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martes, 17 de marzo de 2015

Espíritu, llama trina, átomos simiente… aunando conceptos POR DAVID TOPÍ

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Es muy interesante la terminología tan diferente que usamos para conceptos que, en realidad, son idénticos, o, al menos, muy parecidos y relacionados. Especialmente, es interesante, porque si conociéramos un poco más las definiciones amplias de muchos de los términos que se usan en diferentes escuelas, tradiciones y enseñanzas, nos podríamos entender mucho mejor entre nosotros, y no convertir en una torre de babel las discusiones, comparaciones e ideas sobre lo que es cada cosa o lo que no es.
Posiblemente esto pasa con las ideas que quería comentar hoy, los conceptos de espíritu, de chispa divina, de matriz de luz, de llama trina o de átomos simiente, pues hay una relación entre todos ellos que vale la pena tener clara, así que a ver si soy capaz de aunarlo todo en un mismo tema, pues evidentemente son interdependientes.
La chispa divina, la matriz de luz, la mónada, la esencia 
Estos términos hacen referencia al mismo concepto. La chispa divina, mónada, esencia o matriz de luz es una porción de la energía de la Fuente, que sumada con una porción de la energía de nuestro SER, el que nos ha creado, quien, a su vez, evidentemente también viene de la Fuente forman aquello que realmente somos, el “núcleo”, el ser real, eterno, que nos hace ser parte de la Creación. La mezcla de ambos (las partículas de vida de la Fuente y la energía de nuestro SER), es lo que forma como decimos la luz de nuestro ser interior, el núcleo de lo que somos, la esencia que encarna usando el alma para navegar por la realidad con un cuerpo físico. El proceso de creación de un nuevo ser, entonces, es muy sencillo, ya que por parte del SER, se recogen porciones ínfimas del éter creador de la Fuente, que se mezcla con la energía consciente de ese SER y de ahí nace el núcleo energético, la esencia o mónada, que luego podrá encarnar en un cuerpo humano, como podéis ver en este esquema:
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La llama trina
Por otro lado, esta energía de la Fuente, chispa o matriz de luz tiene unas características determinadas que se manifiestan en el recién creado ser. Principalmente son tres, al menos así lo explican nuestras tradiciones y enseñanzas místicas: el amor, la sabiduría y el poder o voluntad. Y de aquí nace el concepto de llama trina. Porque el ser que mora en nuestro interior es una energía o luz, con unas vibraciones, y composición, características y atributos, y esos atributos son los mismos que los atributos de la fuente primaria de donde nace toda la energía creadora, así, si entendemos los conceptos de amor, sabiduría y voluntad, no como los conocemos en el plano humano y físico, sino como arquetipos y fuerzas de creación, nuestra llama trina, y nuestro espíritu, representan la misma cosa, pues la llama trina denota las características o atributos de la chispa divina que es parte de la esencia que forma nuestra mónada.
Los átomos simiente
Por otro lado, nos encontramos con el concepto de átomos simiente, tan bien explicados en las tradiciones herméticas y místicas de todos los tiempos. Se trata de varios átomos, etéricos, alojados en el plexo solar (para el cuerpo etérico), la cabeza (para el cuerpo mental), el hígado (para el cuerpo emocional) y el corazón humano (para el cuerpo físico), este último en el ventrículo izquierdo, que acogen y dan cabida a esta chispa de luz, a nuestra alma. Estos átomos simiente, son la “casa” o repositorio de los diferentes niveles que componen el alma, que es, digamos, el cuerpo energético de enlace que permite al ser o la monada usar un cuerpo físico, y, por ello son etéricos, energéticos, y físicamente ocupan muchos millones de células en los ventrículos del corazón, el plexo, cabeza e hígado, siendo ahí donde se encuentra repartida la conexión de las diferentes capas del alma y cuerpos sutiles que poseemos.
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Cuando fallecemos, al romperse el cordón de plata, los átomos simiente tienen un proceso de salida del corazón, que pasa por el traspaso desde los cuerpos más densos hacia los más sutiles. Al fallecer el cuerpo físico, todos los átomos simiente pasan el cuerpo etérico, antes de descartar-lo e iniciar la transición a los planos superiores, y de ahí, en los diferentes estadios del proceso de finalización de una vida, revisión, etc.,  traspasan toda la información de estos dos primeros cuerpos al emocional, luego de ahí se traspasa todo al mental, y de ahí se inicia todo el proceso de preparación de una nueva encarnación sin haber perdido un ápice de información, luz o cualidades de la energía que es nuestro ser.
Los átomos simiente en minerales, plantas y animales
¿Y qué sucede en el resto de formas de vida de nuestro planeta? ¿Sigue el mismo proceso? ¿Existen también átomos simiente en un mineral, una planta o un animal? No es lo mismo.
Así como un SER puede proyectarse en un ser humano y generar una nueva encarnación, la proyección dentro de un animal o una planta sigue un proceso distinto. Aquí lo mejor es que os ponga una parte de una conversación con uno de nuestros guías donde le pregunté al respecto:
David: ¿También podrías proyectarte en flora y fauna si quisieras?
Guía: si quisiera si
D: Ok, ¿cualquier jerarquía se puede proyectar, por ejemplo, dentro de un árbol si quisiera hacerlo para recoger o tener alguna experiencia de ese tipo?
G: si, de hecho, hay seres de otras jerarquías, no la mía, muy elevados, que están incluso en árboles, pero la cuestión es que hay muy pocos, en esta Tierra, porque, bueno, los árboles necesarios para ello muchos están ya cortados… hay pocos arboles viejos ya…
D: Y, por ejemplo, los minerales, las plantas o los animales, ¿también tienen átomos simiente?
G: no, bueno, a ver…. Podría decirte que sí y que no. No tienen átomos simiente individualizados como vosotros, sino general, en el espíritu grupal de cada raza, es la que contiene la energía de la Fuente. Pero ellos como especímenes individuales de una especie no.

Con esto vemos un poco más claro que significa la diferente terminología que existe para referirnos al núcleo de la esencia que somos, como “está” hecho nuestro espíritu, porqué poseemos las cualidades de nuestro SER así como las cualidades de la Fuente, y como todo tiene siempre una estructura y una lógica. En el siguiente artículo os transcribo la conversación completa con uno de nuestros guías preguntándole el proceso que siguió el la primera vez que tuvo que encarnar en un cuerpo humano, pues es muy interesante y complementa lo que os acabo de explicar.

Re-Publicado por “Isis Alada”

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