* MAESTRO SAINT GERMAIN
Cuando todos los humanos reconozcan la vida en cada
una de sus manifestaciones, este mundo que es de ustedes será un paraíso, pues
lo que crea el desequilibrio, el sufrimiento y la destrucción es el no
reconocimiento de la naturaleza verdadera de cada expresión de vida. Cuando una
piedra no está viva, ella deja de existir. Se disuelve, lo mismo que el humano,
cuando su cuerpo deja de estar vivo. Todo es así en el universo.
Al reconocer eso, estén presentes, atentos, y honren la vida en todas sus formas, aunque la expresión de ésta difiera de la de los humanos. Éstos son en adelante llamados a usar sus poderes de creación para equilibrar y armonizar a la humanidad y su medio ambiente.
Al reconocer eso, estén presentes, atentos, y honren la vida en todas sus formas, aunque la expresión de ésta difiera de la de los humanos. Éstos son en adelante llamados a usar sus poderes de creación para equilibrar y armonizar a la humanidad y su medio ambiente.
Cuando el desierto, falto de agua, parece
morir, una sola gota de agua puede nuevamente hacer florecer la planta que, a
los ojos de ustedes, ya no existía. Cuando un lugar está en la oscuridad total,
una sola vela basta para alumbrarlo. Cuando ustedes se sientan impotentes para
transformar este mundo, recuerden la fuerza de un solo haz de energía de amor
para armonizarlo.
Nuestro propósito es despertar en ustedes la
conciencia de la fuerza creadora del ser a fin de que, así inspirados por su
propia luz y por la belleza de sus hermanos, sientan el impulso de obrar para
rearmonizar y reequilibrar su vida y su mundo, y no permanezcan en una actitud
de espera o con una sensación de impotencia.
Si ustedes han logrado crear al ser que ustedes son,
también son capaces de hacerlo vivir y de hacer que emita su luz con tal fuerza
que fomente la vida en su entorno. Si una sola gota de agua es capaz de
resucitar una flor en el desierto, ?cuántas flores son capaces ustedes, que son
compuestos por agua, de incitar a exhalar su perfume?
En otras palabras, ustedes tienen poderes de
transmutación de la energía.
El humano puede modificar el equilibrio de la tierra
aportando su amor, su reconocimiento y su luz. Es apto para crear un vórtice
fuerte, energético, para crear un campo magnético y espirales de energía. Es capaz
de nutrir la tierra y de sanearla.
En efecto, a partir de estos poderes de manifestación,
varias creaciones y transformaciones energéticas son posibles. Cada vez que el
individuo quiera usar sus poderes, deberá asegurarse de elevar su ritmo
vibratorio hacia su frecuencia fundamental, de intensificar la trilogía
energética, de despertar el vórtice energético dentro de él, de reequilibrar y
de amplificar su campo magnético, de ser portador de una intención clara y
pura, y de emitir amor sin condiciones.
Al unirse con la energía del universo, el ser vuelve a
convertirse en el universo creador, y sus capacidades para transformar el
entorno y el medio ambiente se harán tan reales y fuertes como su amor por
ellos.
Soy el Maestro Saint Germain.
Publicado por Mari Itza el octubre 15,
2015
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