A
Los Nuevos Mensajeros del Cristo
Menajes Canalizados de Los Maestros de Luz.
En Portugués Original.
En la cara de aquellos que hoy oran en alma
y espíritu por la humanidad desbordan lágrimas por ver aún tan oscuro el futuro
del ser humano.
También en la cara de estos mismos que oran en alma y espíritu está el
brillo de una esperanza sin límites, proveniente de la fuerza del Espíritu
Santo.
Hermanos
y hermanas: Es con cariño incalculable que me dirijo a todos vosotros para
daros mi testimonio y para que mi experiencia vivida un día en la carne pueda
servirles.
Hace dos mil años, también la humanidad fue preparada para la
venida de Maitreya. Muchos hermanos mayores sirvieron a la
humanidad por amor universal y prepararon los caminos ocultos por
donde la energía crística debía cursar su trayecto.
La mayor prueba que teníamos de la llegada
de Maitreya estaba en nuestros corazones,
pues en aquel tiempo los obstáculos eran demasiado grandes, las fuerzas
contrarias de acción tenían más peso en nuestra caminata, eran
amenazas visibles y siempre estaban muy cerca.
Jesús no podía dividir con nosotros todas
las instrucciones que recibía porque en todas
partes estaban los traidores y la propia personalidad de todos nosotros era mal
preparada, formada e instruida por el miedo inherente a la opresión de
aquel tiempo.
Nuestras instrucciones a los compañeros que trabajaban en otras
regiones eran, en la mayoría de las veces, impedidas de llegar a sus
destinos. Sin embargo, la acción de Maitreya fue mayor y abarcó a
todas las almas, dándoles la oportunidad de despertar sus cuerpos de
manifestación, o sea, sus personalidades.
Maitreya estuvo en medio de nosotros y nos
tocó con Su Luz del Amor-Sabiduría.
Nuestros espíritus y nuestras almas quedaron
marcados por tal bienaventuranza. A
pesar de no haber comprendido y asimilado, la humanidad de aquella
época no fue más la misma después del paso de este Gran Ser.
Sentía
mi corazón arder en llamas y mi alma se regocijaba. Pero fueron grandes los momentos de dolor
cuando vi seres humanos desviando su destino de gloria, cambiándolo por
abismos incalculables.
Yo
lloraba y sufría, sentía la angustia en mi espíritu por los hermanos que
preferían cegar su propia alma a ver la verdadera Luz de sus esencias. Verdadera era mi fe, por lo que me convertí en un hombre sufrido y, sin
embargo, persistente.
Muchas veces me sentía en un mundo
extraño como un habitante perdido, me sentía aislado porque veía a los
hermanos practicando grandes injusticias hacia los demás y
hacia sus esencias divinas. Fue sólo el Fuego Consolador del Espíritu
Santo que nos mantuvo fuertes. El fuego abrasador del Espíritu
Santo derribó nuestras máscaras, quemó nuestros desequilibrios, poniéndonos
delante de nosotros mismos y de nuestros propios caminos.
La
Luz del Espíritu Santo mantuvo intactos mis santuarios internos y derribó todas mis vanidades e inseguridades. El
Consolador me dio su “espada y su escudo” para que mi esencia fuera
intocable a las sombras de aquel tiempo. Y yo conseguí mantenerme
fuerte y seguir adelante, conseguí ser una de las antorchas y
proteger, como un eslabón de una corriente fuerte, las joyas espirituales que
nos fueron confiadas.
También vosotros, los Nuevos Mensajeros del
Cristo, lograréis ir hasta el fin si mantienes el sincero deseo de ser los
vehículos de la Luz del Gran Hijo.
Si entregáis vuestros corazones con fe y
amor, entonces el
Cristo podrá actuar a través de vosotros, y como instrumentos de él
llevaréis con vosotros la Nueva Luz del Mundo a
muchas almas y espíritus.
Tendré confianza en la Luz del Espíritu
Santo y proseguiré en la
senda por todos aquellos que en ella ya no pueden proseguir. Encended
la Luz de Cristo en vuestros corazones para todos aquellos que ya no
pueden hacerlo.
Sed
firmes porque el mundo está para recibir una Nueva Fuerza, y si no estás sintonizados en nombre de todos los
seres vivientes, la vida en este planeta perderá su sentido.
Pensad solamente en los valores del
espíritu y de vuestras almas.
No os preocupéis demasiado con los valores
del mundo físico. Sed en Espíritu
y Verdad los herederos de la Nueva Llama Crística.
Sed
semillas a germinar en suelos áridos, pero germina!
La fuerza de la esencia divina está con
vosotros.
Sed
unísonos con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Trabajad por vuestro perfeccionamiento
espiritual y sed a los renovados Hijos de la Luz.
Dejad sí, que la Luz del
Cristo-Maitreya haga morada en vosotros para que vuestra vida sea un
constante renacer y una renovación frecuente.
Vuestros
espíritus no encontrarán sentido en esta actual trayectoria si no es para
cumplir los altos objetivos a que están destinados.
Debéis reflexionar mucho en el sentido de
vuestras existencias, pues de esta forma
lograréis identificar los valores reales de vuestras almas y espíritus, a
fin de que podáis estar cada vez más unidos a todos los seres de este sistema
que, en espíritu y verdad, también están se dirigía hacia una Nueva
Aurora.
Con
todo mi amor universal,
KOOT HOOMI.
Canal Espiritual: Lourdes Rosa.
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