Los problemas del ego para mantenerse en el “ahora”
Todos pasamos la mayor
parte de nuestro tiempo viviendo en el futuro, o en el pasado, y de ahí viene
también la mayor parte de nuestras frustraciones y ansiedades. Los procesos
mentales que rigen y controlan nuestra psique, empezando por el programa ego
como software de gestión de la misma (no como el concepto de “vanidad”), no
comprenden, y no están programados, para mantenerse en el momento presente, de
ahí que salte sin cesar por las propias rutinas y parámetros que lo componen,
hacia lo que vendrá en lo que es percibido como futuro, o en lo que ya ha sido,
que es percibido como pasado, algo en lo que se basa, además, para construir, y
prepararse para lo que, supuestamente, vaya a llegar.
Al no poder existir en
el instante “actual”, nos condena a todos nosotros, que funcionamos normalmente
de forma automática o semi-automática, a nunca estar “presentes” en ese
“ahora”, a no ser que hagamos el esfuerzo consciente de volver a “este momento”
de forma recurrente, activando la consciencia del ser que somos, para
desactivar la inercia del ego que poseemos, y, cuando lo conseguimos, al menos
durante unos instantes, es como haber conseguido aterrizar un avión y tocar
tierra de nuevo, sintiendo que volvemos a “estar aquí”, siendo plenamente
conscientes de todo nuestro entorno, realidad y mundo exterior, aunque breves
segundos después volvamos a elevarnos, dejar de tocar tierra y volver a ir de
nuevo en piloto automático, y dirigidos por los procesos mentales normales que
toman los mandos, y relegan una vez más a otro lugar a la consciencia de ese
ser, a donde no le moleste a ese “ego”, y a su sistema de navegación automática
incorporado.
La
consciencia real, solapada por la artificial
¿Dónde se ubica
entonces nuestra consciencia real cuando no estamos presentes? Si estoy en ese
“aquí y ahora”, tenemos una nitidez y claridad en la percepción de la realidad
que se pierde cuando no estoy, pero si yo soy mi consciencia, no mi ego ni mis
programas mentales, ¿en que lugar quedo yo relegado cuando no estoy forzando mi
presencia total y control sobre el vehículo que ocupo y sus procesos mentales?
Estoy, por decirlo así, solapado, tapado por la consciencia artificial que
subyace y forma la parte externa y la capa superficial de mi esfera de
consciencia, que ya hemos explicado en varios artículos y vídeos, y que nos dota
de los mecanismos para poder andar por la vida de forma semi-autónoma sin que
lo que soy realmente, la consciencia del ser o Yo superior, tenga que
intervenir para nada si no se hace el esfuerzo consciente y constante para
ello, por parte de algún componente de la personalidad, que comprenda que los
mecanismos de gestión de la realidad imbuidos en el cuerpo mental, en las
esferas mentales, en el conjunto de la psique, son solo una herramienta a
servicio de esas otras partes más elevadas de uno mismo, para poder tener el
control del conjunto del vehículo que nos define como seres humanos, y no un
fin por ellos mismos como ente autónomo de gestión de la encarnación en curso
(el ego y sus programas).
Este tipo de
funcionamiento a través del piloto automático, y las dificultades que tenemos
para mantenernos en el momento presente vienen agravadas, porque así ha sido
diseñado el sistema de gestión de nuestro planeta y sociedad, por las
innumerables distracciones hacia el mundo exterior que nos envuelven. Cuando
vemos la tele, cuando escuchamos música, cuando leemos, cuando estamos con la
mente enfocada en algo que viene de fuera, no podemos estar presentes aquí y
ahora, pues este estado requiere un esfuerzo para que la mente se acalle y se
permita la salida a la superficie de la consciencia del ser, ya que a la mínima
que uno se deja llevar por lo que estás viendo en cualquier programa, lugar,
situación, etc., y dejamos que los mecanismos automáticos de gestión de esa
percepción tomen los mandos, vuelvo a quedarme solapado (el verdadero “yo”, el
ser que soy), y vuelve a perder (mi personalidad), la noción de presencia,
alerta y de “estar”, volviendo a activarse los programas de gestión que nos
llevan a pensar en lo que pasará mañana o lo que hice ayer, como medida de
preparación, planificación, protección o prevención de todo tipo de eventos que
el ego no desea no poder controlar, y no puede dejar de analizar, para estar
preparado para los mismos, más allá de que la parte consciente de nuestra
personalidad lo quiera, lo haya decidido o lo esté activando conscientemente,
pues el ego actúa de forma independiente, y gestiona los procesos mentales, yos
y sub-personalidades a su conveniencia.
Un
diseño para no estar “aquí”
¿Por qué no puede el
ego vivir en el presente? Porque es un programa que tiene como último objetivo
la supervivencia del cuerpo humano y el control total de su realidad, en todos
los detalles y niveles de la misma, así como la ofuscación de todo aquello que
no sea el mundo exterior de la materia en el que existimos, empezando por la
existencia y consciencia del ser que somos. Cuando estás aquí y ahora, no hay
nada que planificar, no hay nada que preparar, nada que analizar, nada que
prever para mañana, y eso va en contra de la misma existencia de este sistema
imbuido en cada ser humano en los albores de nuestra creación como especie
mediante manipulación genética. Al tener siempre un sistema insertado en la
psique que no tiene un parámetro que le permita entender el “ahora”, no puede
vivir en él mientras tenga control de la vida, y, como tiene, generalmente,
mucho o todo el poder sobre la personalidad que creamos, la consciencia del ser
que somos está, generalmente, opacada y solapada, y a la espera de que alguna
parte de la personalidad humana haga el esfuerzo de “despertarla” y
manifestarla, dejando de existir en el futuro o en el pasado, y dejando de
evadirnos constantemente de ese eterno presente, que es el estado natural de
todo en la Creación.
Y es que estar
presente es un estado que el ego no comprende, pues le niega su propia razón de
ser, y por lo tanto, luchará por cortarlo a toda costa, activando decenas de
mecanismos de los que dispone para ello: activando recuerdos, preocupaciones,
revisando la lista de tareas pendientes, llevándote a escenarios mentales de
cosas que ya han pasado o que pueden pasar, etc. Todo aquello que encuentre en
el concepto lineal del pasado o todo aquello que encuentre para el concepto
lineal de futuro es bueno para el ego, y malo, al menos, no óptimo, para la
manifestación de la consciencia de nuestro ser o Yo Superior.
Abriendo
brechas en las barreras
Finalmente, el trabajo
que necesitamos realizar, no es tanto luchar contra ese ego y su
funcionamiento, sino forzar regularmente la presencia y manifestación de la
consciencia del ser en ese “instante presente”, ya que, de esta manera, se
rompen paulatinamente las barreras que impiden de forma natural que la
consciencia de nuestro Yo Superior tome el mando del conjunto de la psique para
la encarnación en curso que estamos teniendo. El ser puede controlar y dirigir
al programa ego sin ningún problema, cuando tiene la suficiente vía libre y
presencia para ello, resultado del trabajo interior de la persona para ir
desmontando todo aquello que opaca e impide, sin forzar y de forma natural,
manifestarlo al exterior, y poder entonces tomar realmente el control de la
existencia humana, relegando a segundo plano, o desactivando por completo en
última instancia, la mayoría de mecanismos automáticos de gestión de la misma.
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