LA HORA CÓSMICA CAPITULO 9
EL TODO EN TODO
Con todo, ese Superser, no es, a su vez,
sino sólo un microbio dentro de otro ser más grande que él, el cual también es
otro microbio dentro de otro más grande, y así sucesivamente, ad infinitum, ya
que toda forma viviente, ineludiblemente se encuentra contenida en otra más
grande.
Y cada forma viviente tiene y mantiene a
cuerpos y seres más pequeños.
Así, las pulgas que viven en un perro no
imaginan ni creerían, si alguien se los dijese, que están existiendo en un
organismo viviente, cuyas pulgas están hechas de seres más pequeños, quienes a
su vez están conformados de átomos y demás componentes, que por cierto, y al
igual que los humanos de este mundo, se sienten dueñas del perro en que
habitan, como la humanidad se siente dueña del planeta Tierra y del universo,
éste último al cual quieren conquistar en aras de poder y disponer a su antojo
y conveniencia.
Al llegar a este punto del relato,
cualquiera se preguntaría en justicia y por lógica, ¿cuándo, donde, y en que
acaba todo esto?
La respuesta a pregunta tan válida es,
que la unión y fusión de organismos pequeños, existiendo unos dentro de otros
más grandes, conformando a seres cada vez mayores y complejos en forma eterna e
infinita, dan origen a un SER, que por grande no cabe en la cabeza, no se
alcanza a razonar, a conocer ni a situar, como le pasó al espermatozoide al que
otro espermatozoide le dijo que vivía en un organismo gigante llamado su papá.
Mas correctamente dicho, detrás de todas
las formas vivientes, que generan seres a su vez mas grandes en una cadena
interminable e infinita, y por lo mismo incomprensible para la mente humana, se
encuentra lo que ustedes denominan DIOS, la causa eficiente de todo cuanto ES,
ESTA Y EXISTE, se manifiesta, detrás de Quien a su vez se encuentra D.I.O.S.,
Aquello que no tiene nombre, Quien subyace detrás de TODO, EL GRAN ETERNO E
INFINITO CONTENEDOR DE CONTENEDORES, de cuerpos, de organismos, de seres
vivientes, ¿recuerdan que les comenté de ello al final de capítulo 2?
Sí… su mundo, ustedes mismos, yo, y todo,
es, somos, y son, como ese fruto que llaman granada, en que dentro de una de
esas frutas hay muchas semillas, pero que están agrupadas en campos que las
delimitan, similares a mundos pequeños, y que tales campos, junto con otros
grupos de campos de semillas conforman a su vez a la propia antedicha granada,
cuyo fruto fue altamente admirado, y por lo mismo, sirvió de ejemplo a las
antiguas Asociaciones Secretas de tipo Fraternal que se han dedicado al estudio
serio de la vida y de la existencia, a cuyo estudio la mayoría no desea
voltear, embebidos en las cosas puramente materiales.
Así, la Granada es emblemática en parte
de la esencia, existencia y de la presencia tanto de DIOS, como de D.I.O.S.,
Este Ultimo entendido como EL TODO EN TODO.
Y digo en parte, porque DIOS, y
consecuentemente todo lo que lo constituye, no es solo material, sino que
también está constituido de lo que la ciencia denomina antimateria.
En efecto, en cuanto al aspecto material
de La Divinidad, estarán seguramente de acuerdo en que DIOS Es Todo, y por lo
mismo, en que antes y después de Aquello que No-Tiene-Nombre no existe nada,
pues de existir algo que no fuera parte de EL-ELLA-ELLO, sería tanto como
admitir que DIOS no es todo, porque habría algo mas, ajeno a su Esencia,
Presencia y Potencia o manifestación.
Tenemos así, que a la realidad material
en que vive la humanidad la investiga la ciencia, la cual estudia y conoce solo
un pequeño aspecto de DIOS, es decir, el aspecto material de La Divinidad.
Pero al igual que nosotros tenemos un
cuerpo físico, que es la parte material nuestra, también estamos constituidos
por pensamientos, emociones y sentimientos, los cuales a su vez están
conformados por átomos, pero de diferente grado de condensación, de densidad vibratoria
y de longitud de onda, es decir, son de otra dimensión distinta a la material,
es decir, difieren en grado de sutilidad.
En efecto, nuestro cuerpo físico está
conformado por átomos, moléculas, células, etc., cuyos cuerpecitos se
encuentran unidos por la energía de vida que contenemos, que se da en función
de atracción y de rechazo, positivo y negativo, la cual ellos mismos generan al
orbitar los electrones al núcleo, energía que es administrada por nuestro
sistema nervioso central, sistema neurovegetativo, o sistema involuntario.
Pues bien, el propio Universo, en que
vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, DIOS, contiene ese mismo tipo de
energía que contenemos dentro nuestro y frente a nuestros componentes, pues
como es arriba es abajo, y estamos hechos a su imagen y semejanza, pero hacia
lo ultra macro inentendido por inconmensurablemente grande, cuya energía es
manejada por lo que viene a ser un sistema nervioso central universal, energía
y sistema que se encuentran vibrando, entre planeta y planeta, a lo largo y
ancho de su, como dije, inconmensurable grandeza eterna e infinita, mismas que
por estar los humanos contenidos en ese GRANDIOSO SER, se manifiestan en
nuestro interior, de la misma forma que nuestra energía, la que recibimos del cosmos,
se refleja en nuestros para nosotros minúsculos componentes biológicos, pues la
Energía Divina todo lo traspasa, todo lo contiene, todo lo maneja, todo lo
abarca, y lo que para nuestro cuerpo es un buen equilibrio de la energía, que
se traduce en un optimo funcionamiento biológico y anatómico, y llamamos salud,
mirando hacia arriba, hacia lo grande, lo infinito, esa salud universal,
cósmica, recibe el nombre de orden y equilibrio.
Y sabemos que es así porque en el
universo todo se encuentra existiendo en forma ordenada, relacionada y
equilibrada, y lo vemos en el movimiento de los astros, de todos los cuerpos
celestes, grandes y pequeños, los cuales se mueven bajo leyes de perfección, en
ambos casos, a nivel cósmico, macrocósmico y dentro nuestro, es decir
microcósmico, por lo que por ello válidamente se puede decir que en el universo
y en nosotros funciona igual, pues al fin de cuentas nuestra salud corporal es
eso, orden y equilibrio, de manera que manteniendo un buen comportamiento, una
buena actitud, derivada de la conciencia que tengamos en un momento dado de
este punto en particular, seríamos como unos átomos, como unos glóbulos, como
un engranaje preciso que conscientes de su trabajo y de su existencia,
amándonos unos a otros, cooperaríamos con ese maravilloso SER en el que nos
encontramos metidos haciendo nuestra vida cotidiana produciéndole salud con
nuestro actuar, con nuestro amor, con nuestro sentimiento religioso.
Pero, ¿qué pasa?
Que su humanidad viven unos contra otros;
siempre “hay una razón” para estar en conflicto.
La discriminación por ser unos y otros de
razas distintas, de diferentes colores, de diversas ideologías e idiomas; de
sentirse ser mejores unos frente a los otros, por las envidias, las críticas,
etc., sin analizar que: raza, credo, color, costumbre, religión, idioma,
estatura, capacidad mental y/o económica, etc., no son sino incidencias de la
vida, de la existencia, que todos, en común viven en un mismo plano universal,
planetario y cósmico, y que no son sino los trajes con que se viste su
verdadera esencia espiritual, en que por lo mismo, no existe razón ni
justificación alguna para bajo esa defectuosa panorámica funcionar en forma
antinatural.
Si vemos a cada humano de este mundo como
una célula de la Tierra, nos daremos cuenta que con ese equivocado proceder, no
es extraño que se encuentre en ese deplorable estado en que se le tiene.
Si como ustedes, funcionaran sus propias
células, sin orden ni sentido grupal, unas contra otras, es indudable que
estarían todos enfermos, ¿o no?
Imaginen que pasaría si las células que
deben formar y mantener un riñón, inconformes porque mejor desean formar parte
del estómago o del hígado; o bien, unas células del riñón contra otras,
molestas porque no quieren compartirlo, las mataran, ¿qué creen que produciría?
Cáncer por lo menos, ¿verdad?
Pues así, ni más ni menos, está su
humanidad actual: enferma por la manera egoísta contra natura y contra
conciencia en que viven, y por tanto, también su sociedad mundial.
Pero junto con ustedes, ¡¡¡¡¡ya se está
propagando ese cáncer al planeta!!!!!
Es necesario que haya espíritu de equipo
entre ustedes y que olviden las diferencias que, sin existir, han sido creadas
en su mente y creídas por su humanidad.
¿Saben por qué?
Porque al ser nosotros parte del
universo, lo enfermamos al contagiarlo también, como lo harían con nosotros
nuestros componentes biológicos al trabajar en desorden.
En la biografia de Mi Luz el Altar de Dios
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