrado en un vehículo físico que lo limita y oculta su luz.
El descenso del poder
de la cimiente de Atum Ra se ve representado por el cuerpo de la cobra real que
se encuentra en la corona blanca, iniciando con su cola hacia arriba cuya
Terminal representa el punto que emerge del poder espiritual de Atum Ra, mismo
que va descendiendo y ensanchándose conforme va recorriendo los planos más
densos de la creación hasta que llega a rematar en el mundo manifiesto. Esta
cobra real que termina en con su cabeza levantada en señal de protección a la
postre sirvió como emblema para identificar el Reino del Bajo Egipto, a
través de la corona roja que representaba el aspecto material de la creación,
como polo opuesto y complementario a la corona blanca que significa el poder
espiritual que después se le atribuyó a la región conocida más al sur de Egipto
y a la que se le denominó como el Alto Egipto.
De esa forma la
serpiente remata en la parte más baja de la corona, representando precisamente
que la cimiente de Atum Ra y su neter ha fecundado la tierra negra de Khem.
Posteriormente y una
vez que Osiris resucitó tal y como se describió en el Mito inserto
anteriormente, dicha corona fue enriquecida con dos plumas de avestruz una a
cada lado de la corona, estas representan la regencia que Osiris tiene tanto en
el reino de los vivos como en el de los muertos; Osiris con su tez verde
representa la trasformación de la arena árida del desierto en tierra
cultivable, bajo esta connotación el rostro de Osiris se encuentra situado al
norte y por lo tanto cada una de las dos plumas se encuentra orientada al
oriente y al occidente respectivamente que representan a su vez el horizonte
por donde sale el sol trayendo la vida, y la otra el occidente donde el
sol ingresa al infra-mundo cada anochecer y por lo tanto refiere al reino de los
muertos. Ambos reinos bajo el auspicio de Osiris.
El rostro del Dios
como ya se mencionó en el párrafo precedente es de color verde; este color
tiene relación con el principio de la fotosíntesis. La fotosíntesis es un
proceso químico de generación de energía que produce vida a partir de la luz
del Sol, este proceso tiene precisamente relación directa con el neter de
Osiris quién toma la energía de Atum Ra y la transforma en poder de vida que se
manifiesta en el plano de la materia; es la fuerza del espíritu que toca la
masa inerte para darle vida.
Este proceso se
compone de dos etapas; una lumínica, que refiere al descenso de la luz del
espíritu de Atum Ra y otra en la oscuridad mediante el cual esta energía es
trasformada en glucosa con la cual se hace posible la generación de la vida.
Esta segunda etapa tiene que ver con el proceso de transformación consciente
que Osiris hace de los aspectos en desequilibrio de la personalidad humana para
convertirla en un tipo de energía que permita la transformación de la
Humanidad; la Humanidad, que toma la luz y la captura en medio de la oscuridad
de su ignorancia, pero a partir de la cual cuenta con el poder para transformarse
y transformar estas tinieblas en vida, por lo tanto tenemos un proceso de
muerte que lleva al despertamiento de la conciencia del hombre y que refiere
directamente al proceso iniciático dentro del sacerdocio de Osiris.
Cuando la luz ingresa
en la oscuridad, esta se fragmenta, pues esa chispa luminosa la modifica y
divide, cada uno de esos fragmentos entonces representa las partes del cuerpo
de Osiris que fueron mutiladas. A partir de este momento en términos de la
fotosíntesis se realiza el trabajo dentro de la oscuridad, una labor que más
que de la energía luminosa ahora depende de la temperatura y que dentro del
proceso iniciático representa el poder de la voluntad consciente del ser humano
para despertar a la vida; el proceso concluido se ve representado con el cuerpo
remembrado de Osiris a través de las vendas forjadas con el poder del amor de
Isis y adheridas con el poder de la magia de Anubis, que al final son parte
misma y complementaria de la psique misma de Osiris.
Una vez que la luz y
la oscuridad se fusionan y encuentran el equilibrio de la creación a través del
poder de la vida en un perfecto balance entre el poder trasformador y el poder
del amor que generan sacrificio, vida y belleza, esta se ve reflejada en la generación
de un nuevo ser más brillante y perfeccionando que representa la evolución de
la conciencia del hombre y al que los antiguos egipcios llamaron “Harporcrat”
el hijo niño de Isis y Osiris .
De esa forma podemos
advertir como en esencia Osiris es por sí mismo la historia misma de la
iniciación y su neter, es el neter de la consciencia misma del Iniciado.
Tomado de:
http://eltemplodelsoleterno.com/mod/page/view.php?id=101
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