Seres queridos,
Hagamos un discurso sobre la calidad del amor que llamamos
inocencia. Esta cualidad vive profundamente en el núcleo de cada persona,
aunque muchos sacrifican su inocencia para ajustarse a los preceptos
prevalecientes en el mundo que les rodea y para hacerse aceptables a los demás.
No importa qué eventos o dramas se desarrollen en su mundo personal y
colectivo, hay muchas más personas que eligen mantener su brillante luz divina
dentro de ellos con coraje y firmeza, sabiendo que su luz divina e inocencia es
una joya preciosa que no puede ser tomado de ellos.
Incluso en medio del mal y la atrocidad, esta cualidad dentro de un
corazón humano puede redimir a una nación entera como salvación para todos los
que están cerca, porque estas personas pueden ver la belleza en las almas
oscuras que han perdido el camino a sus plantillas originales de pura inocencia
Estos brillantes sostienen el camino del regreso al Creador mediante la
celebración de un espacio para la restauración de la inocencia en el corazón
más endurecido. Son muy indulgentes, y pronto olvidan y pasan todo tipo de
errores que se les hacen.
En la inocencia hay una visión para invocar remedios creativos a
todos los problemas del mundo y para pacientemente hacer milagros con el amor
constante de todo lo que es bueno, y deleitarse en todo lo que es verdadero
porque estas personas saben y perciben que amar lo que es bueno, lo cual
significa tener la intención y hacer el bien; es amar lo Divino interior. No
significan ningún daño por lo que hacen y tienen la incapacidad o la falta de
voluntad para herir o hacer el mal a nadie ni a nada. Expresan inocentemente y
espontáneamente lo que hay dentro de ellos, y las cualidades de simple
confianza e inocuidad que impregna todo lo que dicen y hacen les da una
cualidad entrañable que otros ven como inexperiencia o ingenuidad. Ven el mundo a su alrededor con ojos de asombro,
contemplando la belleza que florece con tal abundancia que su planeta ofrece amorosamente
para sus disfrutes y su alimento espiritual. Ellos aprecian y están en sintonía
con las vistas y los sonidos de los reinos de la tierra, bebiendo los mágicos
elixires que estos proporcionan con alegría y gratitud en sus corazones.
Todas las almas están creadas para vivir y experimentar un mundo
donde abunda la inocencia divina, para confiar en que se satisfarán todas sus
necesidades, para vivir de una manera muy espontánea y estar abiertos a la sincronicidad
y la magia, y para poder abrirse en confianza a otros, porque tienen la
necesidad de relación y comunidad con otros seres humanos. La humanidad vive en
una red de relaciones que son esenciales para su bienestar físico y emocional.
Cuando una persona intenta ser autosuficiente y tiene dificultades
en alguna área de su vida, comienza a darse cuenta de cuánto dependen de los
demás cuando no son lo suficientemente fuertes por sí mismos y de que la ayuda
que necesitaban estaba allí. para ellos, y que aquellos que los ayudaron se les
ofrecieron en gracia para ofrecer la asistencia que necesitaban. El Creador de
todo funciona a través de cada persona y, a menudo, las respuestas a los
dilemas personales provienen de la voz o acción de otra persona. Esta es la
unidad en acción. Cuando la persona acepta este regalo que se le ofrece, lo
hace con la inocencia y la sabiduría de saber que su necesidad fue satisfecha
por el universo. Es la sabiduría de saber que, por sí mismos, son seres humanos
incompletos. Es en dar a los demás que llega la plenitud en su alma.
La inocencia con sabiduría es el conocimiento de la diferencia
entre el bien y el mal, entre el bien y el mal, y la elección consciente de lo
que es bueno y correcto porque una persona cree que es la mejor manera de seguirlo.
Es la inocencia de estar dispuestos a renunciar al control sobre sus propias
vidas, no a ningún otro ser humano o institución humana, sino al Creador. De
esta manera, pueden avanzar hacia la verdadera inocencia de una completa
confianza en la bondad y el amor del Creador, y desarrollan un deseo pleno y gozoso de pasar sus vidas
haciendo solo lo que es bueno y correcto para traer la paz, unidad y felicidad
para sus semejantes.
El mundo en este momento tiene una gran necesidad de la calidad de
la inocencia en sus habitantes. Hay tanto que es individualista, impuro y
corrupto, con personas que se esconden y desperdician recursos materiales en
lugar de compartir, que se sirven a sí mismos y se centran en sí mismos con un
comportamiento engañoso e involucrado. El mundo y las almas de la humanidad
claman por un retorno al orden divino de las cosas, la bondad, la bondad, la
justicia, la generosidad, la misericordia y la compasión. El mundo y las almas
de la humanidad necesitan su inocencia original en la creencia de que todo lo
que es bueno y correcto les es restaurado y esto lo está haciendo cada alma que elige conscientemente
manifestar la cualidad de la inocencia divina dentro de ellos y convertirse en
el vivo ejemplo de ello. en su mundo.
En la inocencia y pureza del amor, me despido.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© Marlene Swetlishoff / Tsu'tama.
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