PARASITOS ASTRALES Y SUS CONSECUENCIAS.
Parásitos Astrales: Enfermedades Astrales
que se Transfieren al Cuerpo Fisico.
Así como el cuerpo puede sufrir
infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos, también el
cuerpo enérgetico puede sufrir una infestación causada por diversos
“micro-organismos” astrales.
El prinicipal objetivo de estos parásitos
astrales es el de alimentarse de la energía vital del huésped.
Los parásitos astrales pueden localizarse
en diversas zonas del cuerpo enegético, en los chakras, o en el espacio
enérgetico que envuelve a los órganos, provocando enfermedades que si no son
tratadas a nivel astral desde su inicio terminan manifestándose físicamente.
En el plano mental, los parásitos
astrales pueden causar obsesiones, ideas recurrentes, hábitos destructivos, y
neurosis.
Por ejemplo, ciertas criaturas astrales
atraídas por la versión astral del componente químico de sustancias como el
alcohol, el azúcar, los alimentos grasos, las drogas, provocarán en el huesped
el deseo de consumir dichas sustancias. Cuanto más se alimentan, más crecen
provocando un círculo vicioso muy difícil de romper.
Muchas de estas criaturas se reproducen
también, de la misma forma en la que se reproducen los parásitos en el cuerpo.
Es posible que los parásitos en el cuerpo sean un espejo de lo que ocurre a
nivel astral, aunque no es posible saber qué ocurre primero, si el parásito
físico y luego el astral o viceversa. Es posible que dependa de las
circunstancias en las que la infestación tuvo lugar.
A quien le interese este tema, le
recomiendo que haga una investigación sobre los parásitos en el mundo físico y
en cómo el cuerpo actúa ante una infección. Esto le dará una idea de lo qué es
posible que ocurra en el plano astral.
“Así como es arriba, también es abajo”,
nos recuerda la máxima hermética.
Cada sustancia en el mundo físico tiene
un componente energético que se manifiesta en el mundo astral. La medicina
oriental conoce este hecho muy bien.
Las entidades astrales parasitarias entran
dentro de la categoría de parásitos conscientes, entendiendo el término
“consciente” como la capacidad de entenderse separado de un otro, con una
existencia orgánicamente individual. Sin embargo, tanto los parásitos como las
entidades astrales parasitarias carecen de consciencia espiritual, por lo que
su existencia es equiparable a la de los zombies, conscientes de su necesidad
de alimento pero de nada más.
Los parásitos astrales son más bien
animales instintivos alimentarios, es decir, con un grado de inteligencia
animal, más bien instintiva y sus reacciones se asimilan a las de los parásitos
del mundo físico. Podríamos decir que el parásito físico no es sino una
“condensación” de la sustancia astral en el plano de la materia.
La entidad astral parasitaria , en
cambio, tiene un cierto grado de inteligencia, que puede ser comparable al de
cualquier ser humano no desarrollado espiritualmente.
Es por esto que las entidades astrales
parasitarias pueden engañar a la gente de la misma forma que los seres humanos
engañan a otros seres humanos. Pueden hacerse pasar por difuntos, aprovechando
el apego emocional de la persona que ha sido elegida como “objetivo
alimenticio”.
Pueden también hacerse pasar por “guías”,
por “maestros ascendidos”, por “el Yo real” o “Higher-self”, por “dios” o la
“virgen”, por personajes famosos de la historia, etc.
Cualquier disfraz es bueno si tiene como
resultado atrapar al ser humano, primero energéticamente, luego a nivel de la
voluntad, luego, a nivel del cuerpo y finalmente, a nivel del espíritu, estado
extremo de control que devendría en lo que se conoce como “posesión demoníaca.”
La infestación de parásitos astrales y
entidades astrales parasitarias es más común de lo que se cree. Si el ser
humano no se hallara limitado por sus cincos sentidos y fuera capaz de ver el
cuerpo invisible, podría ver estas criaturas agazapadas a la energía del
huésped. La visión sería bastante desagradable. Lo mismo ocurriría si
puediéramos ver los micro-organismos que cohabitan con nosotros y en nuestro cuerpo.
La tecnología microscópica no has proporcionado fotografías de estos diminutos
seres que habitan en nuestra piel, cabello, y órganos internos.
En el caso de los parásitos astrales,
puede que una cantidad mínima de ellos sea “normal.” El problema radica cuando
éstos se reproducen o atraen a otros parásitos enturbiando así el flujo de
energía vital. Esto es lo que se conoce como “enfermedad.” La enfermedad astral
puede comenzar mucho antes de que se manifieste en el plano físico.
En cuanto al plano mental, el parásito
astral interfiere con los pensamientos del huésped, provocando ideas
recurrentes que, inevitablemente, terminan por afectar la conexión entre las
neuronas cerebrales. La neurología nos enseña que una idea repetida refuerza la
conexión entre las neuronas relacionadas con esa idea. Ésta es la base del
aprendizaje. Si esa conexión no se refuerza, la idea se va desvaneciendo. Es
por esto que olvidamos. Cualquier idea (información, que es ni más ni menos,
energía eléctrica circulando por el cuerpo celular) traza un camino de
conexiones neuronales que, si es reforzado constantemente, produce una
“fijación” del camino trazado por esa idea. Así se crean redes de asociaciones.
Dependiendo del camino que éstas redes tomen, activarán diferentes cambios
químicos en la célula. Estos cambios químicos producen neurotransmisores que
pasan a la corriente sanguínea con el objetivo de dar un determinado mensaje
químico, a través de sus receptores, a las células del cuerpo, que a su vez,
iniciarán cambios químicos en ellas mismas alterando su composición e incluso
permitiendo la expresión de genes, que pueden activarse o desactivarse. A su
vez, estos mesajes químicos pueden ordenarle a la célula que produzca más o
menos receptores para un tipo determinado de neurotransmisor, por lo que,
ciertos transmisores encontrarán a sus respectivos receptores y otros no. Y así
se produce un círculo vicioso de orden químico que puede provocar cambios
biológicos importantes, que podrían culminar en una enfermedad física.
Por ejemplo, una situación estresante en
la vida de una persona, puede provocar un debilitamiento del “sistema
inmunológico” astral. Este debilitamiento de la coraza energética puede atraer
parásitos que, por ejemplo, se alimentan de la sustancia etérea producida por
el azúcar. Así la persona, que en condiciones normales no es de comer alimentos
azucarados, siente el deseo de comer cada vez más alimentos azucarados. Puede
que la persona se pregunte por qué este deseo poco habitual en ella, y hasta
puede llegar a recordar otras situaciones más o menos estresantes en las cuales
no sintió la misma necesidad de comer azúcar como en el presente. La persona
puede ceder una y otra vez a las demandas del parásito y, una vez debilitada su
voluntad, el organismo invasor, toma más y más control de la persona que se
vuelve adicta al azúcar. Si, además, hay una condición genética subyacente,
como puede ser una diabetes no activada, el riesgo de que la enfermedad se
active a través del mecanismo biológico de los transmisores químicos, se
incrementa.
Puede ocurrir que una condición
subyacente en la persona pueda provocar que ésta atraiga sin saberlo a cierto
tipo de parásitos. Por ejemplo, el hijo de una persona alcohólica que absorbió
grandes cantidades de alcohol mientras estaba en el vientre de su madre, puede,
en una situación de estrés, atraer a parásitos que se alimentan de la sustancia
etérea producida por el alcohol, incrementando así la probabilidad de que el
joven se convierta en un alcohólico.
Puede ocurrir que, así como cada ser
humano tiene un olor particular generado por la composición química de su
cuerpo en un momento dado de su vida, también el cuerpo energético debe tener
un “olor” particular relacionado no sólo a la composición química de su cuerpo
físico en un momento dado de su vida, sino también a su estado de desarrollo
espiritual. Éste “olor” ha sido explicado como frecuencia vibratoria y cómo
sabemos que la materia es también una onda, nada quita que sea ambas cosas,
materia en forma de moléculas olfativas, en el campo físico y ondas, en el
campo astral o mundo invisible.
De ahí que el olor repulsivo se asocie,
en la literatura ocultista, a entidades oscuras, negativas, entrópicas y el
olor perfumado a entidades de la luz, positivas, creativas. De ahí también que
se le halla dado el nombre de “aroma de santidad” al fenómeno producido por las
personas que, por su desarrollo espiritual, emanaban aroma de flores. Como todo
parásito, el astral vive y se reproduce en la oscuridad, el calor y la humedad,
sugiero que los equivalentes etéricos de estas condiciones físicas son: la
falta de conocimiento, trabajo sobre sí, desarrollo (esclarecimiento)
espiritual (la luz); la ignorancia de orden espiritual, los excesos, la
auto-indulgencia, la complacencia, las conductas de bajeza espiritual, la
permanencia en ambientes donde éstas se producen, la falta de disciplina
espiritual (el calor y la humedad). Tanto el frío como el fuego, la sequedad y
la amargura, pueden destruir a los parásitos y evitar que éstos se acerquen. En
el equivalente astral, la búsqueda del desarrollo espiritual, la disciplina
espiritual, el sufrimiento consciente, la “limpieza” en la conducta diaria,
hábitos sanos, el conocimiento de sí, la lucha contra la mentira en uno mismo
por sobre todas las cosas, la desconsideración interna y la consideración
externa (Ver P.D.Oupensky, Fragmentos de una enseñanza desconocida, En busca de
lo Milagroso sobre las enseñanzas de G.I. Gurdjieff), todos estas prácticas y
“ejercicios del alma”, contribuyen a elevar la frecuencia vibratoria haciendo
que el cuerpo energético sea menos atrayente para los parásitos y las entidades
astrales parasitarias. El conocimiento de los mundos invisibles juega un papel
fundamental, uno debe volverse “astuto como serpientes y manso como las
palomas”.
Para más información recomiendo leer:
Parásitos etéricos en Pluralidad de los
Mundos.
Entes, parásitos del cuerpo energético,
de Samuel Sagan (disponible gratis en su página)
http://www.clairvision.org/…/entes-parasitos-del-cuerpo-ene…
http://www.clairvision.org/…/entes-parasitos-del-cuerpo-ene…
Mind Parasites, de Jonathan Zap (en
inglés)
http://www.zaporacle.com/mind-parasites-energy-parasites-a…/
http://www.zaporacle.com/mind-parasites-energy-parasites-a…/
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