Ella vino a la Atlántida a solicitud
específica del Concejo Intergaláctico, la Federación del mismo, para establecer
la Flama Blanca en el planeta de nuevo, y luego para ser el custodia y guardián
de ella.
Así que ella dejó las
queridas costas de su hogar en Andrómeda y vino aquí e hizo lo que pudo en la
Era Dorada de la Atlántida.
Ella fue entonces el Guardián, el Cuidador, el Custodia, y la Sacerdotisa Más Elevada de la Flama Blanca.
Ella fue entonces el Guardián, el Cuidador, el Custodia, y la Sacerdotisa Más Elevada de la Flama Blanca.
Ella estuvo allí de
firme en sus propios poderes, en aquello que la hizo la mujer que ella era, y
el templo estuvo erecto en su Gloria y Magnificencia.
Y sin embargo, luego
llegaron las visiones, las premoniciones, el intenso saber sobre lo que se
había infiltrado en la Atlántida, y empezado a infiltrar en las mentes de los
hombres — los varones.
Ella se mantuvo firme
en toda su majestad, y empezó a advertir a las mujeres de que no se sometieran
a los hombres ni les permitieran abusar de sus poderes.
Pero las mujeres no la
escucharon pues habían sido engañadas por sus hombres y por el modo en que se
sometieron a ellos.
No es que ella no
hubiera entendido que sus hermanas deseaban ser amadas y querían esa esencia
masculina, la unión a través de su propia sexualidad — fue que ella comprendió
los poderes latentes de todos y vió más allá de las repercusiones de todo pues
su perspicacia y perspectiva eran más elevadas que las de los demás.
Por consiguiente, ella
fue testigo de la manera como el varón empezó a asumir el control a fin de
divorciar todo él de ella y de todo lo que era femenino y aquello que él temía.
Ella vió lenta, pero
ciertamente, cómo sus hermanas perdieron sus propios poderes y cómo eran
mentalmente controladas, manipuladas, y cómo el amor y el sexo se volvieron un
deporte competitivo y de cómo las mujeres fueron esclavizadas poco a poco pero
de seguro.
Por tanto, ella reunió
a todas sus hermanas, las Altas Sacerdotisas que habían permanecido fieles a la
Ley del Uno, y aquéllas otras hermanas que la servían y todos los que estaban
sufriendo de ver lo que estaba sucediendo, y con aquellos hombres que habían
permanecido fieles (y había muchos) ella diseñó un Plan Maestro de Acción para
que las claves, los códigos, el saber interno de la mujer Alta Sacerdotisa, y
el de los sacerdotes menos elevados y el saber contenido en los mismos fuera
ocultado y sacado del planeta, pues ella misma se retiraría.
Y así lo hizo.
Ella salvaguardó el
conocimiento, se aseguró de que todas las rejillas de las pirámides, los
vórtices, y todo lo que contenía los movimientos femeninos de la Tierra, el Sol
y las Estrellas fuera sacado y llevado lejos, y lo que no se podían llevar para
salvaguardarlo lo guardaron en diversos centros en el planeta Tierra.
Sellaron todo, y con
ello los Concejos Galácticos, añadiendo sus sellos, así que todo lo pertinente
al Antiguo Conocimiento fue cerrado al tiempo que ella se retiraba.
Ella dejó a los
hombres con apenas lo suficiente para que pudieran proseguir, y para desviarlos
del conocimiento principal.
Pues el dominio de las
lecciones espirituales era cosa suya a dominar, al igual que para todas las
almas hermanas que quedaron atrapadas en ese engaño, ese control, la forma como
fueron usadas y abusadas.
Ella regresó a la
Tierra de nuevo durante el tiempo de Egipto, cuando su belleza fue tal al igual
que sus poderes que los hombres la temieron de nuevo.
Así que otra vez el
abuso vino de los hombres, de sus juegos de poder, y la forma como consideraban
a las mujeres, como cohetes, como juguetes, tornando nuevamente el amor en un
deporte competitivo, sin honrar las lecciones que habían aprendido de la
Atlántida, además de la tendencia del varón de autodestruirse con su propia
espada.
En esa vida ella, otra
vez con Toth y aquellos de su grupo que habían permanecido fieles en la
Atlántida, y fieles en Egipto, cerraron la Esfinge y todo lo que ella contenía,
y luego fueron y cerraron todo lo demás.
Ella se retiró del
planeta, pero nunca partió, sino que meramente permaneció fiel y asumió el
trabajo de mantener los Fuegos de la Iluminación en custodia para el resto de
la humanidad, hasta que llegara un tiempo en el que la humanidad estuviera
lista finalmente para elevarse a los estados más elevados de conciencia, y
fuera capaz de traer los plenos poderes de la Mujer a la Existencia de nuevo.
Estas hermanas
asumieron ellas mismas el dolor y el sufrimiento colectivos de la humanidad, y
luego, en medio de todo esto, se las arreglaron también para hacer brillar su
luz y amor a tal grado que los Fuegos de la Iluminación fueron sostenidos
continuamente a lo largo de todo.
Ella agradece a sus
Hermanas por esto, y a los Hermanos que también permanecieron fieles.
El segundo intento de
encender los Fuegos de la Iluminación, y luego también de traer de regreso el
ascenso del Femenino Divino, sucedió en Languedoc, y con los Catares y las
mujeres que mantuvieron en secreto las claves y códigos en ese entonces, pero
ellos sufrieron también una pena inmensa, y en ocasiones una severa persecución
y trauma a fin de sostener firmemente esa Flama.
Ella ha regresado.
Está aquí.
Ella ya no está
aceptando los juegos de poder de los hombres ni tampoco se permite ser jalada a
ellos.
Ella se rehúsa a creer
en las nociones de los hombres de que el sexo y el amor son un deporte
competitivo y de que alguien mantiene cuenta de la atractividad de las mujeres
y luego controla los puntos de vista del planeta de cómo deben verse las
mujeres y cómo deben ser.
Ella ve esto como lo
que es, formas de manipulación y de una profunda falta de respeto al Dios
Creador/Diosa Creadora, quien ha creado muchas formas de expresiones y de
Existencia, y no hay fallas en la Creación; cada hombre y mujer es creado a la
perfección, y por lo tanto, cada uno merece ser honrado y amado por quien
él/ella es y por lo que es.
Ella no cree en los
chismes y pláticas de sus hermanas, a quienes les encanta compararse con otras
hermanas en la forma física como siendo más hermosas o más feas, o lo que sea
pues ella sabe que es perfecta como es, y no necesita competir con sus
hermanas; ella es más que suficiente tal y como es, y agradece a su Creador por
su hermoso cuerpo, y honra, respeta y nutre esa forma.
Ella rehúsa
engancharse en cualquier relación sexual en la que ella no sea honrada y
validada. Aprecia su propia sexualidad y respeta su propia feminidad pues ella
aprendió de la Atlántida que la forma física es como un templo, y por
consiguiente, cualquiera que lo entre y no lo respete, quien abuse de ese
templo y lo tome por dado, lo considere como propiedad suya, o que lo use
simplemente para su propio beneficio, lo compre con dinero, o use cualquier
otra forma de manipulación y control, no es merecedor de entrar en él.
Ella está realizando
todo el trabajo de limpieza y despeje interno y externo, y ahora vibra a una
banda de frecuencia mucho más elevada, y está a gusto consigo misma y con todo
lo que ella es. No necesita un hombre para validarla. Está contenta y feliz
consigo misma porque puede ahondar más en el Misterio de su propia feminidad,
su saber, las visiones, las profecías, el trabajo al que se le está llamando a
hacer, y se entrega al servicio más elevado posible.
Ella sabe que mientras
más trabaje en la sanación de sí misma, más sana a la humanidad en general.
Ella sabe que mientras
más se ame a sí misma, más encuentra su propia valía, más atraerá la bondad en
su vida y más podrá cocrear el Nuevo Mundo.
Ella sabe que si está
destinada a estar con un hombre en esta vida, él vendrá en el tiempo Divino y
ella sólo desea estar lista para él, mantener su corazón y alma abiertos.
Por ahora ella sólo se
está preparando para su venida pues sabe que la felicidad es algo que ella
tiene que cultivar desde profundo de su ser, al igual que el amor.
Si él viene a su vida
será en la plenitud de aquello que lo hace un hombre, y él será su igual y la
tratará con amor, respeto, y luego se forjará la confianza.
Pues él es un hombre
que se ha encontrado a sí mismo, que está equilibrado y en armonía, y está
firme en su propio poder, sin recurrir a la manipulación ni a los juegos de
poder o de control, ni a ningún juego en absoluto.
Él es genuino,
auténtico y real, es amoroso sin tener que recurrir a NADA de su masculinidad,
de todo aquello que lo hace el hombre que él es.
Él es lo
suficientemente maduro para entender todo esto, y por lo tanto, está lleno de
respeto por todo aquello que hace de ella una mujer.
Él está a gusto
consigo mismo, desde profundo en su interior. Y sin embargo, ella sabe que
siempre está rodeada interior y exteriormente con Amor, y cuando desee
realmente esa intimidad, podrá venir fácilmente desde ese punto, del amor
verdadero — el suyo propio, que está siempre allí con ella, aunque no encarnado
en la Tierra.
Ella sabe de la
belleza infinita, la inmensidad, las bendiciones de dicha unión donde el hombre
y la mujer son iguales y están equilibrados, y por lo tanto creando una
felicidad, un éxtasis, más allá de cualquier cosa conocida en la Tierra.
Ella está trabajando
ahora de tiempo completo para el regreso de la Flama Blanca, el Guardián, el
Cuidador, el Custodia que ella es en verdad – pues Ella ha regresado.
Sí, sus hermanas han
regresado también.
Y un día ella reunirá
a todas sus hermanas que estuvieron fieles a su lado en la Atlántida, y les
agradecerá todo el trabajo que han hecho y que siguen haciendo.
Y no obstante, no son
sólo las hermanas, sino los hombres también.
Pues ella ha dejado ir todo resentimiento hacia los hombres, y el perdón es la clave, y comprende la vulnerabilidad de los hombres y cómo ellos temen la desintegración de sus poderes, cosa que está sucediendo en estos momentos.
Pues ella ha dejado ir todo resentimiento hacia los hombres, y el perdón es la clave, y comprende la vulnerabilidad de los hombres y cómo ellos temen la desintegración de sus poderes, cosa que está sucediendo en estos momentos.
Ella les envía amor,
amor incondicional, y los conduce gentilmente de regreso a sí mismos: – a la
inocencia original que ellos tenían en la Atlántida, y lo que existía aún
antes.
Pues la Atlántida fue
una repetición de lo que había sucedido de antaño, y esta vez los hombres y
mujeres tienen que dominar las lecciones del poder, el verdadero poder, de una
vez por todas.
Pues el poder yace en
la verdad, esa espada de dos filos. Él puede construir, crear e iluminar, o
puede destruir y destrozar.
Ella lo sabe, y por
eso se mantiene firme plenamente en el poder del Amor.
Judith Kusel
judithkusel.com
Para lecturas espirituales y de Flamas Gemelas y Almas Gemelas:
Traductor: Gloria Mühlebach
judithkusel.com
Para lecturas espirituales y de Flamas Gemelas y Almas Gemelas:
Traductor: Gloria Mühlebach
Para recibir los mensajes en tu bandeja de correo suscríbete en http://isialada.blogspot.com.es/ y http://isisalada2.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario