¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?
Todas las citas editadas de Osho, un místico del
siglo XX.
La meditación es LÚDICA
La meditación no es algo propio de la mente, sino algo que está más allá de
ella. Y el primer paso es asumir una actitud lúdica frente a la meditación. Si
tomas la meditación como algo divertido, la mente no podrá destruir tu
meditación. Si no lo haces, la transformará en otro viaje del yo y te tornará
muy serio. Comenzarás a pensar: "Soy un gran meditador. Soy más sagrado
que el resto de la gente, mientras que todo el mundo es terrenal, soy
religioso, soy virtuoso." Es esto lo que les ha sucedido a miles de así
llamados santos, moralistas, puritanos: solamente están jugando juegos del
yo, sutiles juegos del yo.
Por eso quiero cortar esto de raíz desde el principio.
Enfrenta la meditación con una actitud lúdica. Es una canción para ser
cantada, una danza para ser danzada. Tómala como diversión y te sorprenderás:
si puedes asumir en forma lúdica la meditación, ésta se desarrollará a pasos
agigantados.
Pero tú no estás anhelando logro alguno. Simplemente,
estás disfrutando de sentarte en silencio, gozando el mero acto de sentarte en
silencio. No se trata de que estés a la espera de algún poder de yogui, siddhis,* milagros. Todo eso no tiene sentido: es la
misma tontería de antes, el mismo viejo truco, pero con nuevas palabras, en un
nuevo plano... La vida como tal debe ser entendida como un chiste del cosmos.
Entonces, de repente, te relajarás porque no hay nada por lo que tensionarse.
Y, en esa misma relajación, algo empieza a cambiar en ti: hay un cambio
radical, una transformación. Y las pequeñas cosas de la vida comienzan a
cobrar un nuevo sentido, una nueva significación. Entonces, nada es pequeño,
todo empieza a tomar un nuevo sabor, una nueva atmósfera. Uno empieza a sentir
una especie de santidad por todas partes. Uno no se transforma en cristiano,
no se transforma en hindú, no se transforma en mahometano. Uno simplemente se
vuelve un amante de la vida. Uno aprende una sola cosa: cómo gozar de la vida.
Pero gozar de la vida es el camino hacia Dios. ¡Danza
tu camino hacia Dios, ríe tu camino hacia Dios, canta tu camino hacia Dios! ( 1
)
La meditación es CREATIVA
Hasta ahora,
has vivido de determinada manera. ¿No te gustaría vivir de otro modo? Hasta
ahora, has pensado
en cierta forma. ¿No te gustaría alguna nueva vislumbre en tu ser? Entonces,
manténte alerta y no escuches a la mente. La mente representa al pasado que
permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto
que sigue controlando el presente vivo. Simplemente, toma conciencia de esto.
¿Pero cuál es la manera? ¿Cómo continúa haciéndolo la mente? La mente lo
hace con su método. Dice: "Si no me prestas atención, no serás tan
eficiente como yo. Si repites lo antiguo,
puedes lograr mayor eficiencia, porque ya lo has hecho antes. Si emprendes
algo nuevo, no puedes ser tan eficiente." La mente sigue hablando como un
economista, como un experto en eficiencia. Sigue diciendo: "Esto es más
fácil de hacer. ¿Por qué hacerlo de la forma dificultosa? Ésta es la vía que
ofrece menor resistencia."
Recuerda: siempre que tengas dos opciones, dos alternativas,
elige la nueva. Opta por la más difícil, aquella en la cual sea necesario un
mayor conocimiento. A costa de la eficiencia, elige siempre el conocimiento, y
generarás una situación en la cual se haga posible la meditación. Son solamente
situaciones. La meditación tendrá lugar. No estoy afirmando que sólo creando
estas situaciones se consiga la meditación, pero ellas son útiles.
Generarán en ti la situación necesaria, sin la cual no
podría haber meditación. Sé menos eficiente pero más creativo. Deja que éste
sea el motor. No te preocupes demasiado por los fines utilitarios. Más bien,
recuerda siempre que no estás aquí, en la vida, para transformarte en una
mercancía. No estás aquí para convertirte en una utilidad con escasa dignidad.
No estás aquí nada más que para volverte más y más eficiente. Estás aquí para
tornarte más y más vivo. Estás aquí para hacerte más y más inteligente. Estás
aquí para volverte más y más feliz, exaltadamente feliz. Pero esto está totalmente
alejado de los caminos de la mente. ( 2 )
La meditación es CONCIENCIA
Cualquier cosa que hagas, hazla con profunda conciencia. Entonces,
inclusive las cosas pequeñas se transforman en sagradas. Entonces, cocinar o
limpiar se transforma en cosas sagradas; se hace culto de ellas. No se trata de
qué es lo que haces, sino de cómo lo haces. Puedes limpiar el piso como un
robot, un artefacto mecánico; tienes que limpiarlo, así que lo haces.
Entonces, te pierdes algo hermoso. Así, malgastas esos momentos nada más que
en limpiar el piso. Limpiar el piso podía haber sido una experiencia
grandiosa. Te la perdiste. El suelo está limpio, pero algo que podía haber
pasado en tu interior no ha pasado. Si hubieras tenido conciencia, tú también
(y no sólo el piso) habrías sentido el efecto de una profunda purificación.
Limpia el piso con plena conciencia, con el brillo del conocimiento. Trabaja,
siéntate o camina, pero con un hilo conductor: ilumina más y más momentos de tu
vida con la conciencia. Deja que la vela del conocimiento se encienda en cada
momento, en cada acto. El efecto acumulativo de todos los momentos juntos los
transforma en una gran fuente de luz. ( 3 )
La meditación es tu NATURALEZA
¿Qué es la meditación? ¿Es una técnica que se puede practicar? ¿Es un
esfuerzo que tienes que hacer? ¿Es algo que la mente puede lograr? No. Todo lo
que la mente es capaz de hacer no puede ser meditación. Se trata de algo que
está más allá de la mente, y en ese terreno la mente resulta absolutamente
inútil. La mente no puede acceder a la meditación. Donde termina la mente,
comienza la meditación. Es necesario recordar esto, porque en nuestras vidas,
hagamos lo que hagamos, lo hacemos a través de la mente; sea lo que sea lo que
logramos, lo logramos a través de la mente. Y entonces, cuando nos volvemos
hacia adentro, nuevamente empezamos a pensar en términos de técnicas, métodos,
acciones, porque toda la experiencia de vida nos muestra que la mente puede
lograrlo todo. Sí, a excepción de la meditación, la mente puede lograrlo todo.
Todo lo ejecuta la mente, salvo la meditación. Porque la meditación no es un
logro; es un estado previo: es tu naturaleza. No es necesario adquirirla; sólo
es preciso reconocerla, sólo hay que recordarla. Está allí esperándote: basta
con darte vuelta y está a tu disposición. Te ha estado acompañando desde
siempre.
La meditación es tu naturaleza intrínseca: eres tú, es tu ser, no tiene nada
que ver con tus acciones. No puedes tenerla y no puedes no tenerla. No puede
ser poseída, pues no es una cosa. Eres tú mismo. Es tu ser. ( 4 )
La meditación es INACCIÓN
Cuando la gente viene y me pregunta "¿Cómo hago para meditar?",
yo le respondo: "No es necesario preguntar cómo se medita. Pregunta cómo
hacer para permanecer libre de ocupaciones. La meditación se produce
espontáneamente. Sólo pregunta cómo tener tiempo libre de ocupaciones: eso es
todo. En esto consiste todo el truco de la meditación: en cómo permanecer
libre de ocupaciones. Entonces, no puedes hacer nada: la meditación habrá de
florecer."
Cuando no estás haciendo nada, la energía se desplaza hacia el centro, se
instala en el centro. Cuando estás haciendo algo, la energía se dirige hacia
afuera. Actuar es una forma de salirse de uno mismo. No actuar es una forma de
entrar en uno. Las ocupaciones son un medio de escape. Puedes leer la Biblia,
puedes transformarlo en una ocupación. No hay diferencia alguna entre una
ocupación religiosa y una secular: todas son ocupaciones y te ayudan a quedarte
en la parte exterior de tu ser. Son excusas para quedarse del lado de afuera.
El hombre es ignorante y ciego, y quiere seguir siéndolo, porque le parece
que volverse hacia el interior es como entrar en un caos. Y así es. En tu
interior, has generado un caos. Tienes que salir a su encuentro y superarlo.
Se requiere coraje: coraje para ser uno mismo, y coraje para meterse dentro de
uno mismo. No conozco coraje más grande que ese coraje de ser meditativo.
Pero la gente que se queda en la parte exterior, ya sea con cosas terrenales
o no terrenales, pero igualmente con ocupaciones, piensa... y ha dado origen a
un rumor a su alrededor: tienen sus propios filósofos, que dicen que, si eres
un introvertido, de alguna manera estás enfermo, algo no anda bien contigo. Y
constituyen la mayoría. Si meditas, si te sientas en silencio, se burlarán de
ti:
"¿Qué estás haciendo? ¿Mirándote fijamente el ombligo? ¿Abriendo el
tercer ojo? ¿Adónde vas? ¿Estás enfermo?... Porque, ¿qué hay para hacer en el
interior? No hay nada."
Para la mayoría de la gente, el interior no existe; sólo consideran que
existe el afuera. Y en realidad es exactamente al revés: sólo el adentro es
real; el afuera no es más que un sueño. Pueden llamar enfermos a los
introvertidos, pueden llamar enfermos a los meditadores. En Occidente, piensan
que el Oriente está algo perturbado: ¿cuál es la finalidad de sentarse solo y
dirigir la mirada hacia adentro? ¿Qué va uno a encontrar allí? No hay nada.
David Hume, uno de los grandes filósofos británicos, lo intentó una vez...
porque estaba estudiando los Upanishads * y
éstos repetían: "Entra, entra, entra." Éste era su único mensaje.
Así que lo intentó. Un día cerró los ojos(un hombre totalmente profano, muy lógico, empírico, pero en
absoluto meditativo), cerró sus ojos y
exclamó:
"¡Es tan aburrido! Es aburrido mirar hacia el interior de uno mismo.
Los pensamientos se movilizan, a veces algunas emociones también, pero siguen
disparándose en la mente, y tú continúas observándolas. ¿Con qué objetivo? Es
inútil. No tiene sentido."
Y así lo entiende mucha gente. La perspectiva de Hume es la de la mayor
parte de la gente. ¿Qué estás haciendo para llegar al interior de ti mismo? Hay
oscuridad, pensamientos flotando aquí y allá. ¿Qué harás? ¿Qué saldrá de
esto? Si Hume hubiera esperado un poco más (lo cual es difícil para personas
como él), si hubiera sido un poco más paciente, a medida que los pensamientos
desaparecen, las emociones se serenan. Pero, si esto le hubiera ocurrido a
Hume, habría dicho:
"Esto es aun peor, porque viene el vacío. Al menos, antes había pensamientos,
algo de que ocuparse, para observar, algo en que pensar. Ahora, han desaparecido hasta los pensamientos; queda
sólo el vacío... ¿Qué hacer con el vacío? Es absolutamente inútil."
Pero, si hubiera esperado un poco más, entonces
también hubiera desaparecido la oscuridad. Es como cuan do dejas un lugar
iluminado por el cálido sol y entras a la casa: todo se ve oscuro porque tus
ojos necesitan ponerse un poco a tono. Están adaptados al cálido sol de
afuera; en comparación, tu casa parece oscura. No puedes ver; te sientes como
si fuera de noche. Pero esperas, te sientas, descansas en una silla y, tras
unos segundos, tus ojos se adaptan. Ahora, ya no está oscuro, un poco más de
luz... Descansas una hora y todo es luminoso, no hay oscuridad para nada.
Si Hume hubiera esperado un poco más, la oscuridad
también se hubiera desvanecido. Como has pasado en el cálido sol de afuera muchas
vidas, tus ojos se han acomodado a él, han perdido la flexibilidad. Necesitan
un ajuste. Cuando uno entra a la casa, le lleva un ratito, algo de tiempo y de
paciencia. No te apresures.
Nadie puede llegar a conocerse a sí mismo con apuro.
Es una espera muy, muy profunda. Se necesita una paciencia infinita.
Lentamente, la oscuridad desaparece. Surge una luz que no proviene de fuente
alguna. No tiene llama, no hay una lámpara encendida, tampoco está el sol
allí. Una luz, tal como aparece a la mañana, cuando la noche ha desaparecido y
el sol aún no ha salido... O como a la tarde, en el crepúsculo, cuando el sol
se ha puesto y todavía no ha caído la noche. Ésta es la razón por la cual los
hindúes denominan a su oración sandhya.
Sandhya significa crepúsculo, luz que carece de fuente.
Cuando te dirijas hacia el interior, llegarás a la luz
que carece de fuente. En esa luz, por primera vez, comienzas a comprenderte a
ti mismo y a entender quién eres, porque tú eres esa luz. Tú eres ese
crepúsculo. Tú eres esasandhya, esa pura claridad, esa
percepción, donde el observador y lo observado desaparecen, permaneciendo sólo
la luz. ( 5 )
La meditación es ser TESTIGO
La meditación comienza por separarse de la mente, por
ser un testigo. Ésta es la única manera de separarse
de algo. Si estás mirando hacia la luz, naturalmente,
una cosa es segura: tú no eres la luz; eres quien está mirando la luz. Si
estás observando las flores, una cosa es segura: tú no eres la flor; eres el
observador.
La contemplación es la clave de la meditación.
Contempla tu mente. No hagas nada: ni repetir un mantra, ni repetir el nombre
de Dios. Sólo observa lo que la mente hace. No la perturbes, no la
obstaculices, no la reprimas; no emprendas nada por tu parte. Limítate a ser un observador. Y el milagro de la contemplación es la
meditación. A medida que observes, lenta, lentamente, la mente se vaciará de
pensamientos. Pero no te estás quedando dormido; estás cada vez más alerta, más
consciente.
Cuando la mente se vacía por completo, toda tu
energía se transforma en una llama de despertar. Esta llama es el resultado de
la meditación. Así que puedes decir que la meditación es otro nombre de la
contemplación, del ser testigo, de la observación, sin emitir juicio ni
evaluación alguna. Sólo por medio de la contemplación, saldrás de inmediato de
la mente...
Todo lo que el yogui Maharishi Mahesh y otros como él
hacen está bien, pero llaman meditación a algo que no lo es. Allí es donde
están guiando a la gente por un camino errado. Si hubieran seguido siendo
sinceros y auténticos, y le hubieran dicho a la gente que esto traería salud
mental, salud física, una vida más relajada, una existencia más pacífica,
hubiera sido correcto. Pero, una vez que comenzaron a llamarla "meditación
trascendental", le habían atribuido a algo muy trivial una grandiosa
significación que no le corresponde. La gente ha participado de la meditación
trascendental durante años y, en Oriente, durante miles de años. Pero esto no
se ha transformado, para la gente, en un mayor autoconocimiento, y no los ha
convertido en Buda Gautama.
Si deseas entender exactamente qué es la meditación,
el Buda Gautama es el primer hombre que arribó a una definición correcta y
precisa: es ser testigo. ( 6 )
La meditación es un SALTO
Nunca puedes ir más allá de la mente si sigues utilizándola. Tienes que dar
un salto, y la meditación implica ese salto. Ésta es la razón por la cual la
meditación es ilógica, irracional. Y no se la puede tornar lógica; no se la
puede reducir a la razón. Tienes que experimentarla. Únicamente si pasas por
esta experiencia, adquieres conocimiento. Así que intenta esto: no pienses en
ella; intenta, trata de ser testigo de tus propios pensamientos. Siéntate,
relajado, cierra los ojos, deja fluir tus ideas como fluyen las imágenes en
una pantalla. Obsérvalas, míralas, hazlas tus objetos. Surge un pensamiento:
contémplalo profundamente. No pienses en él; sólo obsérvalo. Si empiezas a
pensar en él, no serás testigo: habrás caído en la trampa.
Hay afuera una bocina. Surge una idea: "está pasando un auto"; o
ladra un perro, o algo sucede. No pienses en ello; sólo contempla la idea. El
pensamiento ha surgido, ha tomado forma. Aunque sea por un solo instante, si
eres capaz de observar el proceso de pensamiento sin pensar en él, habrás
aprendido a ser testigo y habrás ganado algo al serlo. Es un gusto, un gusto
diferente del pensar (totalmente diferente). Pero es necesario experimentar
con él. La religión y la ciencia son polos opuestos, pero en algo se parecen y
ponen el acento en lo mismo: la ciencia depende de la experimentación, al
igual que la religión. Sólo la filosofía es no experimental. La filosofía
sólo depende del pensar. Tanto la religión como la ciencia dependen de la
experiencia: en el caso de la ciencia, con objetos; en el caso de la religión,
con tu subjetividad. La ciencia depende de la experimentación con cosas, no
contigo; y la religión depende de la experimentación directa contigo.
Es difícil, porque en la ciencia el experimentador está allí, el experimento
está allí y el objeto que va a ser experimentado también. Hay tres cosas: el
objeto, el sujeto y el experimento. En la religión, tú eres estas tres cosas
al mismo tiempo. Debes experimentar contigo mismo. Tú eres el sujeto, el objeto
y el laboratorio. No sigas pensando. Comienza por algún lado, empieza a
experimentar. Entonces, tendrás una sensación directa de lo que es pensar y lo
que es ser testigo. Y así llegarás a saber que no puedes hacer las dos cosas en
forma simultánea, así como no puedes correr y estar sentado al mismo tiempo.
Si corres, no puedes estar sentado, entonces no te sientas. Y si estás sentado,
no puedes correr. Pero sentarse no es la función de las piernas. Correr es la
función de las piernas; no sentarse. En realidad, sentarse es la no función
de las piernas. Cuando las piernas están funcionando, no estás sentado.
Sentarse es la no función de las piernas; correr es su función.
Lo mismo ocurre con la mente: pensar es una función de la mente; ser
testigo implica una no función de la mente. Cuando la mente no está funcionando,
puedes ser testigo, y entonces tienes la conciencia. ( 7 )
La meditación es CIENTÍFICA
La meditación es un método puro y científico. En ciencia, se llama observación,
observación de los objetos. Cuando miras hacia tu interior, es la misma
observación, sólo que haciendo un giro de ciento ochenta grados y dirigiendo la
mirada hacia adentro. Ésta es la razón por la cual la llamamos meditación. No
es necesario Dios alguno, así como no es necesaria Biblia alguna. No es necesario,
como prerrequisito, tener un sistema de creencias.
Un ateo puede meditar, así como puede hacerlo cualquier persona, porque la
meditación no es sino un método de volverse hacia el interior. ( 8 )
La meditación es un EXPERIMENTO
¿No crees en Dios? Eso no es un impedimento para la meditación. ¿No crees
en el alma? Eso no es un impedimento en la meditación. ¿No crees en nada? Eso
no es un obstáculo. Puedes meditar, pues la meditación simplemente indica
cómo acceder al interior de uno mismo: si hay o no un alma no tiene
importancia, así como no la tiene si existe o no un Dios.
Una cosa es segura: que tú existes. Si seguirás existiendo después de la
muerte o no, no interesa. Sólo importa una cosa: en este preciso momento, tú
existes. ¿Quién eres? Para acceder a ello, está la meditación: para penetrar
más hondo en tu propio ser. Tal vez sea sólo algo momentáneo; tal vez no seas
eterno; tal vez la muerte ponga fin a todo. No imponemos condición alguna en
que estés obligado a creer. Sólo decimos que tienes que probar. Simplemente
inténtalo. Un día sucede: los pensamientos no están allí. Y de repente, cuando
las ideas desaparecen, tú quedas separado de tu cuerpo, pues los pensamientos
constituyen el puente entre ambos. A través de ellos, estás unido al cuerpo.
Constituyen el nexo. En forma repentina, el nexo desaparece: tú estás allí, el
cuerpo también está allí, y hay un infinito abismo entre ambos. Entonces,
sabes que el cuerpo ha de morir, en tanto que tú no puedes morir.
Entonces, no se trata de algo como un dogma; no es un credo, es una experiencia
que se comprueba por sí misma. Ese día, la muerte desaparece.
Ese día, la duda desaparece, porque ya no necesitas estar permanentemente
defendiéndote. Nadie puede destruirte: eres indestructible. Entonces, la
confianza surge, se desborda. Y tener confianza es estar en éxtasis; tener
confianza es estar en Dios; tener confianza es estar satisfecho.
Así que yo no hablo de cultivar la confianza, sino de experimentar la
meditación.
La meditación es SILENCIO
La mente implica palabras; el yo, silencio. La mente
no es sino la sumatoria de todas las palabras que has acumulado. El silencio
es algo que siempre ha estado contigo, no es una acumulación. Éste es el
significado del yo: es tu cualidad intrínseca. Sobre el fondo del silencio,
continúas acumulando palabras, y la sumatoria de todas las palabras es lo que
se conoce como mente. El silencio es meditación. Es una cuestión de cambiar
la percepción de la forma, de desviar la atención de las palabras hacia el silencio,
que siempre ha estado allí. ( 10 )
La meditación es el PASO
La meditación es un estado natural, que hemos perdido. Es un paraíso
perdido, pero el paraíso puede ser recuperado. Mira a los niños a los ojos...
Míralos y verás un gran silencio, una inocencia. Cada niño viene con un estado
meditativo, pero debe ser iniciado en los caminos de la sociedad: hay que
enseñarle a pensar, a calcular, a razonar, a discutir; hay que enseñarle las palabras,
el lenguaje, los conceptos. Y lenta, lentamente, pierde contacto con su propia
inocencia. Se contamina, es corrompido por la sociedad. Se transforma en una
maquinaria eficiente; deja de ser un hombre.
Todo lo que se necesita es recuperar ese espacio una
vez más. Alguna vez lo conociste, así que, cuando te acercas a la meditación
por primera vez, te sorprendes, pues un gran sentimiento surgirá en ti como si
lo hubieras experimentado previamente. Y esa sensación es real: lo has vivido
antes, pero lo has olvidado. El diamante se ha perdido en medio de un montón
de basura. Pero, si eres capaz de descubrirlo, hallarás nuevamente el diamante:
te pertenece.
No puede perderse verdaderamente: sólo se puede
olvidar. Nacemos como meditadores y después aprendemos los caminos de la
mente. Pero nuestra naturaleza real permanece escondida en algún lugar, en las
profundidades, como una corriente submarina. Cualquier día, una pequeña excavación,
y encontrarás la fuente de la que aún fluye agua fresca. Y encontrarla es uno
de los más grandes placeres de la vida. ( 11 )
La meditación es REMINISCENCIA
Dondequiera que estés, recuerda que tú existes. Esta conciencia de tu
existencia debe tornarse una continuidad. No tu nombre, tu casta, tu nacionalidad.
Ésas son cosas fútiles, absolutamente vanas. Sólo recuerda: "Yo
soy." No hay que olvidar esto. Esto es lo que los hindúes denominan reminiscencia
del yo, lo que Buda llamaba autocontemplación, lo que Gurdjieff solía denominar
recuerdo del yo, y lo que Krishnamurti llama conciencia.
Ésta es la parte más sustancial de la meditación: recordar que "yo
soy". Mientras camines, estés sentado, co miendo o hablando, recuerda el
"yo soy". Nunca lo olvides. Será muy dificultoso y arduo. Al comienzo, los olvidos serán permanentes; sólo habrá
momentos sueltos en los cuales te sentirás iluminado, que luego se perderán.
Pero no te sientas mal: aun estos momentos sueltos son mucho. Siempre que
puedas volver a recordar, retoma el hilo. Cuando olvides, no te preocupes.
Recuerda nuevamente, vuelve a retomar el hilo, y poco a poco las brechas se
irán reduciendo, los intervalos comenzarán a perderse, y surgirá una
continuidad. Y cuando tu conciencia adquiere continuidad, no necesitas usar la
mente. Entonces, no hay planificación; es tu conciencia y no tu mente la que
dirige tus actos. Entonces, no hay necesidad de defensa alguna, no hay
necesidad de dar explicación alguna. En consecuencia, eres lo que eres: no hay
nada que esconder. Aquello que eres, lo eres. No puedes hacer otra cosa.
Únicamente puedes hallarte en un estado continuo de reminiscencia. A través de
esta reminiscencia, de esta autocontemplación, llega la auténtica religión,
la auténtica moralidad. ( 12 )
La meditación es LIBERTAD
Si la vida fluye hermosa, naturalmente, si no hay
maestros negativos para la vida, si no hay ni políticos ni sacerdotes que te
distraigan, entonces, cerca de los cuarenta y dos años, exactamente al llegar
la madurez sexual, madura la meditación. Alrededor de los cuarenta y dos
años, uno comienza a sentirse volcado hacia adentro. Cerca de los catorce años,
uno empieza a volcarse hacia los demás, se torna extravertido. El amor implica
extraversión; la relación es pensar en el otro. La meditación es introversión,
y significa pensar en el propio ser, en el centro de uno mismo.
Entre los catorce y los cuarenta y dos años, se
produce un cambio. Poco a poco, uno vive la vida, conoce lo que es el amor,
sabe de su satisfacción y de su frustración, de su alegría y de su tristeza, de
su belleza y de su espanto, sabe que hay momentos de intenso éxtasis y,
después, grandes valles de oscuridad. Entonces, uno empieza poco a poco a
volcarse hacia el propio ser, dado que depender del otro nunca puede producir
verdadero éxtasis. Si tu placer depende del otro, ese placer nunca puede tener
en sí mismo la cualidad de la libertad. Y un placer que no tiene la cualidad de
la libertad no es un gran placer. Si eres dependiente respecto del otro, entonces
hay allí una limitación. El placer al que se accede a través del amor es
momentáneo: sólo puedes encontrarte con el otro en algunos momentos; luego, te
separas y te sientes solo. Entretanto, te sientes solo. Sólo por un momento
te unes con el otro. Entonces, uno empieza a pensar: "¿Hay alguna manera
de hacerse uno con la existencia y no sentirse solo nunca más?"
En esto consiste la meditación. El amor es unirse a la existencia a través
de otra persona sólo durante algunos momentos. La meditación es unirse a la
existencia eternamente.
Yoga quiere decir "unir". Esto debe suceder en algún profundo
lugar del corazón. Y entonces hay placer y hay libertad. Y entonces hay dicha,
pero no seguida de un valle de oscuridad. Entonces, la felicidad es eterna y la
celebración es eterna. ( 13 )
La meditación es SENSIBILIDAD
Es la luz de la conciencia la que torna preciosas, extraordinarias las
cosas. Entonces, las cosas pequeñas dejan de ser pequeñas. Cuando un hombre
consciente, sensible y afectuoso toca un guijarro de la orilla, éste se
transforma en un diamante. Y si tocas un diamante en tu estado de inconciencia,
no es más que un guijarro ordinario (ni siquiera eso). La profundidad y el
sentido de tu vida serán proporcionales a tu nivel de conciencia.
Ahora, la gente se pregunta por todo el mundo: "¿Cuál es el sentido
de la vida?" Evidentemente, el sentido está perdido, porque has perdido la forma de descubrir el sentido, y
esta forma es la conciencia. ( 14 )
La meditación es CRECER
Envejecer no es algo valioso: todo animal pasa por
eso, sin necesidad de usar la inteligencia. El crecimiento es una experiencia
totalmente diferente. El envejecimiento es horizontal. El crecimiento es
vertical: te lleva a las alturas, y te conduce a las profundidades. Y habrá de
sorprenderte saber que el tiempo es horizontal, lo cual suena bastante extraño.
Pasa un momento, luego viene otro momento, otro y otro más... sucediéndose en
una línea, en una línea horizontal. El tiempo es horizontal, tal como lo es la
mente. A una idea le sigue otra, y a ésta, otra, y otra, pero en una línea, una
hilera, una procesión o un embotellamiento, pero siempre en forma horizontal.
La meditación es vertical: va más allá de la mente y más allá del tiempo.
Y, tal vez, finalmente llegues a la conclusión de que el tiempo y la mente son
equivalentes, son dos nombres del mismo fenómeno: la sucesión de ideas, de
momentos. La meditación significa detener tanto el tiempo como la mente, y
empezar de repente a elevarse a la eternidad. La eternidad no forma parte del
tiempo, y tampoco es un pensamiento; es una experiencia. ( 15 )
La meditación es NO ESCAPISTA
El hombre que vive en el futuro vive una vida falsificada. No vive verdaderamente;
sólo aparenta vivir. Espera vivir, lo desea, pero nunca lo hace. Y el mañana
nunca llega; siempre es hoy. Lo que viene es siempre aquí y ahora, y el hombre
no sabe vivir el "aquí y ahora": sólo sabe escaparle. La forma de
escapar al "aquí y ahora" se llama deseo, tanha (que
es la palabra del Buda que hace referencia a una huida del presente, a un
escape de lo real hacia lo irreal).
El hombre que desea es un escapista.
Ahora, y esto es muy extraño, se piensa que los meditadores son escapistas.
Esto es un completo contrasentido. Los meditadores son los únicos no
escapistas: todos los demás sí lo son. La meditación implica dejar de lado el
deseo, abandonar los pensamientos, deshacerse de la mente. La meditación
significa relajarse en el momento, en el presente. La meditación es lo único
en el mundo que no es escapista, a pesar de que se crea que es lo más escapista
que hay. Quienes condenan la meditación a menudo lo hacen utilizando el argumento
de que implica un escape, escapar de la vida. Sólo dicen cosas sin sentido; no
comprenden lo que dicen.
La meditación no implica escapar de la vida. Es escapar hacia la vida. La
mente lleva a escapar de la vida; el deseo es escapar de la vida. ( 16 )
La meditación es un DON
Estar en silencio es el arte más simple del mundo. No es una acción, sino
una no acción. ¿Cómo puede resultar dificultoso?
¡Te estoy mostrando el camino de la iluminación a través de la pereza! No
hay que hacer nada para alcanzar la, pues está en tu naturaleza. Ya la tienes;
sólo que estás tan ocupado con otras actividades que no puedes percibir tu
propia naturaleza.
En las profundidades de tu interior es como afuera: la belleza, el
silencio, el éxtasis, la dicha. Pero, por favor, a veces ten clemencia contigo:
siéntate y no emprendas actividad alguna, ni física ni mental. Relájate, mas no
al modo norteamericano... Puesto que he visto tantos libros norteamericanos
titulados Cómo relajarse, en los que el título mismo indica que el autor no
sabe nada acerca de la relajación: no hay "cómo".
Sí, está bien: Cómo reparar un automóvil: tienes que hacer algo. Pero no
hay acciones como tales en lo concerniente a la relajación. Simplemente, no
hagas nada. Sé que te resultará algo difícil al comienzo. No se debe a que sea
dificultoso relajarse, sino a que te has vuelto adicto a la necesidad de hacer
algo. Llevará un tiempo superar esa adicción.
Sólo sé y contempla. Ser es no hacer y contemplar es también no hacer. Te
sientas en silencio sin realizar actividad alguna, siendo testigo de todo lo
que suceda. Las ideas darán vueltas en tu mente. Puedes sentir cierta tensión
en algunas partes del cuerpo; te puede doler la cabeza. Sólo sé testigo de lo
que pase, no te identifiques con eso. Observa, sé como un observador que desde
la montaña contempla lo que sucede en el valle. Es un don, no un arte.
La meditación no es una ciencia, no es un arte. Es un don; no más que eso.
Todo lo que necesitas es un poco de paciencia.
Los viejos hábitos habrán de perdurar; las ideas seguirán precipitándose.
Y tu mente siempre está como si fuera la hora pico, con el tránsito apretado.
Tu cuerpo no está acostumbrado a sentarse en silencio: te moverás y te darás
vuelta. No hay de qué preocuparse. Simplemente, observa que el cuerpo se está
moviendo y se está dando vuelta, que la mente está convulsionada, llena de
ideas (consistentes, inconsistentes, fútiles), fantasías, sueños. Quédate en
el centro, observando.
Todas las religiones del mundo le han enseñado a la gente a hacer algo:
detener el proceso de pensamiento, forzar el cuerpo a asumir una postura
inmóvil. En esto consiste el yoga: en una larga práctica para forzar al cuerpo
a una postura inmóvil. Pero un cuerpo forzado no está inmóvil. Y las oraciones,
las concentraciones, las contemplaciones de todas las religiones hacen lo
mismo con la mente: la fuerzan, no permiten que los pensamientos fluyan. Sí,
tienes la capacidad de hacerlo. Y, si insistes, puedes detener el proceso de
pensamiento. Pero esto no es lo real, es absolutamente fingido.
Cuando la inmovilidad viene por sí misma, cuando el silencio se instala sin
que hagas esfuerzo alguno, cuando contemplas los pensamientos y llega un
momento en que empiezan a desaparecer las ideas y comienzan a producirse
silencios, es hermoso. Los pensamientos se detienen por sí solos si no te
identificas, si continúas en la posición del testigo y no dices: "Éste es mi
pensamiento."
No dices: "Esto está bien; esto está mal", "Esto debería
estar allí' y "Esto no tendría que estar ahí". Si lo hicieras, ya
no serías un observador: tendrías prejuicios, ciertas actitudes. Un observador
no tiene prejuicios, no emite juicios de valor; sólo refleja lo que ve, como un
espejo.
Cuando pones algo frente a un espejo, éste simplemente refleja lo que está
delante. No juzga que el hombre es feo, o que es hermoso, ni dice:
"¡Ay! ¡Qué bonita nariz tienes!" El espejo no tiene nada que
decir. Su naturaleza es reflejar, y refleja. Ésta es la razón por la cual
hablo de meditación: tú sólo reflejas todo lo que sucede por dentro o por
fuera.
Yo te lo garantizo... Puedo garantizarlo porque me ha pasado a mí y le ha
pasado a mucha de mi gente. Sólo mira con paciencia; tal vez pasen unos pocos
días, quizás hasta unos pocos meses, o tal vez unos pocos años. No hay forma de
anticiparlo, puesto que cada individuo tiene un ritmo diferente.
Debes haber visto a la gente que junta antiguas estampillas de correo. Cada
uno tiene una colección diferente; la cantidad puede ser diversa, por lo tanto
el tiempo que le lleve a cada uno será diferente; pero trata de seguir como
testigo hasta tanto puedas hacerlo. Y esta meditación no necesita un tiempo especial.
Puedes limpiar el piso y permanecer en silencio observándote a ti mismo
limpiando el piso.
Puedo mover la mano sin conciencia de ello, sin observarla, o bien puedo
moverla con plena conciencia. Y hay una diferencia cualitativa. Cuando la
mueves en forma inconsciente, es mecánico. Cuando la mueves en forma
consciente, hay gracia. Incluso en la mano, que forma parte de tu cuerpo,
sentirás silencio, indiferencia.
¿Y qué decir de la mente? Con tu permanente observación, lentamente
comienza a reducirse más y más la precipitación de ideas. Comienzan a aparecer
momentos de silencio; aparece un pensamiento y después hay silencio antes de
que aparezca otro pensamiento.
Estas lagunas te brindarán la primera vislumbre de meditación y el primer
placer de estar llegando a puerto. ( 17 )
La meditación es CLARIDAD
Una vez que comprendes qué es la meditación, las cosas se aclaran mucho.
Si no, puedes seguir andando a tientas en la oscuridad. La meditación es un
estado de claridad, no un estado de la mente. La mente implica confusión;
nunca es clara: no puede serlo. Los pensamientos crean nubes a tu alrededor;
nubes sutiles. Éstas generan una neblina, y se pierde la claridad. Cuando las
ideas desaparecen, cuando no hay más nubes a tu alrededor, cuando te centras
sólo en tu ser, se produce la claridad. Entonces, puedes ver mucho más lejos;
puedes ver hasta los confines mismos de la existencia. Entonces, tu mirada se
torna penetrante, y llega hasta el centro mismo del ser.
La meditación es claridad, absoluta claridad, de la visión. No puedes
pensar en eso. Debes dejar de pensar.( 18 )
La meditación es VACÍO
Durante siglos se ha estado en contra del vacío. El vacío es maravilloso.
Gente tonta ha estado diciéndote: "La mente en blanco es obra del Diablo."
¡La mente en blanco es obra de Dios! La mente ocupada constituye una obra del
Diablo.
Pero es necesario estar verdaderamente vacío. Ser holgazán no significa
estar vacío; no hacer nada no significa estar vacío: miles de ideas vociferan
en tu interior. Puedes ser holgazán desde lo que se ve de afuera, pero en tu
interior puede haber mucho trabajo.
Pueden alzarse muchas paredes, pueden estarse preparando nuevas prisiones
para que, cuando te hartes de las viejas, puedas acceder a las nuevas. En cualquier
momento, pueden quebrarse las viejas cadenas; por eso, puedes estar creando
cadenas nuevas por si se rompen las viejas. Entonces, te sentirás muy vacío.
De vez en cuando sucede naturalmente, porque es tu misma naturaleza ser
libre. Entonces, de vez en cuando, a pesar de ti... mirando un atardecer, de
repente olvidas todos tus deseos. Olvidas toda ansia, todos tus anhelos de
placer.
El atardecer es tan hermoso, tan sobrecogedor, que olvidas el pasado y el
futuro: sólo queda el presente. Eres uno con el momento, no hay un observador
y un observado. El observador se transforma en el objeto observado. Tú no
estás separado del atardecer.
Te une un puente a él. En esta comunión accedes a un claro, y en virtud
de él te sientes alegre. Pero nuevamente vuelves a caer en el agujero negro,
por la simple razón de que, para salir al claro, necesitas el coraje de
quedarte bajo el cielo vacío.
Esto es lo que llamo sannyas. Denomino a este coraje sannyas: no
escapar, sino llegar al claro, contemplando el cielo sin nubes, oyendo los
cantos de los pájaros sin distorsiones. Y, entonces, una y otra vez te vas
adaptando al vacío y al placer de estar vacío.
Lenta, lentamente, ves que el vacío es algo más que el vacío. Implica una
plenitud, una plenitud de algo de lo que nunca has tenido conciencia, una
plenitud de algo que nunca has saboreado.
Es decir que al principio parece vacío, y al final está lleno, totalmente
lleno, abrumadoramente lleno. Está lleno de paz, está lleno de silencio, está
lleno de luz. ( 19 )
La meditación es INTELIGENCIA
Mantén una mirada profunda dentro de tu mente: fíjate cuáles son sus
motivaciones. Cuando haces algo, busca de inmediato la motivación pues, si ésta
se te escapa, la mente seguirá engañándote y diciéndote que la motivación es
otra. Por ejemplo: llegas a casa enojado y golpeas a tu hijo. Tu mente dirá:
"Es por su bien, para enseñarle a comportarse." Esto es una
racionalización. Busca más profundamente... Estabas enojado y buscabas a
alguien con quien pudieras enfurecerte. No podías pelearte con el jefe de la
oficina, pues él es demasiado fuerte para enfrentarlo: sería un riesgo, además
de un peligro desde el punto de vista económico. Necesitabas a alguien
indefenso. Ahora, como este niño está totalmente indefenso, depende de ti; no
puede reaccionar, no puede hacer nada, no puede pagarte con la misma moneda. No
podrías encontrar una víctima más perfecta.
Reflexiona: ¿estás enojado con el niño? Si lo estás, quiere decir que la
mente te está embaucando.
La mente te engaña permanentemente, las veinticuatro horas del día, y tú
contribuyes a ello. Entonces, al final, te sientes miserable y te ganas el
infierno. Busca en todo momento la motivación correcta. Si puedes encontrarla,
la mente tendrá cada vez menos posibilidades de engañarte. Y, cuanto más te
alejes de la impostura, tanto más capaz serás de moverte más allá de la mente,
y de transformarte en maestro.
Me he enterado...
Un científico le decía a un amigo: -No entiendo por qué insistías en que tu
mujer usara un cinturón de castidad mientras fuimos a la convención. Después
de todo, entre nosotros, como viejos camaradas, con la cara y la figura de
Emma, ¿quién querría...? -Lo sé, lo sé -respondió el otro-. Pero, cuando vuelvo
a casa, siempre puedo decir que he perdido la llave.
Reflexiona, busca la motivación inconsciente. La mente sigue intimidándote
y dominándote, porque no eres capaz de ver sus verdaderas motivaciones. Una
vez que una persona puede descubrir las verdaderas motivaciones, la
meditación está muy cerca... porque entonces la mente deja de ejercer dominio
sobre ella.
La mente es un mecanismo, carece de inteligencia. La mente es una computadora
biológica, ¿cómo podría ser inteligente? Tiene cierta habilidad, pero no tiene
inteligencia; tiene una utilidad funcional, pero carece de conciencia. Es un
robot; funciona bien, pero no debes escucharla demasiado, pues entonces
perderás tu inteligencia interior. Entonces, es como si le estuvieras pidiendo
a una máquina que te guiara, que te conduciera. Se lo estarías pidiendo a una
máquina que no tiene en sí nada original: no puede tenerlo. Ni una sola idea de
la mente es original; siempre es una repetición. Observa: siempre que la mente
afirma algo, fíjate que te hace entrar en una rutina. Intenta hacer algo nuevo,
y de esa manera disminuirá el poder de dominación de la mente sobre ti.
Quienes de alguna manera son creativos siempre pueden transformarse sin
dificultad en meditadores, mientras que quienes carecen de creatividad en sus
vidas lo encuentran muy difícil. Si tienes una vida repetitiva, la mente tiene
demasiado control sobre ti: no puedes alejarte de ella, por temor. Haz algo
nuevo cada día. No prestes atención a la antigua rutina. De hecho, si la mente
afirma algo, respóndele: "Esto es lo que hemos hecho siempre; ahora,
hagamos algo diferente." Aunque sean pequeños cambios... en el modo en
que siempre te has comportado con tu esposa, sólo pequeños cambios; en la forma
en que siempre caminas, sólo pequeños cambios; en el modo en que siempre hablas,
pequeños cambios. Y verás que la mente va perdiendo su poder de dominarte, a
la par que tú te vas liberando. ( 20 )
La meditación es PURIFICACIÓN
Cualquier cosa que hagas, realízala con profunda conciencia; así, incluso
las cosas pequeñas se tornan sagradas. Entonces, limpiar o cocinar se vuelven
cosas sagradas; se hace culto de ellas. La cuestión no es la actividad que
estás realizando, sino cómo la estás haciendo. Puedes limpiar el piso como si
fueras un robot, un objeto mecánico. Tienes que limpiarlo, entonces lo haces.
Pero así te pierdes algo hermoso, y malgastas esos momentos sólo en limpiar
el piso. Limpiar el piso podría haber sido una gran experiencia, y la has
dejado pasar. El piso está limpio, pero algo que podría haber sucedido dentro
de ti no se produjo. Si hubieras estado consciente, la purificación no hubiera
afectado sólo al piso, sino también a ti mismo. Limpia el piso pleno de
conciencia, iluminado de conciencia. Trabaja, o siéntate, o camina, pero hay
algo que debe ser el hilo conductor, con cierta continuidad: ilumina de
conciencia cada vez más momentos de tu vida. Deja que la vela de la conciencia
se encienda en cada momento, en cada acto. La iluminación no es sino el efecto
acumulativo. El efecto acumulativo (todos los momentos juntos, pequeñas velas
juntas) da por resultado una gran fuente de luz. ( 21 )
La meditación es un FLORECIMIENTO
Recuerda que la meditación te dará más y más inteligencia, infinita y radiante
inteligencia. La meditación te volverá más vivo y más sensible; tu vida se
enriquecerá. Observa a los ascéticos: sus vidas se han vuelto como si no
fueran vidas. Ellos no son meditadores. Pueden ser masoquistas, que se
torturan a sí mismos y gozan del sufrimiento... La mente es muy astuta: sigue
haciendo cosas y racionalizándolas. Por lo común, tu actitud es violenta hacia
los demás, pero la mente es muy hábil: puede aprender la no violencia, predicar
la no violencia, pero volverse violenta hacia sí misma. Y la violencia que
ejerces contra ti mismo en general se respeta, pues la gente tiene la idea de
que ser ascético significa ser religioso. Éstas son meras tonterías. Dios no es
ascético; de no ser así, no existirían las flores, ni árboles verdes: sólo
habría desiertos. Dios no es ascético; de no ser así, no existirían nula música
ni la danza de la vida: sólo habría cementerios y más cementerios. Dios no es
ascético, sino que disfruta de la vida. Dios es más epicúreo de lo que puedes
imaginar. Si piensas en Dios, piensa en términos epicúreos. Dios es una
búsqueda permanente de más y más felicidad, placer, éxtasis. Recuérdalo.
Pero la mente es muy astuta. Puede racionalizar la parálisis como meditación;
puede racionalizar el desinterés como trascendencia; puede racionalizar la
muerte como renuncia. Mantén la conciencia. Siempre recuerda que, si te mueves
en la dirección correcta, seguirás floreciendo. ( 22 )
La meditación es TOMAR CONCIENCIA
Y recuerda: cada situación debe transformarse en una oportunidad para la
meditación. ¿Qué es la meditación? Ser consciente de lo que estás haciendo,
ser consciente de lo que te está pasando.
Alguien te insulta: adquiere conciencia de qué te sucede cuando recibes
el insulto. Medita acerca de ello; esto modifica toda la estructura de la
situación. Cuando alguien te insulta, te concentras en la persona: "¿Por
qué me insulta? ¿Quién se cree que es? ¿Cómo podría vengarme?" Si el otro
es muy poderoso, te rindes, comienzas a mover ligeramente la cola. Si no es
muy poderoso y lo ves débil, te abalanzas sobre él. Pero en todo esto te
olvidas por completo de ti mismo. El otro se transforma en el foco de tu
atención. Esto implica perder una oportunidad para la meditación. Cuando
alguien te insulte, medita. Como dijo Gurdjieff: "Cuando mi padre estaba
agonizando, yo tenía sólo nueve años. Me pidió que me acercara a su lecho y me
murmuró al oído: -`Hijo, no te dejo mucho, al menos no en cosas terrenales.
Pero tengo algo para contarte, algo que a mí me dijo mi padre en su lecho de
muerte. Me ha ayudado muchísimo; siempre ha sido mi tesoro. Aún no estás muy maduro;
tal vez no entiendas lo que digo, pero consérvalo, recuérdalo. Alguna vez
crecerás y entonces podrás comprender. Ésta es la clave que abre las puertas
de grandes tesoros.
Por supuesto que Gurdjieff no podía entenderlo en ese momento, pero fue
esto lo que habría de modificar toda su vida. Y su padre dijo algo muy simple.
Dijo: "Cuando alguien te insulte, hijo mío, dile que meditarás acerca de
ello durante veinticuatro horas y después volverás para responderle."
Gurdjieff no podía creer que esto fuera una clave tan importante. No podía
creer que eso fuera algo tan valioso que debiera recordarlo. Y podemos ser
indulgentes con un pequeño de nueve años. Pero, como eso fue algo dicho por su
agonizante padre, que tanto lo había amado y que, apenas lo dijo, dio su último
aliento, quedó grabado en él. No podía olvidarlo. Cada vez que se acordaba de
su padre, recordaba su frase.
Sin comprenderla realmente, comenzó a practicarla. Si alguien lo insultaba,
decía:
"Señor, tengo que meditar respecto de ello durante veinticuatro horas.
Es lo que me ha dicho mi padre, que ya no está aquí. Y yo no puedo desobedecer
a un anciano muerto. Me quería muchísimo, y yo lo quería muchísimo a él; ahora,
no hay manera de desobedecerlo. Uno puede desobedecer a su padre mientras está
vivo pero, cuando ha muerto, ¿cómo podría no hacerle caso? Así que, por favor,
discúlpeme. Volveré en veinticuatro horas y le responderé."
Decía: "Meditar durante veinticuatro horas me ha aportado las más claras
visiones de mí mismo. A veces, he descubierto que el insulto era correcto, que
eso es lo que soy. Entonces, buscaba a la persona y le decía: 'Señor, gracias,
tenía usted razón. No fue un insulto, sino sólo un comentario sobre algo real.
Me llamó estúpido, y lo soy.'
O a veces me ha pasado que meditar durante veinticuatro horas me llevaba
a darme cuenta de que se trataba de una absoluta mentira. Pero, cuando algo es
mentira, ¿por qué ofenderse? Entonces, nunca iba a decirle a esa persona que
había mentido. Una mentira es una mentira, ¿por qué molestarse por
ella?"
La contemplación y la meditación, poco a poco, lo volvieron más atento a
sus propias reacciones que a las de los demás. ( 23 )
La meditación es DIVERSIÓN
Millones de personas se privan de hacer meditación porque se le ha atribuido
a la meditación una connotación errónea.
Se la ve como algo serio y deprimente, se considera que contiene algo de
religiosidad, se cree que es sólo para quienes están muertos, o casi muertos,
para quienes son serios, melancólicos, tienen caras largas, han perdido el
carácter festivo, la diversión, la naturaleza lúdica y las ganas de celebrar.
Éstas son las características de la meditación. Una persona verdaderamente
meditativa es de naturaleza lúdica: para ella, la vida es diversión, una leela, un juego.
Y lo disfruta en gran forma. Esta persona no es seria;
está relajada. ( 24 )
La meditación es COMPRENSIÓN
Tendrás que entender una de las cosas más importantes
acerca de la meditación: que no hay técnica alguna que nos conduzca a ella.
En lo concerniente a la meditación, no hay diferencia
entre las llamadas antiguas técnicas y las nuevas técnicas de
retroalimentación biológica. La meditación no es un producto obtenido a través
de la mente. Se produce más allá de la mente. No hay técnica alguna que pueda
ir más allá de la mente.
Pero habrá de producirse un malentendido en los
círculos científicos, y sobre cierta base. La base de todo el malentendido
es la siguiente: cuando el ser de una persona se encuentra en estado de
meditación, genera ciertas ondas en su mente. Estas ondas pueden ser
provocadas desde afuera por medios técnicos. Pero esas ondas no darán lugar a
la meditación. Allí radica el malentendido.
La meditación genera esas ondas; es la mente que refleja el mundo interior.
Lo que sucede en el interior de cada uno no es observable. Pero lo que
ocurre en la mente sí lo es. Ahora hay sensibles instrumentos... que nos permiten
evaluar qué clase de ondas se producen cuando una persona está dormida, qué
clase de ondas se producen cuando una persona está soñando, qué clase de ondas
se producen cuando una persona está en estado de meditación.
Pero, creando estas ondas, uno no puede generar la situación: estas ondas
no son más que síntomas, indicadores.
Está muy bien: puedes analizarlas. Pero recuerda que no existen atajos para
acceder a la meditación, y que ningún recurso mecánico demuestra ser útil para
ello. De hecho, la meditación no requiere de técnica alguna, ni científica ni
de otra clase.
La meditación es sólo comprensión.
No se trata de sentarse en silencio. No se trata de cantar un mantra. Se
trata de comprender los sutiles mecanismos de la mente. A medida que desentrañas
esos mecanismos mentales, vas adquiriendo una gran conciencia que no proviene
de la mente. Este conocimiento va surgiendo en tu ser, en tu alma, en tu
conciencia.
La mente no es más que un mecanismo pero, cuando ese conocimiento aparece,
seguro que habrá de generar a su alrededor un cierto patrón de energía. La
mente nota ese patrón de energía. La mente tiene un mecanismo muy sutil.
Y tú estás estudiándolo desde afuera; por lo tanto, cuanto mucho, puedes
analizar la mente. Al ver que siempre que alguien está en silencio, sereno y en
paz, siempre, inevitablemente, aparece cierto patrón de ondas en su mente, el
razonamiento científico afirmará: si podemos crear este patrón de ondas en la
mente a través de ciertas técnicas de retroalimentación biológica, entonces
el ser interior alcanzará grandes niveles de conocimiento. Esto no va a
suceder.
Estas ondas de la mente no constituyen la causa de la meditación; al
contrario, son su efecto. Pero no podemos ir del efecto hacia la causa. Es
posible crear ciertos patrones en la mente a través de la retroalimentación
biológica, y estos patrones de ondas pueden provocar una sensación de paz, de
silencio y de serenidad en la persona. Como ella misma ignora lo que es la
meditación y no tiene manera de comparar, puede ser llevada a creer que eso es
la meditación. Pero no lo es. Porque, en el momento en que se detiene el
mecanismo de retroalimentación biológica, las ondas desaparecen, al igual que
el silencio, la paz y la serenidad.
Y puedes continuar practicando con esos instrumentos científicos durante
años: no cambiará tu carácter, no cambiará tu moralidad, no cambiará tu
individualidad. Seguirás exactamente igual.
La meditación es transformadora. Te lleva a niveles más altos de conciencia
y modifica todo tu estilo de vida. Transforma tus reacciones en respuestas
hasta tal punto que resulta increíble que la misma persona que hubiera
reaccionado con furia en una situación, ahora actúe con profunda compasión y
con actitud amorosa en la misma situación.
La meditación es un estado del ser, al que se accede a través de la comprensión.
Requiere de inteligencia; no de técnicas. ( 25 )
La meditación es ENCANTO
La meditación es simplemente sentirse encantado de la propia presencia. La
meditación es el encanto de la propia existencia. Es muy simple: un estado de
conciencia en completa relajación, en el cual no haces nada. Cuando llega el
momento de actuar, te pones tenso. De inmediato llega la ansiedad. ¿Cómo hacer?
¿Cómo lograrlo? ¿Cómo no rendirse? Ya has avanzado hacia el futuro. La meditación
consiste simplemente en existir, sin hacer nada: ni acciones, ni pensamientos,
ni emociones. Simplemente existes, y sólo te sientes encantado.
¿De dónde proviene este encanto cuando no estás realizando actividad
alguna? No viene de ninguna parte, o bien procede de todas partes. No hay
razones para él, pues la existencia está hecha de un material llamado júbilo.
Éste no requiere de causa, de razón alguna. Si estás triste, tienes un motivo
para estarlo. Si estás feliz, simplemente lo estás: no hay razones para ello.
Tu mente tratará de encontrar una razón, porque no puede creer en lo
inmotivado, por no poder controlarlo. Con lo inmotivado, la mente se torna
simplemente impotente. Por eso, la mente sigue hallando una u otra razón. Pero
quiero decirte que, cuando estás feliz, no hay razón alguna para ello. Cuando
estás triste, tienes algún motivo para estarlo. Esto se debe a que la
felicidad no es sino el material del cual estás hecho. Es tu propio ser, tu
esencia más íntima. El júbilo es tu esencia más íntima.
Mira los árboles, los pájaros, las nubes, las estrellas... Y, si tienes
ojos para ello, serás capaz de ver que la existencia toda está llena de
alegría. Todo es simplemente dicha. Los árboles son felices sin razón alguna;
no van a ser primeros ministros ni presidentes, no se volverán ricos ni recibirán
nunca un resumen bancario. Contempla las flores: no hay motivos. Es
simplemente increíble lo alegres que son las flores.
La existencia toda está hecha del material llamado alegría. ( 26 )
La meditación es RELAJACIÓN
La meditación es una pausa, un descanso total, una completa detención de
toda actividad: física, mental, emocional. Cuando te tomas un descanso tan
profundo, nada se agita en tu interior. Cuando abandonas toda acción en sí,
como si estuvieras medio dormido a pesar de estar despierto, llegas a saber
quién eres. De repente, se abre la ventana. No se la puede abrir con esfuerzo,
pues el esfuerzo genera tensión, y ésta es la causa de todas nuestras
desdichas. Por esta razón, es muy importante comprender esto: la meditación no
es un esfuerzo.
Uno debe tener una actitud lúdica respecto de la meditación, aprender a
disfrutarla como algo divertido. Uno no debe tomarla de manera seria y formal.
Si lo hace, está perdido. Uno debe llegar a la meditación en forma muy
placentera. Y tiene que ser consciente de que está cayendo en un descanso más
y más profundo. No se trata de concentración; por el contrario, se trata de
relajación. Cuando estás completamente relajado, por primera vez comienzas a
sentir tu propia realidad; te enfrentas a tu propio ser. Mientras estás en
actividad, estás tan ocupado que no puedes verte a ti mismo. La actividad crea
mucho humo a tu alrededor, levanta mucho polvo a tu alrededor. Por eso es
necesario abandonar toda actividad, al menos durante unas horas por día.
Esto es así sólo al comienzo. Una vez que has aprendido el arte del descanso,
puedes estar en actividad y en reposo al mismo tiempo, porque entonces sabes
que el descanso es algo tan íntimo que nada que provenga de afuera puede
perturbarlo. La actividad continúa en la periferia, mientras que, en el
centro, tú sigues en reposo. Entonces, sólo al comienzo hay que abandonar toda
actividad durante algunas horas. Cuando uno ha incorporado el arte, ya no hay
problema: uno puede permanecer en estado de meditación durante las
veinticuatro horas del día y continuar al mismo tiempo con todas las
actividades de su vida cotidiana.
Pero recuerda: la palabra clave es descanso, relajación. Nunca vayas en
contra del descanso y la relajación. Acomoda tu vida de tal manera que dejes de
lado toda actividad inútil (pues el noventa por ciento de las actividades son vanas: no tienen otro fin que matar
el tiempo y mantenerse ocupado). Haz únicamente lo esencial y dedica cada vez
más tus energías a tu viaje interior. Entonces, se produce aquel milagro en el
momento en que puedes estar al mismo tiempo en reposo y en actividad. Es la
reunión de lo sagrado con lo mundano, la reunión del materialismo con el
espiritualismo. ( 27 )
La meditación es FRIALDAD
Si recurres a los monjes católicos, jainistas o
budistas, los notarás muy nerviosos. Tal vez no estén tan nerviosos en sus
monasterios pero, si los sacas al mundo, los notarás muy, muy nerviosos, porque
a cada paso se topan con una tentación. Un hombre de meditación llega a un
punto en que ya no tiene tentaciones. Trata de entenderlo. La tentación nunca
proviene de afuera; es el deseo reprimido, la energía reprimida, la ira
reprimida, la sexualidad reprimida, la avidez reprimida, lo que da origen a
la tentación. La tentación surge de tu interior; no tiene nada que ver con
cosas exteriores. No es que aparezca un diablo y te tiente; es tu propia mente
reprimida que se vuelve maligna y ansía vengarse. Para controlar a esta mente,
uno debe mantenerse tan frío e indiferente que la energía vital no pueda
recorrer las extremidades ni el cuerpo. Si se permite la circulación de la
energía, esas represiones aflorarán a la superficie. Por eso la gente aprende
cómo mantenerse insensible, cómo tocar a los otros y a pesar de ello no
tocarlos, cómo ver a la gente y al mismo tiempo no verla. La gente vive con
clichés: "Hola, ¿cómo estás?" Nadie quiere decir nada con estas
frases. Tienen la única finalidad de evitar el verdadero encuentro entre dos
personas. Nadie mira al otro a los ojos, le toma las manos ni trata de sentir
la energía del otro. La gente no se permite abrirse al otro. Muy asustada, la
gente apenas se controla de alguna manera... Fríos y muertos, con camisa de
fuerza.
Un hombre de meditación aprende a estar lleno de
energía, a un nivel máximo, óptimo. Vive en la cima; hace de la cima su
morada. Con seguridad, tiene su calidez, pero no es fervoroso; sólo muestra
señales de vida. No es de temperamento caliente; es frío, pues no se deja
llevar por sus deseos. Es tan feliz que ya no busca la felicidad. Se siente
tan cómodo, tan como en casa, que no va hacia ningún lado; no anda a las
corridas ni persigue nada... Es insensible y frío. ( 28 )
La meditación es UNIDAD
El sexo resulta tan atractivo porque permite que dos
seres, durante un instante, se transformen en uno. Pero, en ese momento, no
tienes conciencia. Buscas lo inconsciente porque aspiras a la unidad. Pero,
cuanto más lo busques, tanto más pendiente estarás. Entonces, no sentirás el
éxtasis del sexo, pues el éxtasis surge de lo inconsciente. Puedes dejar de
lado la conciencia en un momento de pasión. La conciencia se pierde. Durante
un breve instante, estás en un abismo, pero sin conciencia de ello. Pero,
cuanto más lo buscas, tanto más se pierde. Finalmente, llega un momento en
que, en situaciones sexuales, el momento de falta de
conciencia ya no se produce. Se pierde el abismo, el éxtasis. Entonces, el
acto sexual se transforma en algo estúpido. Es sólo una liberación mecánica,
sin que haya en él nada de espiritual.
Únicamente conocemos la unidad inconsciente; nunca hemos tenido acceso a
la unidad consciente. La meditación es unidad consciente; es decir, es el otro
polo de la sexualidad. El sexo está en un polo: el de la unidad inconsciente;
la meditación está en el otro: el de la unidad consciente. La sexualidad está
en lo más bajo de la escala de la unidad, mientras que la meditación está en
lo más alto, en la cima de la escala de la unidad. La diferencia radica en el
grado de conciencia.
La mentalidad occidental piensa actualmente en la meditación porque el sexo
ha perdido su atractivo. Cada vez que una sociedad se vuelve permisiva
respecto del sexo, aparece la meditación, porque el sexo sin inhibiciones
elimina la magia y el romanticismo de la sexualidad, anula su aspecto
espiritual. Ahí hay mucho sexo, con lo cual uno no puede seguir sin tener
conciencia de ello. Una sociedad reprimida sexualmente puede seguir siendo
erótica, pero una sociedad liberada, desinhibida, no puede conservar para
siempre su erotismo. Tiene que ser trascendida. Por lo tanto, si una sociedad
es sexual, ha de seguirla la meditación. Para mí, una sociedad liberada en el
terreno sexual es el primer paso hacia la exploración y la búsqueda. ( 29 )
La meditación es RECREACIÓN
No estoy en contra del sexo, y no estoy diciendo que lo abandones. Estoy
pidiendo que lo entiendas, que medites acerca de este tema, y que no te quedes
sólo haciendo el amor de manera inconsciente. Y eso hará de tu meditación la
más grande de todas. Está más consciente, alerta, pendiente, y observa lo que
sucede realmente. Este momento de éxtasis, ¿se produce por medio del sexo o
porque no hay más sexo durante un rato y el deseo ha desaparecido? Durante unas
horas después de hacer el amor, no piensas en el sexo. De ahí la paz, la calma,
la tranquilidad. Nuevamente surgirá el deseo y volverán las
perturbaciones; nuevamente se producirá
un disturbio: el lago se agitará y hará olas.
Si uno medita acerca de su propia sexualidad, uno
comienza a comprender grandes secretos de la vida que allí se ocultan. La
clave está en el sexo. La sexualidad no sólo es la clave para la reproducción,
sino también para volver a recrearse a uno mismo. No es sólo reproducción; es
verdadera recreación.
La palabra "recreación" ha perdido su
significado original. Ahora, "recreación" alude a disfrutar unas
vacaciones, a gozar jugando por ahí. Pero, de hecho, cada vez que juegas o
estás de vacaciones, en ti se crea algo nuevo. Es verdaderamente re-creación;
es algo más que placer. Algo que en el trabajo y en el mundo cotidiano muere,
aquí renace. Y el sexo se ha transformado en el acto más recreativo de la vida
de la gente. Constituye su acto re-creativo. Pero, en un plano superior, es
realmente recreativo, y no sólo placer. Guarda en sí grandes secretos, y el
primero de ellos es (si meditas, lo descubrirás) que el placer se produce
porque el sexo desaparece. Y, cuando estás viviendo ese momento de placer, también
el tiempo desaparece (si meditas), la mente también desaparece. Y éstas son
las características de la meditación.
Mi opinión es que la primera vislumbre de meditación
debe de haber aparecido en el mundo por medio del sexo; no hay otra
posibilidad. La meditación debe de haber cobrado vida a través de la
sexualidad, pues el sexo es el fenómeno más meditativo (si lo comprendes, si
llegas a lo profundo de él, si no lo usas como si fuera una droga). Entonces,
poco a poco, a medida que crece la comprensión del fenómeno, tanto
más desaparece el deseo, hasta que llega un día de gran liberación, en el
cual el sexo deja de obsesionarte. Entonces, uno está tranquilo, callado,
completamente uno mismo. Ha desaparecido la necesidad del otro. Si quiere, uno
igual puede hacer el amor, pero no es necesario.
Entonces, será una especie de acto compartido. ( 30 )
La meditación es DESCANSO
Cuando digo "Abandona el yo y la mente", no quiero decir que ya
no puedas utilizar la mente. De hecho, cuando no te quedas pegado a la mente,
puedes usarla mucho mejor, de manera mucho más eficiente, porque la energía que
usabas para adherirte a ella queda disponible. Y, cuando no estás continuamente
en el terreno de la mente, las veinticuatro horas del día centrado en ella, también
le das a la mente un tiempo de descanso.
¿Sabes? Hasta los metales necesitan descansar; hasta los metales se fatigan.
Entonces, ¿qué decir de este sutil mecanismo de la mente? Es el mecanismo más
sutil del mundo. En un cráneo tan pequeño, tienes una biocomputadora tan
compleja que no existe aún ninguna computadora creada por el hombre que sea
capaz de competir con la mente. Los científicos dicen que el cerebro de un
solo hombre podría albergar todas las bibliotecas del mundo y aún quedaría
algo más de espacio.
Y estás usándola permanentemente. ¡Para nada, innecesariamente! Te has
olvidado de cómo apagarla. Queda encendida durante setenta u ochenta años,
funcionando y funcionando, y se fatiga. Por eso la gente pierde inteligencia:
por la sencilla razón de que están muy cansados. Si la mente pudiera descansar
un poco, si pudieras dejarla tranquila durante unas horas por día, si de vez
en cuando le dieras un descanso a tu mente, ella rejuvenecería, se volvería
más inteligente, más eficiente, más capacitada.
Entonces, no digo que no utilices tu mente, sino que no seas usado por
ella. Justamente en este momento, la mente es el amo y tú el esclavo.
La meditación te hace amo y transforma a la mente en esclava. Y recuerda:
la mente como amo es peligrosa, porque, después de todo, no deja de ser una
máquina. Pero la mente como esclava es extremadamente útil y importante. Una
máquina debe funcionar como tal, no como amo. Nuestras prioridades están todas
del revés: es tu conciencia la que debería ocupar el lugar del amo.
Entonces, cada vez que quieras usarla, tanto en Oriente como en Occidente
(por supuesto que la necesitarás en el mundo mercantil), ¡úsala! Pero, cuando
no la necesites, cuando estés descansando en tu casa, junto a la pileta de natación
o en el jardín, no hay necesidad: i
déjala de lado y olvídala! Simplemente, existe.
La meditación es ser
el AMO
La sociedad no podría existir sin el lenguaje;
necesita de él. Pero la existencia no. No estoy diciendo que debas existir
sin el lenguaje. Tienes que usarlo. Pero tienes que ser capaz de encender y
apagar el mecanismo de verbalización. Cuando existes como un ente social, es
necesario el mecanismo del lenguaje. Pero, cuando estás a solas con la
existencia, debes ser capaz de apagarlo. Si no puedes hacerlo, continúa
funcionando y no puedes detenerlo. Entonces, te transformas en un esclavo de
este mecanismo. La mente debe ser un instrumento, no el amo.
Cuando la mente se transforma en el amo, se
produce un estado no meditativo. Cuando el amo eres tú, cuando el amo es tu
conciencia, hay un estado meditativo. Entonces, la meditación implica
transformarse en el amo del funcionamiento de la mente. ( 32 )
La meditación es en el INTERVALO
Toma conciencia de tus procesos mentales, de cómo funciona tu mente. En el
momento en que adquieres conciencia del funcionamiento de tu mente, te separas
de ella. La misma conciencia significa que tú estás más allá de la mente: te
mantienes apartado, eres testigo. Y, cuanto más alerta estés, más capaz serás
de notar los intervalos que separan la experiencia de las palabras. Los
intervalos están allí, pero tú estás tan poco alerta que nunca los percibes.
Entre dos palabras siempre hay un intervalo, por más imperceptible o pequeño
que sea. Si no fuera así, las dos palabras no podrían seguir siendo dos: se
transformarían en una sola. Entre dos
notas musicales, siempre hay un intervalo, un silencio. Dos palabras o dos
notas no podrían ser dos si entre ellas no existiera un intervalo. Siempre hay
allí un silencio, pero uno debe estar realmente concierte y atento para
percibirlo.
Cuanto más consciente estés, más lenta se vuelve la
mente. Siempre es proporcional: a menor grado de conciencia, tanto más rápido
trabaja la mente; y, a mayor grado de conciencia, tanto más lento será el
funcionamiento de la mente. Cuando estás más pendiente de la mente, más lenta
se vuelve, mientras que aumentan los intervalos que separan a dos pensamientos.
Entonces, puedes notarlos.
Es como una película. Cuando el proyector pasa la
cinta en cámara lenta, puedes ver los intervalos. Si levanto la mano, esto se
divide en miles de partes, cada una de las cuales será una sola foto. Si estas
miles de fotos pasan ante tus ojos a una velocidad tal que no llegas a ver los
intervalos, verás la elevación de la mano como un proceso. Pero, en cámara
lenta, puedes percibir los intervalos.
La mente es como una película: los intervalos están
allí. Cuanta más atención le prestes a tu mente, tanto más los percibirás. Es
como el cuadro gestalt: un cuadro que contiene al mismo tiempo dos imágenes
diferentes. Uno puede ver una imagen o la otra, pero no puede ver las dos al
mismo tiempo. Puede ser un cuadro de una anciana y, al mismo tiempo, de una
joven. Pero, si has visualizado una de las dos imágenes, no puedes ver la
otra; y, cuando has visualizado la otra, se pierde la primera. Aun cuando
sepas perfectamente bien que has visto las dos imágenes, no
puedes ver ambas simultáneamente.
Lo mismo sucede con la mente. Si ves las palabras, no puedes percibir los
intervalos; y, si ves los intervalos, se te pierden las palabras. Toda palabra
es seguida de un intervalo, y todo intervalo es seguido de una palabra, pero no
puedes registrar ambos de manera simultánea. Si te concentras en los
intervalos, se pierden las palabras y te ves arrojado en la meditación.
Una conciencia que sólo se concentra en las palabras no es meditativa,
mientras que una conciencia que se concentra únicamente en los intervalos lo
es. Cada vez que tomes conciencia de los intervalos, se perderán las palabras.
Si observas con atención, no encontrarás palabras: sólo hallarás un intervalo.
Puedes percibir la diferencia entre dos palabras, pero no puedes registrar
la diferencia entre dos intervalos. Las palabras son siempre plurales, mientras
que el intervalo es siempre singular: "el" intervalo. Se funden y se
transforman en uno. La meditación implica concentrarse en el intervalo. ( 33 )
La meditación es en el PRESENTE
La mente se concentra: actúa a partir del pasado. La meditación actúa en
el presente, a partir del presente. Es una pura respuesta dirigida al presente,
no una reacción. No actúa a partir de las conclusiones, actúa viendo lo
existencial. Analiza tu vida: hay una gran diferencia cuando actúas a partir de
las conclusiones. Ves un hombre y sientes que te atrae: es un hombre hermoso,
luce muy bien, parece inocente. Tiene ojos bellos, su mirada es hermosa. Pero
después el hombre se presenta y dice: "Soy judío", cuando tú eres
cristiano. Algo se quiebra de inmediato y se produce un distanciamiento:
ahora, el hombre ya no es inocente, ya
no es hermoso. Tú tienes ciertas ideas sobre los judíos. O bien él es cristiano
cuando tú eres judío y tienes ciertas ideas sobre los cristianos (lo que la
cristiandad les ha hecho a los judíos históricamente, lo que otros cristianos
les ha hecho a los judíos, cómo han torturado judíos a través de los años...
Y él es cristiano), y algo de repente cambia. Esto es actuar a partir de
conclusiones, de prejuicios, en lugar de mirar a este hombre; porque este
hombre puede no ser la clase de hombre que crees que debe ser un judío... Pues
cada judío es una clase de hombre diferente, cada hindú es una clase de hombre
diferente, al igual que cada mahometano. No puedes actuar desde los
prejuicios. No puedes actuar rotulando a la gente. No puedes encasillar a la
gente; nadie puede ser encasillado. Puede haberte engañado una centena de
comunistas pero, cuando conoces al comunista número ciento uno, no sigas sosteniendo
la categoría que tu mente ha creado: que los comunistas son impostores, o lo
que sea. Éste puede ser otra clase de hombre, dado que no hay dos personas
iguales. Siempre que actúas a partir de conclusiones, se trata de la mente.
Cuando puedes observar el presente sin permitir que ninguna idea obstruya la
realidad ni los hechos, simplemente contemplas el hecho y actúas a partir de
esta observación: eso es la meditación. ( 34 )
La meditación es un ACONTECIMIENTO
Cuando digo que debes abandonar el pensamiento, no creas que es inmediato,
porque yo tengo que usar el lenguaje. Entonces, afirmo "abandona el
pensamiento" pero, si empiezas a abandonarlo, te perderás, porque
nuevamente lo reducirás a una acción. "Abandona el pensamiento"
significa simplemente que no hagas nada. Siéntate. Deja que las ideas se
aclaren por sí solas. Deja que la mente suene en su propio acorde. Limítate a
sentarte contemplando la pared, en un rincón silencioso, sin hacer nada de
nada. Relajado, flojo, sin hacer esfuerzo alguno, sin ir a ningún lado. Como
si estuvieras quedándote dormido despierto:
estás despierto y te estás relajando, pero todo el cuerpo se va quedando
dormido. Sigues alerta por dentro, pero todo el cuerpo entra en una profunda
relajación.
Las ideas se aclaran por sí mismas, sin que necesites
pasar de una a otra, sin que necesites tratar de ponerlas en orden. Es como si
un arroyo se llenara de lodo... ¿Qué haces? ¿Saltas en él y ayudas a que el
arroyo recupere su claridad? ¡Producirás más lodo! Simplemente te sientas en
la orilla, y esperas. No hay nada que hacer, porque cualquier cosa que hagas
llenará más de barro el arroyo. Si alguien atravesó el arroyo y las hojas
muertas volvieron a la superficie y subió el lodo, sólo es necesario tener
paciencia. Simplemente siéntate en la orilla, y observa, con frialdad. Y, a
medida que el arroyo continúe fluyendo, se llevará
las hojas muertas y el lodo comenzará a bajar, pues
no puede flotar eternamente. Después de un rato, en forma repentina, tomarás
conciencia de que el arroyo está nuevamente claro como un cristal. Cada vez que
un deseo atraviesa tu mente, el arroyo se llena de lodo. Así que simplemente
siéntate; no trates de hacer nada. En Japón, estar simplemente sentado se
llama zazen: consiste
sólo en sentarse y no hacer nada. Y, un día, acontece la meditación. No es que
la vayas a buscar; te llega. Y, cuando la meditación llega a ti, la reconoces
de inmediato. Siempre ha estado ahí, sólo que no estabas mirando en la
dirección correcta. El tesoro ha estado contigo, pero estabas ocupado en otra
cosa: en pensamientos, en deseos, en mil y una cosas. No estabas interesado en
una cosa única... y era tu propio ser...
Cuanto más comprendes el mecanismo de la mente, más
posibilidades tienes de no interferir. Cuanto más entiendes cómo funciona la
mente, más posibilidades tienes de poder sentarte en estado de zazen. De ser capaz de sentarte,
sólo sentarte y no hacer nada; de ser capaz de permitir que la meditación
acontezca. Es un acontecimiento. ( 35 )
La meditación es TRANSFORMACIÓN
Si sientes una gran resistencia hacia la meditación,
esto simplemente indica cuán profundamente pendiente estás de que suceda algo
que modifique toda tu vida. Temes volver a nacer. Has puesto tanto de ti en
tus viejas costumbres, en la antigua personalidad, en la vieja identidad...
Meditación es nada más que tratar de purificar el propio ser, tratar de refrescarse
y rejuvenecer, tratar de volverse más vivo y más consciente. Si temes la
meditación, significa que le tienes miedo a la vida, que le temes al estado de
conciencia, y la resistencia se produce porque sabes que, si entras en estado
de meditación, es seguro que algo sucederá. Si no te resistes para nada, tal
vez se deba a que no te tomas muy en serio la meditación; no la consideras muy
sinceramente. Entonces, puedes divertirte: ¿qué habría que temer? ( 36
)
La meditación es volver
a CASA
Hay en ti dos planos: el plano de lo mental y el plano de lo no mental. O
bien, permíteme ponerlo en estos términos: el plano en el cual estás en la
periferia de tu ser, y el plano en el cual estás en el centro de tu ser. Todo
círculo tiene un centro, que puedes conocer, o no. Tal vez ni siquiera sospeches
que hay un centro, pero debe haberlo. Eres una periferia, eres un círculo: hay
un centro. Sin un centro, no podrías existir. Hay un núcleo de tu ser.
En ese centro, ya eres un Buda, un siddha, alguien que ya ha llegado al
centro. En la periferia, estás en el mundo: en la mente, en los sueños, en los
deseos, en las ansiedades, en mil y un juegos. Y eres las dos cosas.
Poco a poco, puedes ir pasando de la periferia al centro y del centro a la
periferia, muy suavemente, así como entras y sales de tu casa caminando. No
creas una dicotomía. No dices: "Estoy afuera de mi casa, ¿cómo puedo entrar?"
No dices: "Estoy dentro de mi casa, ¿cómo puedo salir?" Hay sol
afuera, está cálido y agradable. Te sientas afuera, en el jardín. Luego, hace
más y más calor, y comienzas a transpirar. Entonces, ya no es agradable:
simplemente, te levantas y entras a la casa. Allí está fresco; no es incómodo.
Ahora, está agradable. Sigues entrando y saliendo.
De la misma manera, un hombre con capacidad de conciencia y de comprensión
pasa de la periferia al centro, y del centro a la periferia. No se queda
estancado en ningún lugar. De la plaza comercial al monasterio, del sansaral sannya, de estar extrovertido a estar intravertido. Sigue
moviéndose continuamente, pues éstas son sus dos alas, no se oponen. Pueden
estar equilibradas en direcciones opuestas; tienen que estarlo. Si las dos alas
estuvieran del mismo lado, el pájaro no podría levantar vuelo hacia el cielo.
Deben estar en equilibrio, tienen que estar en direcciones opuestas, pero
igual pertenecen al mismo pájaro y le sirven al mismo pájaro. Tu interior y
tu exterior son tus dos alas. Hay que recordar esto con mucha profundidad, ya
que hay una posibilidad... de que la mente tenga una tendencia a quedarse
estancada. Hay gente que se queda estancada en la plaza comercial y dice que no
puede salir de ella y que no tiene tiempo para la meditación. Afirman que,
aunque tuvieran tiempo, no sabrían cómo meditar y que no creen que sean capaces
de hacerlo. Dicen ser mundanos: ¿cómo podrían meditar? Son materialistas:
¿cómo podrían meditar? "Desgraciadamente, soy extravertido, ¿cómo
volverme hacia mi interior?", dicen. Han elegido una sola de sus alas. Y,
por supuesto, es natural que esto provoque cierta frustración. Con una sola
ala, seguro que habrá frustración.
Por otro lado, hay gente que se cansa del mundo y escapa de él: acuden a
los monasterios y al Himalaya, se transforman en sannyasins, monjes. Empiezan a vivir aislados, forzándose
a una vida de encierro en sí mismos. Cierran los ojos, cierran todas sus
puertas y sus ventanas, se transforman en mónadas (sin ventanas) de Leibnitz y
entonces se aburren.
En la plaza comercial, estaban hartos, estaban cansados, frustrados. Se
estaba transformando en un manicomio; no podían hallar descanso. Había
demasiadas relaciones y pocas vacaciones, no tenían espacio suficiente para
ser ellos mismos. Estaban cayendo en las cosas, perdiendo su esencia. Se
volvían cada vez más materialistas y cada vez menos espirituales. Estaban
perdiendo su rumbo. Estaban perdiendo la conciencia misma de existir. Huyeron.
Hartos, frustrados, se escaparon. Ahora, están tratando de vivir aislados,
haciendo una vida introvertida. Más tarde o más temprano, se aburren.
Nuevamente, han elegido otra ala, pero otra vez eligen una sola. Éste es el
camino de una vida asimétrica. Han caído nuevamente en la misma falacia pero
del polo opuesto.
No estoy a favor ni de ésta ni de la otra. Me gustaría que fueras capaz
de permanecer en la plaza comercial y,
al mismo tiempo, de ser meditativo. Me gustaría que te relaciones con la gente,
que ames, que te muevas en miles de relaciones (que te enriquecen) y aun así
puedas cerrar las puertas y a veces puedas tomarte un descanso de toda
relación, para poder relacionarte también con tu propio ser.
Relaciónate con otros, pero también contigo mismo.
Ama a los demás, pero también a ti mismo. ¡Sal! El mundo es hermoso, está
lleno de aventuras; es un desafío, y te enriquece... ¡No te pierdas la
oportunidad! Siempre que el mundo llame a tu puerta y te convoque, ¡ve!
Enfréntalo sin temor: no hay nada que perder; tienes todo por ganar.
Pero no te pierdas. No sigas más y más hasta perderte.
A veces, retorna a casa. A veces, olvídate del mundo:
ésos son los momentos de meditación. Cada día, si
quieres ser equilibrado, debes equiparar lo interior y lo exterior. Ambos
deben tener el mismo peso, de manera que tu interior nunca se torne asimétrico.
Esto significa la afirmación del maestro zen:
"Camina en el río, pero no dejes que el agua te toque los pies." Está
en el mundo, pero no seas del mundo. Está en el mundo, pero no dejes que el
mundo esté en ti. Cuando llegas a casa, llegas a casa: como si el mundo entero
hubiera desaparecido. ( 37 )
La meditación es vivir ALEGREMENTE
La vida carece de propósito. No te sobresaltes. Toda
la idea de propósito es errónea: surge de la codicia. La vida es mera alegría,
festividad, diversión, carcajada; carece de propósito alguno. La vida es su
propio fin, carece de otro objetivo. En el momento en que entiendes esto,
comprendes de qué se trata en todo el tema de la meditación. Consiste en vivir
tu vida de manera alegre, festiva, totalmente, y sin una meta final, sin un
propósito a la vista, sin finalidad alguna. Simplemente, como un niño pequeño
que juega en la orilla, juntando caracoles de mar y piedras de colores: ¿con
qué finalidad? No hay propósito alguno. ( 38 )
FUENTES
Todas las citas de este libro se han tomado de las
charlas editadas y no editadas de Osho, un místico del siglo XX.
(1) The Golden Wind (El jardín dorado), charlas darshanas inéditas, capítulo 8.
(2) Ancient Music in the
Pines (Música antigua en los pinares), capítulo 7.
(3) The Beloved (Los seres queridos), volumen 1, capítulo 4.
(4) Ancient Music in the
Pines, capítulo 7.
(5) Just Like That (Simplemente así), capítulo 6.
(6) The Invitation (La invitación), capítulo 21.
(7) The Ultimate Alchemy (La reciente alquimia), capítulo 16.
(8) From Death to
Deathlessness (De la muerte a la
inmortalidad), capítulo 16.
(9) Come Follow to You (Ven, síguete a ti mismo), volumen 3.
(10)
Ancient Music in the Pines.
(11) Philosophia Perennis, volumen 2, capítulo 5.
(12) The Empty Boat (El bote vacío), capítulo
4.
(13) The
First Principle (El principio fundamental),
capítulo 4.
(14) The Dhammapada (El Dhammapada), volumen 1, capítulo 7.
(15) 1 Celebrate Myself God Is No Where, Life Is Now
Here (Me celebro a mí mismo: Dios no está en ninguna
parte, la vida está aquí en este momento), capítulo 5.
(16) The Dhammapada, volumen 1, capítulo 7.
(17) From the False to the Truth (De lo falso a la verdad), capítulo 3.
(18) Ancient Music in the
Pines, capítulo 7.
(19) The Dhammapada, volumen 10, capítulo 1.
(20) Ancient Music in the Pines, capítulo 7.
(21) The Beloved, volumen 1, capítulo 4.
(22) Ancient Music in the Pines, #7.
(23) The Book of Wisdom (El libro de la sabiduría), capítulo 4.
(24) Ancient Music in the Pines, #7.
(25) Beyond Enlightment (Más allá de la iluminación), capítulo 29.
(26) Dang, Dang Doko Dan, capítulo 5.
(27) The Golden Wind, capítulo 15.
(28) Dang, Dang Doko Dang, capítulo 5.
(29) The Psychology of the Esoteric (La psicología de lo esotérico), capítulo 2.
(30) Hallelujah! (¡Aleluya!), capítulo 15.
(31) Ah, this! (¡Oh, esto!), capítulo 2.
(32) The Psychology of the Esoteric, capítulo 2.
(33) The Psychology of the Esoteric, capítulo 2.
(34) The Heart Sutra (El tratado del corazón),
#7.
(35) Ancient Music in the Pines, capítulo 7.
(36) Ancient Music in the Pines, capítulo 4.
(37) A Sudden Clash of Thunder (El estruendo súbito de un trueno), capítulo 2.
(38) Zen: Zest, Zip, Zap Zing!, capítulo 11.
* Voz sánscrita que alude a los poderes paranormales que
se desarrollan a través del yoga y la meditación. (N. de la T.)
* Voz sánscrita que significa "estar sentado de
manera reverente frente al maestro . Se trata de tratados filosófico-religiosos
que son la culminación de los Vedas. (N. de la T.)
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