Hoy les escribo movida
por la preocupación que me causa leer algunas cosas que preguntan y otras que
se publican por ahí y que llevan al mismo punto, las creencias. Realmente les
pregunto: ¿en qué creen verdaderamente? ¿en lo que les dice la gente? ¿en lo
que les dijeron de pequeños? ¿o en su propio corazón?
Mis estimados, no hay bien ni mal, sí como lo leen, todo depende
del cristal con que se mire, recuerden el dicho “lo que es normal para la araña
es un caos para la mosca”, este simple dicho refleja muy bien este aspecto del
bien y el mal. Es preocupante que a estas alturas del despertar de conciencias
haya personas que piensen en un infierno, en un Dios castigador, en condena y
en pecados, pero están en su perfecto derecho no los juzgo.
Señores el Creador de Todo lo que ES nos otorgó a cada uno lo
que llamó “libre albedrío”, cualquier cosa que hagamos según nuestra conciencia
está bien. Dirán ¿cómo bien? Sí, mientras las acciones del Ser estén movidas
por el amor incondicional, por el corazón, por el sentir y no por el pensar,
cuando actúan desde su más elevado Ser, está “bien”.
Todos nos “equivocamos” así entre comillas, porque lo que
podemos considerar una “equivocación” no es más que un modo de aprender, ah!
como bien dicen los maestros “ustedes los humanos prefieren aprender a través
del dolor y el sufrimiento” y eso también está bien, cada quien tiene ese libre
albedrío de aprender como desee y eso debe respetarse.
Ayuda a quien ayuda solicite. No puedes ir por la vida
persiguiendo a la gente en la calle para “enseñarlo”, por dos razones básicas:
una es que no aprende quien no desea ser enseñado, la otra es ¿qué le vas a
“enseñar”? ¿lo que tú crees según tu criterio? pues no, volvemos al libre
albedrío. El maestro aparece cuando el alumno está preparado, así no teman ni
duden, disciernan sí, porque no todo lo que parece de “luz” es de “luz” ni todo
lo que parece “oscuridad” lo es.
Volvemos al principio, ¿qué es luz y qué es oscuridad? pues como
tampoco existen, ya que son constructos de la mente humana para poder dar una
explicación a las cosas, entonces volvemos al discernimiento. ¿Ven como todo
está ligado? Lo que nosotros llamamos de luz es aquello que nos alimenta y nos
fortalece en espíritu, lo que -en nuestro criterio personal- nos hace crecer y
evolucionar hacia donde deseamos ir.
Sin la oscuridad no existiría la luz ni habría trabajo que
hacer, ya que es con el trabajo de “luz” que iluminamos esa “oscuridad” en
nuestro interior, es el estímulo para ser mejores y desarrollar lo más sublime
en cada uno de nosotros.
Mis amados, hay millones de decretos, frases, mensajes,
reflexiones, y un largo etcétera en la red, no busquen a otro para que les diga
si es de luz o no, busquen dentro de ustedes, conéctense con la Fuente del Todo
lo que ES y ahí, en el silencio de sus corazones encontrarán todas las respuestas
que buscan.
Si supieran las cosas que he tenido que escuchar, me dice que si
Ashtar Sheran es un demonio que si Azrael es un ángel oscuro y pare usted de
contar, ¿cuál es mi respuesta? pues si así lo crees tú así es…no es mi
creencia. Esas personas están seguras que se irán al infierno y seguramente así
será porque eso es en lo que creen y cada quien construye su realidad, entonces
¿no sienten que es momento de preocuparse por eliminar creencias de terceros y
tener las nuestras propias, basadas en nuestro discernimiento, en nuestra
experiencia, en nuestro resonar del alma? Pues yo creo que sí.
A lo largo de la historia las religiones básicamente se han
dedicado a enseñarnos sobre un Dios “castigador”, “que condena los “pecados”,
¿qué es el pecado? te condenas tú mismo, el juicio final si desean llamarlo así
es enfrentarte contigo mismo, juzgarte tú mismo, y créanme que para mi eso debe
ser más difícil a que te juzgue otro.
Los invito a que disciernan no a que tomen mis palabras por
verdad, si les resuena atiendan el llamado, si no, pasen la página y continúen,
pero lo único que les pido es que no se dejen llevar por individualidades ni
colectivos y mucho menos por los que se auto-proclaman “maestros”, ustedes son
sus propios maestros, cada quien debe buscar la maestría dentro de sí y eso es
ineludible.
Les dejo mi amor como siempre y mi humilde aporte al despertar
del discernimiento, que considero lleva al despertar de la verdadera conciencia
de cada uno. Todos Somos UNO. Amor y Luz mis hermanos.
Solange Marín.
Favor
Respetar e incluir todos los enlaces, canal y traductor
si lo hubiere
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